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Juguete [HunHan] por Laura Carreon

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Notas del fanfic:

Mi nuevo proyecto HunHan, será relativamente corto como todos mis seriales. 

Espero que lo disfruten, no suelo hacer mucha "ciencia ficción" pero me aventuré por el HunHan *-* 

Ya leyeron, SeHun uke! Sé que a muchas no les gusta, pero denle una oportunidad, a mí me parece lindo ver a  SeHun dominado. 

Fic para mi precioso Ricardo, hyung saranghaeyo! :3 Porque su bias es SeHun y quería verlo de uke en uno de mis fics! xD Por ti hago todo, hasta poner a mi seme de semes de sumiso, he aquí eso. 

Notas del capitulo:

¡Hola! 

Bueno aquí el primer capítulo de este proyecto.

Ojala les guste mucho *-* 

¡Disfruten! 

No estaba seguro de cuánto tiempo llevaba corriendo pero las piernas le dolían que podía derrumbarse en cualquier momento… pero no, justamente en ese momento había un vendedor detrás de él para atraparlo por haberle robado un poco de fruta. Apenas y le había dado una mordida a la manzana cuando el hombre salió detrás de él gritando y maldiciendo diciendo que lo iba a atrapar y entonces se iba a enterar.
 
Tenía miedo, era la primera vez que tomaba algo en su vida, que robaba. La cuestión era que tenía muchísima hambre y no había comido en casi tres días, se había visto obligado a cometer aquel acto tan indecoroso y bajo; ya no le importaba, sólo deseaba salir ileso de ese embrollo. Dobló en una esquina desierta y con toda su fuerza trepó el barandal para saltar al otro lado; escuchando los gritos del perseguidor pero muy lejanos. Suspiró con alivio intentando regular su respiración y se pasó una mano por la frente sudada. Estaba tan sudado que se sentía asqueroso, eso añadiéndole a que no se  había bañado en un tiempo. Quizá si su madre no se hubiese muerto… quizá si su padrastro no lo hubiese echado a la calle como un par de zapatos sucios… quizá él no tendría que estar en esa situación, pero no tenía tanta suerte y ahí estaba.
 
Cerrando los ojos se  recargo sobre la pared de aquel sucio callejón y con desesperación se comió la manzana en cosa de minutos; había intentando pedir un empleo-cualquier cosa-pero debido a su edad había sido rechazado sin miramientos. Las calles en las que vivía eran las más pobres de la ciudad, no se podía aspirar a trabajos meramente decentes que te dieran más que unos miles de wons para vivir, cosa que no era suficiente de todos modos. Acomodándose la vieja camiseta que llevaba días usando se puso en marcha de nuevo; con pasos débiles, el haber corrido mucho antes no le ayudaba en lo más mínimo. Deseaba tener a su madre a su lado, llenándole de cariño, porque nunca habían sido portadores  de mucho dinero pero solían ser una familia feliz; deseaba que todo fuese un poco diferente pero la realidad era otra. Hacía años que la ciudad había sido seccionada por las familias de enorme rango económico para crear sus grandes emporios y hogares, sin importarles las personas que quedaban del otro lado pudriéndose en su pobreza. Ellos se hacían llamar a sí mismos, el grupo de los umbras, nadie se atrevía a desafiar sus órdenes, eran los putos Dioses del lugar. Sí, los tiempos eran diferentes y cualquiera que se atreviera a desafiarlos, pagaba con su insignificante vida.
Lo había aprendido desde niño, cuando llegó con su madre a Corea, ya que ella era nativa de Europa y su padre que había fallecido en dicho continente, había nacido en Asia; aprendió las leyes de los umbras y su lugar (el más bajo) en dicho eslabón. Nunca se había preocupado mucho por eso, no hasta que perdió a su madre y se encontró a sí mismo solo y completamente desamparado tratando de sobrevivir sin nada ni nadie mientras ellos, los líderes, se pudrían en sus montañas de dinero sin pensar en ellos, sin considerarlos más que la peste de su nuevo imperio.
 
Apenas había logrado andar unos cuantos metros cuando terminó por desplomarse en el suelo debido al cansancio; no había comido ni bebido nada a excepción de un poco de agua cuando había llovido pero nada más; nunca se sintió tan aterrado en su vida como cuando fue lanzado a la realidad y retado a sobrevivir por sí mismo en un lugar donde la gente no te tendía la mano por mera compasión pues tenían que ver por ellos mismos antes que por otros. Se dejó caer sobre el frío y duro pavimento, soltando lo que le quedaba de la manzana y cerrando los ojos ansiosos del sueño que le perseguía. Y sólo en ese momento, sin más remedio, sintió unas enormes ganas de querer morir.
 
