En una parte del cielo se encontraban dos ángeles llamados Mordecai y Rigby,junto con el creador de la vida misma: Dios.
El primero tenia cabello azul,unas cuantas perforaciones en sus labios,oidos y cejas;sus ojos eran de unos extraños colores pues uno era de color azul cielo y otro tenía la tonada del mar. Él se llamaba Mordecai.
Su compañero era algo enano,su piel era de un hermoso tono morocho al igual que sus cabellos,sus ojos eran dorados y aunque eran extraños se veían hermosos; este ángel se llamaba Rigby,pero todos le decían "mapache" debido a las ojeras bajo sus ojos y su actitud rebelde.
- Mordecai y Rigby necesito que me hagan un favor- dijo con voz calmada el hombre que vestia de un traje blanco,suu cabello era largo y era del mismo colot de su traje.
- Por usted lo que sea,Señor...- dijo el ángel Mordecai poniendo una mano en su pecho con el puño cerrado. Rigby asintió para confirmarlo.
- Me dirijo a ustedes para encargarles una misión: deben ir al purgatorio pues allí hay una pequeña complicación con algunas almas...- luego de decir esto les da unas pequeña perlas de color verde brillante- mañana por la mañana quiero que aplasten estas perlas y digan purgatorio para llegar allí,los estaré esperando ¿de acuerdo?
- Cómo usted ordene- dijo Rigby- pero tengo una pregunta: ¿por qué nos escogió a nosotros para recibir este trabajo?
El hombre vestido de blanco rió un poco.
- Es que nadie más queria hacerlo- dijo con una sonrisa.
Mientras tanto en el lugar contrario al cielo...
- ¡Jeremy! ¡Chad!- llamó un hombre alto de cabellos rojos y apuesto rostro.
La gran puerta del palacio rojo en llamas se abrió y aparecieron dos demonios de increíble belleza. El primero tenía el cabello blanco y ojos rojos,era alto, caminaba con paso decido,era malvado y era muy deseado por todas las mujeres de ese lugar; este chico se llamaba Jeremy.
El joven que lo acompañaba se llamaba Chad,era castaño con ojos verdes,y era conocido por ser demasiado sexy. Ese chico solía acostarse con todos para luego robarles su esencia vital.
- Quiero que mañana mismo vayan al purgatorio,vayan temprano...- dijo mientras les tiraba dos perlas como las que Dios les había dado a Mordecai y Rigby.
- Si,amo- dijeron ambos al mismo tiempo.
Al día siguiente...
Los dos ángeles estaban en frente de una gran casa de color verde azulado,estaban sentados en las escaleras de ésta;mientras esperaban ambos se miraban con ternura para luego darse cortos besos cargados de dulzura.
No muy lejos de allí,solo a unos cuantos pasos por lo que prácticamente estaban en frente de ellos,aparecieron dos demonios. Era la primera vez que veían gente de esa especie pues el contacto entre ellos estaba prohibido a menos que hubiera una razón coherente. Uno de loa seres desconocidos,aquél de cabello blanco,empujo a su compañero hacia un árbol y ambos comenzaron un fogoso beso de lengua.
EEl ángel castaño se ruborizó al ver esa escena,nunca había visto que la gente se besase de esa manera ¿era normal? Vio como ese demonio enano pasaba sus manos por el pecho del albino. Rigby nunca había visto esas cosas,pero quería experimentarlas.
- Que exhibicionistas...- murmuró Mordecai.
Jeremy y Chad dejaron de besarse por un rato y se acercaron al lugar donde estaban nuestros apuestos ángeles.
- Nosotros somos Chad y Jeremy- dijo el chico de cabellos castaños sonriendo.- ¿como se llaman ustedes?
Rigby abrió la boca pero no pudo responder debido a que por su mente pasaban las imágenes de esos dos besándose,así que su pareja le hizo el favor.
- Él es Rigby- dijo Mordecai señalandolo- y yo soy Mordecai.
- Es un placer- dijo Jeremy para luego mirar al pequeño ángel castaño y decir:- un gran placer...
El pequeño ángel pudo sentir como el color rojo subía a sus mejillas.
Pocos minutos después llegaron los jefes de aquellos mundos a los que solo podías ir después de la muerte.
- De acuerdo- dijo el hombre de blanco- necesito que logren capturar la mayor cantidad de almas,puede que esto les lleve unos días pero es importante...
- ¿Y cual va a ser nuestra recompensa?- dijo de forma impertinente,Chad.
El hombre de rojo y negro giró lentamente su cabeza para mirar a su sirviente,logrando que a todos allí les recorriera un escalofrío en su espalda.
- Esencia vital- dijo éste con voz fría y dura. Sin sentimientos.
Las dos parejas sonrieron al escuchar eso,la esencia vital no solo era comida para ellos sino que en varias ocasiones te hacía sentir vivo. Vivo de verdad.
- Sus cosas estan dentro de la casa- dijo con una sonrisa el jefe de los ángeles- sus habitaciones estan subiendo las escaleras,la de Mordecai y Rigby esta a la derecha mientras que las de ustedes- dijo mientras se dirigia a los demonios- esta en la parte izquierda.
