En la vida hay muchas razones para pelear y enojarse, es curioso como una simple criatura como un conejo haya unido a un par de desconocidos y transformado en enamorados.
Taemin y Minho se conocieron cuando ambos hacian labores humanitarias, este era un simple pretexto para usar su tiempo en algo bueno; los dos buscaban un consuelo por que ambos habian tenido perdidas y no deseaban seguir hundiéndose en la tristeza.
Taemin, alto, demasiado delgado, cabello rubio no llegaba ni a los hombros, labios carnosos y rosados, ojos café y pequeños, piel blanca; Su personalidad es tímida y un poco antipático, siempre a la defensiva, desconfiado pero con un corazón enorme, perdió a su padre y madre a causa de un conductor ebrio que conducía a exceso de velocidad cuando sólo tenía 18 años, quedó sólo en el mundo, su familia vivía al otro lado del mundo y no tenía hermanos.
Minho, demasiado alto, musculoso, cabello castaño y quebrado, labios gruesos, ojos color chocolate y para ser asiático demasiado grandes, piel clara un poco quemada por el sol; Su personalidad era segura, agradable, imponente, orgulloso y muy egocéntrico, ahora no es ni una mugrosa sombra de lo que era, había perdido a su pareja, una mujer hermosa que había sido arrebatada de su lado por un cáncer brutal, Minho a sus 26 años deseaba más que otra cosa no seguir a base de antidepresivos.
Su historia comenzo cuando coincidieron en una fundacion en contra del matrato animal, a ambos le llamo la atencion un conejillo negro manchado de blanco con los ojos más grandes que habían visto, incluso más que los de Minho, a pesar de ser un refugio animal era el único conejo que había ahí,ambos lo vieron de lejos y decidieron acercarse, cuando estaban frente a él a punto de tomarlo en sus manos se miraron y entendieron que algo nuevo se avecinaba para ellos.
Minho le dirigió una mirada asesina, mientras Taemin bajo la mirada mirando al pequeño conejillo y se dio cuenta que tenía los grandes ojos llorosos.
-Míralo y si me dices que notas lo mismo que yo probablemente te lo deje- Taemin pronunció las primeras palabras pero ni siquiera miro al más alto.
Minho lo observó detenidamente y vio su patita de atrás lastimada, desvió su mirada a la cabeza del animalito y su oreja también estaba lastimada, pero lo que más le llamó la atención fueron sus grandes ojos llenos de la misma tristeza que el había padecido, observó a Taemin y esa misma tristeza la vio reflejada en el.
Taemin sollozaba en silencio, también lo había notado, la tristeza en los ojos de Minho y el pequeño animalito.
-Sus... Sus ojos son tristes al igual que los tuyos-
Taemin se sorprendió por la respuesta del alto, pero sentía tanta confianza que decidió atacar de la misma manera.
-Y que me dices de la tristeza de tus ojos-
Minho bajo la mirada e inmediatamente se colocó sus lentes oscuros
-Si escondes tu tristeza tras esos cristales oscuros quien se va a enamorar de tus ojos- suspiro pesadamente acariciando la cabeza del conejillo -Eso me lo dijo un buen amigo y ahora estás enamorandote de mis ojos-
Minho se sonrojo un poquito y Taemin sólo esbozó una pequeña sonrisa; Era la primera sonrisa desde la muerte de sus padres.
-Se durmió- Comentó Minho -Decía una amiga que cuando tienes mano para dormir a los animales es por que serás un gran padre-
-Y por que nunca podré tener hijos lo adoptare- El rubio camino al registro con el pequeño animalito dormido en sus manos.
-Alto ahí- Minho le tomo el hombro -Tu no te llevas a ese conejo, yo lo adoptare-
La voz de Minho era segura por primera vez; Minho era demasiado inseguro después de la muerte de su pareja.
-¿Quien me lo va a impedir?- lo miro de pies a cabeza
-Yo, yo lo quiero-
-Yo también así que buscate otro-
-Yo quiero ese- señaló al conejito en las manos de Taemin
-Por que no hacemos algo- propuso Taemin -Yo lo adoptó y tu adoptas una rana, mira que se parecen-
Minho fruncio el ceño y pensó como en ese cuerpecito había tanta maldad, sonrió con suavidad.
-¿Como te llamas?- pregunto el Rubio
-Minho, Choi Minho- le extendió la mano -¿y tu?-
-Lee Taemin- tomo la mano del más alto -¿También haces servicio voluntario a la Fundación?-
-Si, ¿soy muy grande para hacerlo?-
-No, no eres mucho más grande que yo-
-¿Que edad tienes Hyung?-
-Te sorprenderás- sonrió de lado y suspiro -Tengo 26-
La boca de Taemin se hizo una perfecta O.
-Si eres bastante grande- Yo apenas llegaré a los 20-
-Tú eres demasiado pequeño- sintieron una sensación extraña recorrer su anatomía cuando sus ojos se conectaron
-¿Te puedo invitar un chocolate caliente?-
-Me encantaría- dejó al pequeño conejo en la caja donde se encontraba y salió con Minho -Te dejaré invitarme a mi lugar favorito-
Sonrieron, este día estaba siendo muy extraño, muchas sonrisas, nada de lágrimas o lamentos, ambos se sentían bien en compañía del otro.
Los días seguían pasando, la convivencia entre ellos cada vez se hacía más amena, ya no se echaban en cara sus errores o su pasado, ninguno de los dos adoptó al conejito, per todos los días iban a visitarlo.
-Minho apurate a pintar eso-
-Ya voy, lo hago con mis ocho manos-
Taemin río a carcajada limpia, hace mucho se había acostumbrado a hacerlo con gente presente.
