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MI PRINCIPIO Y MI FINAL. por Niza

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Notas del fanfic:

Es un one- shot. Espero transmitirle tantos sentimientos y emociones que intento reflejar en esta historia. Esto, para mí ,es lo más importante y que les llegue a vuestros corazones.

Ante todo, les agradezco ya, que entren y lo lean, confío en que les guste y si no es mucha molestia, me encantaria conocer vuestras opiniones.

Notas del capitulo:

Lo que parece en letra cursiva son las acciones y -   - son los pensamientos.


Concluyo, agradeciendoles solamente por entrar a leer y espero que les guste y les emocione.

MI PRINCIPIO Y MI FINAL.

En un principio llegaste a mi vida como una completa desconocida, te plantaste delante de mi, tus ojos, tu forma de mirarme, tu preciosa sonrisa, tu forma de dirigirte a mi, me cautivo por completo. Eres una persona cariñosa, simpática, sociable que estas virtudes iban derritiendo mi corazón de hielo, rompiste esa muralla que yo misma construí, no dejar que nadie me tocara, se aproximara a mi, hasta que tú lo hiciste. Un solo beso en la mejilla, un solo abrazo tierno, me transmitían una sensación de calidez, paz interna pero a la vez miedo, terror por lo que estaba sintiendo, era un sentimiento único, nuevo, te estaba amando cada día que pasaba a tu lado, amándote en silencio, queriéndote abrazar y darte una multitud de besos, soñando con alguien que es prohibido. 

Ella me comentó que estaba saliendo con alguien y ahí, en ese instante, se me rompió en mil pedazos mi corazón. Quería huir, quería salir corriendo para dejar de sufrir una noticia tan destructora, la había perdido para siempre y ya no tendría ninguna oportunidad.

Una, dos, tres semanas habían pasado de eso, sin hablar contigo, sin poder comer y sin poder dormir. Desear algo con tanta ansiedad, con tanta pasión es algo inexplicable, inalcanzable y todo esto me estaba destruyendo muy paulatinamente. 

Mi vida se estaba complicando más después de la grave noticia que recibí, estuve días llorando sola, ahogándome sin alma, sin corazón por alguien que jamás he tenido, tengo ni tendré. Lo único que necesitaba para salir de este abismo era tenerla entre mis brazos y acabar esta pesadilla que comenzaba a revivir de nuevo pero me he dado cuenta que sin ti, ya no quiero estar más en este lugar.

He tomado una difícil decisión, me voy a distanciar de ti sea como sea y la verdad es que lo estoy intentando con todas mis fuerzas, no coger tus llamadas o tus mensajes o simplemente no abrir la puerta de mi casa. Espero que estés bien, que seas feliz junto a él, es el momento de tomarme tiempo para mi, de arrancarme todos estos sentimientos de mi pecho, que me cuestan respirar si no te tengo a mi lado.

Eran las 8: 05 de la mañana y llegaba tarde a las clases de la universidad, vendría solamente hoy, viernes.

— Señorita Gonzalez, llegas tarde, que no se vuelva a repetir.

— Discúlpeme, profesor.

— Disculpas aceptadas, espero que este mucho mejor.

— Si lo estoy, gracias.

Notaba todas las miradas sobre mí, sobre todo la de ella que sabía perfectamente dónde estaba situada y yo preferí sentarme delante, entre más distancia que ponga hacia ella será lo mejor para ambas.

Tras 3 horas intensas de clases, salí lo más rápido posible hacia un campo verde que tiene las mejores vistas hacia la ciudad hasta que comenzó a llamarme.

— Denisse, párate. Pero yo seguía caminando como si no la hubiese escuchado. Me agarro del hombro para que me diera la vuelta y ahí estaba ella y el resto de nuestras amigas.

— Chicas nos pueden dejar a solas. -Mi corazón latía a mil por hora, tenerla en frente de mí,me hacía sentirme débil ante toda la grandeza de estos sentimientos, no quería echarme para atrás en mi decisión, pero con tan sola verla me derretía el alma.-

— Si, afirmaron las demás.

Miriam me agarro de la mano con fuerza y me llevó a la azotea de la universidad, sin dejar de mirarme. Cuando llegamos, me coloco frente a frente.

— Me puedes decir Denisse, ¿qué es lo que te ocurre?, ¿por qué no has contestado ninguna de mis llamadas?, ni mensajes, ¿por qué estás tan delgada?, has perdido muchos kilos.  He estado tan preocupada por ti que había pensado que te había ocurrido algo malo.

— Estoy bien Miriam y ahora si me disculpas tengo que ir a desayunar. Le respondí con un tono seco, frío, era lo mejor, aunque mis palabras me estaban haciendo tanto daño y me di la vuelta a punto de irme, no tenía ganas de enfrentarme a nadie.

Me abrazó por detrás. Tú no te vas a ninguna parte hasta qué me digas lo que te ha pasado. Comencé a temblar con tan solo ese roce suyo.

— No es de importancia Miriam.

— Dímelo, suplico llorando. No te cierres a mi, igual que cuando tu hermano falleció, no lo hagas por favor. 

Se me encogía el corazón verla así y recordarlo todo de nuevo, estaba a punto de darme arcadas pero me tenía que contener, me di la vuelta y le seque las lágrimas con mucha suavidad con mis manos temblando, tocaba su hermoso rostro, suave y ese olor tan característico de ella. Estoy bien, solamente cogí una gripe más delicada, que tuve que ingresar un par de días en el hospital. 

— ¿Por qué no me llamaste?, ¿por qué no me dejas estar contigo?, ¿por qué me alejas de ti? y además de eso, ¿estuvieron tus padres contigo cuidándote? o ¿no?.

— Miriam no quería que te preocuparás por mi, así que vamos a dejar el tema así.

— Sabes que te quiero, cómo me puedes decir eso. Me gritó entre lágrimas. Fui varias veces a tu casa y nada, caminaba de un lado hacia otro sin dejar de mirarme, me estaba volviendo loca por saber dónde estabas.Y ahora, respóndeme a mi última pregunta.

Suspire. Estaban de viaje. - Es imposible no contestar, eres tan insistente.-

— ¿Y cuánto tiempo estuviste en el hospital?

Aparte la mirada de ella, sabría lo que vendría. Me cogió de la barbilla suavemente, esperando respuesta. 14 días estuve.

— Y no son capaces de venir, por dios, si los viera de frente, les diría unas cuántas palabras. Es increíble, la manera en que se comportan contigo y no hayan aprendido la lección. A parte de eso, ni siquiera me llamas para estar contigo, me va a costar perdonarte esto. Estoy tan molesta contigo, casi me deja los oídos sordos, que aún no me lo puedo creer que estuvieses sola. 

