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No me olvides por Flako

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Notas del fanfic:

espero que les guste! hace años que no hago un fic de Saint Seiya :3

XD

Notas del capitulo:

espero que les guste mis preciosos caramelos que tengo por lectores n.n

La nieve caía fuertemente en el suelo de todo Tokio, cubría los enormes árboles al igual que el pasto y el pavimento, lo único que se elevaba majestuosamente por donde circulaba un solitario auto, eran las enormes mansiones, algunas victorianas, otras modernas, otras con influencias griegas, pero finalmente casas, donde vivían desde una, hasta 50 personas.

 

En ese solitario auto se encontraba un rubio muy emocionado que observaba el regalo que había comprado para su esposo mientras conducía cerca de su casa, finalmente se detuvo después de unos minutos frente a una reja de acero forjado, esta se comenzó a abrir automáticamente gracias a un control que el rubio tenía en la mano. Observó los tubos de las chimeneas, de todas salían humo.

Bajó del auto después de detenerse al frente de la puerta y entró a la casa, dejó su abrigo café en un perchero que había cerca de ahí y subió las escaleras en busca de su esposo.

-esto le va a encantar a Shun- decía feliz mientras apretaba el regalo entre sus manos -será el mejor aniversario de su vida- Se acercó a la puerta de su cuarto y la abrió, ahí se encontró con algo horrible. 

Su esposo estaba siendo penetrado fuertemente por su hermano mayor, ambos gemían como si su vida dependiera de ello, a su alrededor muchas velas encendidas dándole calidez a la habitación.

-Shun- susurró el rubio. El otro no lo escuchó por lo que siguió gimiendo.

 

 

Afuera de la mansión que compartían Hyoga y Shun comenzaban a estacionarse los autos de sus compañeros de batalla, todos iban con una despampanante sonrisa y regalos en las manos para la feliz pareja, incluso Saori iba con un regalo. Todos entraron a la casa esperando encontrarse a sus amigos tan melosos como siempre, pero no había nadie, ni ruido había.

-que raro- comentó Seiya mientras colocaba el regalo en una mesa que había cerca de la puerta. -regularmente ahorita ya nos habrían recibido con un beso en frente de todos-

-muy cierto- dijo Shiryu algo divertido.

-vamos a buscarlos, tal vez están arriba-

-no creo que sea la mejor idea- intervino Saori.

-pero no creo que estén teniendo sexo, saben que estaríamos aquí a esta hora- comentó el castaño mientras se acercaba a la imponente escalera de caracol. Sus zapatos golpearon contra el marmol mientras su mano era acariciada por el barandál de nogal. Atrás de el iban todos sus amigos, algunos pensaban que era lo que habrían preparado los cocineros mientras que otros deseaban ir al baño. Cuando llegaron al segundo piso observaron una luz viniendo del cuarto principal y a Hyoga afuera de este.

-¡eh!, ¡Hyoga!- gritó Seiya, pero el aludido no respondió. -¿Hyoga?- siguió sin contestar. Caminaron hacia el por el largo pasillo de madera tallada a mano hasta que el castaño tomó por el hombro al rubio, el cual al instante comenzó a temblar.

-¡ah! ¡Ikki!- se escuchó desde dentro de la habitación. Todos se sorprendieron. -¡IKKI!- gritó Shun justo al momento de su orgasmo, el cual, todos presenciaron.

Las lágrimas salían como cascadas de los ojos de Hyoga.

-... Shun- susurró -... Shun... ¡SHUN!- esta vez lo gritó llamando la atención de su marido, el cual volteó a verlo exhausto mientras el fenix salía de su interior con algo de semen en la punta de su miembro, se cubrió al instante con una almohada. -dime que esto es una broma... por favor-

-no amor, lamentablemente no- Shun se recargó sobre su brazo izquierdo mientras se cubría con una cobija. -eres hermoso en la cama, pero no eres lo que necesito, no necesito a alguien suave, necesito a un hombre de verdad... no a un doncel que se sienta hombre- 

Los ojos azules se abrieron en extremo. "¿cómo se había enterado?, ¿ahora todos lo sabían?".

-Shun- susurró por última vez antes de caer desmayado al suelo, habría sido un golpe fuerte de no ser por el castaño que lo detuvo entre sus fuertes brazos.

-¡Hyoga!- casi gritó cuando lo sostuvo. 

El peliverde se levantó de su cama y se acercó a la puerta para colocar la corbata de su hermano en la perilla -no entren por favor- sonrió como siempre y cerró la puerta sin importarle que todos estuvieran ahí, incluyendo a su esposo desmayado.

Notas finales:

espero que les haya gustado! n.n

espero REVIEWS!n.n


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