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23 Encuentros +1 | Baekyeol/ChanBaek por Lannyssi

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Notas del fanfic:

MPREG: No importa si no les gusta el Mpreg, porque yo no me canso de decir que cuando lo escribí odiaba el Mpreg.

Notas del capitulo:

Muchas gracias a las chicas del grupo "Baekyeol is real" en Facebook por su apoyo.

Portada.

IMAGEN/COLLAGE.

“Nacimos en el mismo país

Hablamos el mismo idioma

Es tan afortunado, sin duda es algo bueno

Ya que nada es seguro en este mundo”

—Lucky, EXO

 

 

«Un hilo rojo, invisible, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse. »

 

Capitulo I.

 WEIRD

 

Uno.

08/Julio.

Eran más o menos las tres de la tarde y hacía un calor bastante insoportable. Baekhyun llevaba aproximadamente dos horas buscando de tienda en tienda un juego de video. Por supuesto él no tendría que estar haciendo esto si Jongdae no hubiese echado a perder el anterior ¿Quién diría que lanzar el disco hacia un árbol en un ataque de ira haría que éste se rayara y maltratara a tal grado que no volvería a funcionar? Claro que pidió perdón un millón de veces y le dio dinero a Baekhyun para que comprara otro, pero éste estaba siendo muy difícil de encontrar en estos momentos. El desdichado juego del mal había salido a la venta un mes atrás, se había agotado en todas partes y ahora muy pocos sitios tenían alguna copia. Toda la población ya lo tenía en su poder así que las tiendas ya no hacían pedidos del juego.

El chico estaba por rendirse cuando entró a un supermercado. Ya que estaba ahí tomó un carrito de compras y lanzó varios víveres dentro. Avanzó sin esperanza hacia el área de electrónicos, estaba esa pantalla gigante que quería, ya tenía una, pero esta era más grande, dos pulgadas más grande y debía tenerla. Se entretuvo mirando las computadoras portátiles, la suya se había roto cuando se la lanzó a Jongdae en la cabeza por quemar la cocina de Kyungsoo. Miró todas las maquinas y sus ojos se posaron de pronto, como una señal de los dioses, en la repisa de películas y videojuegos. Caminó. No. Corrió hacia el espació casi vacio del final de la estantería, había ahí una única copia de su juego. Se estiró para poder alcanzarlo ya que estaba un poco alto, estaba rozando la caja de plástico cuando una mano grande tomo “el tesoro” al mismo tiempo que él. Baekhyun se giró hacia el intruso que se oponía a su felicidad. Era un sujeto alto, muy alto, con cara de idiota y cabello despeinado.

El villano de la bella historia de amor entre Baekhyun y el juego de video jaló la caja, pero Baekhyun se había esforzado mucho y su amado juego no se iría así de sus manos, él iba a luchar; jaló también. Ambos chicos tiraban de la caja como malditos endemoniados. El alto era considerablemente más fuerte pero Baekhyun estaba decidido a ganar. Nadie tenía derecho de arrebatarle su júbilo después de haber caminado como maratonista todo el día, sudando, sin haber comido y con dolor de cabeza. No, él se lo merecía. El chico alto se veía limpio y descansado, sin duda el no había atravesado media ciudad buscando un videojuego agotado.

— ¡Suéltalo!

—Yo lo vi primero, enano —dijo el chico alto, con una voz tan profunda que Baekhyun casi se desmaya. Ese gigantesco hombre podría embarazar a alguien con esa voz.

—Caminé media ciudad buscándolo porque el idiota de mi amigo lanzó mi copia hacia un árbol y se quedo atorado ahí, tuve que subir una enorme escalera y colgarme como mono para bajarlo pero el disco cayó y se daño tanto que no funcionó más. Entonces el idiota me dio dinero y fui a todas las tiendas de la zona, no he comido, y tuve una asquerosa noche porque el pececito de mi otro amigo murió y él no dejó de llorar hasta las cuatro de la mañana y luego llego aquí y encuentro mi juego tras un asqueroso día corriendo de un lugar a otro, huyendo de un vagabundo que quiso atacarme, con un agujero en mi estómago por no comer nada, cayendo de sueño y sudoroso por el horrible calor y  tu estúpido argumento es que lo viste antes que yo y no, no voy dejar que te quedes con el juego.

—De acuerdo… —pronuncio el gigante tratando de procesar toda la información que el pequeño desconocido le dio — ¿Qué te parece si lo resolvemos con piedra, papel y tijeras?

