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Salvaje. por MitcheKiller117

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:


— Diálogos.


Puntos a remarcar.


Xx cambio de escena.


¡A leer!


 


 


¡No olviden dejar comentarios!

 

Xx

 

 

 

 

La primera vez que KangIn vio a LeeTeuk pensó que era un salvaje.

Cuando compartió sus pensamientos con uno de los miembros, el otro le miró como si estuviese loco y entonces KangIn supo que no debía compartir su forma de pensar con nadie más. Pensó entonces que se equivocaba y desechó por completo la idea.

Siempre ha sido bien sabido que el menor no es una persona que se deje mangonear, su personalidad explosiva, orgullosa y constantemente cambiante durante su pre debut lo hacían rodearse de soledad y con unas cuantas personas.

Sin embargo, aquella tarde lluviosa en que el mayor le regañó por no acoplarse correctamente a la coreografía y pensar solo en su trabajo y no en el del resto, KangIn dejó caer los hombros y bajó la cabeza, acatando órdenes por primera vez.

Y reafirmó sus pensamientos. LeeTeuk era un salvaje y él lo sabía, aunque el mundo entero estuviese en su contra.

Después del incidente, Young Woon fue acusado de ser el lame botas de su líder. Sus Hyungs lo molestaban constantemente, ganándose miradas de desprecio y deseos de una muerte lenta y dolorosa por parte del menor.

El menor nunca fue realmente cercano a su líder, lo asechaba de lejos y lo miraba siempre, siendo siempre cuidadoso de que nadie lo notara y acudiendo cada vez que el mayor lo llamaba. O eso creía él.

Uno de los fatídicos días en que habían estado grabando su mini drama, KangIn, pese a llevarse mucho mejor con la mayoría de los miembros, no podía creer que se vieran forzados a hacer esa clase de espectáculos o ridiculeces, como las llamaba él. Queja tras queja, se retiró del estudio a paso tranquilo con su líder siguiéndole los talones.

Habían terminado de filmar ese día por lo que JungSoo le había propuesto salir a beber algo.

No era como si YoungWoon anhelara algo como eso, ¡qué va! ¡Claro que no! No era como si lo hubiese imaginado un montón de veces o como si su fantasía estuviese a punto de hacerse realidad. No, nada de eso. Sin embargo de cualquier forma el menor se sentía terriblemente nervioso, y trataba de convencerse de que era porque esa era la primera vez que salía solo a algún lugar con su líder.

Luego de recorrer uno de los enigmáticos y monumentales parques de Seúl, LeeTeuk le pidió a su dongsaeng ir por helados mientras él lo esperaba sentado sobre los columpios con la excusa barata de sentirse terriblemente cansado como para acompañarlos.

Y KangIn asintió inmediatamente y se echó a correr buscando un heladero. No era que hubiese estado ansioso, por supuesto que no, KangIn no era una persona ansiosa o al menos no lo era hasta que conoció a JungSoo.

Durante su búsqueda, YoungWoon se permitió admitir que tal vez el mayor le atraía un poco. Y no es que él hubiese cuestionado su sexualidad alguna vez, sin embargo, había llegado a pensar que tal vez era JungSexual, cosa que aparentemente alejaba todas sus preocupaciones.

Emocionado por ser él quien invitara la ronda de nieve, el menor volvió al lugar donde había dejado a su líder con dos conos de helado de vainilla. A Young Woon no solía gustarle la vainilla antes de JungSoo y sin embargo, ahí estaba, dispuesto a compartir el sabor favorito de helado de su admirado líder.

Cuando divisó los columpios, sin embargo, observó al LeeTeuk de cabellos castaños, espesos y revueltos levantarse y dar un paso al frente. Al acercarse más, KangIn lo vio sonreír y se deslumbró por el tan coqueto hoyuelo –marca registrada JungSoo- que se regocijaba cerca de su boca.

Se detuvo entonces a un par de pasos con una sonrisa bastante boba, siendo observado fijamente por el otro.

—Kim Young Woon. — Lo llamó el mayor.

