–Lo siento DongHae. Comenzamos una relación a una temprana edad. Es mejor que comencemos a conocer a otras personas. A “tontear” “jugar” “pasar una noche sin compromiso, como hacen los jóvenes a nuestra edad. –
Mi corazón se contraía. Se sentía duro y frío. – ¿Pero qué sucedió? ¿Hice algo mal? ¿Algo que te molesto? – Sentía que mis ojos comenzaban a arder.
–No, nada de eso. Pero…. ¡Ay DongHae! Estamos perdiendo nuestra adolescencia. Tan solo tenemos 17 años. Y llevamos saliendo juntos casi tres. Es bueno a “jugar” a esta edad, y no cometer idioteces y arrepentirse en el futuro por no disfrutarlo en su momento. – Su expresión era muy seria, no se veía ningún sentimiento a través de sus ojos color avellana.
–Está bien Yoona. Si quieres que terminemos con nuestra relación. Bueno… lo haré. – Sentía como una lágrima se escurría por mi mejilla, e inmediatamente desvié mi vista al suelo. – Una relación es solamente de a dos, cuando dos personas lo desean, no una sola. Así que lo haré. Pero… – tome un bocado de aire. – quiero que siempre sepas que mis sentimientos por ti fueron y son verdaderamente sinceros. –
Yoona me dedico una mueca de lastima cuando la mire. Pero me di cuenta por sus ojos que no era por la situación de nuestra relación. Sino esa mueca fue de lastima hacia mí. Siento que me está ocultando algo. Parece que tiene un debate interno con decirme algo o no.
Lo presiento por la manera en que toca su cabello, y enreda un mechón de el en su dedo índice. Solo lo hace cuando no está muy segura de decir algo.
Pero nuestro silencio de intercambio de miradas fue interrumpida por el sonido de su móvil. Al parecer le llego un mensaje. – ¿Ya terminamos Hae? . – me preguntaba mientras escribía en su móvil con una sonrisa.
–Ehmm…. Creo que sí, si terminamos. – Se me escapo en un susurro ahogado tratando de ocultar el llanto que amenazaba con salir.
–Bueno chau, sabes que podemos quedar como amigos. – Me decía mientras sonreía.
Y yo solo pude solamente responder con un asentir con la cabeza. Mientras mis lágrimas se escapaban al fin.
Y ahí se fue mi primer amor desde los 10 años. Mi primer beso, mi primera vez, mi primer todo…..
Se fue, dejándome en el mismo lugar donde nos hicimos novios oficiales. El lugar donde compartimos hermosos momentos. En nuestro sitio favorito. En nuestro sitio especial. Que ahora se convirtió, para mí, el peor sitio del mundo.
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No sé cuánto tiempo me la pase llorando en mi cama. Solo sé que apenas llegue en encerré en mi habitación y llore y llore como nunca, hasta quedarme seco. Di gracias a Dios que mi madre se fue a la casa de mi tía a pasar la semana. No creo que le guste verme así de deprimido.
Estaba acostado en mi cama mirando el techo a oscuras, mire por la ventana y me di cuenta que el sol se ocultó hace un tiempo largo. El cielo esta completamente oscuro y no había ningún sonido proveniente de afuera.
Estaba un poco más calmado, mis ganas de llorar cesaron. Decidí llamar a mi mejor amigo, LeeTeuk. Tome el inalámbrico, marque su número y lo dirigí a mi oreja.
–Hey! Maldición DongHae ¿Sabes qué hora es?. – No me había dado cuenta de la hora así que mire le reloj digital de mi escritorio y las luces rojas anunciaban que era las 2:37 AM.
–Disculpa, es que… – Volví a llorar nuevamente.
–¡DongHae! ¿Qué sucede amigo? ¿Estás bien? – Su voz cambio de enojado a preocupación.
–No. ¿Puedes venir a mi casa esta noche? – Trataba que me entendiera, ya que a través del llanto se me hacía muy difícil de articular bien las palabras.