— Es mejor que no me perdones que sigas con tu vida, con tu pareja y me dejes vivir en paz. Exclamé molesta. -Pero la verdad es que sabía que tenía razón.-

— ¿ Por qué me dices eso? Te conozco bien, cada vez que algo malo te ocurre, intentas alejarte de mi y no voy a dejarte sola aunque tu te empeñes en sacarme de tu vida. 

— No me ocurre absolutamente nada joder. Grité, tenía tanta angustia, enfado, rabia y ahora lo estoy pagando con ella, tanto dolor contenido dentro de mí en estas semanas hasta que estalle - Solamente te amo con todo mi ser, que poco a poco mis sentimientos me están matando lentamente y ahora jamás podré estar contigo- Cerré los puños aguantando las ganas de llorar y solamente miraba al suelo.

— Tú no estás bien, sino jamás me gritarías. Mírame, ahora dime, ¿estas bien? y no me mientas.

— Con respecto a mi familia se perfectamente quienes son y en la manera en que han tratado a sus hijos. Eso es algo que ya no se puede cambiar y ni tampoco voy a hacer que lo hagan, para mí son solos desconocidos, personas que me tuvieron al nacer, que llevo su sangre pero jamás podré permitir una relación más allá de la que ya tenemos. Lo dije con tanta frialdad, que ya no me importaba lo que les sucediera, ellos me hicieron tanto daño a mi y sobre todo, lo que le hizo a mi hermano jamás podré perdonarlos.

— Denise, me abrazó con tanta dulzura, lo que quiero saber ahora, es ¿si estás bien de salud? No me gusta discutir contigo y lo sabes.

Me quedé pálida. —Esperaba que con esa respuesta fuera suficiente y me tensé, ¿si tu supieras mi amor?—. Cerré con fuerzas mis ojos, para evitar llorar y la estreche con firmeza. Estoy bien.

— Te he echado tanto de menos hasta mis padres te quieren ver. 

— Y yo también.

— Prométeme que no me vas a apartar de ti, que me vas a dejar cuidarte si te vuelves a enfermar.

— No puedo hacer eso Miriam. Se aparto de mí.

— ¿Por qué? ¿No me quieres?, ¿no quieres estar más conmigo?. No lo vuelvas a hacer ni a decir, jamás Denisse.

— Ey, ey, yo no he dicho eso, la miré a los ojos y sin pensar, te quiero Miriam - se lo dije con tanta sinceridad, con tanto amor que no quiero que jamás se le olvide de esas palabras- Pero tengo mis razones, respetalas por favor.

— De acuerdo, espero que cuando llegue el momento me los argumentes, no me conformo con que me digas “tengo mis razones” y ya está. Y ahora me lo vas a repetir de nuevo, ya que es la primera vez desde que te conozco que me lo dices.

— Vamos Miriam, no insistas. Me ha costado mucho decirlo.

Me abrazo con insistencia. Dímelo al oído por favor o no te voy a soltar.

— —Sus abrazos me calman el alma.— Te quiero muchísimo Miriam. 

— Y yo también. Lo vez no es tan difícil, pero no lo vuelvas a hacer, te necesito en mi vida. Esta noche quiero que vengas a mi casa a cenar con mi familia y no quiero como respuesta un “no puedes”.

— De acuerdo pero iré a cenar solo.

— Si, claro. Lo dijo en un tono sarcástico.—En tus sueños, quiero que te quedes a dormir en mi cama, necesito sentirte a mi lado— Y ahora vamos a desayunar, a ver si recuperas algunos kilos.

— A sus órdenes sargento.

— Oye, no comencemos con tus bromas. Aún sigo enfadada, así que a ver lo que haces para que se me quite este estado de ánimo.

— Y si comienzo… la besé muy despacio y muy suave en la mejilla izquierda y luego en la derecha, a medida que lo volvía a  repetir se sonrojaba mucho más. ¿Ahora qué?

— Con eso, no me vas a terminar convenciéndome. Así que te lo tendrás que trabajar más.

— Vaya, una chica difícil de perdonar y orgullosa. Aunque quiero que sepas que me gustan los retos difíciles. — Va a ser imposible alejarme de ella—

— A mi también.

Por la tarde, me encontraba sentada en el suelo, apoyada en la pared, abrazando mis piernas, escuchando canciones románticas y tristes, una de ellas era el cantante Angel López “A puro dolor”, 1 hora llevaba llorando, no soportaba más este dolor, se me encogía el corazón, no quiero que la chica a la cual amo, sufra por mi. Llegara un momento de esta noche, en el que la tenga que alejar, es lo mejor para ella ¿no?, porque me tiene que suceder esto, yo no he causado nunca un mal a nadie. Me he considerado una buena persona, pero ahora, haré daño al amor de mi vida, mi princesa ¿ Por qué me tuve que enamorar de ti?

Me fui directa a la ducha y mientras sentía miles de gotas cayendo hacia mí, me relajaba e iba recordando todos los preciosos momentos que estuve con Miriam, el día en que nos conocimos, cuando hacía la tradición en todos mis cumpleaños de marcharme con tarta la nariz, lo bueno que tenía es que me lo limpiaba besándome, los viajes, las acampadas… 

Decidí cambiar de humor, esta noche iba a disfrutar con ella. Empecé a vestirme, me puse un pantalón negro con una camisa blanca de seda, una corbata negra y una chaqueta del mismo color. Bajé al garaje y decidí coger la moto de Alex, es la primera vez que lo hago después de un año de su muerte, una Kawasaki Er 6f negra. Quería volar, sentir el viento contra mi pecho, dejar de pensar por unos instantes y escuchar solo el sonido de mi moto y el viento. En media hora llegué a la mansión de Miriam, inmovilicé la moto, me quité el casco y abrí una de las maletas de la moto, cuando aparté el regalo una foto cayó, es la misma que tengo en mi cartera, mi hermano y yo sonriendo, nos la sacó Miriam. Ese día fue muy especial, porque hice una carrera y fue la primera vez que el me gano, recuerdo sus carcajadas, la forma en que me abrazaba y como me exigió que cumpliera con mi parte, me hacía cosquillas haciéndome llorar de risa. Tenía que invitarle a su lugar favorito, un italiano. El y yo éramos gemelos, nos compenetrábamos muy bien, muchas veces nos leíamos el pensamiento, si no era él, era yo. Siempre nos apoyabámos mutuamente para los buenos y los malos momentos. Para mí, el era todo hasta que me lo arrebataron.

— Miriam. Me sorprendió, porque es tan ágil y silenciosa. Me estaba abrazando por detrás.

