Tenía ocho años cuando ocurrió aquel hecho que hizo que toda su vida cambiara. Deliora atacó a su familia, a sus amigos. Los edificios de su ciudad fueron destruidos sin que ninguno quedara sin derribar: ni si quiera la iglesia, que se suponía que era un lugar sagrado, sobrevivió al impacto de Deliora.
Tenía solamente un año más, nueve años, cuando su maestra murió por culpa suya, por intentar matar al demonio que hacía un año le había robado todo. Un año después, lo volvió a perder todo: su maestra, que se había sacrificado por su culpa y a Lyon, que tenía solamente un año más que él pero lo consideraba como su hermano mayor. Lo perdió, y lo peor de todo es que fue culpa suya.
Y tenía solamente diez años cuando entró en Fairy Tail, ya que como su maestra le dijo, ‘en el oeste encontrarás montones de magos más fuertes que yo’. Había montones de magos extraordinarios, ¡Eso no lo dudaba! Pero tampoco eran tan fuertes como Ur, ¡O quizás él la había engrandecido! Tampoco lo sabía bien.
Y a pesar de que era lo bastante feliz, ya que el gremio le había dado nuevos compañeros, rivales y verdaderos buenos amigos, no podía evitar seguir teniendo pesadillas con aquel demonio que le había arrebatado todo una vez.
Aquella noche no fue diferente. Estaba durmiendo fuera de su casa debido a que estaba en una misión con su equipo, el equipo de Erza (se negaba a llamarle ‘Equipo de Natsu’) y había discutido con Natsu para ver quien se quedaba la litera de arriba, pero al final fue Natsu quien se la había quedado, así que él se puso a dormir en la de abajo.
No sabía si era por la cama o que, la cuestión es que aquella noche volvió a tener las mismas pesadillas de siempre:
Deliora atacaba su ciudad, destrozaba los edificios, mataba a sus compañeros y amigos, después iba a otra ciudad, y mataba a Ur y dejaba a Lyon herido. Pero aparte de eso, por primera vez, la pesadilla no acababa ahí. Deliora iba a otra ciudad y esta vez estaban allí Natsu, Lucy, Erza, Juvia y alguna gente más que no llegaba a identificar enfrentándose a él. Y todos morían, ¡Morían porque él se había quedado una vez más petrificado ante el demonio!
De pronto comenzó a escuchar a alguien que gritaba su nombre y se despertó. Tenía a Natsu justo en frente de él, mirándole preocupadamente mientras él no era capaz de contestarle, de decirle que todo estaba bien, porque no todo estaba bien, ¡No podía ni sentarse en la cama!
‘¡Tranquilízate!’ Eso era lo que Natsu le estaba gritando sin parar mientras le ayudaba a sentarse en la cama, pero él no podía tranquilizarse, tenía que entenderle, ¡Había visto morir a toda la gente que le importaba! No podía, y de pronto se dio cuenta, no estaba respirando.
Cada vez se sentía peor, estaba intentando de alguna manera sentirse mejor, pero no podía, ¡No podía dejar de ver a Natsu y a los demás muriendo a manos de Deliora!
Sentía sus manos sudorosas, se sentía muy mareado y pensaba que en cualquier momento iba a potar, se encontraba muy mal. ¿Por qué le había alterado tanto? ¡Era solo una pesadilla!
-“¡Gray, tienes que respirar!”-Le ordenó Natsu chillándole, intentando que su amigo le hiciera caso, notó como el mago de hielo abrió sus ojos, entendiendo lo que Natsu le había dicho, pero no parecía estar haciéndole caso.-“¡Gray!”-Volvió a chillar, preocupado. Gray solo pudo mirarle, y Natsu sabía que estaba haciendo su mejor esfuerzo. De pronto, por fin, Gray pudo hablarle, en un pequeño susurro.
-“Llama…a…Erza”.-Ordenó en un pequeño susurro. Erza ya le había visto en un par de ocasiones en este estado, así que sabría qué hacer para calmarle. Porque sí, la verdad era que no era la primera vez que una pesadilla casi acaba con él. Natsu asintió mientras salía corriendo, asustado.
Gray solo se centró en respirar, en intentar respirar, estaba empezando a hacerlo, por suerte. Pero sin darse cuenta, estaba empezando a respirar demasiado ahora, haciendo que pareciera que se estuviera ahogando, otra vez.
Cada vez que sus ojos se cerraban intentando centrarse en respirar, volvían esas imágenes tan horribles a su cabeza. De pronto escuchó la puerta abrirse, con Erza, Natsu y Lucy mirándole, no sabía si con lástima, no sabía si con miedo.
-“¡Natsu, trae una bolsa, corre!”-Escuchó Gray de Erza, y Natsu no dudó en hacerle caso ni un momento. Erza se sentó en frente suyo y tocó sus hombros mientras esperaba a Natsu, en cuanto Natsu le dio la bolsa, se la dio al mago de hielo para que pudiera respirar.-“Gray, tranquilízate, estás hiperventilando”.-Le susurró, mientras comenzaba también a frotar la espalda de éste para que se tranquilizara.-“Concéntrate en mi voz, no te centres en nada más”.- Gray le hizo caso, mientras seguía respirando dentro de la bolsa con dificultad. Estaba funcionando, por suerte. Por fin estaba consiguiendo que su respiración volviera a ser normal, aunque aún se encontraba muy mareado. Y estaba temblando, demasiado.