El menor se sintió de pronto asustado por el firme tono de su Hyung y la sonrisa en su rostro, así que ladeó la cabeza con los helados todavía en las manos, esperando que continuara.

LeeTeuk le dedicó una mirada profunda y su sonrisa no se desvaneció cuando se acercó de un saltó y se colgó de su cuello en un instante, estampando sus dulces labios en los suyos. Al pobre KangIn se le cayeron los helados por la sorpresa y se estremeció bajo la caricia en sus labios.

Impredecible, curioso, salvaje... Definitivamente nunca había estado equivocado.

—Me gustas. — Susurró el mayor luego de frenar el contacto, con la sonrisa al rojo vivo y los labios tentativamente húmedos.

El aludido respiró profundamente antes de rascarse la cabeza. Nunca había estado en sus planes declararse, sin embargo, había una cosa en ese preciso momento que lo frustraba y no era que KangIn fuese precisamente una persona que oculta lo que piensa.

—Rayos, Hyung. Ahí van 1500 won. — Soltó junto con el aire que había estado conteniendo sin darse cuenta mientras observaba los helados en el suelo. Luego le dedicó una mirada severa al mayor que levantó ambas cejas una y otra vez con impaciencia. — En todo caso, ¿No se supone que sea yo quien diga algo como eso? — Continuó con una sonrisa bochornosa.

Si había algo que KangIn sabía era que si LeeTeuk fuese gay, definitivamente sería uke. Había algo en su forma de actuar, caminar, vestir y hasta peinarse que lo hacían estar cien por ciento seguro de ello. No podía permitir que si ambos iban a comenzar algo fuese por iniciativa de su Hyung, eso heriría el orgullo del menor y si KangIn era bueno en algo, era en ser orgulloso.

Vaciló un instante al ver como los ojos del otro brillaban y en su descuido, LeeTeuk atacó de forma salvaje nuevamente, prendiendo sus brazos de su cuello y abrazándolo como si de un koala se tratase.

Mapachito, ¿Vas a decirme que te gusto? ~— Dijo con voz juguetona y un mohín que lograron que el menor le viera como si de un inofensivo patito de hule se tratase.

Una risita ronca nerviosa escapó de sus labios y llevó sus manos a la cintura del otro para sujetarlo con fuerza, el mayor al sentirlo, no hizo otra cosa que enroscar sus piernas en su cintura.

—Mhmm… Vale, me gustas. ¿Saldrías conmigo? — Preguntó con voz temblorosa y se reprendió mentalmente. KangIn es firme y valiente, a KangIn no le tiembla la voz. Sin embargo, cuando el mayor se lanzó a sus labios como respuesta, el menor se permitió ser simplemente YoungWoon y dejó un casto beso en los labios de su Hyung, que después se soltó de su agarre y cayó parado sobre el suelo.

—Pues ya que me lo preguntas no puedo negarme. — Contestó, encogiéndose de hombros y pestañeando repetidas veces, logrando que el otro soltara una carcajada.

JungSoo unió sus delicadas manos con las del menor y le sonrió de nuevo, mostrándole su hoyuelo. KangIn comenzaba a sospechar que el mayor sabía que esa era su debilidad.

—Ahora que somos novios, invítame un helado, mapachito~

El mayor suspiró y luego asintió, entrelazando sus dedos con los del otro y aferrándose a su mano para después conducirlo por donde había venido.

—¿Cómo decirte que no? — Espetó bajito y sin esperar respuesta, respirando agitadamente mientras el otro descansaba su cabeza en su hombro.

Tenía mucho a lo que acostumbrarse pero por aquellos entonces, YoungWoon estaba seguro de que con JungSoo estando a su lado, podría lograrlo.

Y precisamente ahora lo sabe.

Porque lo logró.

A KangIn no le costaba saber cuándo algo andaba mal con su novio. Ni cuando estaba feliz o cuando quería algo más que un simple beso salvaje. Y LeeTeuk le dejó conocer todo a fondo sobre sí mismo y él le permitió conocer al torpe Kim Young Woon.

El menor recuerda que aquella tarde y siempre, JungSoo dijo que su historia, como todas las historias de amor verdaderas, debía morir con ellos.