–Si si si – Y corto la llamada.
Baje las escaleras hasta la sala. Su casa estaba a una distancia de unos 30 minutos en vehículo de la mía. Pero llego en unos 13 minutos. Si, los conté. No podía sacar la vista del reloj. Necesitaba a mi mejor amigo lo más rápido posible. Corrí hacia la puerta, y apenas lo vi me tire literalmente a sus brazos.
Cuando lo vi sentí la necesidad de volver a llorar, y lo hice. Nos quedamos un tiempo muy corto en silencio mientras nos abrazábamos.
–Ya estoy aquí Hae. –
–Pasa, pasa. – Deshice del abrazo para apartarme a un lado de la puerta, para que el pueda pasar.
Nos dirigimos hacia la cocina y tomamos asiento en las butacas de la isla de mesa.
Estábamos en silencio, él no dijo nada ni me pregunto nada. Esperaba que yo fuera el primero que abra la boca para decir lo que sucedía pero me daba mi tiempo para que me calme.
–LeeTeuk. – Hable en un susurro. – Gracias por venir, a pesar de la hora. En este momento te necesito un montón
–Si un amigo está mal, tienes que tratar de levantarle el ánimo. Pero si ese amigo es tu mejor amigo, no importa el tiempo ni el espacio. –
–Ella.. Ella.. Ella.. – Las lágrimas salieron de nuevo pero suaves. Nublando mi vista.
–Está bien. Cálmate. Ya estoy aquí, y pasare la noche contigo. –Me decía mientras me abrazaba y me daba un apretón de oso. –¿Qué sucede con Yoona? –
–Ella termino conmigo. – Deshice el abrazo y mire al frente. A un punto imaginario. – Ella me dijo. – Dirigí esta vez mi vista a mis manos. – Dijo.. ”Comencemos a conocer gente nueva. Que juguemos por una noche. Relación sin compromisos”
–DongHae, amigo. – Me abrazo nuevamente. Pero esta vez su abrazo no se sintió como las de un amigo sino como la de un padre. Sentí ese afecto cuando mi padre me abrazaba cuando era pequeño. Se sentía tan bien, que me tranquilizo. Mis lágrimas pararon por el momento otra vez.
–Teukkie, tu sabes más que nadie de lo mucho que ella significa para mí. – Me aferré más a él.
–Lo sé amigo, lo sé. – Suspiró. – Sabes que no tengo experiencia en este sitio del amor, y no puedo ayudarte en dar un consejo para esto. – Hice una sonrisa pequeña. Es verdad LeeTeuk era muy bueno en darte concejos para todo tipo de situaciones, pero el tema de amor no era su fuerte. – Pero también sabes que tengo dos orejas para escucharte, y dos brazos para sostenerte y que te den contención. –
Estuvimos, bueno estuve hablando hasta las 7:OO AM aproximadamente. Me di cuenta cuando vi al sol asomarse por el horizonte. Le dije a LeeTeuk que debemos ir a dormir. Él se quedo toda la noche escuchándome sin reproche.
Aunque llore y llore. Le conté como me sentía al respecto de la situación. Saque todo de mi afuera no me hizo sentir bien, ni un poquito mejor. Es que a Yoona la tenía encarnada en la piel.
Subimos las escaleras LeeTeuk se quedó en la habitación de visitas. A penas toco la cama se quedó dormido. Así que me dirigí a acostarme en la mía, si acostarme. No podía dormir.
Estaba tirado en mi cama mirando nada nuevo en el techo mientras que en mi mente se recreaba una y otra vez el momento que Yoona terminaba conmigo.
De repente mi pecho se endureció. La sensación que me dio fue espantosa. Me costaba respiras correctamente. No podía articular ninguna palabra o sonido en mi boca. Después de unos segundos eternos volvió a la normalidad. El dolor cesó.