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23 Encuentros +1 | Baekyeol/ChanBaek por Lannyssi

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Notas del capitulo:

Heme  aqui bebés. 

Un agradecimiento y mucho amor para:

 marlom

akari_love

 XOXOonlyXo

 

 vale97

Un saludo amoroso para Mayda LK y Marjorie (Jessica)!

 

♥Lanny GO.

 

Capitulo III.

COLD

 

 

Ocho.

 

19/Diciembre.

 

Hacía un frio terrible, se suponía que eran las dos de la tarde, pero estaba helando. No había nieve pero seguramente la habría pronto por las bajas temperaturas. El cuerpo de Baekhyun se estremeció. Si había algo que odiaba más que sudar por el calor era, sin duda, temblar por el frio. Si hacía demasiado no podía dormir, necesitaba la calefacción al máximo aunque se cocinara vivo a media noche. Fue un grave error creer que una caminata le haría bien. Apenas podía moverse porque su cuerpo estaba entumecido.

 

 Estaba teniendo un receso en sus clases y tenía en mente visitar a Kyungsoo y Jongdae para navidad. También quería ver a sus padres y a otros amigos. Si pensaba ir debería llevar algún regalo. No era necesario, claro, y sus amigos le dirían que no debió molestarse, pero si llegaba con las manos vacías después de casi tres meses de haberse ido seguro no lo dejarían entrar ¿Por qué tenia esa clase de amigos? No ganaba nada lamentándose.

 

Recorrió varias calles en busca de alguna tienda interesante; una captó su atención, vendían antigüedades y varios regalos no tan viejos. Decidió entrar a mirar, de todos modos no tenía su billetera pues se suponía que sólo daría un paseo. Lo recibió el dulce sonido de una campanilla. Era una tienda grande pero no había mucho espacio por la gran cantidad de objetos apilados en repisas y alguno que otro en el piso viejo de madera. Tenía ese olorcillo avejentado, algo entre humedad y aserrín. El suelo tronaba un poco al pasar sobre él y la música de fondo provenía de un viejo fonógrafo. Había mayormente relojes y cámaras fotográficas. La mayoría de las cosas estaban cubiertas por una fina capa de polvo y había una que otra telaraña. Baekhyun lo sentía extrañamente acogedor, tal vez debido a la baja iluminación, los villancicos de fondo y el olor a chocolate que despedía una taza sobre el mostrador. Un hombre de edad avanzada junto con una jovencita, probablemente su nieta, eran quienes atendían. Dentro del lugar habían unos dos o tres clientes, entre ellos una mujer y su marido que acababan de comprar un enorme jarrón feísimo pero seguramente muy costoso.

 

Baekhyun quedo encantado; seguramente encontraría un par de buenos regalos que les agradarían a sus amigos y familiares. Se precipitó hacía la salida para volver a su dormitorio por su billetera, y por un abrigo extra. Mientras caminaba rápidamente revisaba con la vista algunos estantes y objetos curiosos. Chocó contra algo. Escuchó un ruido alarmante detrás de él. Se giró con cautela; no podía avecinarse nada bueno. El matrimonio de antes miraba con ojos de horror hacia el suelo. Los ojos de Baekhyun se posaron en la estupidez que acababa de cometer: El jarrón feo estaba hecho trizas, unas feas trizas igual de feas que cuando estaban unidas. Tragó saliva y miró a la pareja a los ojos. El hombre le devolvió una mirada severa.

 

— ¡Tienes que pagarme esto! —gritó la mujer señalando lo que solía ser un espantoso jarrón.

 

— Claro. Sí, tiene razón. Lo siento mucho yo… —rebuscaba en sus bolsillos. Claro, idiota. No tenía su cartera. Bien hecho — No tengo dinero conmigo ahora, pero si me esperan aquí iré por mi billetera a mi dormitorio en la universidad.

 

— Claro. ¿Y tú crees que somos idiotas? ¿Cómo sabemos que no te escaparás? —espetó el hombre con un humor sumamente aterrador.

 

—Puede venir conmigo si lo desea. No voy a ir a ningún otro sitio.

 

—No te creo nada, mocoso. No hay forma de puedas pagar por esto, es muy costoso. 

 

—Yo… —no sabia que decir. Ciertamente podría pagar por el jarrón infernal pero sus amigos tendrían que quedarse sin obsequios.

 

Escuchó el tintineo de la campanilla de la entrada y posó su vista en la persona que iba entrando ¿Un milagro de diciembre? Era él… Los dioses le habían enviado al idiota que no había visto en cerca de tres meses.

