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Dios no estaba ahí en el momento en que te convertiste en una estrella por Ichinose-Kari

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Hubo un momento en el que pensé que lo tenía todo en la vida, que estaba en la cima y que no habría un lugar más alto y más lejos al que llegar… Yo era un doctor excelente de gran prestigio, mi lucha diaria durante mi época de juventud trabajando de más y esforzándome en mis estudios finalmente había dado frutos y hoy gozaba de ello.


Nunca creí necesitar nada más, mucho menos a nadie en mi vida, pero eso lo cambiaste tú en tan solo un instante, mostrabas tu brillo con intensidad aún cuando la misma oscuridad te consumía lentamente, aún sin fuerzas permanecías luchando, incluso más fuerte que yo, quien día a día se debilitaba y que realmente no sabía si podría soportarlo, aún cuando yo mismo conocía el final de esta historia no tuve fuerzas para afrontarlo…


Esa tarde todo marchaba de maravilla en el hospital, atendiendo a mis pacientes habituales, quizá una que otra emergencia pero nada demasiado serio, era una tarde hermosa y pues el trabajo había sido agotador puesto que me había quedado la noche anterior como médico de guardia cubriendo a un amigo mío,  él verdad necesitaba pasar más tiempo con su esposa, las cosas en su matrimonio no marchaban para nada bien, pero así es esta profesión, para un médico lo primordial es salvar la vida de las personas, aún a costa de su vida privada fuera del hospital. Pero claro yo no tenía problemas con eso ¿vida privada fuera del hospital? No necesito nada como eso para mí,  mi vida transcurre felizmente en este ambiente, dentro de las cuatro paredes de este hospital.


Estaba caminando por el pasillo listo para irme a casa a descansar, cuando de repente una enfermera me detuvo…


-Doctor, lo están esperando en su consultorio- Dijo la mujer


-¿Pero quién? Ya revisé a todos los pacientes que tenía previstos para hoy, no fijé ninguna otra cita, además estaba por irme a casa, dile a quien sea que hable con mi secretaria y que pida una cita para mañana por favor-


- Pero es que es algo urgente Doctor, en verdad, siento pena por esa familia que está allí, por favor vaya a hablar con ellos… - Me respondió viéndome con preocupación y quizá algo de lástima, cosa a la cual no pude negarme


- Bien –Suspiré   -Iré ahora mismo-


Me dirigí a mi consultorio un tanto molesto, realmente estaba agotado pero ni modos, así es el oficio, terminaría con lo que sea que estuviese esperándome lo más pronto posible y me iría a casa a descansar, ya que la falta de sueño finalmente estaba haciendo su efecto y comenzaba a causar estragos en mi buen humor habitual.  Finalmente tras dar un suspiro largo abrí la puerta del consultorio e intenté mostrar una sonrisa a pesar de sentirme algo enojado, cosa que no pude mantener, la escena desgarradora que encontré borró de inmediato la sonrisa que traté de mostrar…


-¡Doctor, le ruego nos disculpe! Sé muy bien que debe de estar agotado pero es que en verdad, necesitamos hablar con usted – Dijo un hombre acercándose a mí, denotando desesperación tanto en su rostro como en la tonalidad de su voz.


- ¡Por favor Doctor, se lo suplico salve a mi hijo! – Exclamó una mujer quebrándose en llanto frente a mí y casi colocándose de rodillas


-¡Cariño, por favor!- Se quejó el hombre tomando en brazos a la mujer


- Disculpen pero, no puedo ayudarles si no me dicen que es lo que sucede ¿Qué es lo que tiene su hijo? –Miré al hombre manteniéndome sereno, este tipo de escena desgarradora era algo que estaba acostumbrado a ver, algo normal dentro del hospital pero, por alguna razón esta vez algo era diferente y podía sentirlo, aunque no podía decir con certeza que era, pero sabía que algo era completamente diferente a todas aquellas escenas que estaba había visto antes, sin embargo me mantuve tranquilo como mi profesión lo exigía.


- Verá doctor, mi hijo, es un excelente muchacho, es muy trabajador, excelente estudiante, me siento muy orgulloso de él, pero... por azares del destino mi hijo padece de una terrible enfermedad, hemos acudido a casi todos los médicos de la capital, pero, ninguno ha querido hacerse cargo del caso, no nos dan muchas esperanzas – Hizo una pausa para dar un respiro profundo y evitar quebrarse al igual que la mujer, quien yacía en sus brazos llorando desconsolada, aquel hombre llevaba en sus hombros el peso de mantenerse firme y servir como un pilar para soportar la desgracia que azotaba a su familia, al menos esa era la impresión que tuve en ese momento – Mi hijo padece de un caso de leucemia y pues, ningún médico nos dio buen pronóstico… y la verdad, la última esperanza que nos dieron fue acudir a usted Doctor Kusama


- Ya veo, haré lo que pueda, necesito revisar los últimos estudios que le hayan hecho a su hijo, y claro está yo también pediré que se realice otros más para poder conocer bien la situación y dar un diagnóstico más acertado,  de allí podré ver cuál será el tratamiento, haré lo que pueda no se preocupe – Traté de avivar un poco esa luz de esperanza que vislumbraba en los ojos de aquel hombre que acudió a mí, aún sin conocer la gravedad de la situación, que bien por sus palabras no era cualquier cosa- Pero a todas estas ¿dónde está su hijo?- Finalicé con aquella pregunta que sin saberlo, daría un giro a mi vida…


- Ah, Hiroki ven aquí, el doctor quiere conocerte – Se dirigió el hombre hacia su hijo


El muchacho de cabello castaño se encontraba al fondo del escritorio sentado junto a la ventana, tenía la vista fija a través del cristal, perdida en el cielo contemplando aquel atardecer en donde todo comenzó. Sus ojos color chocolate se posaron sobre los míos causándome una extraña sensación que invadió mi cuerpo, su expresión era serena y daba aires de tranquilidad aún cuando era víctima de una enfermedad tan seria y que no pintaba un panorama agradable. El hombre contestó con una simple afirmación y se dirigió hacia donde estaba su familia, se posó junto a su padre y me miró fijamente cruzando su mirada con la mía…


Y así fue como llegaste a mi vida, como una hoja que trajo el viento arrastrada entre brisas turbulentas, la desgracia te trajo a mí y así mismo te apartó… Alguien me dijo una vez que nuestra existencia no era más que un instante de luz entre dos eternidades de oscuridad, y ahora lo comprendo bien, sin darme cuenta vivía en la oscuridad antes de conocerte y así mismo llegaste tú como un instante muy breve de luz a mi vida; la cual se apagó en un abrir y cerrar de ojos dejándome sumido en otra eternidad de oscuridad…


 

Notas finales:

Espero les guste  ^^


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