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Alone por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Peronajes pertenecientes a Naruto de Masashi Kishimoto.

Uno de esos ataques de inspiración. Espero que lo disfruten. 

 

 

Alone

(Capítulo Único)

 

 

 

La gente pasaba de largo, simulando las olas del mar, personas iban y venían. Yo estaba parado en entre tanto tumulto. Miradas que veían sin ver, pasos que no llevaban a ningún lado, corazones sin dueño caminaban en la nada… Eso es lo que pienso mientras los veo, sus prisas, sus preocupaciones, sus inconformidades… los envidio un poco.

 

Yo solo estoy parado, recibo empujones y ninguna disculpa, tampoco me disculpo, ya no. Levanto mi vista al cielo, hmp, los altos edificios me obstruyen la vista. ¿Qué hago ahora? No tengo nada. No tengo a nadie. Me cansé de ser lo que siempre esperan que sea, ya no quiero. Pero, si no soy lo ellos quieren que sea ¿Qué soy entonces?

 

Camino sin saber a dónde ir, me muevo por inercia, uno, dos, tres, cuatro pasos, me detengo en esa esquina cerca del semáforo. Pasan las horas y sigo sin moverme. Cae la tarde, el viento helado  recorre cada parte de mi cuerpo, el frío permanente que llevo en mi interior se acrecienta y mis ojos al fin sueltan sutiles lágrimas.

 

--En verdad duele la soledad…

 

Mi susurro se pierde entre tanto bullicio, mi pelo despeinado se mece entre el humo dejado atrás por un camión de carga, no siento mis dedos de lo congelados que están, los levo frente a mi boca para dar calor con mi aliento. ¿Si muero ahora esto se terminará?

 

--Ya no quiero sentir frío… duele demasiado.

 

Una fuerte ráfaga me envuelve y yo me abrazo para proteger el poco calor que me queda. Hojas secas de un árbol desconocido caen sobre mí como una suave lluvia. La desesperación se roba la fuerza de mis piernas y pienso que llegaré hasta el suelo.

 

Una extraña calidez me invade, un par de brazos refuerzan mi propio abrazo... alguien me ha sostenido... alguien me ha abrazado… alguien aleja el frío que me consume.

 

--Eres como un rayo de sol entre esta obscuridad. –me dice cerca de mi oído ese que me abraza. Su voz es profunda, retumba hasta lo más profundo de mi corazón, hace vibrar a mi alma.

 

--¿Quién eres? –pregunto con mi voz cortada por el llanto que había dejado salir todo la tarde.

 

--Alguien que te necesita. –dijo sin titubeos el que ahora era mi fuente de calor.

 

--¿Me conoces? –quiero saber.

 

--Te encontré, llevo buscándote por mucho tiempo. –su voz, parecía aliviada.

 

--Ni siquiera sabe mi nombre… –da la sensación de ser alguien mayor que yo, la seguridad de sus palabras me atrapan, me hacen sentir seguro.

 

--Tuve un seño en el que encontraba a un hermoso rubio que pedía no estar solo, estaba en este mismo lugar, también era de noche, la gente se alejaba de él porque parece fuera de este mundo… parecía tan frágil como si se rompiese si intentabas tocarlo, por esa fragilidad sufría ese rubio. Pedía agritos que alguien le mostrara calidez pero nadie le escuchaba, luego centró su mirada en mí y me perdía en sus ojos azules... tan limpios como el cielo del campo pero, empañados por la soledad. Hoy decidí salir en busca de ese rubio de ojos azules y de ligeras marcas en sus mejillas simulando ser bigotitos de un lindo zorrito. Y te encontré. Al fin te encontré.

 

--¿Cómo sabe que soy yo? ¿Cómo sabe que no te equivocas? ¿Cómo sabe…? –no me dejó terminar de hablar, estrechó su abrazo y yo sentí que mi corazón explotaría por lo fuerte que latía.

 

--No me equivoco. Lo apostaré todo a que tú eres esa persona que he estado buscando, apuesta conmigo, todo o nada… conviértete en mi todo porque siempre he sido nada, acéptame.

 

Tan repentino. Tan irreal. Tengo miedo a que sea una fantasía y que ésta se desvanezca en cualquier instante, no lo soportaría. Me quebraría por completo.

 

Tengo tanto miedo a esto que siento, el calor que me invade es algo que jamás había sentido. Sin embargo, ¿Qué podría perder? No tengo nada, no tengo a nadie y, el frío que sentía... no quiero volver a sentirlo.

 

Si esto es una ilusión, que me lleven a un manicomio puesto que no pienso renunciar a ella.

 

Despacio me vuelvo hacia él. Trato de no romper el abrazo que con el que me ha sujetado. Levanto mi mirada y veo su rostro. Un par de ojos negros me miran intensamente, parece que el universo está en ellos, su piel en blanca como nieve, su pelo es negro o tal vez azul marino, un par de mechones enmarca su rostro al igual que un fleco irregular, sus labios, son finos… no dejo de mirarlos, siento como que se acercan cada vez más y más, cierro mis ojos y creo que esos labios son los que ahora están sobre los míos.

 

El tiempo se detiene. La gente desaparece. Embriagado por el sabor de esos labios, mis brazos buscan algo de dónde sujetarse, suben hasta rodear el cuello del que me besa tan tierno, tan dulce, tan suave que me hace llorar nuevamente.

 

Nos separamos con lentitud, nos miramos a los ojos y nos sonreímos.

 

--Mi nombre es Sasuke. –me dice mientras acaricia mi mejilla derecha y dibuja mis marcas con sus dedos.

 

--Yo soy Naruto. –le digo sin poder contener mi sonrisa.

 

--Lamento llegar tarde. –dice para luego besar mi frente.

 

--Ya estás aquí, eso es lo importante.

 

Recargo mi cabeza en su pecho y me dejo llevar por ese calor que no recuerdo haber sentido en mis veinte años de vida. Me siento tan bien entre sus brazos que tan solo puedo pensar en una cosa “deseo estar así por siempre”.

 

 

 

 

 

 

 

Cerca del semáforo hay gente reunida mirando lo que sucede, una ambulancia se encarga de levantar un cadáver, un joven rubio que murió en la madrugada, su corazón se detuvo y no había nadie quien le ayudara debido a la hora poco transitada. Los paramédicos comentaban entre ellos un incidente similar ocurrido tres años atrás, un joven azabache había fallecido en las mismas circunstancias, era inolvidable pues él era el hijo menor de la prestigiosa familia Uchiha.

 

“Coincidencia” decía uno de los paramédicos, “No existe tal como la coincidencia o la casualidad… solamente lo inevitable o el destino, como quieras llamarle” le respondía un segundo paramédico. La ambulancia se fue. La gente siguió su camino. Cinco minutos después todo volvía a ser rutinario.

 

 

 

Fin

Notas finales:

Gracias por leer.


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