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[KAISOO] Kimi Ga Inai... por JoSaeng

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Notas del capitulo:

Contiene Angst, lemon y mención del TaeKai.

 

 


Kimi Ga Inai...

 

 

 


Cuando JongIn despertó, su mundo comenzó a dar vueltas, no podía enfocar bien y su cabeza ardía. No recuerda cómo llegó a esta situación. 

De pronto, su visión comienza a mejorar mientras parpadea con lentitud... Escucha el sonido de la televisión encendida. Intenta ponerse de pie, pero nota que sus tobillos están amarrados con una cadena. 

Escucha unos sollozos. Cuando levanta la mirada, puede verlo todo con claridad. 

KyungSoo está en la sala, acurrucado en el sofá. Su mirada llena de lágrimas observa la pantalla del televisor. Está viendo el video de su boda con JongIn. 


—Pensar que lo era todo para ti —vuelve a sollozar—, y ahora, quieres dejarme por él. 


JongIn recuerda todo lo que había sucedido... 

Salió más temprano del trabajo, para verse con TaeMin. Esa noche acabaría todo. Esa noche, JongIn dejaría a KyungSoo para ir con TaeMin. 

Llegó a casa, en donde Dodo le esperaba, con la cena. JongIn no le besó. 

KyungSoo supo qué sucedería. Lo supo desde que JongIn dejó de hacerle el amor, cuando se convirtieron en extraños durmiendo en la misma cama. D.O no era tonto, pero fingía ignorar el aroma de otro perfume sobre la piel de Kai. 

Pensar en que Kai le engañaba, le rompía el corazón en mil pedazos... Pero prefería compartirlo a perderle... Porque KyungSoo le amaba, porque le había prometido estar siempre con él, en las buenas y en las malas. 

—¿Kyung..soo?

JongIn intenta murmurar, pero su mandíbula tiembla demasiado. Está débil, aún después de haber estado inconsciente toda la tarde. 
KyungSoo le mira desde lejos, se levanta del sofá. Camina pasos lentos hasta llegar a Kai, e intenta sonreír. 

—Siempre has tenido el sueño pesado. Lo siento si hice mucho ruido, sabes que ver el video de nuestro matrimonio, me deja sensible —se arrodilla frente a Kai, acaricia la mejilla ajena—. ¿Tienes hambre? ¿Quieres que prepare algo?

Escuchar el tono de voz normal de KyungSoo en una situación como esa, fue sin duda terrorífico para Kai. 

Negó con la cabeza, y KyungSoo caminó de vuelta hacia la sala. 


—Llamó TaeMin, le he dicho que sus planes no resultaron. Que te quedarás conmigo. 
—¡Déjame ir!


Fue lo único que JongIn pudo decir. La situación no ameritaba para decir palabras suaves. Definitivamente, el KyungSoo que estaba frente a él, no era el mismo chico con el que pasó 5 años de su vida. 

—No lo haré —sentenció KyungSoo—. Has roto mi corazón intentando dejarme... Te demostraré que soy yo a quien amas... 


Kai abrió los ojos grandemente. No podía creer en lo mucho que había cambiado Dodo. 
Él definitivamente era más fuerte que KyungSoo, pero ahora estaba encadenado, sobre el piso. 

KyungSoo se acurrucó nuevamente en el sofá, siguió observando el televisor. 


—Fui tan feliz ese día —susurró—. ¿Lo recuerdas JongIn? Fuiste a mi casa... Me dijiste que me amabas, y con boletos de viaje, me pediste que me casara contigo. Te dije que era imposible... Y tú me dijiste que en américa podríamos hacerlo. Me colocaste este anillo en el dedo, y juraste amarme. Yo te juré lo mismo. También me juré a mí mismo que no te dejaría ir, a no ser que muriera. La muerte sería lo único que podría separarme de ti —sollozó una vez más—. ¿Recuerdas que se lo contamos a nuestras familias y que nos dieron la espalda? Yo lloré esa noche, y tú me sostuviste entre tus brazos. Fue la primera vez que me hiciste el amor. 

