The Reason.
No soy una persona perfecta
Hay muchas cosas que desearía no haber hecho
Pero aun sigo aprendiendo
Nunca quise hacerte esas cosas
Así que tengo algo que decirte antes de irme.
-¿Estas nervioso?-. Yo negué con la cabeza, aunque era mentira estaba nervioso, no por que posiblemente moriría mañana, hoy era el día, hoy tenía que ser cuando le digiera a mi mejor amigo, compañero de travesuras, mi aliado, mi todo, que lo amaba.
-Matt-. Susurre para mi mismo pero al parecer él lo escucho.
-¿Si?
-¿Te gustaría salir al parque de enfrente?
Solo quiero que sepas
Que encontré una razón para mí
Para cambiar lo que solía ser
Una razón para empezar de nuevo
y la razón eres tú.
Al llegar note que no había personas y eso me hizo sentir mucho mejor, lo tome de la mano y lo lleve rumbo a los juegos que ahí se encontraban, al final nos sentamos en los columpios y comenzamos a mecernos poco a poco.
-Hoy estas muy feliz, ¿no es así?
-Solo quiero disfrutar mis últimos momentos con la persona que…-. Pase saliva-. Que amo.
Siento haberte lastimado
es algo con lo que tendré que vivir por siempre
y todo el dolor por el que te hice pasar
Desearía poder borrarlo
y ser el limpie todas tus lagrimas.
-…-. Quedo mudo y no pude resistir eso me pare y me posicione enfrente de él.
-Así es Matt, te amo, te amo como nunca en mi vida he amado a alguien y me arrepiento por ser un maldito cobarde que no se atrevió a decirte si no hasta ahora donde posiblemente sean nuestros últimos momentos juntos, perdóname, perdona a este maldito cobarde orgulloso adicto al chocolate pervertido cuando se trata de ti-. Agache mi cabeza tratando de evitar que las lágrimas salieran.
-Mello-. Susurro-. Eso es lo más hermoso que alguien me ha dicho y sí, yo también te amo.
Por eso necesito que me escuches
Que encontré una razón para mí
Para cambiar lo que solía ser
Una razón para empezar de nuevo
y la razón eres tú.
Se paro del columpio y se subió a la res baladilla más alta del parque.
-¡Te amo, mí pervertido choco maniático!-. Grito-. ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!
Sonreí y me subí con él.
-¡Te amo, mi adicto a los videojuegos! ¡Te amo! ¡Te amo!
Lo voltee de manera que viera hacia mí, lo tome del mentón y le bese.
No soy una persona perfecto
Nunca quise hacerte esas cosas
Si que tengo algo antes que decirte antes de irme.
Al llegar al departamento abrí lo más pronto posible, y cerré la puerta de una patada ya que mis manos estaban ocupas evitando que Matt cayera, baje mis besos a su cuello mientras el soltaba pequeños gemidos, me voltee a mirarlo y sus mejillas estaban sonrosadas.
-Te amo-. Le susurre al oído y comencé a caminar a la habitación.
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Lo deposite suavemente al centro de la cama.
-¿Estás seguro?-. El asintió y yo me recosté encima de él sin dejar que todo mi peso cayera en él.
Seguí jugando con su cuello, su piel era tersa, deje que mis labios disfrutaran de tal manjar mientras mis manos quitaban su playera que para esos momentos me era la cosa más molesta del mundo.
-Mello-. Susurraba con cada beso que le proporcionaba su torso, me detuve en su ombligo y jugué con él.
Sus manos que habían estado enterradas en las sabanas pasaron a mi playera, al quitármela note que Matt me miraba con un brillo especial en los ojos y una lagrima descendía por su mejilla.
-Matt-. Susurre-. Te amo.
-Yo también te amo-. Iba retirar la lagrima con su dorso pero no se lo permití, me agache y bese su mejilla justo donde la lagrima había parado.
-No llores, mi pequeño.
-¿Cómo no llorar?-. Mire esos orbes verdes que siempre me habían hecho sentir mejor cuando lo requería o que alegraban mis días-. Esta será la última vez, nuestra última vez juntos.
