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Ese mayordomo, Endemoniadamente Enamorado. por Fernanda Phantomhive Michaelis

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Notas del fanfic:

Este Fic a comparacion del primero es mas largo ojala lo disfruten :)

Notas del capitulo:

Sebasx Ciel Me encanta esta pareja!!!

En la mansión Phantomhive, se encontraba el endemoniado mayordomo de la familia, Sebastian Michaelis, este empezaba a experimentar sensaciones extrañas para él, se emocionaba cada vez que veía a su amo, cuando sus manos enguantadas rozaban el cuerpo del conde, el demonio se estremecía, cada vez que el perro guardián de la reina tomaba decisiones duras y severas, se extasiaba por tales palabras que a pesar de ser muy perspicaz no podía esconder su emoción,  si el joven degustaba de un postre, Sebastian deseaba tanto ser ese postre para que sintiera los labios de conde, se dio cuenta de que su joven amo lo estaba provocando y estaba funcionando, no quería admitir la verdad,  pero, pero él estaba enamorado de su contratista.


Por otro lado el conde, creía que su plan no estaba funcionando, trataba de estar más a solas con él, a tener más contacto con él, a exagerar cada vez que comía en frente de él ya que intentaba “seducir” a su demonio, si así es, su demonio por que el aunque no quisiera admitirlo, el líder de la familia Phantomhive estaba enamorado de un demonio; Pero estos dos orgullosos, no decían ninguna palabra.


 Una mañana el conde se encontraba en su despacho pensando en si cavia la posibilidad de que Sebastian lo pudiera amar, perdido en sus pensamientos, no escucho cuando su endemoniado mayordomo llamo a la puerta, como no tuvo una contestación, Sebastian decidió abrir la puerta, y vio al pequeño conde sentado en su escritorio contemplando la ventana o más bien la nada y aun sin percatarse de la presencia de su sirviente, el demonio sonrió maliciosamente aprovechando que no le tomaban atención, se acerco hasta donde estaba el noble, se agacho a su oído y susurro


-¿en qué piensa joven amo? O ¿en quién piensa joven amo?-,


El conde de la impresión dio un pequeño salto en su asiento,


-Maldición!, Sebastian ¿qué haces aquí? , ¿Por qué no llamaste a la puerta?-,


Dijo molesto y un poco sonrojado, ya que lo había tomado desprevenido,


-Por supuesto que llame a la puerta Bocchan pero nadie me contesto así que decidí a entrar, y aun no contesta mi pregunta ¿En qué o en quien piensa?-,


-eso no es de tu incumbencia!-, decía exaltado,


-Por supuesto que es de mi incumbencia, todo lo que ocupe los pensamientos de mi amo y haga que se pierda en la nada debe ser importante- decía con su sonrisa divertida el demonio,


-Sebastian, hoy estas muy arrogante- decía molesto el noble alzando una ceja,


-En lo absoluto, solo me preocupo por el bienestar de mi Bocchan, y entonces… contésteme-,


Con esto último se fue acercando mas al rostro del joven, sonrió para sus adentros por que le pareció una buena oportunidad para devolverle las insinuaciones que su amo le daba, por este acercamiento, el chico se estremeció y tartamudeo,


-esta, esta bie-en, si eso hace que me dejes en paz, pen-saba en al-guien, contento!- dijo sonrojándose,


-mmmmm, ¿será que Bocchan está enamorado?- dijo sarcástico,


-no digas tonterías!, ¿además tu que sabes de amor?-, en ese momento se paró de su asiento y  empezó a sonrojarse aun mas,


-Pues déjeme confesarle que nunca me he enamorado en vida, claro hasta ahora- articulaba con sinceridad el demonio,


-A sí, ¿de quién?-,


Preguntaba dudoso el conde por la inesperada respuesta del mayordomo, Sebastian, acorto su distancia que hasta sentían sus respiraciones y susurro


–De usted…-,


Sin poder soportarlo más, Sebastian robo un dulce y suave beso a su amo, que por la impresión de los cálidos labios del mayordomo, estuvo a punto de corresponder, pero rápidamente se separo de él y lo abofeteo,