JongIn sintió un fuerte nudo en el pecho cuando escuchó esas palabras... 
Por supuesto que lo había olvidado. Olvidó todo lo que prometió, y las cosas que vivió junto a KyungSoo. 


—Cuando hiciste aquella audición, realmente estaba feliz por ti. Sabía que eras el mejor bailarín y que brillarías sobre cualquier escenario... También sabía que tú y TaeMin eran buenos amigos. Claro, solo amigos... Eso quería pensar —secó sus lágrimas, y miró a JongIn desde el sofá—. Pero... cada vez llegabas más tarde. Y no me hablabas. Solo dormías. Ni siquiera me tocabas. Creí que era porque estabas cansado, no me sentía capaz de presionarte, porque después de todo, estabas cumpliendo tu sueño, ¿Era justo, no? Como tu esposo, tenía que apoyarte... No me gustaba llorar frente a ti, por eso siempre esperaba a que durmieras, o simplemente me encerraba en el baño para llorar... Porque sabía que esto sucedería... Sabía que estabas alejándote de mí, y realmente me destrozaba el hecho de saber que no podía hacer nada —Está vez, él aguantó sus sollozos. Respirando profundo, se tranquilizó—. No quiero dejarte ir. No con él. ¿Sabes acaso cuánto te amo? —preguntó, justamente cuando el video llegó a la parte del final, en donde ambos se besan luego de haber unido sus vidas— Es mi parte favorita, pero ahora que la veo, siento que es una mentira. ¿Me mentiste ese día JongIn?


Lo único que pudo hacer el moreno, fue negar con la cabeza. KyungSoo resopló. 


—Creía que el amor podía durar toda una vida, mi amor duraría toda una vida JongIn... Si acepté casarme contigo, renunciar a mi familia, a mi trabajo, fue por eso. Porque te amaba, y no me importaba dejar esas cosas de lado, si podía estar contigo. 


KyungSoo se levantó del sofá y apagó el televisor. El silencio no se hizo esperar. 
Kai miró fijamente a dodo desde el suelo. Notó que sus ojos estaban hinchados y rojos. El moreno odiaba hacerlo llorar. 


—Sabes, llegué a sentirme tan solo, que incluso un día llamé a SuHo —solo mencionar ese nombre, hizo que JongIn se tensara de celos—, claro, en el momento solo quería hablar con alguien. Pero, él me decía palabras tan cálidas, cosas que tu no me habías dicho en meses... No podía evitar querer que él me tocara. Cuando él me besó, cerré los ojos e imaginé que eras tú, pero cuando me di cuenta de la realidad, lo alejé de mí y volví a llorar. Porque en el fondo deseaba que fueras tú y no él quien me tomara. SuHo me pidió que te dejara —susurró lo último—, pero yo me negué, porque... Creí que solo se trataba de una pequeña crisis, todas las parejas tienen dificultades. Yo quería superar todas esas cosas contigo. Pero por lo visto, tú no tenías ninguna esperanza en nosotros. 


Ahora KyungSoo no demostraba algún indicio de tristeza. JongIn sabía que cuando D.O hablaba en ese tono, se debía a que estaba molesto. ¿Debería no estar molesto?

JongIn intenta tocarse la cabeza, siente un dolor punzante ahí.  Recuerda que cuando le dijo a KyungSoo que ya no lo amaba, se dio la vuelta... Sintió un golpe en la cabeza, y todo oscureció. Soo de verdad le había noqueado. 

Intenta ponerse de pie nuevamente, pero no puede mantener el equilibrio. Nota que la cadena que aprisiona sus tobillos, está amarrada a la cama. 

—¿Él se preocupa por ti? ¿Hace el Kimchi que te gusta? ¿Te pregunta si dormiste bien? ¿Te da la Bienvenida cuando llegas a su casa?
—No...
—¿Es mejor que yo en el sexo? —KyungSoo cerró los ojos con fuerza—. Realmente me dolería mucho si me dejaras por eso... Si decides irte con él, solo porque te excita más... porque tiene un cuerpo mejor que el mío... Por cosas tan superficiales, desperdiciar cinco años de promesas... No es justo... Si es por eso, ¡Miénteme! —gritó lo último con el fin de descargarse, pero no lo logró. El dolor se hizo más fuerte, más ácido—. No lograré superar eso, JongIn...
—No es por el sexo. 
—¿Entonces?
—No lo sé...