-No, eso es mentira-. Lo abrace y el escondió su cara en mi pecho-. Siempre estaremos juntos.
-Mello…-. Le tome del mentón y le bese.
Volví a pasar por cada rincón que ya anteriormente ya había tocado hasta llegar a su pantalón, lo voltee a mirar y fije mis ojos en los suyos.
-¿Seguro?
El me miro con ternura y asintió.
Que encontré una razón para mí
Para cambiar lo que solía ser
Una razón para empezar de nuevo
y la razón eres tú.
Los dos nos encontrábamos sin prenda alguna, acerque mis dedos a su boca y el los lamio delicadamente hasta se encontraban bien en salivados.
-De…detente.
Voltee a mirarlo.
-Dime dos palabras, cinco letras y soy completamente tuyo.
-Te amo.
Puso sus manos alrededor de mi cuello y me beso, tome eso como un sí y poco a poco metí el primer dedo, brinco por aquella intromisión y ahogo un gemido de dolor con el beso; comencé con movimientos circulares para después meter un segundo dedo.
-¡Ahhh!
Sus gritos me estaban espantando pero me mantenía sereno por él.
Después de haber esperado poco tiempo moví los dedos.
Los saque y mire a Matt, tenía las mejillas rojas y algunas lagrimas emanaban de sus ojos.
-¿Listo?-. El asintió con los ojos cerrados.
Le separe las piernas delicadamente y me acomode en medio de ellas, comencé a empujarme poco a poco.
-¡Ahhh! ¡Mello! ¡Ahhh!
Ya estando dentro de él espere, tenía sus uñas enterradas en mi espalda y mordía mi hombro pero en vez de causarme dolor me causaba placer. Genial, me había vuelto masoquista.
Sentí su movimiento de caderas y le preste atención, comencé a moverme poco a poco para después moverme más rápido.
En toda la habitación se oían los ecos de mis gemidos y los de Matt, quería encontrar el punto que lo llevara al cielo.
Alce sus piernas para que quedaran en mis hombros.
-¡Ahhhh!-. Abrí los ojos como platos y mire a Matt, que tenía las manos en su boca, le sonreí.
-Lo encontré.
Gemidos más fuertes salían de su boca.
Sentí como un espasmo recorría su cuerpo y se venía en nuestros vientres, segundos después le seguí yo.
Encontré una razón para mostrar
Un lado de mi que no conocías
Una razón para todo lo que hago.
-Mello-. Me voltee a mirarlo, se encontraba recargado en mi pecho mientras que yo lo rodeaba con mi brazo.
-¿Si?
-Tengo miedo.
-Yo también.
Nos quedamos en silencio, mire el reloj que se encontraba en el buro, justo marcaba las 6:45 am.
Faltaba tan solo una hora para ejecutar el plan pero… ya no me encontraba tan seguro como ayer.
Mire a Matt, acostado a un lado mío, no, después de lo que hicimos no podría dejarlo, sería imposible.
Me levante y me coloque el bóxer, tome el teléfono del buro y llame.
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-Empaca tus cosas.
Me miro extrañado.
-Nos vamos.
-¿A dónde?
-Venecia-. El abrió los ojos como platos y me abrazo por el cuello.
-¿Y la mis…
-Llame a Near, nosotros no formamos parte de eso, no después de lo de ayer-. Vi como a su rostro lo invadía un color rojo-. Tenemos veinticuatro horas antes de que nos comience a buscar.
-Pero…
-Vamos, Matty, te tendré un regalito cuando llegamos haya-. Le susurre en su oído para después morderlo un poco, un gemido salió de su boca y se tapo con las manos-. Nuestro vuelo sale a las 8:30.
Iba a salir justo cuando sentí un peso en mi espalda y voltee.
Su beso me tomo de sorpresa pero después baje mis manos a su espalda para bajarlas un poco más.
-¡Pervertido!-. Me grito.
-Vamos Matty, te gusta ¿no?
-¡Me encanta!-. Me volvió a besar, comenzamos a caminar para caer en la cama-. ¿Crees que podría adelantar?
-Por supuesto-. Comencé a descender por su cuello.
La razón eres tú.