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Abrió los ojos pesadamente, sintiéndose repentinamente cegado por la luz que emanaba de sabrá Dios donde y le quemaba; se talló ambos con sus manos y se sentó, dándose cuenta de que se encontraba sobre una mullida cama de gran tamaño, ¿Por qué estoy en una cama así? Fue su primer pensamiento; y rápidamente paseó la mirada por el lugar, una inmensa habitación mucho más grande que la casa donde solía vivir con su madre y su asqueroso padrastro que sólo le trataba bien cuando quería manosearlo y lo miraba de formas extrañas que casi siempre lo mantenían asustado. Había un tocador lleno de productos para la piel y el cabello seguramente, una puerta al fondo que seguramente sería el baño; una ventana con las cortinas alzadas mostrándole un bello paisaje de árboles y cielo azul allá afuera, la habitación estaba tapizada por una alfombra roja que parecía muy acolchada. ¿Estoy en el cielo? Se preguntó mientras estiraba sus brazos y piernas, se sintió terriblemente mal al notar lo limpio que estaba ese lugar y lo sucio que él se encontraba por haber estado durmiendo en el suelo y expuesto, con la ropa sucia y  manchada de tierra y demás componentes. Justo cuando se estaba poniendo de pie, la enorme puerta de caoba se abrió haciendo un horrible chirrido seguramente por ser muy vieja, rápidamente se cubrió los oídos con ambas manos y pegó un saltito en sus sitio cayendo en cuenta entonces de que estaba descalzo y sus bermudas con las puntas llenas de tierra y húmedas igual que su ropa seguramente por el sudor, se sentía asqueroso en verdad.
 
—Vaya, así que era verdad lo del chico—escuchó que decía una voz; lentamente y se giró hacia la puerta observando dos siluetas mucho más altas que él parados ahí, observándole como si jamás hubiesen visto a un niño pobre y mugriento, aunque probablemente no, ya que asumía que ellos eran umbras, lujos como esos no había donde él vivía. —Es un caso… especial.
 
—Claro que lo es, JongHyun—habló el otro muchacho que venía con él, que parecía extrañamente contento ante su presencia. — ¿Hace cuantos años fue la última vez que viste a alguien de cabello rubio natural? Este crío es el único en toda Asia.
 
Oh, por supuesto que era rubio natural, igual que su madre, una noble inglesa que había perecido a causa de una dolorosa enfermedad, pero aún mantenía las facciones asiáticas de su padre. Se mantuvo quieto con los labios muy apretados sólo esperando que le dijeran algo porque ellos hablaban como si no estuviese presente.
 
—Al último lo mataron—contestó el que aparentemente se llamaba JongHyun—, la belleza es cruel, JongDae.
 
—No tenías porque decir eso, asustarás a nuestro invitado—se quejó JongDae con voz vagamente chillona. —Se supone que lo tenemos que mantener a salvo, recuérdalo.
 
— ¿Por qué el tonto de SiWon lo dice? ¡Bah! —JongHyun protestó cruzándose de brazos. —Tan pronto lo vean fuera de esta habitación, van a devorarlo.
 
Al escucharlos, sintió como un escalofrío le recorría la espina dorsal. Claro que eran capaces de matarlo, eran criaturas demoniacas, malditas, y él se había metido en ese lío sin darse cuenta. ¿Qué hacer? ¿Esperar  que lo mataran, y entre más pronto mejor, o huir de ahí? Su vida de mendigo no le parecía tan provocadora en esos momentos.  Estaba en el paraíso, aunque fuese el mismísimo hogar del demonio, hijos de Lilith, demonios extraños, los umbras, los dueños y líderes de todo el mundo. Criaturas que se habían reproducido a centenares en minutos, sangre mezclada, impura que ahora unía a los que alguna vez fueron mortales, dándoles como castigo a su vez, vivir de la sangre, de los demás… humanos como él. Conocía la historia, todo el mundo la conocía y eso no hizo más que aterrarlo. ¿Qué tenía de especial que fuese rubio?
 
—Nadie va a devorarlo, conoces las reglas, hyung—insistió JongDae sonando más dulce y hablando lentamente como esperando que a su vez él captara que no lo matarían, no en ese momento. —El consejo se hará cargo de él cuando sea su momento. Seguramente querrán que participe en la  ceremonia candado. Se van a pelear por él, eso sí.
 