Baekhyun abrió la boca sorprendido, él estaba al borde de un colapso nervioso y a punto de morir y llorar como niñita y el otro individuo le proponía solucionar su conflicto con un jueguillo de niños. Lo dudo mucho antes de asentir, después de todo si lo pensaba bien, el titánico chico tenía tanto derecho sobre el juego como lo tenía él; lo habían tomado al mismo tiempo. Extendió su mano en señal de que estaba listo. Jugaron a ganar dos de tres partidas, al final el resultado no hizo feliz a Baekhyun.

Con enorme resignación, el pequeñín caminó rumbo a las cajas de cobro para pagar sus provisiones. El tipo enorme caminaba junto a él para pagar por SU juego. Se formaron en una fila y el alto sonreía como modelo de comercial de dentífrico, Baekhyun lo miraba con sorna mientras colocaba los suministros en la banda transportadora y la cajera comenzaba a registrarlos. Terminó de colocar todo, y la chica iba a la mitad de los productos.

—Mierda… —escuchó decir tras él. Se giró para mirar al sujeto que arrebato su razón de vivir, entiéndase “razón de vivir” como “disco de juego”.

— ¿Qué te pasa?

—Olvidé mi tarjeta de crédito… Me hace falta efectivo.

—Uy, que pena, yo sí que traigo mi tarjeta. Terrible que no puedas llevarte MÍ juego. Dámelo —ordenó extendiendo su mano. No esperaba que el alto cediera fácilmente, pero no perdía nada intentando.

—Ésta bien —suspiró entregándolo —. Cuida de él —pidió secándose unas cuantas lágrimas imaginarias.

—Lo haré… Despídete, cariño —le dijo Baekhyun al juego con la voz más dramática que podía fingir —. Nunca veremos a este horrible hombre de nuevo, estarás bien.

La cajera miraba la escena un poco intrigada mientras terminaba de cobrar. Baekhyun pasó su tarjeta con enorme felicidad. El gigante salió de caja junto a él y cada quien se fue por su camino esperando no verse nunca en la vida.

—Los locos que uno conoce en este trabajo —murmuró la joven cajera.

 

Dos.

16/Julio.

Eran más o menos las tres de la mañana y hacía un horrible calor a pesar de la hora. Chanyeol se despertó para encender el aire acondicionado ya que no podía dormir con todo ese sudor sobre su cuerpo. Se asomó hacia su teléfono móvil para mirar la hora exacta. Tenía un nuevo mensaje; se dispuso a leerlo por si era importante, después de todo no mucha gente manda mensajes a media noche. Su mensaje era de una hora antes, enviado por su padre que le pedía ir a primera hora a su oficina para recoger un proyecto y llevárselo al aeropuerto donde su vuelo despegaría a las siete de la mañana.

Chanyeol odió su existencia, pero eran las tres y media de la mañana y la oficina de su padre quedaba a una hora de ahí, ya se le había quitado el sueño y decidió que era buena idea bañarse para no apestar más tarde por todo ese sudor nocturno. Devolvió el mensaje a su padre confirmando que había recibido la orden. Se duchó y se dispuso a partir rumbo al edificio donde su padre trabajaba. De camino ahí se pregunto numerosas veces si su padre no podía haber enviado a uno de sus empleados para recoger el proyecto, pero no, claro, él era un excelente hombre y no despertaría a sus asistentes en medio de la noche para que recogieran su trabajo, lo mejor era atentar contra el sueño de su propio hijo y aprovecharse de su buena voluntad.

A gran velocidad tomó el portafolio de su padre y se encaminó hacia el ascensor. Eran aproximadamente las cinco de la mañana. Estaba en el piso quince, que es dónde se ubicaban las oficinas de la empresa familiar. Subió y cerró los ojos para darles algo de descanso. El elevador se detuvo dos pisos más abajo y él abrió los ojos para ver quien se atrevía a atrasarlo, ya que entre antes llegara con su padre antes volvería a su suave cama a dormir. Casi se atraganta con su propia saliva cuando notó quien era ese ser.

— ¡Tu! —gritó señalando a la persona frente a él.

— ¿“Tarjeta de crédito olvidada”? ¿Qué haces aquí? —preguntó el pequeño.

—Vine a recoger un proyecto —respondió mostrando la capeta negra que sostenía.

— ¿Trabajas en este lugar?

—No. ¿Tu que haces aquí?

—Mi madre me hizo venir a verla y… ¡Ah! —gritó el chico bajito al sentir un movimiento brusco.

