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Si tu no estás por Riko Rojas

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Notas del fanfic:

Se que está choteado que Mir muera, pero la verdad, es divertido. Personalmente, él muere incluso más que Len Kagamine y Krillin juntos XD

No me odien, la verdad, escribo por diversión.

Espero les guste la historia.

Notas del capitulo:

Espero no les moleste que agregue a algunas otras celebridades de la música. Algunas serán obvias, otras no tanto, pero vienen de un mismo grupo.

Disfruten.

Si tú no estás…

Pierdes un juguete y es cosa de berrinche de un día, pierdes una libreta e importa poco, pierdes un amigo y sana con el tiempo, pero si pierdes un amor hasta el tiempo se puede volver un veneno más que un remedio.

El cielo se teñía de gris todos los días, estaba más que claro que la temporada de lluvias había iniciado, solo con el detalle de algunas semanas de anticipación. Cada mañana se despertaba con un frío y constante goteo golpeando las ventanas, las paredes, los techos, los automóviles, las prendas y las personas que salían a caminar por aquellas calles a esa hora del día.

Unas semanas antes no haría diferencia alguna, la lluvia era natural y todos ya estaban acostumbrados a ella. Sin bien algunas precauciones extras se debían tener en cuenta, más en cuenta a los vehículos y las circulaciones, realmente nada cambiaba en el modo de vida de gas personas. Aún había gente que tenía que ir a trabajar, ir a la escuela, juntarse con un amigo, hacer las compras; era como si la lluvia solo fuese un trasfondo y una vana excusa para quedarse en casa y no hacer nada.

No hacer nada… si, una rara y bastante común forma de adaptarse al clima lluvioso. El mero acto de estar sencillamente echado en cama y no hacer absolutamente nada era un lujo que pocos podían conciliar.

-Para unas será un lujo, para otros es un tormento.

Terminó de estar absorto en sus meditaciones, él, realmente, él no estaba hecho para habitar en espacios cerrados sin nada mejor que hacer más que leer un periódico o un libro. A sus veintes llegaba a hostigar como un muchacho precoz de 15.

-¿Ya va a estar lista la comida, Kim?

-¡Si sigues preguntando lo mismo cada cinco minutos, te juro que no va a estar lista nunca! –Le gritaron desde la cocina.

He aquí la evidencia.

-Tus amigos están tardando una eternidad, ¿de verdad era necesario traerlos a mi casa?

-¡Si! Y si no te callas, mandaré tu trasero a volar lejos ¡hasta la Patagonia! –No había que ser un genio para darse cuenta que su estadía en Japón la había afectado demasiado.

A los pocos segundos se expandió por el recinto entero el ruido de una chicharra, indicando que alguien se encontraba del otro lado de la puerta; seguramente las visitas que desde hace unas semanas estaban esperando. Abrió la puerta y lo que vio delante lo dejó perfecto.

-¿Tú?...

El aliento se le había cortado, sus pupilas se dilataron hasta no ser más que un par de puntos oscuros en la inmensidad de su expresión asombrada. El pecho le latía con fuerza, toda la sangre había escapado de la cabeza y el resto de su cuerpo haciéndolo lucir más pálido aún. De su boca no podían salir palabras, ni siquiera aquella que resonaba en su mente con la intensidad de una campana en la cima de cualquier catedral.

-Mi…

-¡Me alegra que hayan llegado!

En el momento que fue interrumpido su vista volvió a la normalidad. Delante de él no se hallaba parado un hombre solamente, a su lado se encontraba una mujer y al medio de ambos una igual pero mucho más joven. Tras los saludos correspondientes entre Kim y los extraños frente a su puerta todos ingresaron al interior para protegerse de la lluvia, no sin antes de que el más joven quisiera voltear al exterior una última vez.

Los síntomas que antes presentó volvieron con una mayor intensidad. Delante de él se encontraba aquella hermosa figura inmaculada sonriéndole, mirándole cálidamente, alzando su mano en un ademán de saludo y despedida a la vez. Justo estaba por encarrerarse para alcanzarlo cuando lo llamaron desde dentro.

-¡Lee, no seas descortés y ven y ayúdame a poner la mesa!

Un instante bastó en el que su vista volvió a su casa para que cuando la regresara a la calle lluviosa solo la clara mañana lo recibiera.

-Si… ya voy, Dahee.

El barullo en el interior se incrementó considerablemente aun para ser creado por solo cuatro personas. Su amiga le había distraído de verlo, de tocarlo; aun en su locura, aun en su mar de tristeza, aun sabiendo que él no estaba más con él…

-Gotea, gota, gota… -Canturreó cerrando los ojos, recreando la imagen de su amado en su mente. El viento cambió en dirección a él y las gotas de la lluvia golpearon su ya de por si marchito rostro.

De sus labios quería escapar una palabra, un nombre, un amor, una esperanza, un…

-Mir.

Un ser que por cosas del destino lo abandonó hace unas semanas, a la par que el cielo lloraba con él en su eterno réquiem. 

Notas finales:

Espero les haya agradado. Si pueden, dejen un comentario; esa es la paga de todos los escritories por un buen trabajo.


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