A Young Woon le pareció algo poético y cursi, aunque práctico, también ciertamente gracioso, sobre todo cuando él otro lo había dicho con la boca llena de helado. Sin embargo, tiempo después, dos horas para ser exactos, supo que JungSoo no era bueno cumpliendo con lo que decía.

Al menos no con las cosas que se estaba muriendo por gritar. Y eso lo descubrió precisamente cuando al entrar al departamento que compartían con el resto de los miembros, el mayor entró chillando a los cuatro vientos que KangIn lo había besado y ahora estaban saliendo.

Young Woon no pudo hacer otra cosa que no fuese rodar los ojos y encogerse ante las preguntas nada sanas que sus Hyungs y Dongsaengs tenían para que respondiese. Y es que para terror del menor, ninguno parecía sorprendido con la noticia pero, también ninguno parecía creer que LeeTeuk había sido el de la iniciativa.

No lo conocían tan bien como él.

Incluso ahora.

Nadie lo hacía.

KangIn observó atentamente como Leeteuk se despojaba de su camisa y la lanzaba a algún lugar de la habitación que, por supuesto, no era digno de su atención.

El mayor lo observaba atentamente y la lujuria brillaba en sus ojos. KangIn tuvo que recordarse como respirar cuando, con un movimiento sensual de caderas, su Hyung desabrochó el botón de su pantalón y bajó la cremallera lentamente, dejando visible la tela superior de su ropa interior.

Maldijo por lo bajo.

El menor odiaba que LeeTeuk lo cautivara de aquella manera, hasta dejarlo sin aliento. Lo fastidiaba sentir las piernas como gelatina y ser el primero de los dos en empalmarse siempre. Pero por supuesto que esta vez KangIn no tenía ningún reproche…

Dicen que la mejor parte de tener una pelea, es la reconciliación.

Y no es que KangIn y LeeTeuk pelearan muy a menudo, al contrario, eran conocidos por ser una pareja muy tranquila y amorosa. El sexo salvaje no era una característica implacable del KangTeuk, a decir verdad, el menor siempre había sido una persona dulce y se disculpaba cuidadosamente de cosas en las que incluso se consideraba inocente para que nada saliera mal.

Por supuesto que eso no evitaba que el presumido de Park Jung Soo le hiciera un striptease antes de la mayoría de sus actos sexuales. Al contrario, era de lo más común. Si KangIn sabía algo, era que el líder de Super Junior estaba muy orgulloso de su estructura física.

Pero él quería más está vez.

 Algo más intenso que “Me gusta, mapachito”.

Una gota de sudor perlado bajó por el costado de su rostro y el mayor, tan observador, no la dejó pasar desapercibida.

—¿Qué pasa? — Inquirió preocupado.

No era que no estuviese acostumbrado a poner a sudar al menor, pero eso era justo después, bajo las sabanas.

KangIn tragó saliva al verse descubierto. No encontraba la manera de pedir sexo salvaje sin parecer un completo imbécil o peor aún… iniciar otra pelea.

LeeTeuk se mordió el labio inferior y terminó de sacarse los pantalones para caminar hasta su novio con aire de preocupación en simples calzoncillos. No digamos que un cuerazo como ese debiese estar preocupado de que su amante, “el gordibueno”, como los demás miembros solían llamarlo, de pronto ya no se sintiese atraído por él. Pero el mayor tenía sus inseguridades, claro que las tenía.

—¿No te gusta? — Inquirió y volvió a morderse el labio inferior, con tanta fuerza que casi pudo degustar el sabor metálico de la sangre con la punta de su lengua — Puedo dejar de hacerlo si no te gusta.

KangIn negó de inmediato, aferrando sus manos sudadas a su pantalón, siendo cauteloso de no tocar al mayor. — N-No es eso, T-Teukie.

Se sentía fatal.

Esa era la primera vez que ambos estaban juntos de esa y todas las formas luego de dos años posibles. Era la primera noche luego del regreso del mayor del Servicio Militar y KangIn sabía que ambos estaban ansiosos por tocarse hasta el amanecer, por recordar cada uno de los rincones de sus calientes cuerpos.