— Que guapa que estás. ¿ Por qué estas llorando? Me susurro al oído, que estremeció cada parte de mi piel hasta que vio la foto. Oh, mi amor. Me dio la vuelta y me abrazo.

— Lo echo muchísimo de menos Miriam.

— Y yo también. Pero no puedes seguir sufriendo por lo que sucedió, el seguro que te quiere ver feliz y que lo recuerdes para siempre en tu corazón.

— Ya lo sé pero después de un año, no puedo de dejar de sentirme triste, a veces. Me hace muchísima falta.- Ahora más que nunca me siento vacía-

— Denisse, quiero que sepas que yo estoy aquí y quiero que te apoyes en mi hombro cuando necesites llorar, quiero estar junto a ti para las buenas y las malas.

— Gracias Miriam. Le di un beso en la frente. Y ahora… le di una vuelta, mirándola de arriba hacia abajo y de nuevo de abajo hacia arriba. Ese vestido negro le favorece, con el pelo rubio semirrecogido y esos ojos azules. —Me recuerda el mar.—

— No me vas a decir nada.

— Estás bellísima.

— ¿ Cuánto de bella?

— Más bella que esta noche llena de estrellas, más bella que la luna llena, más bella que Bella. Solamente te hace falta algo.

— ¿ El qué?

— Un príncipe.

— Yo ya tengo uno. 

—  Ya lo sé y ¿dónde esta él?.—Como me duele, que no sea yo la que te pueda hacer feliz—

— Él, ya no hay un él, se acerco a mí pasando sus manos alrededor del cuello siempre me pone nerviosa con tan sola sentirla tan cerca de mi, aunque mi príncipe la tengo delante de mí.

—  ¿Eh, puedes repetir? —Cada vez entiendo menos y me sorprendes más—

— Ya no existe un él, luego hablamos de eso. Pero usted esta noche será mi príncipe y no quiero a nadie más, con tu compañía me basta y me llena.

Tragué saliva, ante tal comentario. De acuerdo Miriam. Me dio un beso en la mejilla y me cogió de la mano.

— Pues vamos, mis padres están desesperados por verte.

— No será para tanto.

— ¿ No? Pues ya, tu me dirás.

— Espera, quédate aquí. Se me olvido un regalo para ti en la moto.

— ¿ Qué es esto?

— Un ramo de flores y lo otro lo tendrás que abrir.

— Una caja de chocolates, comenzó a saltar. —Se que le apasiona, es su debilidad— Me lleno toda la cara llena de besos.

— Oh dios mío. Te tendré que hacer muchos regalos, si me respondes así. Y ahora, ¿Sabes que significa esa flor?

— Pues no. ¿Me lo dirás?.

— Uhm no.

— Que mala que eres.

Cuando abrió la puerta de su casa y nos dirigimos hacia el comedor, su padre y su madre, me estaba esperando con los abrazos abiertos. Su padre me saludo como siempre, me jalo del cachete, siempre me lo hacía para molestarme, siempre estábamos con bromas y su madre es maravillosa, ella sabe casi todo de mi, me considera una hija más y yo a ellos, los considero mi familia, el aprecio y el cariño que jamás podré tener con la mía.

— ¿ Dónde estabas niña? Hemos estado todos preocupados por ti. Me dijo mientras me abrazaba con fuerza.

— Lo siento Elisa.

— Aunque me imagino que ya se por que lo hiciste, no debiste de haberte alejado de mi hija y mucho menos de nosotros. El tiempo hace que todo se ponga en su lugar. Unas lágrimas cayeron por mi rostro y me las seque antes de que Miriam volviera de la cocina, al poner las flores en un jarrón y Albert se diera cuenta ya que se parecía mucho a su hija, comiendo dulces y aún así no engordaban, de tanto deportes que practicaban ambos - Ya no me queda mucho tiempo -. 

— Bueno, vamos a sentarnos, espero que te guste.

Al lado mío me acompaño Miriam y me agarro la mano debajo de la mesa, la miré a los ojos y le di un sonrisa sincera. Al frente nuestra, se sentaron sus padres. En ese momento, estaba feliz, reunidos juntos así, en familia y sobre todo por lo que había preparado de cenar Elisa, mi plato favorito albóndigas en salsa con papas cuadradas y de postre, tarta de 3 chocolates.

— Elisa, puedo repetir.

— Claro niña, eso no se pregunta. A ver si así, no se te olvida en venir a mi casa y no solo cuando te invita Miriam.

— Mama.

— Es cierto, no quiero que dejé de venir otras 3 semanas. Así que ya sabes Denisse, puedes venir cuando tú quieras, ya que te queremos.

— Y yo también y se lo agradezco.

— Mamá, ¿Denisse se puede quedar a dormir?. Casi me atraganto con la albóndiga, Miriam me tuvo que dar palmadas en la espalda.

— ¿ Estás bien? Me pregunto, Elisa.

— Si, lo estoy. Comencé a beber agua.

— Con respecto a tu pregunta, sí hija, pero claro esta, si ella quiere quedarse.

Todos se quedaron mirándome y la verdad es que una parte de mi decía que no, que era mejor marcharse y otra quería quedarse, aprovechar estos momentos con ella, solamente me quedaré esta noche.

— Bueno, mientras que te lo piensas, Albert y yo vamos a recoger la mesa. Se levantaron y se fueron a la cocina.

— De acuerdo mama. —Me dio una mirada Miriam cómo si supiera en lo que ella estaba pensando, ¿recuerda lo que me dijiste esta mañana.?—

— Lo haré, si así eres un poquito más feliz.

— Por supuesto que sí. Termina de comer, anda, siempre eres la última.

— Me encanta saborear bien la comida y mucho más si es mi preferida, es una delicia.

— Ajá. ¿ Solo eso?, lo dijo con algo de picardía.

— — Así que quieres jugar— No, además puedo degustar muchas más cosas, ¿que me puedes ofrecer, mi hermosa bella?

— Pues te lo diré en la habitación.

— Tanto secretos tienes que no me lo puedes contar aquí y ahora.

Se acercó a mi oído, para que nadie la escuchara. Que tal si te hago un baile sexy y pruebas lo que quieras fueron unas palabras tan provocativas.

Tragué saliva, mi corazón iba a salir de mi pecho y estaba excitada, dios con esta mujer, pero porque me hace esto, estaba roja como un tomate hasta que ella comenzó a reírse. -A veces pienso que esta jugando con fuego pero en otras ocasiones, creo que lo hace porque quiere algo conmigo.- Tonta, y que tal si te invito a bailar, ya que estás bellísima y provocadora, hoy puede ser que te conquisten muchas personas.