— ¿Pero qué mierda? ¿Se fue la electricidad? —todos estaba oscuro y el ascensor no parecía querer hacer su trabajo. La luz volvió débil y tintineante.

Chanyeol oprimió los botones varias veces pero el elevador no respondía. La maldita luz no dejaba de parpadear y eso lo ponía nervioso, eso y también que el chico diminuto no dejaba de moverse como loco y golpear la puerta del ascensor como un demente.

—Oye, tranquilo…

—Cállate, gigante idiota. No soporto la idea de quedarme encerrado en un ascensor, es una de mis peores pesadillas. No hay señal telefónica. Si nadie viene nunca y morimos es tu maldita culpa.

—Vendrá alguien y no es mi culpa.

Pasó una larga media hora en la que el pequeño enano-roba-videojuegos-aprovechando-que-no-traes-tu-tarjeta-de-crédito no cerró su boca. Se quejaba y se quejaba de que el suelo estaba muy frío, de que sentía que había menos oxigeno, que el elevador se iba a desplomar como en las películas, que no había desayunado, que si había un terremoto no podrían salir, que se incendiaria el edificio y se quemarían vivos, que el calentamiento global era un tema sensible, que su amigo Kyungsoo no dejaba que nadie se acercara a su cocina remodelada después de que misteriosamente se quemó y si alguien entraba tan sólo por un vaso de agua él los golpeaba con una sartén y que todo eso era culpa de Chanyeol por ser gigante y existir. Chanyeol no sabia como era que el chico podía hablar tanto y tampoco entendía por qué se suponía que el tuviera la culpa de todo eso cuando ni siquiera conocía al tal Kyungsoo y él sin duda no había quemado esa cocina.

Chanyeol trató de calmarlo dándole unas palmaditas en la espalda, pero el más bajo no estaba dispuesto a recibir su compasión y lo pateo en sus partes nobles. Aparentemente quedarse encerrado hacía que se volviera histérico, y Chanyeol tenía que hacer una lista de cosas que le hacían enojar al enano por si se volvían a encontrar: sudar, cruzar media ciudad, quedarse encerrado y perder en el juego de piedra, papel y tijeras eran los primeros tópicos de la lista.

—Chicos ¿Están bien? —dijo un hombre corpulento. El hombre era el encargado de mantenimiento y había ido a ver que era todo ese barullo en el piso tres. Notó que venía de dentro del ascensor y se había puesto manos a la obra. El ascensor ahora estaba abierto.

—Gracias, gracias, ¡Gracias! ¡Dios lo bendiga! —gritaba el pequeño abrazando al hombrecillo.

—No hay de que… —dijo el empleado. Chanyeol hizo una reverencia en agradecimiento y se encaminó a la salida, su padre lo esperaba y si se apresuraba podía llegar con buen tiempo. El chico bajito lo seguía hacia las puertas de cristal. Nuevamente, como la última vez, cada quien siguió su propio camino —Qué chico tan extraño. Ahora veamos que le pasa a este elevador.

Tres.

29/Julio.

Tenía unos diez o veinte minutos que había terminado de llover y Baekhyun caminaba con tranquilidad por la calle. Se dirigía a una librería para comprar, obviamente, un libro. Iba lento ya que no tenía prisa alguna, y por primera vez en el mes no había tenido un día raro o asqueroso, claro que no podía cantar victoria, aun podía pasar algo muy malo, sin embargo hoy estaba de un humor especialmente bueno y dudaba que algo pudiera hacerlo enojar. Eran como las seis de la tarde así que sólo tenia que adquirir su libro, irse a casa y esperar a que Jongdae no hiciera algo muy estúpido o que el nuevo pececito de Kyungsoo no muriera y tendría un día prácticamente perfecto.

De pronto y de la nada un sujeto pasó por su lado golpeándolo con una guitarra que cargaba en su hombro en el trayecto. A Baekhyun no le molestaba que ese hombre lo golpeara, le molestaba que no hubiera dicho un “lo siento” o si quiera volteara a ver a quien había golpeado y asintiera con la cabeza a modo de disculpa. Oh, pero él reconocía ese abrigo y esa mata de cabello rojizo que se alejaba por delante de él. Era el gigante del ascensor.

 No dudó en correr hacia él y tomarlo por el brazo para hacerlo detenerse. El sujeto aparentemente iba dentro de su propio mundo, por lo que sacudió la cabeza al notar que el chico bajito lo sostenía.

—Oye, amigo. Acabas de golpearme al pasar y espero que si quiera tengas la amabilidad de disculparte —pidió con tranquilidad. Sí, hoy tenía un buen humor.

