-Todo es... Tan bello...- Sonreí al apreciar el paisaje en el que me encontraba...
Era un hermoso prado; con zesped dorado y unos cuantos árboles frondosos con tonos rojisos y naranjos... Era todo bellisimo... Me encamine hacia el árbol a mi perspectiva más grande, para tirarme en el suave suelo bajo su sombra, a descansar... Cerre mis ojos, escuchando el sonido de la brisa agitando las ramas de los árboles, removiendo el pasto, creando ondas invisibles. -El sonido es tan relajante...- Dije al aire, mientras que de igual forma sacudia mi cabello.
De pronto; sentí el mirar penetrante de algo o de alguien. Así que abrí lenta y pesadamente mis ojos, y sentandome, usando mis brazos de apoyo. Dirigí mi mirar hacia todas partes a mi alrededor, pero no había nada. Me volví a tumbar exhausto, cerrando mis ojos casi al contacto con el suelo... Estaba a punto de caer ante los brazos calidos de Morfeo, dios del sueño; pero comienzo a sentir una respiración un poco jadeante justo a mi lado, un poco asustado, abrí mis ojos y giré mi cabeza hacia un costado para toparme con los ojos de un lobo rojizo tumbado a mi lado. El animal dirigío su mirada hacia mi.
*Pi-pi-pi-pi*
-Maldición...- Murmuré con molestia en mi voz. -Odiaba, odio y siempre odiare despertarme en medio de un sueño. En especial de ESE sueño...- Me seguí quejando mentalmente, mientras que sacaba una mano de las calientes mantas que me cubrían hasta arriba de la cabeza para tomar el insoportable despertador y estrellarlo fuertemente contra el muro... Sin más remedio; lentamente me iba bajando de mi tibio nido de sueños, o más bien dicho: mi preciada cama... La única que logra comprenderme hasta la fecha...
-¡Es hora de que despiertes, inutil!- Escuche la grave voz de mi padre en el piso de abajo. Aunque me pareciece en demasía a él, eramos totalmente distintos... Él es un hombre cruel, sanguinario y agresivo, sin piedad alguna; pero claro, el jefe de la mafia "The Blood Dragon" por su traducción "Sangre de Dragón" donde literalmente, encontraras sangre por doquier y la furia del dragón lider: él "Rey Vegetta" como se hace llamar.
En cambio yo... Bueno, yo soy Vegeta Targaryen (Ntta: Ni crean que veo Game of Thrones xD) un chico de 16 años de edad... Soy un poco delgado, de tez blanca y con un 40% de musculatura. Resumiendo, soy un chico patetico y debil... Sin amigos, conocidos o familia que muestren un poco de aprecio hacia mi...- Pensé, riendome de mi mismo por lo que soy.
Me dirigí sin animos a mi cuarto de baño, para comenzar a desnudarme suavemente. -Demonios...- Me queje en susurro. Todo mi cuerpo estaba aun adolorido y con moretones en toda mi piel.
*Flash Back*
El joven Vegeta se encontraba caminando por las frias y solitarias calles, bajo la fuerte lluvia que caía desde el cielo gris.
Él solo caminaba, empapado hasta los pies. Cabizbajo, solo, sin compañia alguna...
No paso mucho para que llegase a las puertas de lo que se suponía que era su "hogar". Abrió la puerta lentamente, asegurandose de que no hubiera nadie.
-Vaya... Hasta que llegas...- Murmuró su padre, sentado en el sofa del living con la TV encendida.
-S-si... Ya estoy aqui.- Tartamudeo un poco.
-¡Estas todo empapado, mocoso!- Grito a regañadientes, parandose casi de inmediato de su asiento.
-Si, es-esque afuera comenzo a llover y...- Fue interrumpido.
-¡Estas mojando todo, pedazo de imbecil!- Se dirigió amenazante hasta quedar frente a él...
-¡Genial, este dia se pone cada vez mejor!- Pensó sarcasticamente, esperando la lluvia de golpes...
*Fin del Flash Back*
-Maldita sea la hora en que nací...- Murmure deprimido, abriendo el agua de la regadera, metiendome lentamente, para no provocarme dolor.