—  Yo solamente quiero que lo haga una persona. 

— —No sigas por ahí, ya no sé, que es lo que quieres de mí— ¿Quién es, si se puede saber?

— Ya te lo dije.

— Yo creo que no. —Es mejor hacerme la tonta y continué comiendo—

— Te quiero a ti.

— Pues -esta noche, seré- toda tuya. Lo prometido es deuda.

— ¡A sí me gusta!. Termina entonces y me voy al baño a arreglarme. Me dio un beso en la mejilla, mientras veía como subía por las escaleras.

Cuando terminé, recogí los platos y fui a la cocina a lavarlos hasta que Elisa me paro.

— Siempre igual contigo, te recuerdo que eres la invitada.

— Ya lo sé, pero para mi es una forma de respeto y de agradecimiento hacia a ti.

— Oh mi niña, tú nunca vas a cambiar, por eso te quiero como si fuera mi hija.

— Y yo también, la considero la madre que nunca he tenido. Me abrazo con fuerza.

— Aún no comprendo, porque tus padres no te aceptan tal y cómo eres. Solamente quiero que sepas que tú siempre serás parte de mi familia. Sus ojos brillaban. — Se parecen tanto la madre y la hija, son extremadamente cariñosas, agradables, humildes, quería tanto la forma y los principios de esta familia, que por eso me termino cautivando por completo de su hija—

— Ahora cambiando de tema, tengo que pedirte un favor, para mí es muy importante Elisa.

— Te escucho.

— Mañana me voy de viaje a ver a mi abuela, lo más seguro es que vaya a faltar toda la semana a la universidad. 

— ¿ Y por qué lo haces ahora? Y no te esperas en las vacaciones.

— Porque para mí, es de vital importancia.

— ¿ Se lo has dicho a Miriam?

— Aún no, pero se lo diré.

— Entonces ¿cuál es el favor?

— Toma.

— ¿Es una carta para Miriam?, se sorprendió ante tal acto.

— Si, solamente quiero que se la entregues si alguien importante llama a tu móvil en el transcurso de la semana y si yo regreso, quiero que la quemes, como si esta conversación no hubiera existido jamás.

— Hija, explícame, ¿porque estás haciendo esto?, ¿la vas a abandonar?, yo sé que tu la amas pero estoy segura de que ella también siente algo muy fuerte por ti. Ha estado estas semanas llorando en tu ausencia, no quería comer y le costaba dormir, estaba siempre preocupada y de mal humor. 

Cerré los ojos mientras evitaba llorar. —Yo no quería ni quiero que este así.— Me crucé de brazos, apoyándome en la encimare. Jamás haría que su hija sufriera, si fuera por mi, si estuviera en mis manos, lo evitaría por completo. La observé a los ojos. La amo con toda mi alma. Es la primera vez y la única mujer que he querido tanto a alguien en toda mi existencia. Unas lágrimas comenzó a caer por mi rostro y mi voz eran solamente susurros. Pero ante todo lo que siento, tengo unas razones mayores de porqué tengo que realizar este viaje.

— Espero que esas razones, no fueran porque estuviste en el hospital ¿Estás segura de que estás bien? Porque en tus ojos reflejan tristeza, dolor, sufrimiento… Tienes ojeras aunque lo intentes esconder debajo de ese maquillaje. Sé que algo muy grave te sucedió para que te alejaras de nosotros. Te conozco mi niña.

— Lo único que te diré, es que a su hija, le prometo, que esta noche la haré feliz.

— Sabes que te quiero Denisse. Y puedes contar conmigo para lo que sea.

— Lo sé y muchas gracias por todo. Y sabes que a ti también te quiero.

— Y yo. Pero espero que esto no sea una despedida.

Ambas mujeres estaban abrazadas y llorando hasta que Miriam se quedó en la entrada sorprendida ante tal situación.

— Mamá, Denisse ¿se encuentran bien? 

— Claro que sí, hija, mientras ambas se secaban las lágrimas en sus rostros, solamente estábamos recordando viejos recuerdos.

— Mama, espero que no le hayas dicho nada desagradable a mi príncipe, mira que no quiero verla llorar. Me dio un suave beso en la mejilla y me agarro por la cintura.

— ¿Oh, tu principe?

— Pues sí, esta noche la tendré enterita para mí.

Me quedé con la boca abierta - Esta noche estoy atónita con ella-

— Vamos, anda, que ya quiero ir a bailar.

— ¿ Tú? Me señalo a mí. ¿Pero que has hecho con Denisse?, hija.

— Ya, ya, no me ha hecho nada, aunque yo no sepa muy bien bailar, esta noche le voy a consentir en todo lo que quiera, a esta hermosa mujer.

— Que boba que eres. Si eres increíble, bailando salsa y bachata y hoy quiero bailar mucho de ese estilo, así que vamos, ya es el momento. 

— Madame. Le ofrecí mi brazo. ¿ Y las llaves?

— Aquí están. ¿ Vas a conducir tú?

— Por supuesto que si preciosa. La acompañe hasta el lado del copiloto y le abrí la puerta. —Siempre me encantaba conducir su coche un BMV I8, negro. Es súper cómodo, agradable, apasionante y escuchar ese sonido me volvía loca.— Le agarre de la mano y ella sonrío.

— En marcha, entonces. ¿ A dónde quieres ir?

— Al mismo  lugar de siempre.

Cuando llegamos le di una gran propina a David, el aparcacoches, para que lo cuidara bien. Si no el padre de Miriam, me ahorcaría. Quería ese coche tanto como a su hija y era muy especial porque se lo había regalado su mujer. 

— Bella, ¿quieres beber algo?

— Un daiquiri. ¿Y tú? ¿Que te vas a pedir?

— Un ron blanco con… me interrumpió apresuradamente.

— seven up.

— Creo que no hace falta que me preguntes, ya que me conoces bien.Nos reímos. ¿Nos sentamos en aquella mesa del fondo?.

— Si vamos.

— Bueno, cuéntame ¿ Qué sucedió con Mario? —Estaba celosa pero a la vez contenta, porque el ya no estuviera con ella. Aunque… soy egoísta por pensar así, por amarla tanto y a la vez apartarla de mí—

— Vas directa al grano. Bebió su cóctel y me volvió a mirar con esos ojos. —Espero que jamás se me olvide esa mirada, que queden grabados en lo profundo de mi retina, en mi subconsciente.— Bueno, pues cuando te lo dije llevabámos dos semanas saliendo con el, pero me dí cuenta que el es una persona que quiero pero no voy a poder amarlo. Nos tratábamos más como amigos que cómo pareja, no había esa chispa que debe existir entre dos personas. Así que, en esa semana en el que tu no dabas señales de vida, finalicé con él, me volví loca por ti, por saber dónde te encontrabas. 

