Mis dedos se movían sobre las teclas del piano la dulce melodía me estremecía, no es que tuviera talento especial para esto, había mejores que yo sin duda, pero esta música era un buen calmante para mí y mi alma.
—Joven Trancy—mis concentración se desvaneció ante aquella voz, temblé un poco y me avergoncé por no darme cuenta que había alguien más ahí— lo siento— recogí mis cosas con prisa tener problemas no era algo que quisiera sobre todo cuando había logrado no ser echado del conservatorio, un ángel del cielo me había concedido la oportunidad de seguir o mejor dicho mi querida instructora Hanna.
—ya debería saber que hay horarios para esto— aquel hombre grande, de cabello oscuro y voz gruesa iba a reñirme de nuevo, aunque no estuviera haciendo nada malo, mi antiguo Instructor Claude Faustus, no era un secreto mi admiración por él y realmente me había hecho feliz que me tomara como pupilo, valgo tan poca cosa, no es cierto, en cuanto vio al nuevo alumno pase a ser basura “ no tienes talento nato pierdes el tiempo, no eres como…” fue doloroso, incluso para quedarse con la tutoría de ese chico intento que me sacaran.
—lo sé este es mi horario—dije algo tímido pero igual no importaba no quería buscarme más problemas con el —además Sensei Michaelis no ha llegado —si estaba reclamando su actitud después de todo él no tenía derecho, vamos se valiente me dije a mi mismo, no te dejes amedrentar por esta persona— igual ya me iba— me di la vuelta intentado no escuchar cualquier reclamo duro que saliera de su boca, él era una eminencia en el piano me sentí ilusionado por que era mi tutor parecía tener tanta confianza en mí, pero no a la primera oportunidad fui sustituido por alguien como ese chico, aunque el practique violín hubo una discusión sobre quien le enseñaría.
Estaba presente ahí en medio de los tres más famosos maestros del conservatorio, dos de ellos pidiendo tomarlo como pupilo, cuando le dijeron a mi tutor tú ya tienes un estudiante, comentó las palabras más difíciles de tragar conmigo ahí, en ese momento lo supe soy sustituible así de fácil.
Antes de que el director hiciera algo rudo, Hanna intervino y dijo que ella continuaría enseñándome si era necesario y que el señor Faustus no era el indicado para el joven Phantohive si tan facilemten desechaba alumnos, el sensei Michaelis rio suavemente dándole la razón “solo un hombre incompetente diría eso”, después de ese incidente en la rectoría, me vi asediado por Faustu sensei busca cualquier excusa contra mí y bueno una excusa para encontrarse con aquel lindo chico.
No es que realmente culpe al Joven Ciel de mi poca fortuna pero le tengo algo de envidia, muchos profesores quieren oírlo tocar, otros tomar el lugar de Michaelis sensei, pero ninguno podría, debía admitirlo ese hombre era perfecto en todo un “prodigio” podía tocar todos los instrumentos con tal naturalidad que impresionaba, sin duda era el mejor.
Me revolví el cabello—algunos nacen con mejores cualidades y suerte— estaba frustrado lo sé, debo confiar más en mi habilidad aprobé el examen ya es bastante y no dejare que algo tan trivial me moleste, sonreí de nuevo debía hacerlo, corrí con todas mis fuerzas para alejarme de ese lugar y poder llegar a casa.
La brisa era deliciosa y el olor a comida me inundo de apoco, me detuve y compre un pan tenía hambre lo admito aunque me queda poco tiempo para ir a casa y después al trabajo, abrí la puerta y coloque mi mochila en el escritorio, tome rápidamente mi chaqueta, mientras mordía mi pan, mi jefe era un hombre amable que conoció a mi padre, aunque el trabajo es duro siempre me felicita por hacerlo bien.
—Es difícil — sin embargo no me queda de otra más que hacerlo, no soy de alta cuna así que toca trabajar hasta el cansancio, di un beso al retrato de mi pequeña familia, aun los extraño era el sobreviviente de un accidente un huérfano simplemente olvidado por el resto de la familia.
Bueno no debo ponerme depresivo en estos momentos, me cambie rápido y salí, aquel hombre de edad algo avanzada me recibió contento como siempre y me dio las labores de este día, cargare cajas de aquí para haya seguro me dolerá la espalda en la mañana pero era mejor comenzar con esto o no terminare.
Era el más joven de aquella bodega y eso era un poco incómodo a veces, aunque nadie me trataba mal de hecho suelo ser felicitado por mi esfuerzo, es grato que algunas personas te reconozcan, sonreí, ya llevaba diez cajas, aún faltaban muchas pero pronto terminaría.
Parece que esta vez saldré noche de aquí, el atardecer estaba esfumándose rápidamente, se senté un rato a tomar algo de té había llegado mi descanso y la esposa de mi jefe me lo ofreció era alguien buena, cariñosa, me recordaba a… sacudí mi cabeza.
—Nada de pensamientos tristes—sople un poco aquel líquido caliente y me limite a mirar el transitar de las personas, todas se dirigían a casa ya posiblemente con sus familias la noche asusta a la gente, termine mi té y volví a trabajar, no faltaban más que dos cajas y podría irme yo también, en realidad no tarde mucho.
—Termine— o si estaba contento no era tarde podría ir a descansar para ir temprano al conservatorio, practicar con mi instructora y no tener ningún altercado desagradable con nadie, me estire y recibí mi paga—hasta mañana—
—Hasta mañana Alois— me fui corriendo ya estaba oscuro y siendo sincero Londres no es la ciudad más segura en la noche cualquier cosa podía pasar, tenía miedo de perder mi dinero es lo malo de ser solo un niño, los asaltantes tienen sus preferencias, los débiles son más fáciles.
Afortunadamente solo me encontré con policías de scotland yard, que aunque me miraban a veces sospechosamente, simplemente les sonreía y continuaba mi camino, hay mucho prejuicio pero es justificado muchos solo salen en la noche para robar a otros.
Aunque había disminuido bastante, podría decir que estaban haciendo un buen esfuerzo, llegue a mi casa, abrí con cuidado la puerta sin embargo parecía que— no tiene seguro— me asuste bastante alguien podría haber entrado a robar, aunque no tenía mucho, entre con cuidado podían haber alguien peligroso.
Al entrar a la casa esperaba ver un desastre pero no, todo estaba en orden de hecho mucho más ordenado que como lo tenía— que diablos—revise todo y cualquier cosa de valor seguía ahí, no entendía nada— tal vez no cerré—lo medite era una posibilidad, suspire y deje mis cosas—debo tener la cabeza en otro lado—
Me dirigí a mi habitación, para cambiarme debía dormir un poco hoy seria de las noches en las que podría dormir más tiempo—bien—me estire, fui a mi armario, tome mi pijama ya estaba algo vieja pero me agradaba—me comprare una pronto— me reí por mi pensamiento era verdad quería una nueva pero por ahora no podía darme el lujo, me fui a la cama— ¿Qué es esto?—había una carta encima de las cobijas.
Me sorprendí— realmente alguien entro— mire a todos lados, me dio un poco de paranoia, tome el papel en el un sello muy raro—quien se tomaría la molestia de hacer esto— abrirlo o no, me daba un poco de miedo hacerlo— estas cosas nunca auguran algo bueno—