¿Había un verdadero motivo? ¿Realmente estaba enamorado de TaeMin?


KyungSoo seguía mirándole de lejos, con miles de recuerdos en su mente. Sabía que mantenerle a su lado, encadenado... No era lo correcto.  Pero su amor no quería dejar que se resignara a la idea de un mundo sin Kai. Intenta buscar en su mente, algo en lo que pudo haber fallado... ¿Fue demasiado despreocupado? ¿Faltó algo en casa, en su cama? 
Sabe que no es tan atractivo como TaeMin, pero él mantenía la esperanza de que JongIn pudiese ver más allá de su estado físico. Realmente tenía esperanzas.


—Recuerdo cuando fuimos al mar —la voz de KyungSoo salió como un susurro. Él ya no quería llorar, pero todos esos recuerdos... Llegaban en el momento menos preciso—, llegó la noche, y tú dijiste que las estrellas se veían gigantes. Estiramos nuestras manos, intentando tocarlas... Fue el momento más hermoso para mí... Luego comenzaste a tocarme, ¿Lo recuerdas? Te dije que no quería hacerlo ahí, pero no pude resistir tus caricias. 


KyungSoo mira por la ventana. Ya faltan solo horas para que comience a salir el sol. 


—No podré dejar de culparme a mí mismo, ¿Sabes? Es realmente injusto —suspiró—. Pero, si deseas irte, creo que por mucho que lo desee, no puedo mantenerte a mi lado. 


Kai por un momento suspiró de alivio. Por lo menos, tenía la certeza de que KyungSoo no le haría daño... Pero de pronto, vio esa mirada grande y brillosa fija en él. 


—Sin embargo, creo que merezco el resto de la noche, para mí. 
—¿Qué?
—Quiero las dos horas que quedan antes del amanecer... Quiero que me ames como no lo has hecho en meses... solo por dos horas. Cuando el sol salga, te dejaré ir... 
—KyungSoo, no quiero lastimarte más de lo que ya lo he hecho. 
—He estado esperando por una muestra de cariño por meses... Me hace hervir en celos que TaeMin haya sentido el placer que me negaste... Solo eso te pido... Es lo mínimo que puedes hacer por mí. Firmaré el divorcio, para que puedas casarte con él una vez que me dejes... 


Kai notó el brillo acuoso en la mirada de KyungSoo, entonces supo que el pequeño tenía razón. De todas las cosas que pudo haber hecho, D.O solo pidió dos horas más. JongIn no era nadie para negárselo. 

KyungSoo le libró de las cadenas con algo de miedo, pero Kai no hizo nada, él cumpliría con lo que dodo quería. 

Volvieron a recostarse en esa cama, la cual había estado fría durante esos meses... JongIn se tomó el tiempo para desnudar a KyungSoo. Recordó que el roce de sus dedos fríos con la piel ajena, hacían estremecer al más bajito. Sonrió al recordar eso (si, lo había olvidado). 

KyungSoo suspiraba y sollozaba cuando Kai lo tocaba. Había rogado en su mente tantas veces por este momento, que no podía evitar sentirse feliz... aunque las dos horas pasaran y él se quedara completamente solo luego... No olvidaría este momento nunca. 

JongIn acercó sus labios lentamente. Nunca olvidó que besaba a KyungSoo antes de penetrarlo y decirle cuánto lo amaba. D.O amarró sus brazos alrededor del cuello del moreno, y aferro sus piernas a las caderas ajenas. Cuando sintió el duro miembro de JongIn rozando su entrada, gimió con fuerza. 


—Te amo —susurró JongIn, de una manera tan convincente y real, que KyungSoo casi llegó a creerle. 