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Poco despues, salí de la ducha, y me fui directo a mi habitación para tomar algo decente para vestir. Unos jeans, camiseta azul marino y unos zapatos deportivos negros... No soy de ese tipo de chicos que se visten por tendencias de moda. Me gusta tener mi propio estilo de sencillez.
Perdido en mis pensamientos, escuché el gran portazo desde la planta inferior. ¿Se habrá ido?... Abrí apenas la puerta de mi habitació para asegurarne de estar solo, y pra mi fortuna, asi lo era... Solte un suspiro de alivio...
Baje las escaleras y me dirigí hacia la cocina, tomé un pan tostado y me dispuse a desayunar tranquilamente... Vaya, tenía bastante tiempo que no me quedaba solo en casa, y para mí, eso era un gran alivio...
Al terminar de comer, de nuevo fuí hasta mi habitación a por mi mochila, para despues dirigirme al colegio...
En la entrada de la casa, había una nota...
"Salí por asuntos de negocios... Regreso dentro de dos días..."
Genial, al fin descansaré un poco...
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El colegio no.me queda demasiado lejos de casa, así que no hay problema en que vaya caminando,excepto cuando alguien se choca contra ti, provocando que te vayas directo al suelo...
-¡Auch!...- Me quejé sentado en el suelo.
-Disculpa, fue mi culpa.-
Esa voz... ¿Por qué siento que la eh escuchado antes?... Abrí mis ojos, algo aturdido por el impacto, notando frente a mí un... ¡¿Un perro?!.
Me heche para atras, asustado y confundido, cerrando fuertemente los ojos.
-Hey, ¿te encuentras bien?...-
Por el tono de voz, se le escuchaba preocupado...
Abrí de nuevo los ojos, encontrandome frente a mi a un chico, a uno bastante extraño...
-Disculpa, no me percate de que estabas en el camino, jeje.- Rio amigable. -Mi nombre es Goku...- Me extendió su mano, para ayudarme a levantarme, ya qué aun seguía en el suelo.
Me quedé observandolo de arriba-abajo, de verdad que me parecía extrañamente familiar...
Tenía el cabello largo y alborotado de color negro, con un gorro "Tam" color gris oscuro... Traía puesta una camisa abotonada roja a cuadros negros, y bajo a esta una camisa lisa negra, unos jeans negros junto con unos zapatos deportivos... Su rostro... Su rostro era lo que más me llamó la atención... Sus ojos eran de color ámbar y sus dientes se veían afilados...
-¿Y tu eres...?- Maldición, había olvidado que aun seguía frente a él.
-Dis-disculpa... Mi nombre es Vegeta...- Tomé su mano... En ese momento sentí algo que no puedo descrivir tan facilmente... Fue algo tan... Nosé...
-Mucho gusto, Vegeta... Me tengo que ir, fue un placer conocerte... Y de nuevo, me disculpo.- Sin más, comenzó a caminar velozmente en dirección contraria a la mia...
Me sorprendí un poco, ¿lo conosco de alguna parte?. Me preguntaba a mi mismo, no pude evitar voltear a la dirección en la que se esfumo, sintiendo un extraño hormiguéo en mi mano, recordando el roce con ¿Goku?... Vaya, lindo nombre...
Continué con mi camino hacia el colegio...
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Finalmente, ya en el colegio, me dirigí con pesades hasta mi casillero/locker o como quieran llamarle...
Comenzé a tomar los libros de las materias correspondientes del día, hasta que sentí como alguien me tocaba levemente el hombro...
-Disculpa...-
-¿Hum?...- Me volteé para ver quien me estaba llamando. -¿Si?-
-Hola... Me podrías decir, ¿dónde esta el salón 237?- Me preguntó una joven chica que jamas había visto, quizas esa fue la razón por la cual me habló a mi...
-Amm... Si, estoy en ese salón.- Respondí, un poco indiferente... Ante nadie cambiaría mi actirud habitual...
-Genial- Dió un leve salto de emoción. -Mucho gusto, mi nombre es Kairin- Me sonrió, estirando su mano hacia a mi. -Soy nueva aquí, ¿cuál es tu nombre?...- Me preguntó con una enorme sonrisa, mostando sus dientes.