— ¿ Y…? — porque te volviste loca por mi, pensaba preguntar, pero para qué, me daba pánico su respuesta y si decía que me amaba, ¿qué le podía ofrecer? Lo único era dolor y sufrimiento, ya no importaba cuanto la quisiera, iba a ser siempre mayor la tristeza que el amor que sentía por ella.-

— Y estoy bien, ese no era mi príncipe ideal.

Escupí la bebida hacia un lado. —Eso es otra indirecta o qué, en conclusión, la qué me vas a matar eres tú pero de un infarto—

— Al final de esta noche, te me vas a terminar atragantando.

— Menos mal que serás médica. ¿ Me salvarás o me dejarás morir?

— Todo depende de ti, a ver cómo te comportas.

— Oye, que yo soy una chica muy responsable de mis actos. 

— A ver, demuéstramelo.

— De acuerdo. Me bebí la bebida del tirón y ella se quedo con la boca abierta. ¿Señorita Miriam, quieres bailar conmigo?, mientras le ofrecía mi mano, ella la cogió sonriente.

— Me siento afortunada de tenerte esta noche conmigo.

— Y yo mucho más. 

— Espérame un momento, quiero darte una sorpresa.

— ¿ Que planeas?

— Espera, no seas ansiosa. 

Me dirigí a Mike, el dj, era el mejor amigo de mi hermano, nos conocemos desde que éramos muy pequeñitos. Es un chico gay y además fue el amante de mi hermano. Después de que el falleció, nos hicimos muy buenos amigos. Lo quería tanto que lo consideraba mi hermano.

— Mike, ¿ Cómo estás?

— Bien como siempre, aunque echaba de menos, tus bailes junto con tu hermano.

— Y yo también, mucho, sobre todo en estos momentos.- Llevaba un año sin venir, después de su muerte, está era la primera vez-

— ¿ Te sucede algo?

— No, nada. Me puedes hacer un favor. 

— Claro, siempre Denisse, cuando necesites cualquier cosa, ya sabes que estoy aquí.

— Gracias, hermano. Ponme esta canción, ahora please y se la puedes dedicar a Bella.

— Jajaja, por supuesto, te la pongo ya, además esa canción es preciosa y siempre la tengo aquí para casos especiales.

— Gracias Mike. Y regrese junto a mi amada. —Era el momento de demostrarle todo el amor que sentía. No quiero irme, sin que ella sepa lo que realmente siento.—

— Ahora dime, ¿qué le pediste a Mike?

— Escucha. Me coloque a su espalda, la agarre por la cintura y ella puso sus manos encima de la mía, mi piel estremeció por completo.—Si vieras mi vida, ese vídeo de esa canción, sabrías perfectamente lo que me ocurre, es así como me siento por completo  y no puedo expresar con palabras todo lo que siento por ti.—

Esta canción va dedicada para una mujer muy especial y preciosa, tanto como se reflejan estos sentimientos, ahora mismo, en esta pieza. Es para ti, mi querida amiga, Miriam.

Comencé a moverme lentamente detrás de ella, mientras mi voz rozaba su oído para cantarle, cerré los ojos.

 

Voy camino a la conquista de tu piel
Y yo se que hacer
Siempre tengo suerte al conquistarte
Somos uno y el amor lo sabe bien
Es testigo fiel, 

 Miriam se dio la vuelta y paso sus brazos delicadamente sobre mi cuello, 

mientras que yo le seguía cantando cerca de su oído, metía una pierna con suavidad en sus partes

Que solo tengo días para amarte
aunque pase lo que pase aquí estaré
Juntos en el mismo tren
Dame un beso con sabor a ti
Y que nunca se acabe

With or without you
siempre te amare

Miriam comenzó a llorar

Porque tu en mi tatuaste
el Amor mas Grande
With Or without you
Siempre vas a ser
En mi lo inolvidable
El antes y el después 

No quiero que lo olvidé jamás, te amo Miriam, le dije

With or without you (x2)

Si fuera dios haría el tiempo detener 

Comenzó a caer mis primeras lágrimas 

— No me lo merezco, ahora no—

Sostenme no me sueltes oh no no 

se lo dije en un susurro

casi inaudible

apretando con fuerza su espalda


Cada minuto voy perdiéndote
aunque pase lo que pase aquí estaré
Juntos en el mismo tren
Dame un beso con sabor a ti
Y que nunca se acabe

With or without you
siempre te amare
Porque tu en mi tatuaste
el Amor mas Grande
With Or without you
Siempre vas a ser
En mi lo inolvidable
Lo mas Grande Que eh podido tener
Estarás en mí por siempre 

With or without you 

 

Me dio un beso en la comisura de los labios, suave, lento.

Y yo también te amo.

Ambas nos seguimos abrazando 

y continué cantándola

hasta terminar

With or without you
siempre te amare
Porque tu en mi tatuaste
el Amor mas grande
With or without you
Siempre vas a ser
En mi lo inolvidable
Lo mas Grande que eh podido tener
Estarás en mi por siempre 

Johny Sky ( With or without yo)

 

— Quédate así, bailemos toda la noche abrazadas, me susurro Miriam.

— Por supuesto que sí, amor. 

Después de largas horas bailando, juntas sin separarnos en un instante, era el primer día y el único en el que sentía tanta felicidad en toda mi vida. Pero aún no iba a parar hasta abrirle mi corazón por completo.

— Antes de que termine la noche, quiero enseñarte un lugar muy especial para mi cariño, en los malos momentos voy siempre allí porque me siento en paz, libre de todo los sufrimientos y dolores. ¿ Me acompañas?

— Por supuesto.

Salimos de la discoteca y David me trajo el coche. Le dedique una gran sonrisa y se lo agradecí.

Le abrí la puerta pero antes de que entrara.

— Espera. Le di un beso intenso. Te tendré que cubrir los ojos.

— ¿ En serio? Pero si no traiste nada.

— ¿Estás segura? Comencé a quitarme la corbata negra.

— Deja que yo lo hago. —Ese roce con mis manos, hicieron que miles de mariposas revolotearan por mi estomago—

Me coloque detrás de ella y le oculté sus ojos. La senté en el coche con mucho cuidado y cerré la puerta. Dí la vuelta y comencé a conducir, le agarré la mano como ella me hizo anteriormente.

— Va a ser un viaje de unos 30 minutos, más o menos.

— ¿Me vas a llevar tan lejos?, ni siquiera me vas a dar una pista.

— Ninguna, es otra sorpresa que quiero darte.

