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Sí, de nuevo todo me lleva a tí por makoko

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Notas del fanfic:

Hola, espero se diviertan, sufran, rian y lloren con este fic. Decidi escribir un fic porque la sensacion de leerlos es increible, todas las emociones que un escritor maneja, quiero ponerme en su lugar y tratar de hacerles sentir lo mismo que siento con cada fic que leo. Por favor diganme su opinion, no sean timidos :3 yo aceptare cada uno de los comentarios. no me conocen y yo tampoco los conosco, pero si se dan el tiempo de leer mi fic, se los agradecere infinitamente XD cabe recalcar que es mi primer fic, comprendanme xD

Notas del capitulo:

Tengo una maldición, nunca puedo ponerle titulo a nada, me pasaba lo mismo en la escuela T.T hare mi mayor esfuerzo de pensar en buenos titulos para cada capitulo :3 

Jamás pensé estar aquí, parado enfrente del internado  Carnegie Mellon, el internado más caro en todo el mundo y donde solo admiten a cierto tipo de personas, definitivamente yo no soy ese tipo de persona. Me llamo Eve Relish, soy un chico de 15 años y mi vida es miserable. Aquí parado puedo recordar cuatro cosas por las que mi vida es miserable:

1.            Mi madre murió cuando tenía 10 años y mi padre es un alcohólico, drogadicto y apostador, lo único que piensa es en sus adicciones. Cuando mi madre murió fue como quedarme huérfano, tuve que conseguir comida por mi propia cuenta. Por más que lo intente no puedo odiar a mi padre, está enfermo y me da mucha lastima. Pero lo que me tiene más desconcertado es que llegara de repente con una beca para que yo estudiara aquí, en el internado Carnegie Mellon. Nunca fui a la escuela, ¿Cómo demonios iba a tener una beca? Pero eso es lo de menos, mi padre se esfumo, es como si se lo hubiese tragado la tierra y no tuve más remedio que venir a este internado.

2.            Parezco una chica, no es broma, enserio ¡Parezco una mujer! Mi cabello es largo, llega a mis caderas y ondulado en las puntas y de color caramelo, mis ojos son color verde menta. Si, bastante femenino, soy delgado, mi cuerpo es como el de una mujer sin pechos y con pene. Me gusta mi cabello largo porque me recuerda a mi madre, siento que es lo único que me queda de ella, por eso no lo cortare.

3.            Estuve a punto de ser mordido por varios vampiros, si como escuchan, VAMPIROS. Mi madre siempre me contaba de ellos y solo un grupo reducido, muy reducido de humanos sabe de la existencia de estos, todos los demás creen que solo es un mito.

4.            Los demás piensan que tengo un poder, don o milagro, pero yo pienso que es una maldición. Puedo controlar a los vampiros, no sé como lo hago, es algo que sale de mi cuando estoy a punto de ser mordido. Unas simples palabras como “no me toques” o “vete”, hacen exactamente lo que les digo.

Pero lo bueno de venir a este internado es que no tendré que lidiar con eso malditos vampiros de nuevo.

Mientras camino por el campus, puedo escuchar los murmullos de la gente: “Ya viste esa chica”, “¿Por qué una chica está aquí?”, “es muy bella, hay que hablarle”.

Esas palabras me hieren, que no ven que soy un chico, malditos bastardos. Tranquilízate Eve no hagas un escándalo, pensé, pero todo mi auto control se fue por el caño.

– ¡CALLENSE MALDITOS BASTARDOS! ¡QUE NO VEN QUE SOY UN CHICO! –lo grite a los cuatro vientos, pero ¿Qué hice? Maldita sea. Corrí lo más que pude hasta que vi los dormitorios, recogí mi llave, mi cuarto era el 202, corrí por las escaleras, metí la llave y abrí la puerta. Cuando entre mi vista se nublo y las lágrimas empezaron a salir, bajando por mis mejillas. ¿Por qué me pasaba eso a mí? ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué tuve que nacer de esta manera? ¡Soy un chico! Me senté recargado a la puerta y abrace mis rodillas, mis pequeños sollozos se escuchaban por toda la habitación.

– ¿Por qué lloras? ¿Te encuentras bien? – levante la cabeza, era un chico. Tenía cabello rubio como el oro, sus ojos eran violeta y su piel blanca sin ninguna imperfección, como un príncipe de los cuentos de hadas.

– ¿Quién eres? – le pregunte mientras me limpiaba las lágrimas con mi camisa. Él me ofreció un pañuelo y se sentó en la cama más cercana. Me puse de pie y me senté a un lado de él.