-No te interesa...- De nuevo, traté de ser indiferente con ella.
-Claro que me interesa, sino, ¿por qué estaría preguntando?-
-Molestaras hasta que te diga, ¿cierto?...-
-Asi es- Rió por lo bajo. -¿Cómo te llamas?...- Repitió.
-Hum... Vegeta...- Contesté cortante, cerrando mi casillero, para empezar a camir a mi clase... Lamentablemente, siendo seguido por aquella chiquilla.
Ahora que la veo bien, tambien viste de manera extraña... Digo; no es como las otras chicas de la escuela... La mayoria visten de rosa con zapatillas, bla-bla-bla... Pero esta chica no...
Su cabello es largo y alborotado hasta la cintura, con un mechón azul en su flequillo, viste una chaqueta negra de cuero, con una al parecer de licra gris oscuro bajo la chaqueta, trae una falda corta negra, con mayones negros, con unas botas con cintas...
No llevabá ni 10 minutos de conocerla, y ya me tenía harto de tanta palabrería que decía...
-¿Acaso no te puedes callar por un momento?...- Pregunté con molestía, en verdad, me tenía cansado...
-Jaja, eres muy agradable, ¿sabes?- Me sonrió de nuevo.
-¿Por qué sonríes tanto?- Pregunté con tono molesto, aunque en cierto modo, me daba curiosidad...
-No losé... Supongo que porque estoy feliz...-
-¿Feliz?...-
-Si, ¿acaso núnca haz estado feliz?...- Me preguntó seria.
Lo único que pude hacer, fue aparte mi mirada de ella, y dirigirla a otra parte... En ese momento, fué cuando se mantuvó en silenció... Parecía pensativa...
Llegamos por fín al aula de clases, aun falta menos de 5 minutos para que comenzaran, fuí y me senté en mi lugar de siempre... El último asiento de la última fila, junto a la ventana...
Para mi desgracia, la chica se sentó a mi lado.
-Oye... Vegeta...-
-¿Qué quieres?...- Contesté cansado, viendo el exterior por la ventana...
-De pura casualidad... ¿No tienes un perro?- Me preguntó acercandise un poco hacía mi, oliendome.
-En primera: Deja de olerme. Segunda: No, no tengo. Y tercera: Largate...-
-Jajaja, disculpa, no quise molestarte con eso.-
Genial, por fin las clases comenzaban... Los demàs alumnos comenzaron a tomar sus asientos, mientras que nos miraban sorprendidos a mi y a la chica a mi lado, ¿Quién dirìa que Vegeta tendría amigos? Seguramente eso se estarían preguntando.
-Buenos días, clase.- Él porfesor Rei, entró al aula como de costumbre. -Hoy tenemos a una nueva alumna... Presentate, jovencita.-
-Mucho gusto, mi nombre es Kairin Drakarys- Se pusó de pie, con una enorme sonrisa. -Espero llevarnos bien.- Tomó asiento de nuevo
En alguna parte del salón, se escuchó a alguien decir "rarita" cosa que provocó mucha gracia a los demás. ¿Qué hay de gracioso en eso?. Bufé, ignorando literalmente a toda la clase, nuevamente prestando más atención al exterior...
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Las siguientes clases transcurrieron de lo más normales, como era de costumbre... A excepción de una cosa...
-¿Hasta cuándo dejaras de seguirme?...- Pregunté exhausto, parando mi caminar en seco.
-Jajaja, no losé... ¿Qué te parece si vamos a la cafetería? Tengo hambre...- Comenzó a reirse cuando escuchó su propio esfomago rugir.
-Eres demasiado infantil, ¿sabes?-
-Gracias, y tu demasiado cascarrabias.-
Nos dirigimos a la cafetería, tomamos una bandeja y comenzamos a servirnos del menú... Ensalada de vegetales, de frutas, sandwishes, hamburguesas, papas, arroz, etc.
Yo solo tomé una ensalada de frutas, no tenía mucho apetito... Pero en cambio la chiquilla molesta... Casí devora a los estudiantes...
Nos sentamos.en una mesa, y me dispuse a comer en sileció. Hasta que escuché una voz.
-Hey, hermanita, ¿qué tal?...- Esa voz...