-¿Por qué diablos hiciste eso?-,


El demonio sin hacer caso omiso de la bofetada, poso su mano en sus labios, recordando lo bien que sintió el beso, sonrió, y jalo del corbatín del menor, así robándole otro beso, Ciel se separa y le propino otra bofetada,


-Eres un idiota!, deja de burlarte de mí!-, exclamo con su voz entrecortada,


-Yo no me estoy burlando, en verdad me he enamorado!-,


Decía con euforia el demonio, dándole otro beso, el joven lo bofeteo de nuevo, - Mientes!-, aseguraba el conde,


-Lo he dicho mil veces, yo no miento como los humanos-,


Afirmaba el mayor dándole otro beso, Ciel lo abofetea una vez más,


-Mire creo que usted no ha entendido, cada vez que me dé una bofetada yo le robare un beso-,


Ciel no dijo nada pero lo volvió a abofetearlo, y por ende Sebastian lo beso sosteniéndolo de los hombros, el joven se separa de él, lo mira a los ojos, lo abofetea una vez mas y Sebastian divertido y a la vez cansado de ello lo toma por la cintura y le roba otro beso pero esta vez ya no le permite a Ciel separarse de él,  coloca sus manos en el rostro del conde, entonces el beso se torna más apasionado, resignado de ya no poder contenerse el noble corresponde esta vez a ese beso.


El demonio se empieza a abrir paso con su lengua en la boca del menor y la inexperta lengua del azulino trata de seguir el paso del mayor, Sebastian bajo una de sus manos y la metió debajo de la camisa del chico acariciando su pecho, el pequeño soltó un leve gemido por la sensación que le causaba esa mano, esto se estaba saliendo de control cuando escuchan que alguien llama a la puerta, se separaron, sus respiraciones estaban algo agitadas, el conde con su cara muy roja y Sebastian tenía un leve sonrojo en sus mejillas, no se dijeron ninguna palabra, Ciel regreso a su silla dando la espalda hacia la puerta y exclamo un “Adelante”, y entro la torpe sirvienta,


-Perdón si interrumpo su trabajo Bocchan pero llego la correspondencia-


Dijo entrando al despacho y dándole algunos sobres a Sebastian,


-Eres oportuna!-


Suspiraba más tranquilo el menor y actuaba como si no hubiera pasado nada segundos atrás,


-así que sin más me retiro, con su permiso Bocchan-,


Sale la sirvienta cerrando la puerta, Sebastian iba a decir algo cuando Ciel lo interrumpe,


-Sebastian deja las cartas en el escritorio, y retírate yo te llamare si te necesito-


Dijo secamente el conde, sorprendido por lo que su amo dijo que lo único que supo contestar fue,


-Como ordene-,


El mayordomo salió de la habitación un poco confundido y resentido por la actitud del menor, y se dirigió a hacer las labores que le faltaban por hacer,


-si no hubiera entrado Meirin quien sabe que hubiera ocurrido-, hablaba para sí mismo el conde,


-¿será cierto lo que dijo Sebastian? ¿De verdad me ama?-,


Pensaba mientras tocaba sus labios recordando lo que minutos atrás paso, un poco divertido, sonrió, pero cambio su semblante a uno serio,


-No me mentiré,  yo, yo lo amo, quisiera sentir su cuerpo rozar con el mío pero aun no estoy seguro, mmmmm lo pondré a prueba para ver si es verdad lo que dice.


 Sebastian al ya haber sentido los suaves labios de su amo, se imaginaba a su Bocchan gemir su nombre, el ya estaba necesitado y ansioso por sentir más, pero no un pequeño roce de los labios de su amo, no, él quería sentir el alma, el cuerpo, el todo del conde, decidido sin importar el que, de su frac, sacó un pequeño frasco de cristal, con un liquido tranparente, y con una sonrisa dibujada en su rostro habla para si mismo


–joven amo, ahora usted será completamente mío, estoy seguro que lo amo, tendré que cambiar de táctica, si no me dice la verdad por las buenas me la dirá por las malas, creo que esto no está bien pero ya no soporto mas estar lejos de usted -, estaba tan ansioso, pero aun así prosiguió con sus deberes hasta que llego la noche.


