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El alma del dragón por supeingoo

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Notas del capitulo:

Leer notas finales.

Hace siglos atrás, cuando la magia y la mitología estaban a la orden del día; un niño pequeño iniciaba sus estudios de magia. El maestro de este muchacho, era un reconocido mago de la comarca. Famoso sin duda por su alquimia, con la cual efectuaba pociones milagrosas que lograban curar cualquier mal.

El joven aprendiz de hechicero entro por el gran marco de madera, dirigiéndose junto a su maestro. El hombre mayor mezclaba extraños líquidos y hierbas de dudosa procedencia en un caldero. Levanto su vista del libro y logro ver al muchacho.

-          Hoy te levantaste pronto – dijo tomando su báculo con su mano derecha –

-          Sólo estoy emocionado – una enorme sonrisa adornaba su rostro –

Una risa profunda escapo de los labios del mago, y caminó seguido de su pupilo a una polvorienta habitación.

-          Siéntate – apunto a una silla delante de una gran mesa –

El muchacho obedeció sin chistar y vio al hombre caminar entre grandes estantes de libros.

-          Comenzaremos a estudiar la alquimia – dijo mientras sacaba libros de la estantería – y para ello debemos entender sus fundamentos. – una gran pila de libros se posó delante del pequeño –

El mago aparto unos cuantos y tomo uno de ellos en sus manos, miro al niño y le dio una dulce sonrisa.

-          Presta atención, Jae Joong. Esto te será muy útil al practicar la alquimia. – sin más comenzó a leerle al pequeño, que lo observaba con mucho interés –

Joon nunca antes había tenido un alumno, y jamás pensó en tenerlo. Pero hace nueve años en plena madrugada, unos golpes desesperados en su puerta le despertaron. Cuando fue a ver que sucedía se encontró con la soledad absoluta.

-          Debe ser alguno de esos muchachos insolentes – murmuro molesto –

En el momento que iba a cerrar la puerta, un suave quejido llamo su atención. Se quedó en silencio con la puerta entreabierta, y el gimoteo esta vez se escuchó más claro. Abrió la puerta completamente, dando un paso afuera, y sintió su pie chocar con algo. Cuando bajo la mirada se encontró con una pequeña canasta, dentro de ella una delgada manta de lana. Acerco su mano y notó que algo allí dentro se movía. Al apartar la manta vislumbro una carita pálida y una mata de cabello azabache. Levanto la vista buscando al  responsable de esto, pero no había nadie en el lugar. Sin más tomó entre sus brazos la canasta y la entro, encendió la chimenea y acuno entre sus brazos al bebé delante del fuego. Esa noche era una de las más crudas de ese invierno, y temió por la vida de la criatura.

El bebé durmió por dos días, le alimento con pequeñas gotitas de leche que dejaba caer en su boca. Joon realmente creyó que el bebé moriría, pero se sorprendió al verle despertar y mirarle con sus enormes ojos curiosos.

-          Eres un niño precioso. – dijo mientras le alimentaba – Quien te abandonó no tiene perdón de Dios. – el pequeño comía con entusiasmo – supongo que debo darte un nombre – el bebé simplemente le miraba con sus grandes ojos negros – tendré que pensarlo bien.

Al cabo de unos días el mago decidió un nombre.

-          Te llamaré Jae Joong, Kim Jae Joong. Necesitas un apellido, y qué mejor que el mío – el bebé hizo un ruido de satisfacción, como si estuviese de acuerdo con lo que el mago decía –

Crio y cuido del niño como si fuera propio. A una temprana edad le enseño sobre números y letras, pero notó que sus ojos brillar de emoción al verlo practicar magia.

Al pasar los años, el niño se convirtió en un hermoso joven. Joon no podía estar más orgulloso al verlo entrenar.

Por la comarca corrió el rumor del bello aprendiz de Joon.  El Rey y sus nobles estaban fascinados con él. Rápidamente fue aceptado como el ayudante del gran mago, de quien jamás se apartaba.