 

— ¡Mírame cuando te hablo, mocoso! ¡Vas a tener que ir conmigo a la policía! —gritó el hombre haciendo que Baekhyun se encogiera por el temor. Ese sujeto se veía fuerte y con ganas de golpearlo ¡Pero si le había hecho un favor! El jarrón era horrendo.

 

Baekhyun tenía ganas de llorar e implorar perdón de rodillas.

 

— ¿Pasa algo? —preguntó una voz grave detrás de la pareja.

 

— ¡Chanyeol! —gritó Baekhyun emocionado, había olvidado por tres segundos que ese inútil había llegado.

 

— ¿Conoces a este mocoso? —cuestionó el señor al más alto.

 

—Sí, dígame cuál es el problema —pidió autoritariamente parándose a un lado de Baekhyun.

 

—Este jovencito rompió mi jarrón. Es muy costoso. Le pedí que pagara por él y dijo que dejo su billetera en su dormitorio. No somos estúpidos como para dejar que vaya por ella y no vuelva. Tiene que acompañarnos a la estación de policía porque ni de broma un estudiante podría pagar el costo de una pieza tan valiosa.

 

¿Era en serio? ¿Ir a la cárcel por romper un feo jarrón? ¿Y dónde mierda quedaron los milagros de diciembre ahora?

 

—Yo pagaré por él —respondió Chanyeol con seriedad una vez que le fue informado el alto costo. Busco su billetera en sus bolsillos. La pareja se relajó haciéndose a un lado para no bloquear el paso a una mujer mayor que iba de salida.

 

Chanyeol abrió los ojos sobremanera cuando terminó de revisar sus bolsillos. Había dejado su billetera en casa de su abuela. Miró a Baekhyun mientras el matrimonio recogía los pedazos de cerámica y los colocaban dentro de una bolsa de plástico. Le hizo un par de señas y Baekhyun no comprendía lo que trataba de decirle. Chanyeol lo tomó de mano apretándola con fuerza.

 

— Cuando cuente tres, corre como nunca —murmuró. Baekhyun no entendió muy bien por el bajo volumen con que habló el otro.

 

Chanyeol contó con los dedos hasta tres y jaló a Baekhyun de la mano. La pareja los miró escandalizada. Baekhyun captó entonces el mensaje. Salieron de la tienda y corrieron a toda velocidad sin soltarse. Chanyeol iba un poco más adelante tirando de Baekhyun. Por detrás corría el hombre gritándoles diversos insultos y amenazas de muerte. Se metieron en un callejón y vieron al hombre pasar corriendo de frente. Estaban muy agitados por correr cerca de diez manzanas y tras unos minutos ya que estaban calmados rompieron a reír como enfermos mentales.

 

—Baekhyun…

 

— ¿Si?

 

—Ya me puedes soltar —bromeó Chanyeol, mostrando su mano aun apretujada por Baekhyun.

 

—Oh, si… lo siento —se disculpó sonriendo con nerviosismo —Espera... ¿Qué haces por aquí?

 

—Mi hermana y yo vinimos a ver a nuestra abuela ¿Y tú?

 

—Estoy estudiando en una de las universidades de aquí.

 

— ¿Cuantas posibilidades había de que decidiera entrar en esa tienda en ese preciso momento, en esta ciudad? Me debes un premio por salvar tu vida.

 

Ciertamente no habían muchas probabilidades de que una cosa así ocurriera ¿A eso era a lo que le llamaban destino? Baekhyun no sabía lo que era, pero estaba feliz de encontrarse con Chanyeol de nuevo. Pensó que ya que estaba aquí podía pedirle su número de teléfono. Pero… Baekhyun era extraño y tenía una mejor idea, o lo que él creía que era una buena idea, más bien era una muy estúpida.

 

Si tenia que ver de nuevo al grandote se lo iba a dejar a ese tal “destino”, por lo cual, antes de que el gigante pudiera darse cuenta, Baekhyun ya estaba corriendo mientras gritaba incoherencias sobre verse después por obra de la casualidad y darle un premio muy interesante algún día. Chanyeol se quedo ahí de pie sonriendo como idiota. Él había pensado exactamente lo mismo, pero cuando se lo iba a proponer él pequeño ya estaba huyendo.

 

Nueve.

 

20/Diciembre.