En el momento en que ambos se miraron a los ojos, Kai entró de una sola embestida en D.O. No lo esperaba, por lo que lo único que pudo hacer, fue gemir con fuerza y enterrar sus uñas en la espalda del moreno. Extrañaba ese dolor... Extrañaba sentirle dentro, palpitante y húmedo. Intentó relajarse, su entrada parecía la de un virgen. JongIn también lo notó, moverse era demasiado difícil. Pensó en que quizás debió preparlo antes. 


—¿Estás... estás bien?


Antes también era así. Kai nunca disfrutó el sexo hasta que se aseguraba que KyungSoo también lo hacía. Era un amante considerado solo con Dodo. 

Salió del interior de KyungSoo, ganándose un suspiro ahogado de su parte. Abrió las piernas del pequeño, lo suficiente para tener acceso a la entrada de su esposo. D.O sabía lo que Kai haría, por lo que solo intentó relajarse y disfrutar. Sin embargo, seguía sintiéndose demasiado avergonzado. En meses, nadie más que él mismo se había visto desnudo. Cada roce, incluso el aliento de JongIn en su piel, le hacían temblar. 

Kai besó la entrada de KyungSoo, asegurándose de usar también su lengua y lograr dilatarlo bien. Si era la última vez que harían el amor como una pareja real, tenía que hacerle sentir bien. Darle el placer que no le dio en meses. 

Le resultaba difícil al moreno imaginar que ya no serían una pareja. Porque, estaba tan ensimismado y obsesionado con TaeMin, que no pensó en ningún momento en KyungSoo. ¿Por qué dejó de hacerle el amor? ¿Por qué permitió que un capricho acabara con todo lo que tenían?

Una vez que KyungSoo estuvo listo para recibirle, Kai volvió a introducirse en él. Esta vez ambos gimieron. Sus pieles se rozaban y ardían. JongIn perdió la cuenta de las embestidas que hizo. Sus cuerpos parecían saber lo que ocurriría luego de que la unión terminara. 

KyungSoo aferró sus piernas a las caderas de Kai, para aumentar la fricción de sus cuerpos y su miembro duro. No le hacía falta tocarse aún, con solo sentir el cuerpo del moreno sobre el suyo, tenía suficiente por el momento. Cierra los ojos y no deja de gemir. JongIn dibuja una línea imaginaria con sus labios, desde la clavícula de KyungSoo, hasta llegar a sus labios, besándolos una vez más. Se había perdido en la boca de D.O, besarle era un momento único que estaba seguro de querer experiemtar siempre. Nada podía compararse. 

Pero, y de ser así... ¿En dónde los dejaba eso?

Se suponía que esta vez... Sería la última. 

Y cuando saliera el sol... Él se iría. Junto con TaeMin. 

¿Por qué esos planes parecían tan grises ahora? 


Nuevamente, ya no sabía cuánto tiempo había estado en el interior de KyungSoo, ni desde qué momento aproximadamente comenzó a escuchar sus sollozos. Iba a preguntarle si estaba bien, pero en su interior, sabía el por qué lloraba. 

Ahora él también sollozaba. Intentaba ocultar su mirada cerrando sus ojos y colocando atención al placer que estaba sintiendo. En cómo el culo de KyungSoo apretaba a su pene. 

Cuando creyó no poder soportarlo, escondió su cabeza en el cuello de D.O. Recordó que le gustaba ese lugar, ahí podía acallar un poco sus gemidos, y también podía morder... Para ocasionarle uno que otro espasmo a Dodo. 

Lamió la piel sensible, mientras se enterraba con fuerza. KyungSoo no creyó que podría gemir tan fuerte. 

Mantuvieron la misma posición, hasta que notaron los rayos del sol entrando por la ventana. Ambos perdieron la calma. Intentaron ignorarlo. 

Mirando a los ojos del otro, se dieron cuenta de que deseaban llorar. 

¿Qué les había sucedido? ¿Por qué el amor se congeló? 

¿Por qué ahora sentían que no podrían vivir sin el otro?

