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¿Por qué, Unnie? por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

Cleansing Cream es por mucho una de las canciones más tristes que he escuchado jamás. Es una musa que inspiraría a cualquiera.

Notas del capitulo:

Este es el primer Yuri que no me da pereza escribir, pero es que en realidad adoro a estas chicas juntas ♥ Y la canción es tan tierna y dulce, a pesar de su muy triste significado...

Me duele, me duele mucho verla de esta manera...Mi querida unnie, siempre había sido alguien sonriente, con una personalidad algo extraña, muy divertida...Pero ahora...Ahora es un envase vacío de lo que una vez hubo sido. Me duele, por primera vez en mi vida, me duele mi corazón poco usado.

-Me duele...- Le comente, buscando su mirada. En cambio, sus ojos están frío, sin decirme nada, puedo saber que está molesta, me mira con un desprecio, que me hace imaginar que es mi culpa, aunque no lo sea. –Unnie, me duele el alma.

No dice nada, silenciosamente toma su taza de café, bebiendo un pequeño sorbo, con el cual también logra beber mis sentimientos. ¿Qué debo hacer? Me duele verla así, como nunca antes me había dolido en mi vida. Incluso, he llegado a arreglarme, para poder visitarla, pero a ella no parece importarle mi cambio. Hacía tanto que no nos veíamos, y ahora, simplemente me recibe con un frío pasa, que me deja helada en bajo el filo de la puerta.

-¿Qué haces aquí?- No está molesta, está cansada, lo puedo notar en el tono de su voz. Aún recuerdo cuando solíamos perseguir las mariposas, siendo niñas. Ahora, unnie está tan lejos de mí, no sólo físicamente. Ella tiene a su novio; yo, ya no tengo nada.

-Unnie, estoy confundida.- No quiero verme triste, quiero estar feliz, para causarle felicidad a ella. Quiero que las cosas cambien, por ser menor, siempre cuidó de mí, ahora yo quiero verme bonita, graciosa, hacerla sonreír como ella lo hizo tantas veces conmigo.

-No deberías estarlo...- Fue seria, como jamás había sido antes. No quiero verle ya, me acobardo, pensando en que tal vez no sea necesario. Ella, después de todo, lo escogió a él, aunque nunca le di la oportunidad de saber mis sentimientos. -¿Por qué te has puesto ese vestido? ¿No es para una ocasión importante?- Cambio el tema de la conversación, a lo cual yo sonreí, tal vez debería aligerar las cosas, yo misma, no dejar que ella lo haga como siempre.

-He venido a Seúl, para una entrevista de trabajo.- Comento, alegre, esperando a que se emocione tanto como cuando yo lo hice por saber que se iba a mudar con su novio a esta ciudad. No está alegre, tiene los labios fruncidos, medita mis palabras. Me puse este vestido, no para la entrevista, sino para ella, ella me lo regaló, quiero que sepa lo mucho que aún la tengo en cuenta, lo mucho que me duele ya no verla a diario.

-Puedes quedarte esta noche, aquí, si lo deseas.- Se pone en pie, dejando nuestra conversación a medias, dándome la espalda tras unos segundos.

-¿Por qué, unnie?- Me puse en pie de manera violenta, ¿ya no me quiere? Yo aún la quiero, no puedo sacarme del corazón estos sentimientos. -¿Por qué?- La tomó de la muñeca, haciendo que se girase y mi mirara, directamente por segundos, minutos. Está cansada, y no quiere verme, no puedo evitar sentirme mal por esto. Tal vez no debí venir, no debí pretender que éramos las mismas personas de antes. Ya no somos amigas, ella ya no es mi querida Narsha unnie, al parecer, tampoco me quiere como antes. ¿Así se siente tener el corazón roto?

-Ga In...Por favor, tengo que terminar esto...Tú, ve a tu entrevista de trabajo.- Me pide, con tristeza en su voz.