 

Eran aproximadamente las nueve de la noche, hacia un frio sobrecogedor, tenia un poco de hambre y su hermana le había dado una patada en el trasero para que saliera a divertirse por ahí y dejara de ser un amargado. Chanyeol no era amargado, sólo que en esa ciudad no conocía a nadie como para irse de fiesta por ahí. Bien… conocía a alguien, pero a ese alguien sólo podía verlo si el “destino” consideraba adecuado juntarlos. Y lo había visto ayer así que, según las estadísticas de sus encuentros previos, era mucho pedir verlo dos días seguidos. De cualquier forma él estaba vagando por las calles sin rumbo fijo, simplemente meditando sobre ese tema de las casualidades y la mano de Dios.

 

Escuchó ruidillos cerca de ahí, y percibió algunas luces de colores filtrarse por las ventanas altas de un establecimiento. Parecía ser un bar o centro nocturno. Él no era seguidor de esos lugares pero ya que lo habían enviado a la calle y no lo esperaban en largo tiempo, no creyó mala idea entrar ahí –donde seguramente no hacia frio como afuera –tomar un trago y socializar un poco; se la daba bien conocer gente y al menos así no se aburriría tanto.

 

Entró al lugar y notó que había una gran pista de baile iluminada con luces de estrobo de varios colores, al otro lado había una serie de mesas iluminadas con una luz tenue y una barra. La zona estaba divida por cristales y sillones. Era un lugar muy amplio. No estaba de humor para el ruido así que fue directo a una mesa. Esa zona era más tranquila había una música más apacible de fondo aunque se sentía el retumbar de la música estridente de la otra área. Pidió una bebida y se quedó un momento mirando las pantallas del lugar, estaban dando un programa musical y parecía bastante interesante. Se quedo un poco perdido en un video algo extravagante por varios minutos mientras bebía su trago.

 

—Hola —saludó una vocecita familiar. El dueño de la voz tomó asiento frente a él.

 

— ¿Me estas siguiendo? ¿Eres un acosador? —preguntó Chanyeol sonriente.

 

—No… ¿Cuántas posibilidades había de que yo decidiera entrar a este lugar… en esta área y no en la ruidosa, justo hoy y esta hora?

 

Chanyeol sonrió con satisfacción a pesar de que Baekhyun estaba robando su dialogo del día anterior, ya que estaba contento porque tanto llamarlo con la mente había servido.

 

—No lo sé, aun creo que me sigues, Baekhyun.

 

Baekhyun rió. Algo le decía que si iba a ese lugar lo encontraría. Si eso no era el destino, no estaba seguro de lo que era.

 

—Oye, precioso —llamó un hombre en claro estado de ebriedad — ¿Por qué no dejas a ese orejón y vienes conmigo a divertirte?

 

Baekhyun suspiró y rodo los ojos ignorando al sujeto. Estaba tan acostumbrado a que hombres mayores le dijeran esa clase de cosas y algunas más obscenas que ni siquiera iba a molestarse en contestar.

 

— ¿Me estas ignorando? ¿Te haces él difícil? ¡Sólo eres una puta más! —gritó. Baekhyun apretó los puños sobre la mensa tratando de guardar la calma para no pararse y patearle las bolas.

 

— ¿Puede retirarse, señor? Esta siendo un poco molesto —intervino Chanyeol procurando guardar la calma.

 

El hombre ignoró al gigante y, sentándose en una silla se aproximó a Baekhyun pasando su brazo alrededor de su cintura.

 

—Ven conmigo, amor. Haré que grites mi nombre mientras te la me…

 

—Eso es todo —se dijo Chanyeol a sí mismo decidido a callar al borracho que ya estaba dirigiendo sus sucias manos al trasero de Baekhyun.

 

De pronto el lugar apacible se vio lleno por el sonido de una silla deslizándose. El ruido de un golpe. Los gritos de ebrio de un hombre. Los regaños de los guardias de lugar… En algún momento todo se mezcló cuando Chanyeol se puso de pie para quitar al borracho de encima de Baekhyun y le propinó su merecido para luego ser atacado por el sujeto y finalmente ser echados de ahí por armar un alboroto. Ahora el ebrio estaba de camino a la estación de policía.

 

 Baekhyun y Chanyeol tomaban un poco de aire riendo por los acontecimientos. Baekhyun le dio las gracias mil y un veces y luego anunció que debía volver al dormitorio, pero que no olvidaba que ahora le daría dos premios muy especiales por sus actos heroicos. Esta vez Chanyeol podría haberle pedido sus redes sociales o acompañarlo a su facultad… Pero quiso esperar a ver que pasaba. Una voz interior le decía que lo vería de nuevo, pronto, sin importar que. Ambos se miraron con complicidad. Era divertido encontrarse de esa manera y estaban bastante locos. De modo que, al salir del bar, se despidieron con un apretón de manos y caminaron en sentidos opuestos. Esperando.