— Ya te perdoné, has cumplido algo que anhelaba con todo mi corazón y es estar a tu lado. Me tensé y sin querer le apreté la mano, aguantando volver a llorar.

Me quedé en silencio — Perdoname, mi vida, por lo que voy a hacer, lo siento muchísimo pero solamente será hasta mañana— 

— ¿ Qué te sucede Denisse?

— Ya estamos llegando. 

Comencemos a caminar muy despacio, para que no se cayera Miriam. Una vez que paseamos por pistas y senderos, llegamos a la cala de la Roca Plana y continuamos hasta finalmente alcanzar la Cala Fonda o Waikiki.

— ¿ Estás bien? Ya te puedes sentar

— Si. Pero vaya paseo que hemos tenido que hacer.

— Si, pero espero que te gusté y haya valido la pena. Me senté detrás de ella y le retire mi corbata.

— Mi amor, es precioso. ¿Dónde estamos?

— Se le llama Cala Fonda o Waikiki, Tarragona.

— Nunca había escuchado este lugar.

— Hmm, seguramente tampoco habrás escuchado que es una playa nudista.

— Uhm, pero que pervertida. ¿ Y para qué cosas vienes a hacer aquí?

— Oye no pienses mal, tú sabes que me da una vergüenza terrible desnudarme. Solamente me gusta venir a estas horas y ver un precioso amanecer y que mejor hacerlo, que contigo.

— Te amo Denisse.

— Y yo también, te amo muchísimo Miriam. Empezamos a besarnos intensamente hasta que se nos acabo el aire. Entonces, empezó  a amanecer, a las 06:02 de la mañana. La abrazaba y mi barbilla posaba sobre su hombro, la observaba, no podía dejar de mirarla, para mí en estos instantes, ella era mi amanecer. Permanecimos así hasta que el sol se encontrara en su punto más alto.

— Creo que también se ha convertido en mi lugar favorito ¿ Y sabes como quiero empezar este día?

— No. Se dio la vuelta y me miró a los ojos.

— Quiero hacerte el amor, aquí y ahora. 

— Y yo también pero antes quiero decirte algo.

— ¿ El qué?

— Hoy me voy de viaje.

Se aparto de mí un poco triste ¿ Y eso porqué?

— He decidido ir a ver a mi abuela.

— ¿ Por cuánto tiempo? 

— Una semana más o menos. —Esto era lo más doloroso mentirla—

— ¿ Y por qué ahora? Dentro de poco terminan las clases y estaremos de vacaciones.

— Porque llevó ya mucho tiempo sin verla y aunque no me reconozca probablemente por su enfermedad, el Alzheimer, necesito hacerlo, siento que la he abandonado. 

— De acuerdo. ¿ Me llamarás o me enviaras mensajes?

— Lo intentaré, ya que la residencia donde se encuentra esta rodeada de naturaleza. Pero trataré de hacerlo. ¿ Vale?

— Eso espero, entonces aprovechemos las pocas horas que queda para estar juntas. Se levanto y se retiro el vestido, mientras que yo me quede con la boca abierta.

— Por lo que veo, te has quedado impresionada.

— Ni que lo digas. No me imaginaba que te pusieras esa ropa interior tan sexy.

— Estaba esperando la ocasión especial. Se acercó a mi y me quito la chaqueta.

— Osea, que querías que sucediera desde el principio. ¿ Desde cuándo estabas enamorada de mi? —Necesito saberlo—

— Desde que te conocí, supiste atrapar mi atención en ti. Tenía miedo de perderte como amiga, por eso, este año, decidí salir con Mario, después de 5 años, quería saber si mis sentimientos hacia a ti eran verdaderos pero yo misma me negaba a aceptarlo desde hace mucho tiempo. Hasta que  me di cuenta que cuando estaba contigo mi cuerpo reaccionaba de una manera diferente que cuando estaba con el, no en el terreno sexual, jamás llegue a ese punto con él. Tu me excitabas, me volvías feliz con un roce o una simple acaricia tuya o solo con tener tu compañía. Después cuando desapareciste, me faltaba el aire y ahí me di cuenta de que todos estos sentimientos era verdaderos, te necesitaba en mi vida. 

— —Que cobarde he sido— Necesito que me prometas algo.

— Dime.

— Que me prometas que serás feliz pase lo que pase. 

— ¿ Porqué me dices eso? Siento cómo si no volvieras a verme.

— Júramelo por favor. Añadí nerviosa y preocupada.

— Te lo juro Denisse. Pero no tiene que pasar nada, si estamos juntas. 

— Ya lo sé mi vida, pero no quiero que jamás se te olvidé de esta promesa que me has hecho. 

La atraje a mi, pasando mi lengua por su labio inferior, mis manos recorrían todo su cuerpo, colocándola encima de mi le retiré el sujetador y los comencé a acariciar esos maravillosos y apetitosos pechos, la espalda y sus glúteos. Mientras ambas lenguas luchaban en una batalla por no acabar, por profundizar más, quería que se detuviera el tiempo y tenerla para mí en esta vida y en la próxima. Cuando nos quedemos sin aliento, ambas nos dimos un beso esquimal, cerca de sus labios recuperaba la respiración. 

— Te amo Miriam.

— Y yo también. 

Proseguí besando su cuello, tan suave es su piel tanto como la de un bebe hasta que la coloqué debajo de mí, le iba lamiendo cada parte y mordiendo teniendo mucha sed de ella. Iba descendiendo, rozando mi punta de la lengua hasta llegar a unos de sus pechos lentamente, daba círculos alrededor de su pezón hasta besarlo y devorarlo por completo poniéndolo hinchado. Gemía, gemía pidiendo más y eso me excitaba muchísimo, escuchar sus hermosos gemidos, hicieron que tuviera seguridad en mi misma y que confiara en mis instintos. Repetí el mismo procedimiento con el otro pecho, tomándomelo con mucha calma.

Bajaba tranquilamente por su abdomen, deteniéndome cerca del monte de Venus, la besaba hasta que le comencé a soplar muy lentamente sus partes mientras la miraba a los ojos.

— Hazlo ya, tocáme, quiero ser tuya. Me suplicó, casi sin aire.

Le di un beso en su clítoris ya hinchado, muy suave y ella tembló. Saque mi lengua y la dirigí, primero por sus labios mayores, desde fuera hacia dentro haciéndola un poquito más sufrir, sin rozar la vagina.

— Por favor quiero ser tuya, ya no aguanto más.

Le penetré dos dedos mientras continuaba dandole caricias en su clítoris y añadí otro tercer dedo, entraba y salía con mucha más profundidad y rapidez imitando el movimiento de mi chica hasta que finalmente arqueó su espalda diciendo mi nombre. Seguí masajeando sus partes mientras subía para darle besos.