Suspiro fuerte, cansada, me siento como si hubiera ido al campo de guerra. No fue como lo imaginé. En realidad pensé que Narsha me recibiría con su misma sonrisa de siempre, me abrazaría como antes, pero no lo hizo. Se ve más grande, está triste, preocupada. Unnie está pasando por problemas, además de que se ha olvidado de mí, mientras yo no la he podido olvidar. El día de hoy, al bajar del avión, me emocioné, la vería de nuevo. Me arreglé, con su vestido preferido, me maquillé, tratando de verme más de su edad, puse la mejor sonrisa que tengo, la que es sólo de ella. Nunca me di cuenta de mis emociones, hasta que ya estaba perdidamente devota a ella. Unnie jugaba conmigo, unnie me acompañó todo el tiempo, los árboles de persimón crecieron, como nosotras. Después, ella le conoció, a él. El intruso que llegó a nuestras vida, ligeramente, lenta, pero de manera rápida, me la robo, hasta que la apartó por completo. Unnie jamás me había dejado sola, hasta ahora.

Fui a mi entrevista, menos excitada de lo que estaba en el camino de venida, pensaba que iba a ser un buen día, pero no lo era. La entrevista, la di bien, perfecta, inclusive, pero no me hacía feliz. Unnie no era feliz, y eso me causaba dolor. Regresé a su casa, como si necesitara verle, saber que si me vuelve a ver, sonreirá de nuevo como lo hacía años atrás. Toco el timbre, esperando a que unnie abra, pero no es ella quien atiende la puerta. Al ver su cara, ver la de ella, puedo saber que pelearon. El silencio es incómodo, demasiado. Hago una reverencia, pidiendo disculpas por haber interrumpido, pero unnie me obliga a pasar. Subimos las escaleras y me lleva a la habitación de huéspedes, donde me quedaré por esta noche.

-¿Cómo te fue?- Se sienta a mi lado, acomodándome el cabello, limpiando la comisura de mi boca, del labial que se había corrido. -¿La entrevista?

-Estuvo bien.- Me siento pequeña de nuevo, estar a su lado se siente bien. Jamás podré olvidarla, ella es mi felicidad, por eso me duele saber que no es feliz, en la vida que pensó, inocentemente, sería la mejor vida que podría escoger. Pero me mira, su mirada, a pesar de todo, sigue siendo ella, me mira con esa mirada fría, que a su vez dice que saber que estoy ocultando algo. –Después de eso...En la calle, un chico me ha invitado a salir...- Comenté. Me sentía triste, porque hasta un chico notaba lo entristecida que estaba por unnie, tratando de convencerme de salir con él. No podía, yo sólo quería a unnie, y si ella no me quiere a mí, mi mundo acaba. Nunca me di cuenta cuando la empecé a querer de esta manera, pero lo hago, y no hay manera de regresar las cosas.

-¿Qué con eso?- Lo dijo de manera fría, más fría que como me trató hoy en la mañana.

-No puedo...- Mi corazón, latió, por primera vez voy a hablar con unnie sobre mis sentimientos. –Narsha unnie, ¿alguna vez has amado? ¿Has amado de verdad?

-El amor, para otras personas es algo fácil...- Suspiró, cansada, quitando su mirada de mí. Decepción, eso parecía ser lo único que pensaba de mí. –Para mí, es como un tatuaje que jamás será borrado.

Después de decir eso, se puso en pie y me dejó sola en la habitación. Unnie ya no amará jamás, lo supe después de eso. Unnie se equivocó, un error, que le costó su felicidad. Unnie, unnie, aún después de todo, ella es en lo único que puedo pensar. De nuevo esa punzada en mi corazón, me hace darme cuenta de todo. Mis mejillas están manchadas de negro, por culpa de mis lágrimas saldas. Las recojo lentamente, mientras limpio mi maquillaje, el que había usado todo el día, tratando de parecerme a mi bonita unnie. Más lágrimas me hacen darme cuenta de lo ridícula que me veo, haciéndome sentir furia, así jamás lograría hacer feliz de nuevo a Narsha, no...Debo de ser quién ella necesita.

Esta noche no puedo dormir, si no estoy llorando, entonces estoy girando en la cama, pretendiendo en cualquier momento, unnie se dará cuenta de mi incomodidad, y vendrá a hacerme compañía como cuando éramos adolescentes. No pasa. Entonces, decido, ir a buscarla, ella no vendrá a mí, yo iré a ella. Recorro el pasillo, con sumo cuidado, esperando que unnie este feliz en sus sueños, pero al llegar a su recámara, me doy cuenta que no lo está. Él duerme a su lado, pero parece que no se hacen compañía, como si cada uno estuviese en su propio mundo. Me apoyo al marco de la puerta, observando el frío ambiente que hay dentro de la habitación. Quisiera ser yo quien duerme a lado de unnie, para poder abrazarle, y hacerle saber que no está sola. Me quedo ahí, observando, lo suficiente, dándome cuenta que hasta dormida, unnie es más que infeliz.