 

Diez.

 

22/Diciembre.

 

Era un día bastante bonito. Extrañamente la temperatura era cálida y Baekhyun aprovechó para salir a caminar. Últimamente limitaba sus salidas —a menos una extraña fuerza lo incitara; la fuerza llamada “destino” —por el frio tan intenso. Pero hoy estaba soleado y él tenía ganas de comer helado. En el reporte del estado del tiempo habían mencionado que había altas probabilidades de que hubiese una nevada pero no parecía que fuera a ocurrir hoy. Así que salió alegremente en busca de una heladería abierta. Normalmente esos lugares no habrían por la época, era absurdo comer helado si era pleno invierno y todo el mundo se congelaba, pero eso a Baekhyun le importaba poco o nada; él quería su maldito helado y lo iba a conseguir a toda costa.

 

Llevaba como hora y media buscando un establecimiento abierto, había comenzado a sudar y sus pies, normalmente sedentarios, ya le dolían un poco. Pero no era de esas personas que se rinden así que tomo la decisión de ir a un supermercado —porque siempre iba al supermercado como última alternativa, como con el juego de video —y comprar varios botes de helado y conos. Sí no podía comprarlo en la heladería se serviría uno como Dios manda.

 

 Adquirió lo que necesitaba incluida una de esas cucharas redondas para servir el helado y se fue feliz a su dormitorio a servirlo. Salió del dormitorio con su cono en mano pues su idea era comer su postre en el parque y aunque era patético servirse helado en casa para irlo a comer afuera a él no le importaba, era su capricho y lo cumpliría porque así era Baekhyun.

 

Paseaba tranquilamente, una vez en el parque, cuando un enorme árbol con patas se cruzó en su camino haciendo que su precioso helado con diez bolas cayera al piso. Baekhyun lo mataba porque lo mataba. Es decir, él caminó con sumo cuidado con el objetivo de mantener el equilibrio hasta llegar a una linda banca en el parque y sentarse ahí a comer, todo para que un idiota lo echara a perder así. Él lo iba a matar y punto.

 

— ¡Idiota! —gritó aun mirando su delicioso helado muerto en el pasto.

 

— ¿Baekhyun? —dijo “el idiota” e instantáneamente Baekhyun lo miró a los ojos — Tú definitivamente me sigues, no me queda duda alguna

 

— Te voy a matar…

 

— ¿Q-qué?

 

— ¡Te voy a matar! ¡Mi helado! ¡Tiraste mi maldito helado! ¡Esta ahí en el piso, lo mataste y yo te voy a matar a ti!

 

— No, no. Espera… Te compraré otro.

 

— ¡Las heladerías están cerradas! ¡Es invierno, idiota!

 

— ¿Y de dónde sacaste ese?

 

— ¡No te importa! —no le diría que fue tan raro como para servirlo él mismo en su dormitorio y caminar doce calles hasta el parque.

 

—Entonces qué puedo hacer para que no me mates.

 

Baekhyun lo miraba con odio. Con un odio más grande que aquella vez del videojuego. Estaba tratando de encontrar algo cruel que obligarle a hacer para desquitarse pero veía esa cara de elfo arrepentido y toda su crueldad se esfumaba. Pataleó por dejarse convencer por los ojos de perrito abandonado que el otro le estaba poniendo. De acuerdo, sería condescendiente con él, pero aun tenía que castigarlo por privarlo de comer su helado alegremente.

 

El sol ya estaba empezando a descender, en unas dos horas se pondría y con seguridad la temperatura bajaría y él volvería a congelarse con el horrendo frio. Así que mientras el sol aun calentaba el iba a divertirse. Sonrió malvadamente haciendo que Chanyeol sintiera un poco de miedo. Baekhyun lo haría sufrir.

 

—Chanyeollie… —llamó él en un tono dulzón que más que enternecer a Chanyeol lo hizo temer más por su vida —. He estado estudiando mucho ¿Sabes? No he tenido tiempo de conocer la ciudad. Dicen que hay lugares muy bonitos aquí.

 

—B-bueno, sí…

 

—Los hay ¿No? Como esa encantadora colina de allá —indicó señalando hacia la elevación de terreno —. Mis compañeros dicen que la vista desde ahí es realmente bella. Incluso hay algunos puestos de comida cerca y la gente hace días de campo.