—¿Qué es entonces? Anda, dímelo. — Cuando LeeTeuk sabía que ocurría algo, no paraba hasta conseguir saberlo y eso siquiera el Servicio Militar podía cambiarlo. — ¿No quieres hacerlo ahora? —KangIn negó rápidamente con la cabeza ante su repentina pregunta — Está bien si no quieres, en verdad… pensé que sí, siendo que llevamos tanto tiempo sin…

—¡No es eso, JungSoo!

Hicieron contacto visual por un segundo y luego el menor volvió a apartar la mirada. Conduciendo sus manos hasta sus cabellos para jalarlos con desesperación, Leeteuk se vio el doble de preocupado.

—¡Quiero hacerlo! — Exclamó KangIn, el mayor asintió lentamente ante su tono brusco.

—Está bien, mapachito. — Susurró, acariciando el brazo del menor.

Pero KangIn se soltó de su agarré y tragó saliva, reuniendo fuerza y cordura de quién sabe dónde para no caer de rodillas ante el contacto de su amado novio, que ahora lo miraba como si estuviese completamente loco.

—KangIn, ¿En verdad te sientes bie-

El menor lo interrumpió, hablando en un suspiro. —N-Nada de mapachito. — Exigió y se giró para tomar al mayor por la cintura.

Sus labios buscaron ansiosos los de LeeTeuk, así que los juntó de forma brusca, cosa que terminó de sobresaltar a su Hyung. Sin embargo, no hubo resistencia alguna, al contrario de todo lo esperado por el asustado KangIn, que temía no dejar claro el asunto.

Sus manos se colaron rápidamente en la espalda de LeeTeuk, acariciándola con fiereza, subiendo la temperatura en la habitación de forma rápida y temblorosa. Aprovechó que ambos necesitaron respirar para dirigir sus labios al cuello de LeeTeuk, que gimió al sentir la caliente lengua del menor recorrer su piel.

No era que no le gustara, al contrario, solo estaba sorprendido del cambio tan repentino que había tenido KangIn de un momento a otro. Y hablando de KangIn, éste se apresuró a tumbar al mayor sobre la cama y abrir sus piernas con brusquedad para después colarse entre ellas, poniendo las caderas del mayor sobre sus piernas.

JungSoo jadeó y se mordió los labios cuando el menor dejó una mordida en su hombro y después se apartó para encontrarse con sus oscuros ojos llenos de lujuria.

—¿Q-Qué haces? — Espetó en un susurro el mayor al sentirlo succionar su cuello — los c-chicos todavía están… ellos… la… sala

KangIn ni siquiera lo dejaba formar una oración coherente y rápidamente los suspiros se incluyeron en su voz. Él nunca era tan ruidoso porque las cosas nunca habían resultado ser tan salvajes. El menor siempre lo había tratado como un muñeco de porcelana, frágil y preciado pese a ser lo contrario.

Sintió la fuerte mano de Young Woon deslizarse por toda su espalda con delicadeza y después palmear su trasero, haciéndolo abrir los ojos, soltando un jadeo demasiado fuerte para su gusto.

—¿Q-Qué-

El menor lo silenció con un beso tan húmedo que logró hacer un click en su interior, junto con el latido acelerado de su corazón.

JungSoo aferró sus uñas a la espalda de su amante y también se dedicó a posar sus labios sobre su cuello, clavando sus dientes insistentemente en lugares donde antes lo había hecho, pero algo era diferente. Hacía calor, mucho calor… De pronto ambos se preguntaban por qué habían tardado tanto en encender esa apasionada llama que los hacía arder en ese momento.

KangIn continuó sujetando con firmeza el trasero de su hombre y lo miró de forma salvaje mientras se mordía el labio inferior. Vio sus ojos sucumbiendo ante el deseo y entonces supo que había captado perfectamente a dónde planeaba llevar las cosas.

—Te va a gustar… — Afirmó, mordiéndose el labio inferior con más intensidad — Lo prometo.