 Era una noche de lluvia, y el conde se encontraba en su habitación, cuando se escucharon unos suaves golpes en la puerta, el noble ya sabía de quien se trataba,


- adelante-,


-buenas noches Bocchan, le he preparado Earl Grey de Jackson, para antes de dormir ya que ha tenido un día atareado -,


El mayordomo mantenía una enorme sonrisa de satisfacción, el joven deja escapar un suspiro


-a tienes razón-,


Decía con pequeño toque sarcástico, el joven tomo la taza de té, y la bebió hasta la última gota, mientras él se bebía el té, el demonio, recordaba como lo había preparado…


 


(Flashback)


 


En la cocina Sebastian ponía en la charola todo lo que iba a ocupar para el té, Ya cuando el té estaba listo, en la tetera vacio todo el liquido que contenía el frasco, ya que ese liquido era una droga para que la persona más frígida se pudiera excitar,


-ya es el momento para que tú me desees Ciel Phantomhive como yo te deseo a ti-, pensaba el lujurioso mayordomo.


 


(Fin del Flashback)


 


Ya terminado su té, le dio su taza a Sebastian, este empezó a desvestir al joven, muy lentamente, con sensualidad,  rozando más de lo necesario la piel del chico, Ciel ya empezaba a sufrir los efectos de la droga, empezaba a tener calor, y calor, y mas cada vez que sentía las manos de su mayordomo, no entendía el porqué, pero su cara se empezó a tornar roja, el demonio se dio cuenta e hizo una pregunta que la cual ya sabía la respuesta


-¿le sucede algo bocchan?, su cara esta algo roja, no le tratara de dar fiebre-


lo decía con una falsa preocupación ,


-No, estoy bien-, contradecía el conde,


-No lo creo-, decía mientras colocaba su frente sobre la del niño,


-¿Qué rayos haces?-, decía avergonzado y ansioso,


-solo veo si tiene fiebre-, contestaba con una sonrisa el mayor,


-ya te dije que no tengo nada, ahora continúa con lo que estabas haciendo-,


enseguida,  el mayordomo continuo desvistiéndolo y le coloco la pijama, lo arropo con las sabanas, haciendo que el conde se acalorara mas, el chico le dio la espalda al mayor para que no lo viera en su estado, Sebastian se acerco a su oreja y le susurro sensualmente


-Buenas Noches amo-,


Ciel ya no resistió más, ya no le importaba nada, así que se volteo, jalo la corbata del demonio y le planto un beso en la boca, algo sorprendido por esa rápida reacción,  lo único que pudo hacer el mayor fue corresponder a ese beso e intensificarlo, con su lengua  se abrió paso a la boca de su amo, fue fácil ya que el no oponía resistencia, su lengua jugaba con la del menor, pero a pesar que la lengua del niño hacia torpes movimientos, al mayor le excitaba, separándose porque al chico le faltaba el aire, sin perder tiempo, el demonio se coloco encima de él, se miraron a los ojos y el chico estaba muy avergonzado, pero aun así le grito


– ¿Qué diablos me hiciste idiota?-,


-pero si usted me ha besado- decía con inocencia, -


No te hagas el tonto, me drogaste verdad, entonces porque de la nada he sentido calor en mi cuerpo cada vez que me tocabas, Ha!-


Se tapaba la boca por haber dicho eso ultimo, con ese comentario, Sebastian le dedico una mirada y sonrisa sensual,


-Heeh, ya veo, se dio cuenta, y con que eso siente cada vez que hago esto-, decía mientras con su mano acariciaba lentamente la pierna del menor,


-acaso no le gusta este juego, Bocchan- susurraba, mientras iba acercándose más a su rostro,


-No, no es un juego muy intere-sante, es una pe-na que ten-ga que te-rmi-nar- titubeaba el joven,


- yo opino lo contrario, creo que la diversión está por comenzar-  dijo esto antes de empezar a lamer el cuello del chico,


-detente, es una orden, miserable, ¿acaso piensas negarte al contrato?- decía el conde con una respiración agitada,


-En lo absoluto, porque yo seré el sirviente más fiel de Bocchan, por esa razón, busco la satisfacción y el placer para mi amo antes que cualquier cosa, es por ello que no me detengo porque parece que lo está disfrutando-, mirándolo a los ojos,  


-No digas tonterías, te equivocas-, decía el conde aun tratando de resistirse, de repente Sebastian cambio su semblante que tenia, por una cara más seria, suspiró