Ambos seres poderosos desaparecieron en cuestión de segundos,y las parejas se quedaron solas.
- Mejor entremos- le dijo Mordecai a Rigby;cuando entraron vieron que la habitación estaba decorada perfectamente al estilo "Cielo", y pudieron ver que todas sus cosas estaban ahí,incluidas sus armas para cazar almas
- ¡Mi espada!- dijo Motdecai feliz mientras la sacaba de una de las cajas.
- ¡Mis arco y flecha!- exclamó también el pequeño e inocente castaño.
Mientras tanto en la habitación de Chad y Jeremy...
- Veo que todas nuestras cosas estan aquí- dijo Chad mientras revisaba la habitación.
- Chad...- lo llamó el albino que estaba acostado en una de las camas- ¿viste como eran sus alas?
El menor largo un profundo suspiro; a él le habían encantado esas bellísimas alas blancas,no le gustaba a la gente que lo supiese pero su mayor secreto era que siempre había querido tener esas cosas preciosas. Él en lo más profundo de su corazón quería ser un ángel.
- Eran preciosas...- susurró el chico de ojos verdes.- me gustaría tenerlas...
- Pero si podemos tenerlas- afirmó su compañero Jeremy.
- ¿En...en serio?- preguntó sorprendido- ¿Como?
- Pues tú sabes que para matar a un demonio debes engañarlo ¿no es así?- intentó explicar el mayor- y por lo que he oído puedes matar a un ángel si le rompes el corazón...
- Entonces pretendes que tú y yo...- dijo dudativo Chad.
- Exacto- confirmó su pareja- nosotros vamos a destruir la relación entre esos dos y luego les romperemos el corazón para quedarnos con sus alas.
- Puede ser peligroso pero...valdrá la pena- respondió el castaño.
- Tú te encargaras de Mordecai y yo de Rigby...
- Es buena idea,ese enano por alguna razón que no entiendo no te quitaba la mirada de encima- dijo Chad con un deje de molestia.
- Creo que es porque nos vio besándonos- supuso con una sonrisa,Jeremy- pobre,se ve tan inocente...
Luego de eso las dos parejas salieron al aire libre del purgatorio para comenzar su cacería de almas. Las armas de que poseían los demonios eran un tridente para Jeremy y una oz para Chad.
Los cuatro se separaron llendo cada uno en distintas direcciones. Mordecai pudo ver el alma de un joven chico rubio escabullirse entre los arbustos,con mucho sigilo se acercó hasta ahí para luego atravesar el pecho del muchacho quien en ub dos por tres se convirtió en una perla de color violeta. Se sentía bien sabiendo que las armas de los ángeles no dolían cuando te atravesaban,lo malo es que la de los demonios sí.
Chad camino entre algunos árboles para luego ver a un hombre adulto de pelo negro;con cuidado alargó su oz y la dirigió hacia el cuerpo de aquel hombre para matarlo a distancia. Cuando lo mató este hombre también se convirtió en una perla violeta.
Mientras tanto Jeremy no tenía piedad matando a las pobres almas que se le cruzaban en el camino pues a cada una de ellas les arrancaba la cabeza con su tridente. Pudo escuchar otro ruido cerca suyo y cuando se acercó vio que solo era Rigby quien había matado a una de las almas disparandole en la cabeza. Se sorprendió de que alguien tan pequeño como él pudiera ser tan habilidoso;se acercó lentamente haciendo por accidente un ruido que hizo que el castaño ángel volteara asustado.
- Tranquilo,solo soy yo...- dijo calmadamente el albino mientras se acercaba cada vez más a éste. Rigby sólo retrocedió un poco hasta chocar con un árbol.
- Lo...lo siento,es que me tomaste por sorpresa...- admitió Rigby.
Jeremy se puso frente a Rigby,logrando que quede acorralado entre él y el árbol para luego acercar su rostro y murmurar:
- No será que...me tienes miedo...- el castaño estaba sumamente avergonzado,lo tenía tan cerca y eso lo ponía muy nervioso. Pero para el albino esto simplemente era demasiado fácil ya que pensaba que robar sus alas seria pan comido.
- ¡N-no! ¡No sé por que piensas así!- la cara del castaño se tornó roja.
Jeremy sonrió y se separó de él,fue entonces cuando Chad llegó.
- ¡Jeremy,aqui estas!- dijo mientras sonreía y pocos segundos después lo besó. Para desgracia de Rigby era otra vez ese extraño beso en el que mezclaban sus lenguas de una forma difícil de describir. Mientras esto ocurría,el albino miro de reojo al ángel y le guiño el ojo provocando que el otro se ruborizara aún más.
Después de esta escena los tres volvieron a la casa donde Mordecai los esperaba,éste solo miró a Chad levemente ya que estaba al lado de Rigby pero pudo notar como ese demonio le guiñaba el ojo,sonreía y después entraba a la casa.
La pareja de ángeles se quedo afuera pensando un rato hasta que Rigby habló:
- Me siento extraño...
El peliazul miró a su pareja y se acercó a darle un dulce beso en los labios.
- Me leíste la mente- dijo el mayor cuando se separaron pues en realidad así era.
¿Qué otras sensaciones saldrán mientras estén ahí?