Descansé en su pecho, escuchando los ajetreados latidos de Miriam. Cuando se recuperó, me dio la vuelta, me rompio los botones de la camisa, me quitó el sujetador, los pantalones…

Hasta que abrí los ojos muy despacio encontrándome en una habitación blanca pura, en el que entraba la luz de la luna por la ventana. Estaba sudada y excitada, había soñado con mi amada y lloré, llevaba casi 5 días sin verla desde la cena en su casa con su familia. Cuando ella me invitó a que me quedara a dormir, acepté de inmediato, después de cenar, vimos una hermosa película romántica con palomitas mientras que afuera, había una noche fría y lluviosa. Miriam se quedó dormida entre mis brazos, mientras yo le ofrecía caricias. No pude conciliar el sueño en toda la noche, mirándola, descansaba tan apaciguadamente sobre mi pecho, sintiendo su respiración y el sonido de la lluvia caer. Eran las 5:30, era la hora de la despedida, me levante muy despacio sin que ella se despertara, me vestí y antes de salir, me dirigí a ella. Le di un beso casto en los labios mientras derramaba mis primeras lágrimas.

— Te amo Miriam.

Miré mi reloj, marcaba las 7:00 de la mañana y ya me encontraba viajando hacia Holanda, haciendo escala en París, 18 horas de vuelo serían en total para visitar a mi abuela. Cuanto la echaba de menos, la quería tanto que ella me ha transmitido muchos de los valores que tengo hoy en día. Me cuidaba, me defendió de mis padres por ser lesbiana, me amaba por ser solo quien soy y no por quien amaba. Era una mujer honesta y se merecía una última visita de mi parte.

En tierra, Miriam tocaba el otro lado de la cama al sentir frío. Abrió los ojos de golpe y se encontró una gardenia junto a una carta, ya Denisse se había marchado y ya la echaba de menos.

Buenos Días preciosa:

Ante todo no estés enfadada por no haberte despertado, sabes que no me gustan las despedidas ya que se me hacen difíciles y sobre todo alejarme de ti. Estas 3 semanas han sido insoportables no teniéndote junto a mi lado pero espero que me perdones por todo el daño que te haya causado. Mis razones ya las sabrás cuando regrese.

Te tengo que dar las gracias mi hermosa bella, por darme una noche a tu lado, abrazándote y sintiéndote a mi lado. Para mí, SIEMPRE serás una persona especial en mi vida que jamás te olvidaré, siempre te llevaré dentro de mi corazón.

Antes de concluir, hay una sorpresa en el baño para ti. Espero que te guste. 

Un gran abrazo y un gran beso.

Denisse.

Miriam se dirigió al baño oliendo la gardenia, cuando miro el espejo, se encontró un enorme corazón que  dentro de el, escribió:

TE QUIERO MIRIAM.

Y yo te amo Denisse, lo dijo en voz alta, te esperaré cuando regreses y te confesaré mis sentimientos por ti. Sentía el alma vacía si no estaba a su lado, ya no iba a esperar más. Había decidido acabar con Marcos porque Denisse era a la persona que amaba, ahora estaba completamente decidida en que quería luchar por esa mujer.

5 días habían pasado ya y estaba preocupada por Denisse, ni una sola llamada ni un solo mensaje, solamente había recibido uno de su llegada a Holanda y ya no había vuelto de saber más nada de ella. 

Esa tarde, su madre recibió una llamada rara de la Doctora Mercedes para que fuera al Hospital urgentemente, sin decirle nada más y sin conocerla. Así que pidió a su hija que la acompañara. Cuando llegaron se dirigieron al despacho de la Doctora.

— Gracias por venir con tanta urgencia Miriam y usted es la madre, Elisa. Ambas estaban sorprendidas ante el comportamiento de la cirujana. Por favor siéntese. Se que no me conocen para nada pero hay un ser querido aquí, que si les conoce. 

— Por favor, puede ir directa y dejarse de dar tantas vueltas, estaba de los nervios Miriam, llevaba toda esa casi semana con un mal presentimiento.

— Lo siento, se disculpó la doctora. La señorita Denisse, se encuentra ingresada en el Hospital.

— ¿ Qué? No puede ser, ella esta en Holanda exclamó Elisa.

— Estaba, regreso ayer por la noche. Hoy teníamos que operarla.

— ¿ Cómo? ¿ Qué le sucede?, algunas lágrimas comenzaban a caer por la mejilla de Miriam.

— Ella tenía cáncer de pulmón, decidió operarse en vez de darse la quimioterapia. Las posibilidades de que ella sobreviviera eran mínimas, ella ha…

— No, no me digas que esta… Miriam se desmayo cayendo al suelo.

— Miriam, Miriam, despierte.

Después de unos segundos. Dime que no es verdad, que ella no ha fallecido. No ahora. Lloraba y suplicaba por que lo que haya dicho sea mentira, sea irreal.

— Se encuentra en coma.

 Miriam se levantó rápido que casi se cae de nuevo.

— Necesito…

— Antes se tendrá que calmar, no puede entrar así. Siéntese, tengo que darle algo antes.

— ¿ Algo? Lo único que quiero es verla y dime, por favor, sea sincera conmigo ¿se va a despertar?

— Lo único que le puedo decir, es que está bastante mal, su cáncer está muy extendido ya por todo su cuerpo. Le ofreció un sobre. La dejaré sola.

— ¿ Qué es esto?

— Es una carta de Denisse, me prometió que llamara a su madre y que se la entregará en sus manos, ahí le explica todo. -En cierta forma, creo que ella lo presentía, lo que iba a suceder, dejó todo arreglado antes de viajar-

— Gracias, por favor me pueden dejar. 

— Claro que sí, hija. Sabes que te quiero y que te apoyaré en todo. Le dio un beso en la mejilla y la abrazó. 

¡Hola, hermosa, mi niña, mi todo!

Otra vez, te tengo que pedir disculpas porque si estás leyendo esta carta, es que he fallecido o estoy en coma. Lo siento mi vida, por todo, por ser una cobarde, por no contarte todo respecto a mi enfermedad, por estar esas tres semanas sola, fue cuando me dieron la noticia. Mi reacción fue alejarme de ti, de tu familia y el resto de amigas. La razón de porque no te lo conté, es muy simple, quería que no sufrieras porque si te hubiese tenido a mi lado, verte llorar, me hubiese partido el corazón en mil pedazos. No quería que pasases lo mismo que yo pase con mi hermano, verlo poco a poco como a la persona que quieres, se le apagaba su alma y su corazón, volver a recordar todo aquello, todo el dolor que sentía cada vez que le daban la quimioterapia, me superaba aunque no lo aparentase. Te pido disculpas por ser débil, yo no podía volver a pasar por ello, por eso decidí operarme, para mí ha sido siempre blanco o negro sin matices y al final no lo he superado aunque tenía una pequeña esperanza de regresar a tu lado y volver a tenerte entre mis brazos, pero de ilusiones y sueños eran lo poco que ya me quedaban en esta vida.