-¿Baby G?- Me llama. Puedo saber que sigue algo dormida, por la manera dulce en que me habló. Le sonreí, mientras me acerqué, le tomé de la mano y me puse a su altura. No sabía qué hacer, sólo quería verla tranquila, feliz de nuevo. Me despido de ella, regresando a mi habitación, Narsha jamás se encontrará en mejor lugar que cerca mío, me obligo a creer, sólo porque ella no es feliz con él.

Al desperta, puedo escuchar el mismo silencio incómodo que hubo la noche anterior, ellos no están en su mejor momento. Me visto, con otro vestido que tiempo atrás unnie me regaló, por mi cumpleaños. Maquillo mis labios y ojos, demostrando mi cambio. Bajo lentamente las escaleras, esperando no importunar. Puedo observar como él termina de beber una taza de café amargo y se va, sin despedirse con uno de esos besos amorosos que tanto le dio tiempo atrás, cuando unnie aún era mía. Hago una media reverencia, cuando termino de bajar las escaleras, agradeciendo el asilo que me dio la noche pasada. Le sonrió, gesto que ella no regresó. No, de nuevo era la Narsha triste. ¿Qué no me ve? ¿No soy un consuelo para ella? Me duele pensar que quizás no lo soy, no lo fui, y nunca lo seré. Camino hacia la puerta, debo de irme también, o me dolerá más.

-No te vayas aún.- Unnie me retiene. Me giró, lentamente, esperando a que diga algo más. -¿Bebe conmigo?- No me importa que sea temprano por la mañana, unnie me necesita. Asiento, siguiéndola de regreso a la cocina, donde amargamente tomamos café el día anterior.

-¿Por qué?- Le pregunto, sin saber a qué cosa me refería.

-Necesito compañía.- Lo supe desde que la vi, unnie estaba sola. Tanto tiempo yo me sentí sola, sin saber que ella me necesitaba más a mí, de lo que yo la necesitaba a ella. Unnie se había perdido a sí misma, en alguna parte del camino, y no hubo nadie que le ayudase. Como quiero poder ayudarle, hacerle entender que ahora es mi turno de hacerle compañía. Que jamás la olvidaré.

-Unnie...- Le tomo de la mano. -¿el amor duele?- Lo pregunto por el insistente punzón que siento en mi pecho.

-A veces.- Lo dice rudo, mientras da un trago largo a su vaso.

-¿Por qué?- No puedo evitar volver a preguntar, sentirme como una niña pequeña que no sabe nada.

-No lo sé, pero así pasa...O quizás no es amor...- Quita su mirada, mientras se encoge. Entonces sé qué debo hacerme la fuerte, por las dos. Debo de cambiar, dejar de ser la niña que hace mucho fui, cuando estábamos juntas.

Seguimos bebiendo, en silencio, mientras yo trato de ser una mejor compañía. Unnie está cansada de esta vida, yo quiero dejar de pensar en lo mucho que me duele verle así. ¿No sé da cuenta que estoy a su lado? ¿Habrá olvidado mi compañía? Unnie está sola, y he de admitir que aún hay muchas cosas que yo no sé. No soy su mejor compañía. Las copas se vacían, y sé que debo irme. Camino hacia la puerta, después de despedirme, mirando por última vez a mi muy amada unnie.

-¡Espera!- Me detiene una vez más. –Ga In, prométeme algo.- Me gira, para que la mire. Me puedo reflejar en esa mirada triste. –Jamás cambies por alguien que no te merece.- Con su pañuelo limpió mi rostro, de esa capa de maquillaje que me hacía ver mayor. No, no pensaba cambiar por alguien que no me merece, pero unnie me merece, me necesita. Volveré, después de aprender, volveré y le enseñaré que el amor no debe de doler.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.
Gracias por leer ^-^ esperaré sus comentarios.

Besos.


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