Joon se percató de la mirada de lujuria de muchos condes hacia el muchacho, y por esta razón le acomodaba  una larga túnica que lo cubría de pies a cabeza, de tal manera no podría ser apreciada su belleza.

Pero fue tarde cuando lo pensó, ya que no muy lejos de allí una mujer maquinaba un plan que cambiaría la vida del muchacho. Ella acudió a un hechicero de mala fama, se decía que practicaba todo tipo de rituales de magia negra. Bien dicen que los celos son malos consejeros, y esta ocasión los celos provocarían más que un mal entendido.

-          Quiero que hagas algo con ese muchacho. – dijo ella furiosa – Mi marido está fascinado con ese hechicero blanco, ¡Quiero que lo hagas desaparecer!

-          Puedo hacerlo, pero le costara caro – susurro el misterioso hombre –

-          No importa cuando dinero cueste, lo único que quiero es no volver a verle la cara a ese muchacho – dijo arrojando a la mesa dos bolsas de monedas de oro –

-          Le advierto que puede haber consecuencias – enfoco sus opacos ojos en la mujer – el muchacho parece tener un gran poder. Además al tratarse de un mago blanco, existe la posibilidad de que el hechizo falle y revote.

-          En ese caso el mal no lo recibiré yo, no hay ningún problema. – dijo para luego marcharse –

-          Eso es lo que crees.

Tomo un pequeño talismán que colgaba de su cuello, y lo purifico. En caso de que el hechizo revotara el mal no le llegaría a él, sino a la mujer que se había marchado. No por nada los sabios decían que nunca había que fiarse de un mago oscuro.

-          ¿Dónde estabas mujer? – pregunto el consejero del Rey a su esposa –

-          Arreglando algunos asuntos. – dijo altanera –

-          Bueno, yo me marcho.  – dijo besando la mejilla de su esposa – Hoy ira el mago Joon y su ayudante, el Rey quiere asignarles una investigación – la mujer arrugo el entrecejo e ignoro a su marido –

A paso lento y con el sonido del báculo haciendo eco, Joon y Jae Joong se presentaron ante el Rey.

-          ¿Solicito nuestra presencia, majestad?  - pregunto Joon haciendo una reverencia –

-          En efecto, quiero encomendarles una misión.

-          ¿De qué se trataría? – preguntó Jae Joong –

-          Quiero que busquen el elixir de la juventud.

-          Pero mi señor, eso podría tomar años.

-          No importa cuánto tiempo tome, pagare una buena cantidad por el elixir. Y financiare sus investigaciones, ¿entendido?

-          Sí, señor.

Cenaban en silencio. Jae Joong tenía la mirada fija en su plato.

-          ¿Qué es lo que te perturba?

-          Es lo que nos dijo el Rey. – suspiro preocupado – no creo que algo como eso sea posible.

-          Nada es imposible para un mago – dijo poniéndose de pie – Sígueme.

Entraron a la biblioteca y rápidamente busco algo entre los estantes.

-          Hace muchos años, uno de mis maestros me enseño unos escritos muy peculiares. – dijo rebuscando entre libros viejos – En ellos se mencionaba una poderosa poción que lograría alargar la vida de las personas, y rejuvenecerlas. – al encontrar el libro lo puso sobre la mesa, levantando una nube de polvo –  Pero habían consecuencias al consumirlo.

-          ¿Qué consecuencias?

-          Locura, alta temperatura e incluso muerte súbita.

Jae Joong se acercó a leer los escritos y a través de ellos supo de investigaciones, y espantosos relatos.

Estudiaron minuciosamente los ingredientes, y la forma en que intentaban preparar el elixir.  

-          Debemos buscar nuevas formas de elaborar el brebaje.

-          Escuche a unos viajeros hablar sobre una fuente de aguas mágicas.

-          ¿Aguas mágicas?

-          Dijeron que con ellas se podía curar cualquier mal.

-          Tendremos que investigarlas, busca a los viajeros y pregúntales sobre ese lugar. Yo iré al bosque por algunas hierbas.

