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Como siempre Yogi corría a él con nuevos dulces y demás, que traía de sus actos en diferentes países. Esta vez toco Alemania, un raro nombre para él. Trajo muchas cajas de colores y tamaños diferentes. Que no pasaron desapercibidos, para sus ojos infantiles.
-Mira Nai! Todo lo que traje esta para ti, provéalos-Le dijo con una gran sonrisa el rubio.
Con curiosidad infantil y una gran sonrisa, tomo y reviso las pequeñas cajitas, la primera que logro abrir, contenía muchos caramelos de diferentes color y formas. Con alegría comió los divertidos dulces.
Así fue con todos los demás cajas. Había un montón de variedad, algunos eran muy dulces, otros muy amargos, también cambiaban de color su lengua. Pero su recorrido termino, cuando vio algo diferente.
Una cajita mediana, con la forma de un corazón, Según Yogi, llamo su curiosidad. Con cuidado la abrió, dejando a la vista unos pequeños botones marrones. No entendía, porque la gente comería botones marrones?
Gareki, quien estuvo presente todo el tiempo frente al animalito, vio el rostro interrogativo del menor, bajo su vista para ver que lo provocaba, para terminar con una mirada de desprecio en su rostro. Sabía que era eso, y lo odiaba con profundidad.
-Chocolate-Hablo con enojo, llamando la atención del pequeño alvino-Esa cosa es chocolate, no lo comas. No te gustara-Le advertido.
Nai, con curiosidad tomo unos de los pequeños botones y lo llevo a su pequeña boca. Cuando le dio el primer bocado, sus ojos rubíes se abrieron con sorpresa e impresión.
Nunca en su vida había probado algo tan dulce y delicioso. Y es que siempre probaba muchos dulces y caramelos, pero jamás algo así. Era algo espeso y mantecoso, que parecía derretirse en su lengua. Con felicidad, se llevó otro a su boca.
Siguió así, hasta que solo quedo uno en la pequeña caja de corazón. Preparado para acabar con su presa, lo agarro con rapidez para terminar con él. Sin querer levanto su vista al azabache frete suyo, que lo miraba con enojo.
Asustado, el pequeño Niji, bajo su vista al botón que descansaba en su mano. Una inocente idea, paso por su mente. Y con cuidado se levantó, para queda frente al mayor.
-Gareki, quieres chocolate?-Pregunto con felicidad, elevando su mano frente al azabache. El mayor, ante tan tonta e infantil pregunta, golpeo de un manotazo la pequeña mano del niño. Que no le dijo que no lo comiera? Era sordo o qué?
-Tsk, te dije que no lo comieras, Nai!-Le grito al alvino, haciendo que este retrocediera unos pasos asustándolo.
El Niji, solo bajo la vista y en unos segundos, se podía ver unas pequeñas gotas caer del niño. Ho no, aquí vamos de nuevo.
-Waaaaah!-Nai grito/lloro con fuerza, alertando a Gareki y a las pequeñas ovejas cerca de ellos.
El mayor, no tuvo más remedio que callarlo, y de qué manera. Tomo con odio el pequeño chocolate y con cuidado levanto la vista del niño llorón. Metió el dulce en la boca de niño y luego acerco rostro, uniendo sus labios con el albino.
Después de unos minutos, se fue separando de él. Juntando sus fretes con cuidado.
-No, comas más chocolates. Si no, no poder controlarme-Le murmuro a Su Niji.
Gareki beso su frente, para después salir dejando al albino solo en la sala, con muchas preguntas en su cabecita. El animalito, llego a una conclusión.
A Gareki, no le gusta el chocolate.
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