– Me llamo Mabel Fernsby, soy tu compañero de cuarto – dijo el rubio con una sonrisa muy bonita, se veía muy sincera y amable. Solo mi madre me sonreía así, estaba muy sorprendido.

– Ee..vee Re..li..sh, un gus..to – ¿Qué demonios me pasa? ¿Por qué estoy tartamudeando?

– El gusto es mío, espero que nos llevemos bien Eve – extendió su mano.

– Si, gracias por el pañuelo – le dije mientras estrechaba su mano y le sonreía de la misma manera.

– Nunca me ha gustado verte llorar – dijo Mabel mientras ponía cara triste. ¿Qué? ¿Porque lo dice como si ya me hubiera visto llorar antes? Es la primera vez que lo veo en mi vida.

– ¿Qué?- le dije muy sorprendido.

– No es nada – dijo Mabel con una leve sonrisa – ¿Quieres conocer el campus? Puedo darte un tour completo.

– Sí, me encantaría – me olvide de lo que había dicho y caminamos a la salida.

Desde que salimos del dormitorio percibo que alguien me está viendo. No sé cómo explicarlo, una mirada en mi nuca, pero volteo y no hay nadie. ¿Qué es esto? Volteo de nuevo y veo una sombra, es un chico, al darse cuenta que lo miraba salió corriendo.

– ¡Espera!– le grito mientras corro atrás de él.

– ¿A dónde vas? – grita Mabel yendo atrás de mí.

– Espera ahí, ya vuelvo – le grito mientras persigo al chico misterioso. Hemos corrido bastante, mi respiración se siente muy pesada, en ese instante el muchacho se para y se da la vuelta, no puedo parar a tiempo y me estampo contra su pecho, siento sus brazos tomándome de los hombros y sus ojos mirándome de pies a cabeza. Es un chico muy alto, su piel es un poco oscura, sus ojos son  verde oscuro, muy bonitos, su cabello es negro y lacio.

– Eh eh eh, ¿Porque me persigues? – le digo mientras me aparto lentamente y con cuidado.

– Yo... solo… quería verte – dijo el chico sonrojándose y bajando la mirada. ¿Qué? ¿Por qué? Este chico es raro y muy tímido, pero es lindo.

– Ya veo, pues soy Eve Relish, un gusto- le dije mientras lo miraba directamente a los ojos

– Eve – dijo el chico de una manera tan tierna que me hizo sonrojar – Es un nombre muy lindo, yo me llamo Arthur Dankworth.

– Tu nombre también es lindo – le dije mientras le sonreía amablemente, Arthur se puso muy colorado, pensé que su cabeza explotaría.

– ¿Podemos ser amigos, Eve? – me dijo Arthur mientras extendía su mano.

– Claro que si, eres muy lindo Arthur – estreche su mano. Arthur me miro con la cara aún más roja y salió corriendo sin decir nada. Es muy tímido, eso es seguro.

Ese chico es atractivo y lindo, espera, ¿qué demonios? Eve, eres un chico a ti te gustan las chicas, bueno nunca me ha gustado una chica y en este internado no hay chicas. Pero que dos hombres estén juntos está mal, mi padre siempre dice que los homosexuales son la basura de la sociedad.

Mientras caminaba para buscar a Mabel, sentí unos brazos grandes rodear mi cintura, me quede congelado, una cabeza se apoyó en mi hombro derecho y a los pocos segundos sentí unos labios en mi mejilla. ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?

–Annie... por fin te encuentro – dijo el chico mientras me pegaba a su cuerpo, logre zafarme de alguna manera, me di vuelta y lo mire. Era un chico alto, con cabello negro y ondulado que le llegaba al hombro, sus ojos eran color negro, un negro aún más oscuro que la noche, me perdí en su mirada… tan bella.

– ¿Quién eres tú? – le dije mientras me alejaba cada vez más. El chico me miro como si no creyera lo que le estaba diciendo, suspiro y clavo sus ojos en mí.

– Eres increíble, no poder recordarme, eso jamás te lo perdonare – respondió el chico mientras se acercaba más a mí. ¿Qué? ¿Qué? ¿Lo conozco? Es la primera vez que nos vemos – Me llamo Frank Puscat, asegúrate de no olvidarlo nunca más –.

– ¿Porque me besaste? – le dije mientras tocaba mi mejilla. Frank sonrió, era una sonrisa malvada y arrogante, como si disfrutara de un triunfo.

