Día 1
Cuando el sol aún no había salido Alex llegó a las puertas de la universidad que ya estaban abiertas a pesar de lo temprano que era. Entró de inmediato y agradeció la oscuridad que había en el interior. Era una universidad grande que tenia pocas ventanas y estaba permanentemente iluminada de electricidad. El ambiente perfecto para que él diera clases diurnas de historia ya que, cualquier pequeño rayo de solo que le tocara le podía dañar muy seriamente.
Aún le sorprendía la facilidad con la que había conseguido un puesto en esa prestigiosa universidad. Cuando le dijeron que eran clases diurnas pensó en rechazarlas de inmediato pero al ver las instalaciones se percato que, aunque sería peligroso podía hacerlas si entraba antes de que saliera el sol y se iba después y tenía especial cuidado con las pocas ventanas que habían. Pero el riesgo valía la pena. Gracias a las clases tendría acceso a la inmensa biblioteca del campus. La biblioteca más completa de historia que existía. En ella pretendía encontrar información de su creador, aquel que había matado a su amada Elizabeth para después negarle la paz de la muerte condenándole a una vida eterna sin su ser amado. Desde ese día solo había buscado vengarse matándole y llevaba más de un siglo tras su pista.
Ese día le tocaba clase a primera hora. En cuanto entro en clase vio que todos los alumnos ya estaban sentados en su sitio. De inmediato se presentó y empezó con su clase pero enseguida vio que había alumnos despistados. Pero no lo iba a permitir. Concentrándose uso uno de sus poderes favoritos. Dejó ir su olor y sus feromonas de manera controlada. En grandes cantidades producían que la gente cayera rendida a sus pies y le entregaran su vida voluntariamente. En menor cantidad produjo que todos los alumnos le prestaran atención de inmediato. Todos, menos uno. Al final de la clase había un chico con el pelo moreno corto y una intensa mirada gris que le causo una sensación de familiaridad al instante. Estaba ausente y no le prestaba atención. Era la primera vez que sus feromonas no afectaban a alguien. Sonrío para él mismo. Iba a ser un reto interesante intentarle conquistar. De repente sonó la puerta de la clase sobresaltándolo. Se dirigió hacía la puerta y, tras ella vio a una mujer joven con una melena pelirroja y unos ojos verdes. Su instinto le dijo que era una mujer peligroso y este rara vez se equivocaba.
- Hola, soy la tutora de clase. Usted es el nuevo profesor, ¿verdad? No le había dado la lista de clase.
- Eso me lo podías haber dado antes. ¿Cómo te atreves a interrumpir mi clase?
- Porqué acabo de llegar a la universidad ahora. –dijo la chica pelirroja entregándole una hoja.- Esta es la mía pero le servirá. En el descanso le daré la suya. Siento haberle molestado pero la necesitas para pasar lista. Me voy ya que tengo clase.
Alex cerró la puerta y volvió a dirigirse a sus alumnos y a pasar lista fijándose en quien era cada persona hasta que llego al nombre de Usagi y vio que respondía el chico moreno. Ya sabía su nombre.
Al sonar el timbre todos los alumnos empezaron a recoger sus cosas y fueron abandonando la clase. Al ver bajar al chico del fondo de la clase le paró.
- Oye Usagi, ¿podrías venir un momento? –el chico se acercó al oírle.- Te he visto un poco distraído en la clase. ¿Qué piensas hacer en el futuro? Solo queda un año de universidad para que te decidas.
Cuando el chico llegó a su altura su aroma llenó sus fosas nasales. Había vivido mas de un siglo y había probado de todo. Desde la sangre de sabor mas horroroso por su aderezo de nicotina o alcohol hasta la mas dulce. Pero en todo ese tiempo no había encontrado a nadie que oliera cómo él. Un olor tan dulce y embriagador. Su sangre debía ser deliciosa.
- Aún no tengo muy claro que hacer en mi futuro.
- Deberías empezar a decidirte ya. Tu futuro esta a la vuelta de la esquina. –dijo Alex y luego añadió.- Puedes irte.
Usagi se fue dejando al vampiro anhelante oliendo la estela de olor que había dejado al partir.