— ¿Enano quejumbroso? Lo siento, estaba distraído. ¿Por qué no estas gritando o golpeándome como las otras veces?

—Hoy es un buen día, y no hay nada que me haga enojar —dijo sonriente —. Claro que pude haber sido catapultado con ese golpe, caído al piso, rodado hacia el transito vehicular y muerto, así que debes sentirte muy culpable. Te voy a dejar comprarme un libro para saldar tus errores, también lo del ascensor.

Chanyeol se lo pensó un momento. El enano seguía culpándolo por el incidente del elevador descompuesto como si su poder especial fuese descomponer ascensores. Pero se veía bastante animado y él no tenía nada mejor que hacer, así que cuando el pequeño le indico el camino a la librería simplemente comenzó a caminar tras él. Igual no le haría mal comprar un libro para él y uno para el analfabeto de su amigo Jongin, y quizá uno para el enano, si lo convencía —y sabía que lo haría —con todo su parloteo. Iba nuevamente en su propio mundo, pensando en proyectos de la universidad y esas cosas que piensa la gente cuando se pierde dentro de su cabeza, cuando un grito de mujer… Es decir, un grito de enano quejumbroso lo despertó de su ensimismamiento.

— ¡Ya, tarado!

—Jajajaja… Por Dios, enano, parece que tomaste una ducha, no podías esperar a llegar a tu casa ¿No? —se burló. El otro chico había sido salpicado por una enorme cantidad de agua, cortesía de un autobús que pasaba por ahí.

Baekhyun levantaba el puño en el aire sacudiéndolo como viejita molesta. Ese inepto conductor iba muy rápido y por eso lo mojó de esa forma. Cuando Jongdae lo viera llegar así le diría al menos diez insultos y veinte bromas de mal gusto a lo largo de la semana siguiente. Kyungsoo lo correría de la casa para que no mojara la alfombra ni la madera del piso.

—No es divertido —respondió Baekhyun haciendo un adorable mohín — Sabia que no podía tener ni un solo día bueno — A Chanyeol le pareció un gesto muy adorable, viniendo del enano que lo había pateado en la entrepierna.

—Hey, tranquilo. Ven aquí. —dijo Chanyeol tomando a Baekhyun por el brazo. Lo guio a la entrada de un callejón para no estorbar ahí parados a media acera. Saco de su bolsillo un pañuelo de tela y limpio el rostro empapado de Baekhyun.

Baekhyun se quitó la chaqueta con el fin de exprimirla y deshacerse del exceso de agua, su camiseta no se había mojado tanto pero hacía algo de frio y tenia el cabello muy mojado; sintió un escalofrió.

Chanyeol dejó su guitarra a un lado un momento; se quitó su enorme abrigo y lo colocó sobre los hombros de Baekhyun. El pequeño agradeció y de alguna forma sus ánimos no estaban tan bajos. Aun necesitaba su libro; se lo hizo saber al más alto mientras se acomodaba el abrigo que le quedaba muy, muy grande. Chanyeol lo llevó entonces a otra librería, en realidad una cafebrería —una cafetería-librería —muy acogedora. Invitó a Baekhyun un café y le compró el libro que quería porque, de alguna manera que no entendía, se sentía culpable. El bajito no le había dicho que lo era, pero en el fondo sabía que si se presentaba la oportunidad lo diría, porque lo del ascensor fue su culpa, entonces probablemente que un autobús lo bañara en plena calle lo era también. Al terminar, como antes, cada uno se fue por un camino distinto sin apenas despedirse correctamente.

Al final del día Baekhyun llegó a casa con una sonrisa muy amplia en el rostro, sí, había sido un buen día. Lo habían bañado con agua sucia pero había obtenido café y un libro gratis así que estaba bien. Oh, y también tenia un abrigo gigante, tal vez se lo daría de regalo de navidad a Kris y así evitaría  la molestia de buscar que darle, bien, un obsequio menos por el cual preocuparse.

Cuatro.

26/Agosto.

Se le estaba haciendo muy tarde, tenía menos de veinte minutos para llegar a la oficina de su hermana, o ella lo cercenaría vivo. Debía entregarle un folder colorinche. Corrió y corrió porque no había autobuses por ningún lado, como si el universo hubiese conspirado en contra suya. Se golpeo mentalmente cuando vio un taxi pasando a su lado, claro, pudo haber tomado un taxi, pero estaba tan asustado de que su hermana lo liquidara que olvidó el hecho de que existían más medios de transporte, era eso y que normalmente él no usaba el transporte público porque tenia auto, pero ahora estaba en el taller porque un loco —Jongin —lo había rayado en medio de una pelea absurda sobre los porqués de que la gente opinara que bailar ballet era muy gay, Jongin se defendía pidiendo la opinión de Chanyeol para que supuestamente la ayudara pero el más alto cometió el error de decir que, efectivamente, era la cosa más gay que existía.