– le diré la verdad, ultimamente me he sentido extraño, estoy experimentando cosas que jamás en mis siglos de vida había sentido, “Sacrificio, deseo, y por el contrato estoy unido a mi amo, hasta que reciba esa alma”, siempre me repetía eso, pero me di cuenta de…-, se quedo callado unos momentos y Ciel intervino,


-¿De qué?- exclamaba ansioso y temblante,


-De que estaba enamorado de un mortal, de que estaba enamorado de usted, ya se lo había dicho pero usted no me cree-,


lo dijo sin rodeos, el conde estaba muy sorprendido, creía que nunca llegaría el día que su endemoniado mayordomo lo quisiera por completo y no solo a su alma, no sabía que decirle así que lo único que pudo hacer fue robarle otro beso, pero fue un beso dulce, sonrojado se separo de él y le dijo


–eres un idiota, pero ahora atiente a las consecuencias de tus actos, libera mi cuerpo de los efectos de la droga, porque ya no lo soporto mas, es una orden- , decía jadeante y temblando por la excitación, rebosante de alegría el mayor contesto


- Como mayordomo de la casa Phantomhive, ¿cómo no podría hacerme responsable?-,


Sin más, se abalanzó al pequeño cuerpo del ya tan excitado conde, primero lo beso apasionadamente, el joven parecía necesitado de él, 


-Sabes, al principio me contentaba con observarte… pero cuanto más miraba tu hermosa mirada… tu lechoso cuerpo… menos podía resistirme al ansia incontrolable de tocarte. Y ahora te deseo… desde el fondo de mi ser, deseo tu cuerpo… cada instante que pasa te deseo más y más… Me vuelves loco, no existe ningún otro ser como tú…-


hablaba el excitado el demonio, tanto que sus ojos cambiaron a un rosa demoniaco, se quito sensualmente los guantes y rápidamente deshizo los botones de la camisa de la pijama, para poder acariciar el pecho y torso de menor, de sus labios descendió al cuello del azulino, dejando varios chupetones logrando que se le escaparan algunos gemidos de su boca,


-Se- Se-bas-tian… detente-,


-No, usted me ordeno hacerme responsable de las consecuencias y que liberara su cuerpo de los efectos de la droga, pues Bocchan esta es la única solución, y usted no es sincero con sí mismo, usted dice algo pero su cuerpo reacciona diferente-,


Le contesta un poco burlón dirigiéndose a lamer uno de sus botones rosas mientras masajeaba el otro, el joven dejo de poner resistencia, se separo de él y retiro sus pantaloncillos con todo y ropa interior del pequeño, por su parte el se deshizo de su corbata y su camisa, puso al joven en cuatro y empezó a masajear sus glúteos, el demonio paso su lengua por la espalda del menor encontrándose con la marca que tenía en la piel, la beso,


–Siempre odie a los que te hicieron esto pero pronto tendrás mejores marcas que estas- susurraba con sensualidad,


- ahhh!, Ngh!-gemía el pequeño cuando sintió que el mayor introducía su lengua en su interior,


- tranquilo solo te estoy preparando-,


ya bien lubricado, bajo la bragueta de sus pantalones y saco su imponente miembro ya erecto, lo posiciono en la entrada del conde, presintiendo lo que pasaría se puso algo tenso y de una sola estocada penetro al azulino se escucho un gemido desgarrador que pronto se convertiría en uno de placer, comenzó con un lento vaivén que se convirtió en unas estocadas sobrehumanas y precisas tanto que el conde deliraba de placer, y el mayor le dio atención a tan necesitado miembro del joven, masajeándolo como todo un experto, el azulino ya no podía aguantar más, Sebastian acelero las estocadas, logrando que ambos se vinieran, Ciel se sentía lleno, tal vez no era lo que esperaba pero estaba ¿contento?, tal vez porque se sentía más cerca de su demonio pero algo le sorprendió mas cuando escucho


–Te amo Ciel-


Nunca le había dicho por su nombre, no creyéndolo se quedo dormido por tan agotadora y erótica noche lo único que podía hacer es esperar la mañana.

Notas finales:

espero que les guste, creo que mi trama es muy melosa, sugerencias, comentarios, insultos hehe ok no pero todo es bienvenido, Gracias por leer!!!


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