Tras recuperarse se dirigió a la biblioteca a empezar su investigación pero se sorprendió al ver que allí se encontraba Usagi mirando un libro al lado de una estantería. Se acercó hasta él y observo sobre su hombro el libro que leía. Antes de poder verlo alguien picó a su hombro y al girarse vio que era la tutora. Suspiro al verla.
- ¿Qué quieres ahora? ¿No me has dado todo antes?
- Toma tu lista y devuélveme la mía. –dijo la pelirroja.- ¿Qué te ha parecido la clase?
Alex observó que Usagi se iba de la biblioteca dejándoles solos. Había perdido una buena oportunidad de hablar con él.
- Aún no he tenido mucho tiempo de conocerles pero creo que es una clase muy atenta. –dijo Alex.- Al menos la mayoría.
- ¿Alguien le ha llamado la atención?
- Nadie en especial.
- Es decir, la clase es de las mejores y creo que tienen bien futuro.
- En cuanto les haga algunas clases y algún examen te lo diré.
- Ah se me olvidaba. –dijo la pelirroja de repente.- Debería de apuntar las notas de los alumnos en un cuaderno aparte de apuntarlo en los papeles de la universidad.
- De acuerdo lo haré.
- Te lo digo porque hace poco hubo un incendio y se perdió mucha información de los alumnos.
- ¿Y que tiene eso que ver conmigo?
- Era para que lo supieras. Bueno me voy.
- Evitaré que se queme el mío. Adiós.
Alex se iba a ir también de la biblioteca cuando vio a Usagi regresar. Al verlo sonrío para él. Tendría la oportunidad de hablar con él. Usagi se acercó al profesor.
- No sabes disimular, no te agrada la nueva tutora, ¿verdad? –dijo Usagi con una sonrisa pícara.
- ¿Tanto se me nota? Me da mala espina y no se porque pero mi instinto nunca me falla.
- ¿Qué te ha hecho decidirte a ingresar como profesor en esta universidad? –dijo Usagi tras quedarse pensando durante un rato.
- Esta estupenda biblioteca. –dijo Alex repasando con el dedo los títulos que se apilaban en las estanterías.- Me encanta la historia y esta biblioteca es de las mejores que existen. Hay títulos que solo se encuentran aquí. Y a ti, -dijo acercándose a Usagi.- ¿qué te hizo venir aquí?
- Mis padres me obligaron a venir. Yo no tenía intención de entrar a la universidad, me hubiera gustado hacer algo distinto. – dijo alejándose un poco mirando algunos libros.
- Yo conseguiré que te guste historia. Aunque después te acabes dedicando a otra cosa.
- La verdad es que las cosas se me quedan rápido, pero estoy deseando ver como me enseñas historia para que me parezca divertida y emocionante. Nos vemos en la siguiente clase. –Usagi pasó por su lado sonriendo y provocándole.
- Estoy deseando que llegué.
Cuando Usagi se fue de la biblioteca dejándolo solo se puso a pensar en todo el día. Al ver a la tutora aparecer justo cuando iba a hablar con Usagi hizo que quisiera deshacerse de ella de inmediato y casi ni presto atención a la conversación. Pero en ese momento recordó lo que había dicho sobre el incendio. ¿Qué había sucedido para que los archivos se quemaran? Seguro que era uno de los sitios más protegidos contra incendios. Se maldijo por no haberle preguntado en ese momento. Pero la próxima vez no perdería la oportunidad de hacerlo.
Cuando el sol cayó Alex se dirigió hacía su casa y la universidad quedó vacía.
Usagi al llegar a casa se tiró en la cama y pensó en el nuevo profesor que a la vez que le parecía interesante por ser distinto a todos los demás, lo odiaba por creerse tan inteligente.
- Creo que me estoy interesando por él.
Mientras, en algún lugar de la ciudad la tutora sacó la lista de alumnos que le había dado por la mañana a Alex y este le había devuelto. Con cuidado extrajo las huellas que habían quedado en el papel y el ADN que había quedado impregnado en él gracias a un conjuro.
- Este vampiro no se ira de rositas. –dijo la tutora con una sonrisa maligna en los labios.