—Disculpen… uhm—murmuró tímidamente poniendo enorme fuerza de voluntad para poder mirarles. — ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí?
 
El llamado JongDae se acercó hasta él y le acarició el enmarañado y sucio cabello rubio y después le pellizcó una mejilla cariñosamente.
 
—Primero lo primero, debes darte un baño. No te ofendas pero estás asqueroso—le dijo aún con ese tono dulce que extrañamente me daba confianza. —, es esa puerta. Te traeré ropa nueva para que te cambies, toma tu tiempo. Estaré aquí cuando termines.
 
— ¿No deberíamos hablar esto con LuHan o YiFan? —intervino JongHyun impaciente. JongDae suspiró. —De todos modos a ellos les debemos explicaciones, no a SiWon.
 
—Ve a darte un baño, pequeño. Esa puerta, recuerda—volvió a señalarle la puerta que él inicialmente consideró que sería el baño pero no se movió. JongDae terminó empujándolo hacia el interior y cerró la puerta después de dedicarle una cálida sonrisa.
 
« ¿En qué rayos me he metido? ¿Qué querrán conmigo? ¡Oh, cielos, estoy perdido! » Pensó el pequeño rubio antes de comenzar a quitarse la ropa; observó la enorme tina al fondo; él nunca se había dado un baño en una de esas cosas, estaba totalmente fascinado. Sin pensarlo mucho se metió dentro y se estiró disfrutando del agua tibia mojando su piel, realmente necesitaba un baño. Lo agradecía a pesar de no saber cuál sería su destino al permanecer en territorio de los umbras.
 
 
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—Está completamente asustado—jadeó JongDae sentándose en el borde de la cama mientras JongHyun se recargaba en el marco de la puerta con mala cara. —Pobre niño…
 
— ¿Le leíste la mañana? —preguntó su amigo, vagamente interesado. — ¡No puedes hacer eso con los humanos! YiFan ha dicho qué…
 
—Ya sé lo que dijo YiFan, pero ni él ni LuHan son los verdaderos líderes, la ausencia de JinKi no dicta que ellos tienen ese puesto ahora, así que para. —explotó el castaño más bajo mirándole mal. —Sólo quiero asegurarme de que esté bien, no le hago daño. Seguramente tiene muchas preguntas…
 
—Le estamos dando una buena vida, mírale, cuando lo encontramos estaba hecho una mierda igual que todos los pobretones que viven del otro lado—mencionó JongHyun.
 
—Pero es joven… quizá no fue buena idea después de todo. La ceremonia candado no es cualquier cosa, le va a cambiar  la vida. Nunca podrá irse de aquí…
 
JongDae se puso de pie y se pasó las manos por el rostro; hacía muchos años él era como ese pequeño rubio, sólo que menos bonito y más estúpido y por puro miedo había aceptado la sangre de Lilith, convirtiéndose en uno de sus hijos, un demonio, uniéndose para siempre en la ceremonia candado, incapaz de poder abandonar esas tierras, atado a su destino. No creía que fuese bueno para el pequeño, quien obviamente era muy joven, mucho más joven que todos los que habitaban ahí.
 
— ¿Por qué querría irse? —inquirió el mayor—Le damos lo que quiere, lo sabes.
 
—Llama a BaekHyun, que él lo ayude a vestirse cuando termine de ducharse. No creo poder contestar yo mismo sus preguntas. —mencionó antes de dirigirse a la puerta. JongHyun le siguió y cerró la misma, sólo que dobló al lado contrario que JongDae en busca de aquel sirviente.
 
 
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Al salir se encontró con un chico frente a la cama, uno que no había visto nunca. Era más bajito que los otros dos, se cabellos castaños y rasgos delicados, le sonrió vagamente y le ofreció la ropa que estaba sobre la cama.
 
—Tienes que ponerte esto, los órdenes de ellos —mencionó el chico extendiéndole unas bermudas limpias y de color azul marino y una camiseta blanca, además de la ropa interior, por supuesto.
 
— ¿Cuándo puedo irme de aquí? No quiero causar molestias… —murmuró cohibido, tomando la ropa que el otro le ofrecía. Todo olía a limpio, ahora él también gracias a ese relajante baño que se había tomado. Se sentía como nuevo. Suspiró.
 