El mayor asintió, sonrojado por las miradas tan pasionales que su novio repentinamente le estaba dedicando y se inclinó para susurrarle al oído lo más caliente que su cerebro fue capaz de procesar en un momento como ese —Fóllame, Young Woon. Fóllame duro.

KangIn sintió un tirón en su entrepierna. ¡Carajo! JungSoo lo ponía al cien.

Volvió a recostar a su amante bajo él y comenzó a besarle el cuello con desesperación. Oh, claro que le daría lo que pedía.

Los gemidos fueron incrementando de intensidad. El menor agradecía que las lámparas de las mesitas de noche estuviesen encendidas, de esa forma podía contemplar con mayor deleite el cuerpo que se aferraba al suyo, haciéndolo jadear. El mayor aprovechó que el otro estaba distraído para sacarle la camisa y dedicarle una mirada repleta de lujuria. 

—Me encantas. — ronroneó LeeTeuk, pasando uno de sus delgados dedos por el pecho de su pareja, dibujando una línea imaginaria desde el cuello hasta donde comenzaba el cinturón de su pantalón, apretado ante su evidente erección.

KangIn hizo una mueca, ruborizado y se acercó a él para que dejara de mirarlo. —Puedo hacerlo con la camisa. — Se quejó. Removiendo los pies, a punto de lanzarse a por ella.

LeeTeuk lo sujetó por la barbilla para que lo mirara. — Te amo, bebé. — Susurró. — Eres hermoso.

KangIn suspiró y volvió a fundirse en los labios del mayor, tratando de no tomar sus inseguridades en cuenta.

Pronto, el mayor se las arregló para bajarse de la cama y dejar a su novio sentado en ella. Agachado y sin dejar de dedicarle al otro una mirada felina, comenzó a desabrochar su cinturón.

El pantalón realmente era una molestia para KangIn, su erección estaba tan apretada que comenzaba a doler.

JungSoo bajó la cremallera de su ropa y como pudo se deshizo de ella, entonces, deslizó su mano por la delgada tela del bóxer que cubría la parte más íntima de su amado. Lo acarició con parsimonia logrando que el otro soltara un gemido ahogado.

—JungSoo, por dios…

Al aludido le encantaba escucharlo gemir su nombre, una sonrisa traviesa se formó en sus labios cuando introdujo el su mano en la ropa interior de su novio y sujetó su miembro con fuerza. El menor se mordió los labios tan fuerte que tuvo que tragar ante el asqueroso sabor metálico de la sangre.

LeeTeuk movía su mano con libertad sobre toda la extensión de su miembro, y lo miraba con tanto deseo mientras lo hacía que KangIn pudo haber tenido un orgasmo precoz en ese momento. Pero no. Claro que no, eso  no iba a terminar así de fácil.

—¿Te gusta, bebé? — Canturreó el mayor con la voz ronca, sucumbiendo ante el deseo.

—P-Por favor…

Una sonrisa felina volvió a trazarse en los labios de JungSoo —¿Quieres un poco de esto? — inquirió, acercando sus labios al caliente y despierto miembro de su novio, acariciando el glande con la lengua.

KangIn aferró sus manos a las sabanas y cerró los ojos con fuerza, concentrándose todo lo posible en no gemir, asintió con desesperación. LeeTeuk soltó una risita y se metió el miembro de su novio a la boca. KangIn no pudo reprimir un escandaloso gemido.

LeeTeuk comenzó a succionar el pene de KangIn, intentando introducirlo todo a su boca y fallando deliberadamente. Degustó el exquisito sabor de su piel, y tocó con su lengua ciertos puntos que nunca creyó que pondrían tanto al menor que tenía a su total disposición.

KangIn llevó sus manos al cabello de su novio y comenzó a jalarlo de vez en cuando para que este lo engullera de forma más veloz.

—¡D-Dios santo! ¡J-JungSoo! — Gimoteó, por primera vez sin preocuparse de ser escuchado.