No pudieron soportarlo más. Las embestidas se vuelven frenéticas, entre gemidos y besos... Kai acaricia el miembro duro de KyungSoo. Quiere que lleguen al  mismo tiempo. Quiere tocar esas estrellas junto a él. 

Entonces ocurre. 

Cuando su orgasmo cegador se descarga al interior de D.O, siente cómo este lo hace en su mano. 
Cae rendido sobre el cuerpo de KyungSoo. Este cierra los ojos. Le agrada sentir el peso de Kai sobre él, era algo que sin duda extrañaría. 

Respira el aroma del moreno una vez más, sintiendo la textura de su piel, grabando esos pequeños detalles antes de dejar que se fuera. 


—Ya salió el sol —susurró con un nudo en la garganta—, gracias por amarme una vez más. 


Era el fin. Eso pensaron ambos; sin embargo, Kai no se movió. 

Sabía que quizás seguiría lastimando a KyungSoo con sus dudas, pero también estaba en riesgo su propia felicidad. ¿Sería feliz dejando ir a Dodo? 

Luego de todo lo que pasaron juntos... 

Sabía que él era el todo de KyungSoo. Desde que su familia le dio la espalda, desde que lo tacharon como un inútil y homosexual. Él prometió estar con KyungSoo toda su vida. 

Recuerda las palabras que dijo, las que solía repetir siempre... 

"Te amo" "¿Ah? ¿Tú me amas?" 


Las inconfundibles circunstancias sentían la distancia entre ellos... Besándose en algún lugar, fríamente. 
Ambos tenían miedo. ¿Estaban asustados de las acciones del otro? 


—No me dejes...

D.O lo susurró, tan despacio... Que incluso estando solos en la enorme habitación, a Kai le costó escucharle; sin embargo lo hizo. 

JongIn se dio la vuelta. KyungSoo se había acurrucado entre las sábanas... abrazado a sus piernas, notó que el pequeño cuerpo temblaba intentando reprimir los sollozos. 

Cuando Kai intentó pronunciar alguna palabra... Escuchó un sonido que le hizo estremecer. 

Parecían ser las sirenas de autos policiales. 

KyungSoo se sentó de la cama, y miró de reojo hacia el ventanal. Sabía perfectamente lo que estaba sucediendo. 


—Supongo que TaeMin fue más listo —murmuró D.O con una leve sonrisa en el rostro—, es un chico lindo. Entiendo el por qué me dejas por él. 

Kai no le estaba escuchando en ese momento. Simplemente le miraba, su pequeño cuerpo en la cama. Los rayos del sol hacía que blanquecina piel de KyungSoo resplandeciera. 

—Sé que no somos iguales —volvió a decir KyungSoo—, pero aún así.... Solo quiero que prometas que no olvidarás que un día me amaste. Yo no voy a olvidarlo. 

JongIn no supo que más responder a eso. 

El sonido de la policía fuera, le ponía realmente nervioso. 


—Ellos me llevarán. No tienes de qué preocuparte. SuHo me ayudará —dijo KyungSoo mientras se recostaba nuevamente—. Perdón por creer que todo duraba para siempre. Después de todo, creo que siempre supe que te aburrirías de mí. Ahora vete. Sé feliz. 

KyungSoo se cubrió con las sábanas. No quería que JongIn le viera llorar; este en cambio, lo sabía. Tomó sus ropas en el piso y se vistió con lentitud. ¿Realmente le dejaría?

Mientras caminaba por la casa, arrastrando sus pies... Sentía una fuerza sobre si mismo. Algo que le obligaba a pensar en todas las cosas que había vivido con KyungSoo. 

No era lástima, ni miedo a que KyungSoo se lastimara a si mismo luego de que él se fuera (sabía que aquello era lo más probable), tampoco eran los celos hacia SuHo (También sabía que éste no perdería oportunidad una vez que KyungSoo volviera a ser soltero)… Había algo más. Un motivo indescifrable. 


Algo que había olvidado. 


Cuando llegó hacia la puerta, miró hacia atrás. Aún cuando estaba tan lejos del dormitorio, podía escuchar a KyungSoo llorar. Ahora él también quería llorar. 