Joon recolectaba setas, cuando el viento comenzó a susurrar una advertencia. El tiempo se acababa y una desgracia se aproximaba. A los oídos del gran mago llego el nombre de su aprendiz, y con él los celos de una mujer.

Con el temor plasmado en sus ojos corrió a casa, y en su esfera de cristal intento encontrar la fuente de ese mal augurio.

Aquella mujer, había pedido que maldijeran a Jae Joong. Lo veía claramente, ella era la esposa de uno de los consejeros reales.

Joon se alejó de la esfera agitado, su corazón se aceleró. Tomo su báculo y su sombrero para irse rápidamente, debía evitar que una maldición cayese sobre Jae Joong.

Recorría los caminos lo más rápido que podía. El viento susurraba en sus oídos que ese mago estaba cerca.

-          Te estaba esperando – dijo una voz sombría tras el –

-          No puedes hacer esto – dijo Joon volteándose –

-          No está en ti el poder de mis decisiones.

-          Él es un joven inocente.

-          Lo sé, pero mi trabajo no es compadecerme de los inocentes.

-          ¡No permitiré que le hagas daño! – grito apuntando su gran báculo hacia el otro mago -

-          Eres demasiado bondadoso como para atacar. Pero yo no lo soy – Joon terminó en el suelo muy lejos de su báculo – no te preocupes por él, no sufrirá demasiado.

El gran mago blanco vio los inexpresivos ojos, y sin siquiera ser tocado dio su último aliento de vida.

Jae Joong recorría el pueblo buscando a Joon, que había desaparecido hace horas.

-          Señor kwon -  saludo Jae Joong al herrero –

-          Hola Jae Joong, ¿Qué deseas?

-          ¿Ha visto pasar por aquí a Joon?

-          Lo vi corriendo en dirección a los senderos de los bosques del sur.

-          Muchas gracias señor Kwon – Jae Joong se despidió y corrió en busca de Joon, tenía un mal presentimiento.

Casi al anochecer y totalmente agotado, se detuvo. No sabía en donde estaba y no lograba dar con Joon.

-          ¿Dónde estará?

-          ¿A quién buscas? – dijo una voz –

Jae Joong dio un brinco de sorpresa y  temor.

-          ¿Quién está ahí?

-          No respondiste mi pregunta.

-          Busco a un amigo – dijo dudoso –

-          ¿Ese amigo es un mago?

-          Si, ¿Dónde lo viste?

-          Sígueme y te guiare a él – una sombra comenzó a desplazarse por las copas de los arboles –

Jae Joong lo seguía lo más rápido que podía, y en un momento llego a un claro perdiendo de vista a la sombra.

-          Tu amigo está cerca.

-          ¿Dónde?

-          Sólo tienes que voltear.

Se giró y con horror vio el cuerpo inerte de Joon. Corrió a él y lloro abrazándolo.

-          ¿Qué fue lo que paso? – dijo entre lágrimas –

-          Intento burlar al destino – una figura oscura emergió de entre los arboles –

En un parpadeo Jae Joong se encontraba en una cueva con ese hombre.

-          ¿Qué quieres de mí?

-          Sólo vengo a cumplir con mi deber.

Un grito de dolor salió de los labios de Jae, su cuerpo comenzó a sentirse distinto. Sus manos comenzaron a transformase en enormes garras, y de su espalda salieron alas escamosas. No entendía que sucedía, pero su cuerpo cambiaba. Un fuerte rugido salió de su ahora hocico.

-          Estarás condenado a vivir en esta montaña como un dragón, pero tranquilo, no soy tan malo – sonrió con burla – Sólo hay una manera de deshacer el hechizo. Un joven valiente y de sentimientos puros,  podrá liberarte. Hasta que eso ocurra no puedes abandonar la montaña – dijo para sumirlo en un sueño profundo dentro de la caverna –

Notas finales:

Bueno, he vuelto con un nuevo fic. Espero sea de su agrado, e intentare subir un capítulo semanal.

Las advertencias las prondre a medida que avance el fic, ya que aun no las tengo claras xD

No olviden comentar.


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