 

 —He oído de eso, pero…

 

—Hoy estoy desocupado y puedo ir allí. Pero, Chanyeollie, mis pies duelen mucho y la colina esta un poco lejos, y luego hay que subir todo ese camino de piedras hasta llegar arriba.

 

—Puedes ir mañana o después. Aun estarás de vacaciones un par de semanas.

 

—Oh, pero hoy esta soleado y lindo. Mañana va a hacer mucho frio y quizás caiga nieve. Es tan triste…

 

—Baekhyun, lo que sea que estés pensando olvídalo ahora.   

 

Baekhyun sonrió de nuevo rodeando a Chanyeol, colocándose detrás de él lo abrazo por la espalda. Chanyeol se puso un poco nervioso ¿Qué pasa si Baekhyun saca un arma de la nada y lo apuñala desde atrás?

 

—Tenia tantas ganas de ir… —habló pasado sus mano hacía la espalda de Chanyeol, deslizándolas hacia sus hombros —, contigo.

 

—Baek… —comenzó Chanyeol tratando de girarse para mirar al pequeño, y evitar ser apuñalado. Baekhyun se sostuvo fuerte de los hombros del alto y tomo impulso para saltar sobre su espalda aferrándose a al cuello de este, cruzando sus piernas hacia el frente.

 

Chanyeol se tambaleó un poco pero logró mantenerse en pie sujetando las piernas de Baekhyun para que no se cayera tampoco, al menos no le clavó un cuchillo.

 

—Ahora camina, idiota —ordenó Baekhyun dejando atrás su tono amable de voz.

 

—Baekhyun, estas demente.

 

—Camina, no tenemos todo el día, vamos a la colina. Rápido —ordenó de nuevo pateando con el talón el cuerpo de Chanyeol levemente como lo haría con un caballo real.

 

Chanyeol resopló pero sabía que no haría razonar al pequeño, así que emprendió la caminata hacia la dichosa colina. Corrió hasta allá y bendijo que su condición física fuese tan buena ahora. Llegaron al pie de la colina y tragó saliva; maldita y empinada colina de los mil demonios y maldito enano vengativo. Si esto era tener misericordia, él no quería saber que le habría puesto a hacer Baekhyun si no hubiera mostrado sus ojos de perrito para convencerlo de no ser tan cruel. Tomó aire y emprendió el camino cuesta arriba. Baekhyun le contaba lo que había comprado para regalar a sus amigos en navidad —omitiendo la parte en que también había adquirido un obsequio para el más alto —y una serie de cosas que sencillamente no le interesaban, no le interesaban porque estaba ocupado en dos cosas; la primera, no morir subiendo con un gran dolor de espalda; la segunda, sentir las manos de Baekhyun jugando con su cabello o picando sus mejillas.

 

*

 

Después de una horripilante hora en la que se detuvo como veinte veces a sobar su espalda, llegaron hasta la parte más alta. Los ojos de Baekhyun se iluminaron y jaló a Chanyeol hasta una banca cerca del mirador. Chanyeol se tiró en el asiento mientras Baekhyun canturreaba señalando hacia la ciudad indicando dónde estaba cada cosa. Sus ojos comenzaron a cerrarse y se quedó dormido, comenzado a soñar con pequeños duendecillos saltarines.

 

 Un rato después sintió una mano golpeándole la cara con bastante fuerza para despertarlo. Esa no era la forma en la que le gustaba levantarse, sin duda; sintió un escalofrió. Se acomodó en su asiento y vio como el sol se estaba ocultando casi por completo, también hacía mucho frio ahora. Baekhyun temblaba un poco pero tenía un par de vasos grandes; le tendió uno y supo entonces que era café caliente.

 

Permanecieron sentados en silencio un rato más entre que el sol se iba del todo y terminaban su café. Baekhyun aun temblaba ligeramente de frio, a diferencia de Chanyeol que era más bien como un calefactor humano. Una ráfaga de viento pasó por ahí unos segundos y Baekhyun se aferró a Chanyeol, sorprendiéndolo ligeramente ¿Por qué mierda él no temblaba? Incluso estaba calientito. Baekhyun tuvo envidia, él parecía un cubito de hielo así que se abrazó del gigante sin previo aviso, acurrucándose bajo su brazo, sobre su pecho, colocando sus brazos alrededor de él. Chanyeol  se sonrojó un poco y correspondió el abrazo del pequeño. Quedaron de ese modo unos instantes más hasta que el viento comenzó a soplar provocando que el más bajo tuviese mucho más frio.