– Porque me apeteció y así va a hacer de ahora en adelante, así que cuídate princesa – dijo Frank mientras me acariciaba la mejilla, aparte su mano bruscamente y él solo sonrió, como si lo disfrutase. Corrí mientras las lágrimas salían por mis ojos y bajaban por mis mejillas, un hombre me beso en la mejilla, ¡Un hombre! Pero lo peor es la ausencia de asco, lo único que sentía era tristeza porque se había sentido bien, como un pañuelo de seda en mi mejilla. A lo lejos vi un chico que estaba recargado en una pared. Pase sin siquiera mirarlo.

– Pensé que este internado era de chicos ¿Por qué hay una chica aquí? – pregunto el chico. Me gire inmediatamente y note que era pelirrojo, su cabello estaba levantado como puntas, sus ojos eran color miel y su piel blanca como la leche. Me miraba con una sonrisa malvada, como un niño que acaba de hacer una travesura.

– ¿Qué dijiste? – le pregunte mientras me acercaba

– Nada, solo que ¿Por qué hay una chica aquí? – lo dijo mientras me señalaba con el dedo ¿Qué demonios le pasa? Me acerque rápido y levante mi puño para golpearlo, pero este me detuvo sosteniendo mi muñeca y jalándome hacia él. Nuestras caras estaban a tan solo centímetros de distancia, pude sentir su otra mano sosteniendo mi cintura. No me pude mover, estaba congelado.

– Vaya vaya, saliste muy ruda muñequita – dijo mientras me soltaba y yo caí de sentonazo. Mi corazón estaba muy acelerado y sabía que mi cara estaba roja – Me llamo Daniel Villan, el chico que hará de tu vida un infierno nena –.

– Vete al demonio – le dije mientras se alejaba agitando su mano, ¿Qué esta escuela está llena de idiotas? Idiotas homosexuales, pero ¿porque no me daban asco o repulsión? Es un gran misterio. Camine lentamente, estaba tan enojado que podría matar a alguien. Vi a un chico sentado, recargándose en un árbol mientras leía un libro. Era un chico con cabello gris algo alborotado, sus ojos eran de color miel y usaba lentes. Verlo ahí sentado es una imagen muy hermosa, no puede apartar mis ojos de él, hasta que me miro. Sentí que la sangre se me iba a la cabeza.

– ¿Qué tanto me ves?- dijo el chico de una manera poco educada.

– Yo… solo… perdón no quería molestarte – le dije mientras me alejaba lentamente y sentía mis mejillas explotar de la vergüenza.

– No te vayas, acércate – me respondió mientras le daba unas palmaditas al pasto señalando que me sentara ahí, aun lado de él – ¿Cómo te llamas? –.

– Eve Relish y tú?- le dije mientras me sentaba, algo tímido.

– Damon MacQuoid- me dijo mientras me miraba de arriba abajo – ¿te gustan los libros? –.

– ¡Siiiii! me gustan mucho, de hecho ese libro es mi favorito – le dije mientras se señalaba el libro que tenía en sus manos.

– ¿En serio? Wow pues tenemos algo en común, este también es mi libro favorito– dijo Damon mientras me sonreía de una manera hermosa. Se parece a la sonrisa de Mabel… MABEL, se quedó esperándome, espera, nadie es tan tonto como para seguir esperando ¿o sí?

– Perdóname, acabo de recordar algo importante, nos vemos Damon – Le dije mientras corría a toda velocidad para encontrar a Mabel, busque por todos lados y se hizo de noche. Mire a los lejos y vi un chico parado en medio del camino, era Mabel. Corrí hacia él.

– ¡¡¡Mabel!!! – Grite mientras corría y casi me quedo sin respiración- ¿Por qué sigues esperándome? debiste ir al cuarto, ya es de noche – Mabel me miro y sonrió.

– No podía irme, dijiste que te esperara – me miró como si fuera una gema preciosa, sus ojos se iluminaron – Llevo esperando por ti mucho tiempo, y al fin te encontré, no pienso dejarte ir nunca más –.

– Mabel que… – antes de que terminara mi frase, me abrazo como si no quisiese soltarme nunca, cada vez me apretaba más y más hasta que nuestros cuerpos estaban totalmente juntos. Mi corazón latía muy rápido. Intente apartarme pero no pude, simplemente me rendí ante tal abrazo, y por primera vez sentí algo en mi estómago, eso que dicen en los libros de romance….

Mariposas...

Notas finales:

Gracias por leer

dejen review :3 

se que deja con muchas dudas existenciales (?) pero todas las dudas se iran aclarando conforme avance la historia :3


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