El mayor se sacó el miembro de la boca, lo lamió repetidas veces, dejándolo lleno de saliva y le dedicó una mirada al su novio, quién lo atrajo hacía él sobre la cama y volvió a unir sus labios con desesperación mientras Teuk, que estaba sobre él, se quitaba los calzoncillos lo más rápido que le fue posible, deshaciéndose de ellos en un abrir y cerrar de ojos.

—Duro… — Repitió el mayor con fiereza contra los labios de KangIn — Muy duro… — susurró con sensualidad, con sus alientos mezclándose, restregando su cuerpo contra el de su novio una y otra vez, logrando que sus miembros se rozaran y una descarga eléctrica les arqueara las espaldas a ambos.

KangIn recordó algunos de los videos porno que se vio forzado a ver para hacer de ese un momento inolvidable y sin pensárselo mucho, introdujo sus dedos en la boca de LeeTeuk, que abrió los ojos sorprendido.

—¿Lubricante? — Inquirió como pudo, comenzando a succionar los grandes dedos del mayor, recorriéndolos con su lengua como si se tratase de otra cosa más… caliente.

KangIn negó con la cabeza y el mayor tragó hondo y soltó otra de sus sonrisas características.

—Dios Young Woon, vas a partirme en dos. — Replicó, relamiéndose los labios.

—Te daré lo que deseas. — susurró el más joven, retirando sus dedos de la boca de su amante para llevarlos a alguna parte en su trasero.

LeeTeuk volvió a inclinarse hasta sus oídos — Duro… — le recordó, su aliento caliente le hizo todo menos cosquillas a KangIn.

Duro… — Afirmó el menor. Metiendo el primero de sus dedos en su entrada.

El mayor se revolvió incómodo ante el intruso. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que algo había entrado por ahí.

—Ponte en cuatro. — Le ordenó el menor.

Su voz estaba ronca y era dominante, había algo en ella que hacía que al mayor le flaquearan las piernas. No tardó mucho en obedecerlo y sintió como el mayor le palmeaba descaradamente el trasero una y otra vez hasta enrojecerlo.

JungSoo se mordió los labios con fuerza, los tenía hinchados. De un momento a otro soltó un gritito de sorpresa.

—¿Q-Qué estás haciendo? — Exclamó en voz baja, mirando a su dongsaeng por encima de su hombro.

Y es que el menor le había abierto las nalgas con brusquedad. KangIn le devolvió la mirada desde atrás y una sonrisa lasciva surcó su rostro antes de acercar su rostro… ahí.

LeeTeuk no pudo reprimir un gemido bastante alto cuando sintió la caliente lengua de Young Woon saboreando su entrada. Un sonrojo bastante amplio invadió su rostro mientras se aferraba a las sábanas

—¡Y-Young woon! Pa-para. No, está su-sucio… — jadeó, no podía dejar de suspirar y aunque suplicaba que parase, su cuerpo pedía lo contrario.

El aludido no respondió y se concentró en mover su caliente músculo dentro de la rosada entrada del mayor. Un segundo después metió dos de sus dedos rápidamente y escuchar al mayor gemir con fuerza lo puso. JungSoo siempre lo ponía al cien.

Introdujo un último dedo en el interior del mayor y se incorporó, preparando su miembro. No tardó demasiado en sustituir sus tijereantes dedos por el glande de su pene.

—M-mmh… — El mayor se recargó su pecho sobre las sábanas y levantó el trasero, en una posición bastante vergonzosa. Por lo que daba gracias a los cielos que el menor no pudiese ver su cara. Lo sintió rozar su glande una y otra vez por su estrecha entrada, cosa que logró impacientarlo —Y-Young Woon por-fa-vor…

—¿Por favor qué? — KangIn por poco y no reconoció su propia voz.

LeeTeuk lo miró con recelo desde abajo, el menor solo ensanchó su sonrisa.

—Párteme en dos.

El mayor se mordió los labios cuando lo dijo y lo miró intensamente. KangIn no pudo resistirse a introducirse en él de golpe. Estaba realmente estrecho, tanto, que KangIn no pudo reprimir una sonrisa.

Era suyo.

Siempre.

