Jondae escucho demasiado ruido proveniente de la planta baja, eso solo podía significar una sola cosa, sus padres habían vuelto después de 4 meses. Aunque la última vez que se vieron solo habían discutido, se propuso que esta ocasión sería diferente. Se puso de pie de un salto y salió corriendo escaleras abajo.
-¡Hola! Por fin han llegado de viaje- dijo Jondae con voz cálida y afectuosa.
-¡Hijo!- dijo Yoona cálidamente mientras se acercaba y le daba un afectuoso abrazo.
-¿Has cambiado de opinión ya?- dijo Kris con voz fría y áspera.
-¡Yo también te extrañe papá! ¡Y gracias por preocuparte he estado muy bien!- dijo Jondae con voz sarcástica y amarga.
-¡Te hice una pregunta! ¡Te volveré a preguntar! ¿Cambiaste de opinión?- dijo Kris levantando la voz.
-¡No!- dijo Jondae con voz clara y firme - Te lo dije la última vez que nos vimos y te lo repito ahora ¡¡NO VOY A CAMBIAR DE OPINIÓN!! ¡Voy a estudiar lo que yo quiera no lo que tú quieras!- termino de decir totalmente molesto.
-¡Pensé que dejándote solo cambiarias de opinión, que reflexionarías! pero veo que de nada sirvió ¡¡eres incorregible!! ¡Pero la culpa es de tu madre, ella siempre te consintió demasiado!- dijo Kris muy molesto mientras señalaba a Yoona, quien solo podía observar la escena muda y sorprendida, como siempre.
-¡Pero esto se acabo! ¡Jondae toma tus cosas y vete de mi casa! ¡Vuelve cuando hayas cambiado de opinión! ¡No puedo tener en mi casa a alguien que es incapaz de ver que es lo mejor para su futuro!- dijo Kris con voz firme.
-¿Eso es en verdad lo que quieres? ¡Pues me voy! ¡Pero no esperes que vuelva porque no voy a cambiar de opinión! ¡Y no me voy a llevar nada no necesito de tu caridad!- dijo Jondae mientras observaba molesto a su padre.
-¡Entonces lárgate de una vez!- dijo Kris con voz fría.
-¡No! ¡Hijo no te vayas por favor! ¡Para ya Kris! ¡Es tu hijo!- dijo Yoona con voz estrangulada mientras observaba a su hijo y a su esposo.
-¡Es mi última palabra!- dijo Kris girándose para dirigirse a su despacho desapareciendo de de la vista de su hijo y su esposa.
-hijo no te vayas, solo dijo esas cosas porque está molesto- dijo Yoona con voz suplicante.
-¡No mamá! ¡No puedo quedarme! ¡Me sorprendido que me defendieras! ¡Gracias! Pero no puedo quedarme- dijo Jondae con voz y mirada triste.
-¡Esta bien hijo! ¡Pero no puedes irte sin llevarte tus cosas! ¡Por favor, así estaré más tranquila!- Dijo Yoona dándole una mirada suplicante a su hijo, comprendiendo que quizá lo mejor era que su hijo se alejara de ellos.
-Ok, mamá pero solo me llevare un poco de ropa y zapatos, solo me llevare lo necesario- dijo Jondae mientras observaba como el rostro de su madre cambiaba de suplicante a reproche y de reproche a complacencia.
-Gracias hijo- dijo Yoona mientras se acercaba y le daba n beso en la mejilla a su hijo -¡Vamos te ayudare a empacar!-
-¡No! ¡No mamá!- no es necesario- se apresuro a decir, sabiendo que si aceptaba la ayuda de su madre lo obligaría a llevarse todo lo que tuviera en su cuarto hasta los muebles lo cual los llevaría a enfrascarse en una discusión interminable y lo que menos quería era en ese momento era permanecer en un lugar donde siempre había estado solo y fue maltratado.
Jondae se apresuro a subir a su recamara y comenzó a empacar sus cosas con furia, con la furia contenida de ese día y todos los anteriores. Amargas lágrimas comenzaron a escapar de sus ojos mientras se las limpiaba con furia, entonces recordó todo lo que había sufrido en esa casa y la promesa que había hecho meses atrás cuando sus padres no llegaron a su graduación.
Sin embargo una semana antes había decidido dejarlo, pero ahora se arrepentía de haberlo hecho, así que retomaría esa promesa que se había hecho, y no dejaría que nadie lo humillara, lo lastimara, que nadie se acercara a él, así mismo se prometió que nunca más volvería a ser Jondae, solo sería Chen.