Había recordado esa noche en el mar con KyungSoo. De alguna manera, aquella noche fue la más especial para los dos. Cuando se dio cuenta de que KyungSoo era un ser hermoso (aún cuando ni él mismo lo creía) y cuando supo que jamás tendría suficiente de él. 

¿Por qué olvidó esa noche? Prometió que alcanzaría una estrella por él. Prometió ser una estrella para él, y brillar siempre; para no permitir que la oscuridad los rodeara. Quería verse a través de los ojos de KyungSoo por siempre. 

Ambos si eran iguales. 
Kai si amaba a KyungSoo como este le amaba a él. 


Dio un paso más, abrió la puerta y se dio cuenta de inmediato que habían dos patrullas policiales fuera de su casa... TaeMin también estaba ahí. Le miraba con ojos rotos, e inundados de miedo. 

Tragó lentamente, su garganta estaba seca. 


—¿El secuestrador sigue en la casa?


Escucha la voz de uno de ellos, y solo se limita a negar con la cabeza. 


—No hay ningún secuestrador en esa casa —dijo, miró a TaeMin—, solo mi esposo y yo. 


Ahí sintió las lágrimas en sus ojos. Más cuando supo que en solo dos días, había herido a dos personas. Había jugado con los sentimientos de dos chicos. 

Se arrepentía. Sabía que había cometido muchos errores, pero cuando entró nuevamente a su casa, supo que había tomado una decisión definitiva. Una decisión correcta. 

Se disculparía con TaeMin, luego de haber obtenido el perdón de D.O. 

Subió nuevamente las escaleras, y cuando llegó a su habitación, vio a KyungSoo manteniendo la misma posición, aún temblando. Se quitó los zapatos, y se recostó a su lado, el pequeño tardó solo unos segundos en sentir la presencia de JongIn. 


—¿De verdad estás aquí? —murmuró. 


Sin embargo, Kai no contestó. Solo aferró sus brazos a la cintura de KyungSoo. Hace demasiado tiempo que no le sentía. Fue el mejor consuelo para el más pequeño. 

D.O se da la vuelta, abraza a JongIn y esconde su cabeza en el pecho ajeno. 


—Puedo cambiar —solloza—, puedo ser mejor por ti... 
—Lo siento. 


Si alguien debía disculparse, ese debía ser JongIn.
Intentó hacer que KyungSoo le mirara, lo consiguió sin tardar demasiado. 


—Perdóname por ser un idiota. Perdón por haberte hecho sufrir —dijo lo último y se detuvo por un momento al sentir las lágrimas inundando su rostro—. Si recordaba esa noche en la playa... Ese día solo quería verte, escuchar tu voz. Por eso te pedí que vinieras conmigo, a cualquier lugar, lejos de todo por unas horas... Tenía que amarte esa noche, para darme cuenta de que no podría estar sin ti. No sé qué me ocurrió bebé... Por qué de pronto lo olvidé todo. 
—Te quiero... 


KyungSoo miró con atención a Kai. 
Si su respuesta no demostraba que ambos eran iguales, simplemente aceptaría la derrota. 


—Te amo KyungSoo. 


Después de todo, las parejas tenían problemas. 
Las personas no eran perfectas. 

Siempre existiría el dolor... 
Pero también habrían caminos alternativos. Otras opciones qué tomar. 


—¿Puedes oírme ahora, verdad? —preguntó KyungSoo—. Nunca dejaría de amarte. Te perdone incluso luego de salir por esa puerta.
—Teníamos una promesa —murmuró JongIn—, debíamos volver a esa playa... Y alcanzar las estrellas que te prometí. 

 

[La única cosa que pienso en este momento
es en que quiero verte.]

 

—Ese día, dijimos "Para siempre" ¿Verdad? —KyungSoo asintió—. Volveremos a ver ese cielo estrellado para nosotros... Lo prometo. 


 

 

 

Fin.

 

 

Notas finales:

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Raro.
En fin. Gracias por leer.


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