Caminó un poco más hacia una calle un tanto estrecha y alzó el brazo para detener un taxi. El auto freno y él se dispuso a entrar. Cerró la puerta y notó que otro chico había entrado por la otra puerta. Ambos se miraron por un par de segundos con los ojos bien abiertos, era el enano quejumbroso. El taxista arrancó como si nada. Ambos rieron brevemente; el mundo era pequeño.

— ¿A dónde se dirigen jóvenes? —preguntó el conductor.

—Al edificio Chungha, en Apgujeong-ro —pidió el enano.

—Esto es una coincidencia muy extraña —indicó Chanyeol.

— ¿Vas ahí también? Pensaba hacerte bajar en la siguiente esquina, pero ésta bien que te quedes, entonces —dijo sonriente.

—Deberíamos dejar de encontrarnos en situaciones raras ¿No crees?

—No lo sé ¿Deberíamos? —preguntó sonriendo ahora incluso con los ojos entrecerrados lindamente.

— ¿Es otro día bueno? —preguntó el alto, ya que el enano solía ser escandaloso y no sonreía mucho. De hecho era la primera vez lo veía sonreír, bueno y cuando se llevó el videojuego, pero esa sonrisa era diferente, era una sonrisa malvada, esta era más simple, natural y bonita.

—No realmente —sonrió de nuevo. Como en realidad lo hacía normalmente, siempre estaba sonriendo. 

La hermana de Chanyeol tenía su oficina en un edificio diferente al de su padre ya que desempeñaban trabajos completamente diferentes. También era un lugar más lujoso y pequeño y le sorprendió que el pequeñín se dirigiera al mismo lugar. Lo interrogó un poco y se enteró de que su tía era la persona a cargo de la publicidad que se mostraba en las ventanas tecnológicas del edificio y de la decoración interior. Tenía que ir a su oficina por un encargo de sus padres. Cuando llegaron dividieron la cuenta, esperaban su cambio pero el taxi arrancó a toda velocidad. No le dieron mucha importancia, hasta que Chanyeol recordó que estúpidamente dejó en el taxi el papeleo que tenia que llevarle a su hermana. Baekhyun rió mucho por eso, nadie podía ser así de distraído, era un folder de color chillante y lo soltó sólo para buscar su billetera ¿Quién perdía de vista un folder tan colorido que dañaría la retina si lo mirabas mucho tiempo? Sólo un idiota como él.

—Yoora me va a cortar la cabeza.

—Pobrecillo —dijo el otro con falsa lástima.

— ¿Y si me corta otra cosa?

Baekhyun rió de la cara de aflicción del otro. Según le explicó eran documentos importantes de su hermana y que probablemente no saldría con vida del edificio. El pequeño le deseo toda la suerte del mundo. Cada quien fue rumbo a una oficina diferente y no volvieron a verse ese día. De hecho sería un milagro que alguien volviera a ver a Chanyeol, con vida; su hermana lo mataría. Meditó un poco sobre cómo era posible encontrar de esa manera una persona en cuatro ocasiones distintas, con resultados siempre extraños. No había sido algo común como “Oh, lo siento, pise tu pie, me llamo Chanyeol” y de hecho no recordaba haberle dicho su nombre. Era posible volverlo a encontrar, pero no apostaría por ello. Finalmente vio como Baekhyun giraba al final del pasillo, él entro en la oficina de su hermana tomando aire.

 Como siempre, siguieron sus propios caminos. En caso de Chanyeol, su camino a la muerte.

 

Notas finales:

Proximo Capítulo: 

 

¨       Capítulo 2:

  • Calle/Puesto de comida  d3;
  • Metro d3;
  • Calle/Apartamento d3;

Un agradecimiento especial a Baekyeol is real, especialmente a :

Annie Park y Mayda LK. 

Agregaré a las otras más tarde, son muchas!

Redes sociales en mi perfil, aji esta Mi ask y twitter.

Pregunta:

¿Qué creen que pase en el encuentro "Calle/apartamento"? A la que adivine le dedico el capitulo. 

-Lanny GO.

 


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