Jondae tomo sus maletas, salió de la casa sin despedirse de nadie, llego a su auto, arrojo sus maletas dentro y se detuvo para darle un vistazo a la que hasta ahora había sido su casa, ese lugar donde vivió tan amargamente. De pronto vio que Yoona salía de la casa, Jondae se apresuro a subir al coche y salir de la mansión, sin darle un último adiós a nadie.
Jondae pasó horas conduciendo sin rumbo e ignorando las llamadas de su madre. Se detuvo en una calle llena de locales de todo tipo, comenzó a camina a través de la calle sin un destino en mente, pero de pronto una persona salió de una cafetería dejando que un delicioso aroma inundara los sentidos de Jondae, su estomago despertó.
Fue en ese momento cuando recordó que no había comido nada desde el día anterior y ya había pasado un buen rato desde el medio día. Así que se movió del lugar donde se encontraba de pie y entró a la cafetería.
Xiumin se encontraba agotado, ese día había sido de esos días en la cafetería donde la gente no paraba de entrar y salir, la concurrencia ese día en la cafetería había sido excesiva. Xiumin no podía desear más fervientemente que su turno terminara, pero ya solo faltaba una hora, y eso lo ponía feliz, estaba cansado de ir de aquí para acá, verificando y limpiando las mesas, tomando las órdenes y entregando los pedidos.
Justo cuando Xiumin se detuvo para descansar un momento junto a la barra, vio a un chico entrar y sentarse en una de las mesas del local. Dio un largo suspiro y comenzó a caminar a la mesa.
-¡Hola, buenas tardes!- dijo Xiumin dándole una cálida sonrisa -¿Qué puedo ofrecerte?- dijo con voz cálida
-¡Chen! ¡Llama me Chen!- dijo Jondae.
-¿Di-Disculpa?- dijo el mesero visiblemente confundido.
-Es mi nombre ¡Chen! Llama me así- dijo Chen dándole una sonrisa gatuna.
-¡Oh!- fue lo primero que salió de la boca de Xiumin mientras se recuperaba de la confusión –Ok, Chen ¿Qué puedo ofrecerte hoy?- dijo cuando finalmente recupero la compostura.
-Por ahora solo un americano y una rebanada de pay de queso- dijo Chen con una sonrisa arrogante.
-¡Ok! Americano y Pay de queso, en un momento lo traigo- dijo el joven mesero mientras se giraba para ir por la orden.
¡Qué chico tan arrogante y raro! Pensó Xiumin mientras se dirigía a la barra.
- ¡Listo!- dijo Xiumin entregándole la orden a Chen.
-¡Chen!- dijo Chen mirándolo fijamente -¿Ya olvidaste mi nombre?-
-¡Ya está lista tu orden Chen!- dijo virando los ojos -¡Provecho!- dijo con tono sarcástico, dándose la vuelta para irse y continuar con sus deberes. Xiumin estaba demasiado agotado para tratarlo con amabilidad.
-¡Ese chico me agrada!- dijo Chen para sí mismo.
Chen comía mientras observaba atentamente los movimientos de Xiumin, iba y venía primero limpiando las mesas. Posteriormente acomodaba los servilleteros y demás complementos.
Xiumin podía sentir que aquel chico tan extraño lo observaba y seguía cada uno de sus movimientos, eso era incomodo y trataba de hacer las cosas lo más rápido que podía, su turno ya estaba por terminar. Xiumin suspiro al ver entrar a Luhan, termino limpiar la mesa y feliz se dirigió a ver a Luhan con una sonrisa en su rostro.
-¡Hey Xiuxiu! ¡Siempre tan feliz de verme!- dijo Luhan al ver la gran sonrisa de Xiumin.
-¡Obvio Lulu!- dijo Xiumin con tono sarcástico.
-¡Ya me dijeron que tienes un admirador!- dijo Luhan observando serio hacia donde estaba Chen.
-¡Yo diría un acosador!- dijo Xiumin mientras tomada a Luhan por la barbilla para que volteara a verlo de nuevo -¡Estoy tan cansado!-
-¡Tuviste un día muy pesado de nuevo!- dijo Luhan viendo tiernamente a Xiumin -¡Ok, nos vemos mañana! ¡Ve a descansar!- dijo mientras abrazaba a Xiumin.
-¡Ok hasta mañana!- se despidió Xiumin.
-¿Deberíamos de cambiar de turnos para mañana?- dijo Luhan separándose un poco para poder observar a Xiumin a la cara.
-¡Por favor!- dijo Xiumin dándole una pequeña sonrisa.
-¡Ok, hasta mañana!- se despidieron.