Introducción
Luhan se removió en la cama. Dio una vuelta sobre sí mismo. Ahora miraba hacia la pared, en la derecha, donde estaba colgado su premio Guiness por ser la persona con más comentarios en Weibo. Ahora miraba hacia el escritorio, en la izquierda, donde habían regalos de las fans para él y para Xiumin y cartas de apoyo por su nuevo photobook, Die Jungs.
Nada. No podía dormir.
Sonaba irónico porque fue él mismo quien estuvo durante todo el día, durante todas las presentaciones y los ensayos, diciendo que estaba cansado, que quería dormir.
Quería dormir pero no podía.
Miró la cama que había en frente de la suya.
No había nadie.
¿Dónde demonios estaba Xiumin?
Sacó su móvil de debajo de su almohada (donde tenía la costumbre de dejarlo por si no podía dormir y quería escuchar música). Las cinco de la mañana. Suspiró. Aún quedaban dos horas para que llegara el manager a despertarlos para su ensayo matutino. Y se volvió a preguntar: ¿Dónde demonios estaba Xiumin?
Se deslizó fuera de su cama, dando por hecho que no podría dormir ni aunque fueran esas dos horas que quedaban.
Eso ya se hizo algo habitual desde hace al menos dos meses. Desde que Kris-- no, Yifan, había demandado a la SM y había dejado el departamento que compartía con EXO-M, se respiraba un ambiente tenso e incómodo. Melancólico, más que nada.
No es cómo si aún le guardara rencor. En el fondo, lo comprendía y todo. Seguramente él hubiera hecho lo mismo si hubiera estado en la situación de Yifan.
Ahora lo único por lo que le guardaba rencor era que por culpa suya ya casi ni dormía. Más comentarios malos de las fans, más trabajo sobre los hombros de los chicos de EXO-M… Todo eso y más le carcomía la cabeza y no le dejaba pegar ojo.
Y a todo eso se le sumaba el hecho de que últimamente empezaba a sentir extraños sentimientos hacia Xiumin y no sabía lo que significaban todos esos sentimientos, o quizás sí pero era un terco y no lo quería admitir.
Se pasó la mano por su castaño cabello sin peinar, frustrado. Demasiadas preocupaciones y demasiado pronto para empezar a preocuparse de ellas.
De momento, se limitaría a buscar a su compañero perdido y intentar no pensar en que tan bien le quedaba ese pijama corto de verano.
Salió al pasillo. No le extrañaba que a Tao le diera miedo salir ahí por la noche. Entre los extraños ronquidos que salían de las habitaciones, que más que personas parecían osos, y que no había ni una sola ventana que diera luz a aquel pasillo, aquel lugar era casi tan terrorífico como la casa del terror que visitaron en EXO's Show Time.
Finalmente, después de armarse de valor, pasó corriendo el pasillo como si el suelo ardiera bajo sus pies, como todo macho que se respeta.
Al llegar a la cocina, esperaba encontrarse a Xiumin bebiendo leche como la mayoría de las veces que coincidía que los dos se desvelaban, o viendo algún extraño programa chino en la tele que pasaban a esa hora, pero lo que no esperaba era encontrarse a Xiumin cargando un bebé de menos de un año, vestido con ropa vieja. Tampoco esperaba que el bebé desconocido empezara a llorar a pleno pulmón haciendo que todo EXO-M se despertara.
Oh, no, definitivamente nada de esto era lo que él había esperado