-“Erza…”-Susurró, aún demasiado nervioso, y de pronto le entró tal arcada que tuvo que vomitar en la misma bolsa que le habían traído minutos antes para respirar. Finalmente, parece ser que al final consiguió calmarse.
-“Ya estás tranquilo, Gray. ¿Porqué no intentas dormir un rato?”-Le preguntó Erza sonriendo, intentando que se calmara.-“No te preocupes por nosotros, no le va a pasar nada a nadie, Lucy y yo estamos en la habitación de al lado, y Natsu está en tu misma habitación”.-Le explicó de manera tranquilizadora y Gray solo asintió. No tenía fuerzas para negarse a Erza, y en realidad lo que quería era dormir, pero la pregunta era que, después de esa pesadilla… ¿Podría dormir?-“Intenta pensar en algo bueno, no pienses en la pesadilla, si tienes algún otro problema me lo dices, ¿Vale?”-
Él solo asintió mientras se colocaba otra vez para dormir, porque la verdad era que, entre los esfuerzos por volver a respirar y el que aún después de vomitar se sentía bastante enfermo estaba haciendo que sus ojos casi se cerraran solos. Él simplemente decidió dejar la mente en blanco, y a los pocos minutos se durmió.
Cuando Erza escuchó una tranquila respiración por parte del mago de hielo, salió de la habitación junto a Lucy y Natsu.
Natsu había salido de la habitación porque necesitaba respuestas. Era la primera vez que veía a Gray de esa forma, tan… ¿Vulnerable? Porque claro, él estaba durmiendo cuando escuchó la respiración anormal de su amigo y decidió comprobar si estaba bien: cuál fue su sorpresa cuando se lo encontró temblando en sueños, sudando y que casi no podía respirar.
-“Erza, ¿Qué diablos le ha pasado a Gray?”-Preguntó Natsu seriamente. Erza suspiró.-“¡Erza!”-Chilló.
-“Baja la voz, ahora que ha conseguido dormirse no quiero que se despierte”.-Ordenó Erza en un susurro y Natsu solo hizo una mueca.-“No hay que preocuparse, ya le ha pasado varias veces”.-Comentó Erza con normalidad, ya que no quería preocupar a Natsu y Lucy, pero eso parecía que les había preocupado aún más.
-“Pero, ¿Por qué le ha pasado? Quiero decir, ¡Estaba hiperventilando, Erza! Y eso no es cosa de un juego”-Lucy se añadió a las exigencias de Natsu. Erza les miró, no quería preocuparles por esto, pero ella también sabía que después de lo que habían visto no la iban a dejar en paz a ella o directamente a Gray, así que decidió explicarse.
-“A pesar de su apariencia, Gray no ha sido capaz de superar lo de Deliora, y eso le atormenta casi todas las noches”.-Comentó la pelirroja, asombrando a los otros dos magos.-“Pero a pesar de que esa pesadilla se repite casi todos las noches, hay a veces que la pesadilla va a más de lo que Gray espera y no es capaz de reaccionar. Llega a pensar que la pesadilla es una realidad, y eso le afecta en la realidad, y le puede suceder lo que acabáis de ver”.-Explicó Erza. Lucy se quedó sin habla prácticamente.
-“Pero... Si lo de Deliora lo tiene más o menos asimilado, ¿Qué clase de pesadilla puede tener para que haya llegado al punto de no poder respirar?”-Preguntó Natsu seriamente. Erza se sorprendió, realmente Natsu se había quedado muy sorprendido con lo que había visto.
-“No lo sé. Gray es un chico muy reservado, solo sé cómo tratar cuando tiene el problema porque el maestro me lo comentó”.-Explicó Erza, algo triste.
No es como si a Erza no le preocupara Gray, claro que le preocupaba. Le había pasado varias veces, pero por ejemplo, esta era la primera vez que vomitaba después de tener esa mala experiencia. Cada vez iba a peor y eso le preocupaba mucho, pero la cuestión era que no quería que Gray se preocupara demasiado por su problema.
Lucy, por su parte, solo se había quedado en shock después de escucharlo. ¿Qué clase de complejo podía tener Gray para llegar al extremo de no poder respirar? Ella quería saberlo para poder ayudarle.
Y Natsu se había quedado algo triste. Entró en la habitación con sumo cuidado y vio que, por suerte, el mago de hielo seguía durmiendo, y al menos parecía que estaba durmiendo tranquilamente. Llevaba mucho tiempo sin pasarlo tan mal. ¡Por un momento pensaba que Gray se moría y que él no era capaz de hacer nada! Definitivamente, mañana u otro día próximo iba a preguntarle, ¡Necesitaba preguntarle! No quería que volviera a pasarle otra vez lo mismo.
Y Gray estaba durmiendo por fin bien después de varios días. No sabía porque, las palabras de Erza habían conseguido tranquilizarle. ‘No te preocupes por nosotros, no le va a pasar nada a nadie, Lucy y yo estamos en la habitación de al lado, y Natsu está en tu misma habitación’. Sí, definitivamente, saber que estaban cerca de él le tranquilizaba, y mucho.