No me puedo ir de este mundo, sin confesarte algo, ¿ Sabes lo que representa las gardenias? En dos palabras, dulzura y pureza, así eres tú. Pero además de eso, representa un amor prohibido, yo te amo Miriam, TE AMO, desde aquel día que chocamos en el pasillo y te miré, esos hermosos ojos azules, esa bella sonrisa, me enamoraba cada vez de ti con tan solo darme un abrazo, quería que se detuviera el tiempo o con tan solo darme un beso en la mejilla me estremecías por completo Miriam. Eres todo para mi con tan solo escuchar tu voz. Cada vez que te veía, parecías en mis sueños, como el que tuve anoche. 

Ahora sé, que si me hubiese declarado esa noche, hubiera sido completamente diferente, te hubiese enseñado a bailar With O whithout you, mientras te cantaba muy cerca de tu oído, abrazaditas y juntas, así es cómo me hubiese sincerado y te hubiese abierto mi corazón, llevándote a mi lugar favorito en Cala Fonda, ahí es dónde me marchaba a ver el amanecer, cuando sufría, cuándo me preguntabas porque llegaba tarde siempre a clases. Pero no quiero que te asuste, es una playa nudista y te prometo que jamás me había desnudado, aunque no me hubiese importado hacerlo contigo. Y lo último que hicimos, guau, fue maravilloso, no sé si deba decírtelo pero me vas a llamar ¡PERVERTIDA!, te hacía el amor muy lento y muy suave. Pero si quieres saber algo más, si me lo hiciste o no me lo hiciste, pues te tengo que decir que estuviste a punto, ahí fue cuando me desperté. ¡Oh! ¡QUE PENA!. Espero que te haya sacado una pequeña sonrisa, después de todo.

Como me hubiese encantado que nada de esto sucediera, si me dieran una segunda oportunidad no la desaprovecharía, iría a por  ti, a saco. Pondría todo de mi parte para que te enamoraras de mi, pero ya no hay marcha atrás. Ahora que he sabido, lo que es, estar sola, lo que es sentirse vacía y morir de este modo, hubiese cambiado decisión por decisión y haber aprovechado cada segundo de mi vida por estar a tu lado, como compañera, como amiga e incluso como amante si me lo hubieses permitido, solamente sentirte a mi lado, como esa noche, me hiciste feliz con tenerte entre mis brazos y verte dormir.

Lo único que quiero es que me prometas que serás feliz, que no llores por mi ausencia porque yo siempre estaré en tu corazón Miriam. 

SIEMPRE TE AMARÉ.

Denisse. 

Psdata: He hecho el testamento y sé que esto es lo de menos, en el que declaro que todo lo mío sea tuyo, excepto la moto de mi hermano, a la cual le tengo tanto aprecio, es para Mike, creo que le encantara tener algo más de su pareja. Como siempre, no puedo irme sin que tengas una última sorpresa, mi amor, se encuentra encima de la mesa del salón. Espero que te guste.

Miriam aferro el papel contra su pecho, le dolía tanto el corazón, la amaba tanto que había fracasado como persona. No estaba molesta porque conocía muy bien la forma de ser de Denisse, siempre la protegía, siempre la cuidaba en los malos y en los buenos momentos, había interpuesto su vida para que ella no sufriera, había decidido por ambas pensando que era lo mejor y jamás se lo reprocharía. 

Cuando la sentía cerca se ponía nerviosa, aunque los gestos de su cara mostraban todo lo contrario, Miriam era una persona extrovertida, cariñosa y le encantaba decirle cositas, como por ejemplo, ¿ me estás metiendo mano? o que le llevara un trozo de comida a su boca…Denisse se ponía absolutamente roja como un tomate y eso le encantaba, le enamoraba más de Denisse.

Todos esos recuerdos, la estaba ahogando, ahora que sabía que a lo mejor, ya no volvería a estar junto a ella, lloraba, lloraba como una gran tormenta, que le han arrebatado el amor de su vida y ya nadie le podría quitar esa pena. Quería tenerla, quería abrazarla y besarla con pasión, hacerle el amor, devorarla por completo y hacerla solo suya. Pero eso ya era irremediablemente imposible. 

Estaba entrando en esa horrible habitación del infierno, llena de maquinas que la mantenía con vida, se tuvo que aguantar los llantos tapándose la boca con su mano, tenia ganas de vomitar, tenía temblores, le faltaba el aire a medida de que avanzaba hacia su amada, le cogió de la mano con tanta suavidad, con tanto amor, a que se le rompiera. Se acercó a su oído.

— Cariño, no me dejes por favor, lucha, te necesito junto a mi, quiero que despiertes y quiero acostarme cada noche a tu lado. Quiero hacerte feliz. Te amo Denisse, no puedes abandonarme ahora, que sé tus sentimientos hacia mi. Se le cayeron un par de lágrimas y le dio un beso en la frente, ya que tenía un respirador. Se aparto de ella y una lágrima caía muy despacio por la mejilla de su amante.

— Denisse, le puso su mano en su rostro, despierta, regresa conmigo, se que me has escuchado. 

Le respondió con un pequeño apretón de mano hasta que sonó ese pitido, era la despedida final, había fallecido su compañera, su mejor amiga y su amor. Miriam se aferro a su mano con fuerzas, queriendo jamás soltar, cayendo arrodillada al suelo.

— No, mi vida. Chillo mientras que le caían miles de lágrimas. ¿ Por qué ahora? Yo no puedo vivir sin ti, me haces tanta falta, jamás podré estar a tu lado. Nooo.

Te amo Denisse, siempre te amaré, estés dónde estés.

 

 

Notas finales:

Las oportunidades solo vienen una vez en la vida, aprovechalas, se valiente mientras estés viva, si nunca lo intentas jamás sabrá lo que pueda suceder. Estas dos personas se amaban tanto pero ninguna de ellas fueron capaz de ser sinceras, ambas morían por estar juntas, hasta que todo cambió. ¿Intentarlo o no? Lo que sé es que si amas a alguien, demuestrale lo que siente no solo con palabras sino con acciones, dandole lo mejor de ti, su alma y su corazón siempre permanecerán dentro de Miriam.

 

¿ Que opinan ustedes?


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