Park Jung Soo dejó escapar un leve grito de dolor, hubiese sido desgarrador de no haber sido porque estaba conteniéndose. Los ojos comenzaron a picarle, ardían y había un intruso en su interior, se sentía extrañamente doloroso, era tan extraño que en el fondo estaba aliviado de sentirlo.

Young Woon recargó su peso sobre su espalda y lo embistió lentamente. El mayor gimió de dolor, incluso cuando el otro comenzó a frotar su miembro arriba y abajo, una y otra vez.

Pero LeeTeuk estaba ardiendo, sucumbía ante el deseo y el hecho de que el menor no le dedicara tiernas palabras para tranquilizarlo como solía hacerlo lo ponía ansioso. Quería más.

No tardó demasiado en mover la cadera y embestirse el mismo contra el cuerpo de su amante que gimió en su oído y comenzó a lamerlo. Las estocadas lentas y deliciosas no tardaron mucho en volverse rápidas, fuertes y ansiosas.

El menor encajó sus uñas en los muslos del mayor, sujetándolo con fuerza, olvidando por completo la idea de no dejar marcas insanas en su cuerpo. Porque era suyo, tan suyo que el mundo debía saberlo aunque estaba prohibido.

Prohibido. Tal vez por eso se sentía tan bien.

KangIn salió de LeeTeuk y lo hizo girarse para después volver a penetrarlo con fuerza, esta vez frente a frente, viendo cada expresión de su rostro mientras gemía.

Caliente y salvaje. Dos palabras que podían describir al Líder de Super Junior en esos instantes.

JungSoo jadeaba muy alto, tan alto que probablemente todos en el departamento estuviesen enterados de lo que pasaba allí dentro. KangIn movía las caderas de tal forma que era exquisitamente agobiante sentirlo dentro, aunque el mayor sabía perfectamente que al día siguiente no podría ni moverse, cuando el menor tocó su punto dulce perdió totalmente la cordura.

—¡Sí! ¡Ahí! ¡MÁS! — Exigió.

Young Woon acababa de recordar el punto exacto que lo hacía estallar.

Así que apresuró los movimientos y gruñó ante la estreches de su pareja, que le succionaba el cuello con desesperación, dejando marcas en su piel.

—¡Oh por dios! ¡Kim Young Woon!

Su nombre en la excitada voz del mayor era música para los oídos de KangIn.

—¡Joder! ¡YOUNG WOON!

Las paredes internas de JungSoo se contrajeron y el aludido llevó una de sus manos al miembro del mayor para masturbarlo con fuerza.

—¡Young Woon y-yo…!

—Yo también — gruñó KangIn un segundo antes de unir sus labios en un húmedo beso que resonó en la caliente habitación.

Un segundo más tarde las paredes del mayor volvieron a contraerse y terminó en el abdomen de ambos, sintiendo como el menor se venía dentro y un líquido espeso y caliente lo recorría por dentro y escurría fuera de su diminuto agujero.

Young Woon se dejó caer sobre su novio, sujetando su peso con sus brazos para no aplastarlo. Había una sonrisa insaciable en los rojos e hinchados labios de JungSoo que lo hizo unirlos con los suyos de forma inevitable.

Las gotas de sudor perlado bajando por su cuerpo se mezclaron con las de su líder que lo envolvió en un abrazo y lo hizo tumbarse a su lado, encontrando un lugar en su pecho donde recargar la cabeza.

—Deberíamos hacer esto más seguido. — Comentó LeeTeuk distraídamente, pasando sus dedos por el nada trabajado abdomen de su novio, como si de pies se tratase.

El menor río y le besó la empapada frente. — Te extrañé, pato.

El aludido levantó la mirada y sus ojos se encontraron. — ¿Ya puedo llamarte mapachito? — Inquirió con voz juguetona — ¿O debería llamarte mapachote? — Añadió.

Una carcajada escapó de los labios de KangIn. —Estás loco, Pato.

—Me amas, loco, ideático, salvaje y todo.

—Sobre todo salvaje. — Susurró el menor buscando sus labios. — Te quiero mío, Teuk. — musito poco antes de encontrarlos y besarlo con suavidad.