Salieron del Teatro que estaban remodelado literalmente corriendo, el refugio de animales cerraba a las seis y ellos debían llegar al menos con 10 minutos de anticipación, para jugar y alimentar a "Minnah" así se llamaba el conejillo, ellos al ser los únicos que lo visitaban les dieron la autorización de bautizarlo como quisieran.
-Llegamos Jessica nonna- anunció Taemin recargandose en sus rodillas recuperando el aliento
-Bienvenidos- hizo una pequeña sonrisa, no le agradaba para nada que Taemin estuviera cerca de Minho
-¿Podemos ver a Minnah?- seco, frío y sin interés, así sonaba la voz de Minho dirigida a Jessica, no le desagradaba ella, le desagradaba lo grosera que era con Taemin.
Hoy como todos los días ayudaban a Jessica a limpiar y cerrar el refugio, pero como siempre el que más ayudaba era Taemin.
Jessica lo mandaba a todo mientras ella se quedaba sentada revisando quien sabe que en la recepción y a Minho simplemente lo mandaba a la bodega de alimentos a contabilizar lo que ya estaba contabilizado.
Minho acabó antes de tiempo, sólo era necesario restar al inventario de ayer lo que había usado durante el día.
-Ayudare a Taemin- anunció caminando hacia Taemin, pero Jessica lo cogió del brazo e hizo que quedarán frente a frente.
-Taemin puede sólo- anuncio la rubia paso su mano por el cuello del alto -Yo necesito ayuda-
Minho se imagino que tipo de ayuda y un escalofrío le recorrió la espalda.
Minho la tomo de la cintura y la subió a una pequeña mesa que había ahí, le acarició la espalda y le susurró al oído "Después de la muerte de mi esposa me volví gay".
Y la dejó ahí sentada, shockeada y de mal humor, cuando se dio la vuelta encontró a Taemin con los ojos abiertos.
-No es lo que piensas Taem-
-No importa Hyung, no debi molestar- Se dio la vuelta y salió corriendo del local, sus lágrimas corrían sin cesar por sus mejillas y su respiración se aceleraba más.
-TAEMIN- gritó Minho al ver como iba corriendo el menor
Taemin por instinto de detuvo, per no volteó, se veía bastante ridículo estar así por una tontería.
-Perdón Hyung no debí haber interrumpido su momento-
-No interrumpidas nada- lo tomo por los hombros y lo abrazo, no sabía que le pasaba en ese instante, su corazón no latía tan rápido desde Sulli
-Pero tu y Jessica nonna estaban en su momento de confesiones e intimidad y yo interrumpi-
-Jessica se me confesó, pero yo no puedo corresponder sus sentimientos- sé aferró más a su abrazo
-Amas aún a Sulli-
-Por supuesto que la amo, ella era mi todo, ella me hacía una mejor persona-
-Piensas volver a enamorarte, casarte y tener bebés-
-Si pienso volver a enamorarme- su cuerpo se tenso -Pero no de Jessica- su cuerpo se relajó -Pienso casarme, pero tener hijos no creo-
-¿Por que no puede Hyung?-
-Un día lo sabrás-
Si, efectivamente Minho se había dado cuenta que estaba enamorado de Taemin como lo estuvo una vez de Sulli.
-Vamos a ver una peli a mi casa y comer golosinas-
-Si Hyung, si quiero-
Taemin inconscientemente se estaba enamorando de Minho, Minho le daba todo el cariño y amor que nunca recibió de sus difuntos padres o de los familiares que alguna vez cuidaron de el.
El tiempo corre, el tiempo nunca se detiene y los sentimientos no pararon, sus corazones latian como locos cada que se acercaban.
Las salidas se hacían más frecuentes, los constantes abrazos y besos de saludo o despedida se hacían más prolongados.
-Minho, quiero proponerte algo-
-¿Que es pequeño?-
Estaban sentados en la cafetería de siempre, como siempre que terminaba de hacer obras de beneficencia.
-Quiero que adoptes a Minnah y la cuides en tu casa así yo iría a verla y ella ya no estaría tan solitaria en el refugio-
-Dejaras que yo sea el que adopte a Minnah-
-No hay mejor persona que tu Hyung- suspiro hundiendo su labio superior en el espumoso chocolate.
A Minho ese gesto fue el más inocente, sensual y maduro que había visto en Taemin.
-Me pasas una servilleta para limpiarme por favor-
Agarró la servilleta que se encontraba en la mesita y la iba a pasar por el philtrum de Taemin cuando sus impulsos pudieron más que el.
Lo beso, violó la casta boca de Taemin.
Se separaron bruscamente y los ojos de Taemin se iluminaron, pero instantáneamente se llenaron de lágrimas.
-¿Por que lo hiciste Hyung?- hipaba dentro del llanto
-Perdóname, no pude contenerme-
-No quiero que lo vuelvas a hacer- paró su llanto -No quiero que juegues con mi corazón- se levantó de su lugar y se dirigió a la salida -Nos vemos mañana-
Salió del establecimiento y corrió hasta que sus pulmones reclamaban aire, sus lágrimas volvieron a bajar por sus mejillas.
No podía pasarle esto a él, no podía, simplemente enamorarse de Minho y el lo besara por sus impulsos, no por que lo sintiera.
Llegó a un parque, estaba abandonado, no sólo por que ya era tarde si no por que todo alrededor eran fábricas, era normal que en Seúl hubiera tantas fábricas y edificios.
Se sentó en los columpios abandonados y oxidados por el tiempo y la lluvia, las lágrimas corrían por sus mejillas.
Lloro todo lo que sus ojos le permitieron, camino al pequeño departamento que alquilaba, su mente era un caos, no quería ver a la porquería de Minho, le dolía demasiado.