 

Tras unos minutos, ambos chicos decidieron que era momento de volver a casa, ésta vez Baekhyun se adelantó y Chanyeol lo siguió hacia el lado contrario al que habían subido, arrastrando los pies que en cualquier momento le explotarían de lo, probablemente, hinchados que estaban.

 

Del otro lado de la colina había una estación de teleférico. Ellos pudieron haber subido hasta la cima por ese medio y evitarse la caminata que destruyo la espalda y pies de Chanyeol. Baekhyun lo sabía desde luego, pero Chanyeol había olvidado que existía ese bendito teleférico y en ese momento quiso estrangular al pequeño demonio, pero él no era tan malo como para eso, tampoco quería ir a prisión y el pequeño estaba feliz, lo que inevitablemente hacía que su mal humor se esfumara y sonriera igual que él.

 

Al final ambos subieron a la cabina para bajar más rápido y no tener que soportar el viento helado. Cuando llegaron abajo caminaron hacia la parada de autobuses para volver. Subieron a uno y tomaron asiento mientras Chanyeol se quejaba de los dolores que seguramente iban a durar una semana y que tendría ampollas en los pies. Baekhyun sólo le repetía que esas cosas pasaban si tirabas el helado de una persona como él, y al gigante no le quedaba duda alguna sobre la maldad del enano y por supuesto, que jamás debía tirar su comida o moriría la próxima vez.

 

*

 

Baekhyun tenía que bajar en un par de estaciones, pero no podía dejar que Chanyeol supiera en que estación bajaría porque eso arruinaría la “magia del destino” y eso no sería divertido, así que se puso de pie y pulsó el botón para descender antes de llegar a su destino. Chanyeol sólo vio como Baekhyun bajaba corriendo y le decía adiós con la mano. Chanyeol suponía que esa no era la estación en que debía bajar por la sonrisa burlona que le dedico el más bajo una vez fuera del vehículo. Él tenía pensado hacer lo mismo y bajar estaciones antes de llegar. Sonrió estúpidamente.

 

Ansiaba encontrarlo de nuevo y sabía en el fondo que no iba a pasar mucho tiempo para que eso ocurriera. Lo sentía, como si fuese una especie de súper poder. Se trataba de “algo” que lo atraía y lo guiaba a dirigirse hacía algún sitio en especial, por eso entró en aquella tienda de antigüedades. En otras ocasiones era distinto, y se encontraba pensando en Baekhyun de la nada y poco tiempo después él aparecía en su camino, eso pasó en el bar, en el parque, cuando lloraba bajo esa tormenta de lluvia y mentiría si no admitiera que incluso en aquel ascensor, la segunda vez que lo vio, porque pensaba en él; pensaba que estaba loco y que sería gracioso verlo, pero igualmente pensaba en él, el resto de veces más bien esperaba verlo.

 

Baekhyun sentía lo mismo,  siempre caminaba sin dirección aparente sólo para ver hasta dónde lo podían llevar sus perezosos pies  y terminaba en lugares dónde posteriormente se encontraba con Chanyeol. Recuerda que estaba asustado porque el hombre del jarrón parecía querer liquidarlo y se dijo mentalmente que Chanyeol podría sin duda defenderlo porque era más grande y se veía más fuerte que ese hombre, pocos segundos después el idiota orejón hizo acto de presencia y él estaba más feliz que nunca, primero porque no murió ese día, y segundo porque pudo ver al gigante después de meses sin saber de él.

 

De esa forma era que funcionaba, lo sabían bien. Si se sentía fuertemente era probable que se encontrasen en poco tiempo, y si el sentimiento era débil probablemente pasaría bastante más. De modo que según sus sentires, sabían que se verían en poco tiempo. Al día siguiente o en una semana, en la calle o un restaurante o tienda de abarrotes, eso no lo sabía, sólo presentían que estaba cerca de llegar.

 

Muy cerca.

Notas finales:

Dejen sus comentarios.

Les pregunto: Por qué creen que Chanyeol lloraba en el capitulo anterior??

-Amor para todos!!

Y dejen reviews para una actualización más veloz.

 

Si pór alguna razón no pueden comentar en Amor yaoi, les dejo mi [ASK] tambien para preguntas de lo quieran, bebis!

-Lanny GO.

Pandicornios Voladores Lanzallamas&Too Much Love.

 


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