—Soy tuyo, mapachito. — Ronroneó el mayor en su boca. — Te amo.

Una sonrisa genuina se pronunció en los labios de KangIn — Te amo más, Teukie.

Un curioso sonido los sacó de su cursi burbuja. Provenía de la puerta y ambos levantaron la cabeza aunque estaban cansados. Se trataba de inusuales gemidos que a leguas se notaban actuados provenientes del pasillo.

—¡OH SÍ! ¡KANG IN, AHÍ! ¡MÁS MAPACHITO, MÁS!

Ambos se paralizaron en su lugar y compartieron una mirada preocupada. Era la voz de HeeChul.

—¡Santa cachucha, vas a partirme en dos! Ah~

Ambos sonrieron. Ese era DongHae.

—¡Patito chiquito, ven acá bebé! ~~— Exclamó KyuHyun, en un patético intento de imitar la gruesa voz de KangIn.

—Están muy calladitos~ ¿Quieren lubricante o ya acabaron? — Definitivamente HeeChul no tenía pudor alguno.

Ambos sonrieron cuando la puerta se abrió levente y alguien –seguramente Heenim- les lanzó una botella a la cama.

—¡Hyung! Déjenlos tener privacidad. — El inocente SungMin al rescate.

—Ommo~, pero Minni-ssi ¿Cómo habrá sido luego de dos años? — Inquirió un curioso RyeoWook, extrañando a Yesung, seguramente.

—Alguien no podrá caminar mañana ~~— Canturreó HeeChul y escucharon pasos alejándose.

—Pobre Líder, regresando e invalido~ — Continúo EunHyuk.

KangIn besó la mejilla de su hombre y le pidió disculpas con la mirada. El sonrojado pero astuto novio solo escondió su cara en el pecho del menor y le mordió un pezón sin previo aviso.

¡AGH! — KangIn no era nada bueno reprimiendo sus gritos de dolor.

Los pasos en el pasillo se detuvieron y regresaron a toda velocidad.

—¡Ommo! Pero ¿¡Tú oíste eso!?

—¡Ay santa chucha! ¡Por Anna divis divis!— HeeChul sonaba impactado — ¡HyukJae trae las palomitas!

—¿Y por qué yo? ¡Ve tú!

—¡KangIn uke! ¡Ave María purísima! — Siwon comenzó a rezarle a todos sus santos — ¡¿Es el fin, nuestro señor?!

—¡Dale duro, pato! — Canturrearon a coro los ukes de Super Junior.

El líder sonrió complacido y le dio un beso fugaz en los labios a su abochornado novio antes de recostarse en su pecho y cerrar los ojos.

KangIn maldijo por lo bajo y se pasó una mano por el cabello, frustrado. Después de eso, así como nadie le creía nunca cuando decía cosas sobre LeeTeuk, nadie le creería que no fue uke esa noche.

Benditos sean los mapaches y malditos sean los patos.

¿Cómo se fue a enamorar de ese enigmático hombre?        

 

 

 

Xx

Notas finales:

N/a:

¡Hola, hola, hola chiquitines!

Ay deoj. Pues bueno, llevaba como tres semanas escribiendo esto jajaja. La verdad es que escribí todo en sí en dos días.

El día que lo comencé y hoy. El resto de los días solo abría el documento y lo cerraba en el mismo estado. Es que no sé, estaba como en blanco, no podía acabar el lemon, no podía… ¡Pero pude!

Señoras y señores. Patos y patas. Espero que les guste C: A mí en verdad me gustó. Amo el KangTeuk es una de mis OTP favoritas. Y estoy muy emocionada con el regreso de LeeTeuk ;_; lo extrañé tanto a mi chiquitín.

Me disculpo por los horrores ortográficos. Juro que lo leí un par de veces pero no soy perfecta :I se los agradecería mucho si me dijeran si notan alguno.

Ojalá lo lean y pues… Se animen a comentar, a mí los comentarios me ponen muy feliz y ¿Saben qué más? Hacen que me den ganas de escribir más.

¡Nos leemos pronto! (Quizá).

XOXO

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