Okami Love por mary gnr1992

-"Siempre estoy solo... ¿por qué?"-


Esa frase siempre retumbaba en mi cabeza... no tengo pasado, no tengo presente, no tengo futuro... no tengo nada, no soy nada... siempre he querido saber porqué he nacido, que función tengo yo mientras viva.


Lo único que quiero saber es porque estoy vivo.


-“No quiero sentir más este sufrimiento... tengo que hallar la respuesta.”-


Me desperté de ese doloroso sueño en una cálida y a la vez gélida mañana de invierno iluminada por los rayos dorados del sol, me puse mi abrigo de piel de zorro confeccionado por mí y desayuné de forma tranquila como de costumbre.


Me incorporé y me prepararé a lo que llamo un trabajo: cazar y arrancar las pieles a mis presas para luego venderlas por dinero para ganarme la vida, normalmente un trabajo en esta época es más que suficiente para que una sola persona nómada pueda sobrevivir sin problemas, pero a veces trabajar, ganar dinero y tener lo suficiente para vivir no te llena por completo, es como... si faltara algo más.


-“Tengo que quitarme estos pensamientos inútiles de mi mente...”- pensé negativamente –“es como si me estuvieran taladrando la cabeza.”-


Dejando mis problemas a un lado, me adentré en una de las zonas más profundas e inexploradas del bosque, de repente vi a mi objetivo y me centré en mi presa número mil: un lobo enorme de pelaje tupido de color negro. Ambos nos mirábamos de una forma inquietante y penetrante, estaba emocionado, nunca he cazado una presa como esta, normalmente cazo conejos, zorros, tejones, libres e incluso ciervos, es la primera vez que me enfrento a un animal tan fiero y siniestro.


Respiro hondo y profundamente para calmar mis impulsos, y empiezo el ataque. Me abalance rápidamente contra el animal sacando mi lanza afiliada, milagrosamente la bestia retrocedió hacia atrás velozmente esquivando mi ataque y respondiéndome con un grave gruñido de advertencia.


-“Esto se está poniendo feo …”- pensé –“tendré que ponerme serio”-


El lobo se abalanzó hacia mí antes de que pudiera reaccionar, de repente noté como una ligera parálisis por todo mi cuerpo.


-Mierda... lo que me faltaba... ahora yo soy el cazador cazado.- gruñí.


Las fauces del animal que estaban apenas a unos milímetros de mí, hicieron que reaccionara con un contraataque directo y le clavé en el corazón con todas mis fuerzas la lanza, la bestia soltó un fulminante aullido de dolor mientras su sangre goteaba de su cuerpo peludo. Pero yo no fui el único que salió ileso de la batalla, justo en el momento del impacto de la lanza, el lobo hincó sus fauces en mi hombro, desgarrándome una parte de la piel dejándome con heridas no muy agradables.


Justo después del combate, caí al suelo debido al agotamiento y el dolor de la herida. Pero, afortunadamente he conseguido mi trofeo, ha merecido la pena.


Cuando recuperé las fuerzas hice mi típico ritual de la victoria después de la caza: arrancar las pieles de mi presa en señal de trofeo por mi siguiente víctima.


Felizmente cogí mi premio y logré llegar a un pueblo para comerciar con las pieles que había conseguido, por suerte me llevé un buen pico por mis magníficas pieles, en especial la del lobo que maté.


Al anochecer, agotado, acampé en una zona vacía y llena de tranquilidad para pasar la noche. Estaba exhausto por toda la emoción y esfuerzo que pasé en un solo día, mientras me alejaba del mundo real a través de mi mente con esos oscuros pensamientos de mi vida solitaria una y otra vez, pero a la vez, la luz plateada de la luna llena me iluminaba el rostro dándome algo de tranquilidad.


De repente oí el crujido de una rama: algo se estaba acercando... cada vez más y más...


-“Es una presencia de algo o alguien... parece el de una persona... pero a su vez no lo es... ¿qué demonios puede ser esa cosa?”- pensé intrigado.



El pulso se me aceleraba de una forma desorbitante, como si el corazón se me quisiera salir del cuerpo, apenas podía moverme, nunca sentí que el miedo a lo desconocido se apoderase tanto de mí como hasta este momento...


De repente vi algo justo encima de un montón de pieles que dejé cerca de mi tienda de campaña, algo se había metido dentro de las pieles. Me acerque sigilosamente para ver qué era lo qua había ahí, hasta que vi algo meneándose de forma desorbitante entre las pieles –“¿eso no es... una cola?”- pensé perplejo- “ahora mismo estoy viendo con mis propios ojos una cola moviéndose con vida propia…”-


No podía dar crédito a lo que estaba viendo, probablemente sería fruto de mi imaginación por el cansancio de todo lo que me ha pasado durante el día, pero esto lo veía demasiado real...


Antes de poder moverme vi que del montón de pieles salió algo, era una persona pero a su vez tenía algo muy distinto de otras personas...


-¿tiene... orejas... y cola?- dije apenas sin poder articular otra palabra.


No era sólo porque tenía orejas y cola de un animal, es como si me hubiera quedado de piedra fijando mis ojos en su misteriosa y cautelosa belleza, con una suave piel desnuda, su pelo fino y delicado, medio largo y blanco reflejado por la luz plateada de la luna llena y sus ojos azulados con el aspecto de un tierno y dulce ángel con unas mejillas enrojecidas, quizás por el frío... no se podía describir de otra manera lo que estaba viendo justo en este momento delante de mis ojos, era todo demasiado real...


-“¿Esto... es real o sólo es un sueño...?”- pensé atónito.