—No puedo responderte a eso—le contestó y supo que no le mentía por el pesar en su voz. — ¿Cómo te llamas? Luces muy joven, un poco más que yo, debo decir…   
 
—SeHun, tengo catorce años. —respondió mientras terminaba de ponerse las bermudas limpias. — ¿Y tú, hyung?
 
—Soy Byun BaekHyun, tengo diecinueve años. —contestó con una sonrisa más amplia que la anterior, parecían haber entrado en confianza pero ninguno mencionó nada de eso. —Bueno… ¿Has terminado? Tengo que llevarte al salón principal. YiFan y LuHan desean verte.
 
— ¿Y los chicos que vinieron antes, dónde están? —preguntó curioso. BaekHyun le tomó suavemente de la mano y lo condujo hacia la puerta para salir al pasillo.
 
El lugar  lucía como un castillo, aunque probablemente eso era, enormes candelabros colgaban en el techo, unas enormes escaleras los separaban del primer piso; todo era demasiado lujoso, no dejaba de sentirse impresionado. Caminó junto a BaekHyun con la boca abierta en forma de “o” y observando cada lugar por el que pasaban, que para el colmo estaba desierto, no veía a ninguna otra persona ahí.
 
—No hables si no te preguntan, y sólo responde a lo que te pregunten, SeHun—le dijo el muchacho mientras lo hacía bajar por las inmensas escaleras en forma de caracol; lucía muy serio así que se dijo que tenía que escuchar cualquier recomendación que le diera aunque no tuviese idea a donde se dirigían. —No alces la voz ni grites, sé amable ¿Sí? No te harán daño si no  les provocas. No son tan agresivos como SiWon pero… son de cuidado. Estaré detrás de ti, de verdad.
 
El niño asintió a las palabras del mayor y le siguió sin decir palabra. Atravesaron una salita y entonces BaekHyun abrió una enorme puerta como la de la habitación anterior y se encontró de frente con un enorme salón bastante bien iluminado; las cortinas estaban cubriendo la vista de las ventanas, había una enorme mesa con distintos tipos de bebidas alcohólicas, unas abiertas otras selladas, un olor a cigarrillo le inundó las fosas nasales y cuando BaekHyun le dio un empujoncito para acercarse a la mesa, se asustó; la penumbra no le dejaba distinguir que había delante de él así que se giró para preguntarle al mayor que pasaba, pero éste ya no estaba.
 
— ¿BaekHyun hyung? —cuestionó mirando hacia todos lados.
 
—Está cumpliendo sus otras obligaciones, no te preocupes. —le respondió una vez dese la oscuridad al fondo del salón donde se encontraba; se asustó aún más y achinó los ojos para poder ver mejor. Después de unos segundos, vio una silueta jodidamente alta situarse frente a la mesa y mirarle fijamente, detrás de él había otra silueta, un poco más baja pero igual de atemorizante a su parecer. —Mi nombre es Wu YiFan y estoy a cargo por ahora de este sitio; él es Xiao LuHan y es mi segundo al mando en este lugar. Y ahora queremos saber, ¿Quién eres tú?
 
SeHun pudo contemplar a los extraños frente a él; el que había hablado era altísimo, de complexión musculosa, expresión severa y sostenía un cigarrillo en su mano derecha; el otro tenía unos ojos enormes, labios abultados y expresiones más finas y delicadas, como una niña, pero no por eso lucía menos aterrador. Sintió que se desmayaría de nuevo.
 
YiFan esperó, alzando una ceja pero el niñato no dijo nada ni se movió. Lucía como un cachorrito perdido y asustado, aunque sí, era terriblemente bonito, adorable, ni siquiera podía creer que lo estaba viendo, casi podía escuchar la voz de la mismísima Lilith susurrándole burlona aquel « Habrá uno, terriblemente bello, precioso y tentador. Y todos querrán tenerlo, se matarán entre ustedes por él… y sólo uno podrá tenerlo. » Y ahí lo tenía ante sus ojos, real y hermoso, parado frente a él. Miró a LuHan, quien lucía embelesado por el chiquillo, devorándolo con la mirada, bebiéndose esa imagen.
 
—Te pregunté: ¿Quién eres tú? —repitió.
 
—Oh Se Hun. —pronunció. Pobre niño, no supo que con ello selló su destino dentro de ese castillo… su pesadilla.
 
 
Notas finales:

¿Qué tal? ¿Les ha gustado? ¿Lo sigo? >u<  

Espero que se animen a dejarme sus opiniones, esto apenas comienza y ya tomará su forma y se explicarán las cosas que forman la trama de esta historia :3

¡Saludos y mucho amor!<3


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