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The last man standing ! Parte 2 por Karmilla46664

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Notas del fanfic:

El fanfic comienza dos semanas después de la boda del Yewook, y se irá sucediendo a lo largo de ese año, hasta que se reencuentran en la entrega del premio a lo embasadores del K-Pop (epílogo de la 1ª Temporada)

Notas del capitulo:

Hola de nuevo,amores. Después de haberme tomado un mes de descanso del fic, lo retomo con energías renovadas (aunque primero quiero finalizar Verdad o Atrevimiento)

Es un pequeño regalo porque sé que muchas estáis ya en clase y otras vamos a empezar dentro de poco, así que, sólo os quería dejar un detalle para amenizaros la vuelta a la rutina.

FLASHBACK

“Ryeowook lloraba desconsolado en el asiento del copiloto. Yesung intercalaba rápidas miradas a su recién estrenado esposo mientras conducía. No quería romper el silencio, entendía que el menor necesitaba desahogarse y pensar en todo lo sucedido las últimas 24h. Al fin y al cabo, se habían peleado, apenas habían dormido por el estrés, le había preparado una boda emboscada y sus hyungs se iban a España. Así que, simplemente permaneció en silencio intentando darle su espacio al menor.

-Se supone que debería de estar feliz-la voz de Ryeowook, rasposa por el llanto, rompió el silencio del vehículo- Es mi noche de bodas y no puedo dejar de llorar-rió con tristeza.

-Yo también estoy afectado por la marcha del KangTeuk, pero se lo merecen. Lo único que quiero es que estés bien-dijo acariciando con el dorso de su mano la húmeda mejilla de su pareja.

-Estoy bien, un poco impactado, es como si no creyese que se han ido. Ha sido un día muy largo, estoy exhausto, demasiadas emociones juntas.-se limpió las lágrimas con el dorso de la manga de su chaqueta-Siento que no te he agradecido lo suficiente todo lo que has hecho por mí, Jongwoon.

-El que debería agradecer que no salieses corriendo al verme en el improvisado altar soy yo-sonrió con franqueza mientras maniobraba para aparcar el coche-Te quiero, sobangim.

(Sobangim: esposo en lenguaje informal)

El menor se sonrojó al escuchar a su marido (que raro sonaba decir aquello) llamándole de esa forma.

-Yo también te quiero, yeobo.-se besaron con ternura antes de bajar del coche.-Se supone que es nuestra noche de bodas y deberíamos estar comiéndonos el uno al otro, no con el novio llorando como una magdalena-admitió sonrojado.

-Por esta noche olvidémonos de eso; estamos cansados y algo deprimidos-trató de tranquilizar a Ryeowook que se sentía culpable por no apetecerle pasar una velada de sexo interminable- Pero mañana no te lo perdonaré, me cobraré con intereses nuestra noche de bodas-dijo con la voz más grave de lo normal por la excitación, mirando con una expresión seductora al menor y acogiéndole entre sus brazos.-Duerme bien, Wookie, que mañana te dejaré exhausto.

El suspiro deseoso que se le escapó de los labios al menor al ver lo que le esperaba la mañana siguiente sólo pudo provocar la risa de Yesung antes de que se cerrasen las puertas del ascensor que les llevaría a su hogar.”

END FLASHBACK

Habían pasado dos semanas desde aquello. Ryeowook miró la sortija que adornaba su anular, mientras fregaba los platos del almuerzo. De repente sintió la calidez del cuerpo del mayor detrás de él abrazándole por las caderas.

 -No sabes la rabia que me da no poder quedarme un ratito más-se quejó con un puchero el emo de SJ.

-El trabajo es lo primero, es normal que no tengas tiempo para nada con el comeback de tu álbum a la vuelta de la esquina-le justificó el menor dejándose abrazar.

Yesung andaba muy ocupado con los preparativos de su regreso después de dos años sin sacar nuevo disco. Había conseguido escaparse a la hora del almuerzo una media hora, el tiempo justo para comer a prisa y corriendo con su esposo, y regresar a la compañía.

-Esta noche llegaré tarde, tengo un par de reuniones y ya sabes cómo va eso-dijo haciendo referencia a lo eternas que se hacían-Pero intentaré llegar para la hora de la cena. Te quiero, sobangim-dijo besando la frente de Ryeowook.

-Y yo a ti, Yeye-dijo devolviéndole el beso en los suaves labios del mayor-Que te sea leve- le gritó cuando el mayor salía por la puerta: este puso los ojos en blanco y simuló dispararse en la sien con sus dedos.

Jongwoon salió de su casa con una amplia sonrisa en el rostro. Sabía que, a pesar de haberle dicho al menor que llegaría tarde, este le esperaría despierto.

 

 

-Date prisa, Youngwoon-le apremió el mayor, corriendo calle arriba con un par de maletas en las manos.

-Me daría más prisa si en este condenado país no hiciese más calor que en el infierno-se quejó, limpiándose las gotas de sudor de la frente.

Y es que sería Noviembre pero, comparado con Corea, hacía mucha más calor.

-¿Puedes dejar de quejarte y andar más rápido? Yo también estoy cansado.

KangIn cerró la boca, no quería montar un numerito en plena calle. La gente les miraba, probablemente pensando que eran turistas.

-Estoy harto de tantos viajes y de que nos mareen con tanto papeleo. Por no hablar de que el inglés de los funcionarios es casi peor que el nuestro.

Leeteuk sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta de madera que daba a su nuevo hogar. Al principio les había chocado lo distintas que eran las viviendas comparadas con las casas tradicionales coreanas. Estas eran casas individuales, con las fachadas pintadas con cal y las ventanas cubiertas por barrotes negros. Además, aquel era el barrio antiguo de la ciudad por lo que las calles eran pedregosas y sin aceras. Lo único bueno era que dentro de la casa había una temperatura agradable.

-Ya sé que esto es muy cansado, pero eso ya lo sabíamos. ¿No esperarías que llegásemos y nos estuviesen esperando en el aeropuerto con una niña recién adoptada?

KangIn lo miró molesto.

-Deberías de hablar menos con Heechul, se te está pegando lo borde.

El mayor soltó los trastos en el sofá y abrazó a su pareja.

-Sé que esto merece la pena, no nos podemos rendir llevando sólo dos semanas aquí.

-Sí, y en dos semanas lo único que hemos aprendido en español es a decir hola, gracias y lo siento-volvió a quejarse el menor porque ese era su papel en la relación, él se quejaba y Jungsoo lo mimaba.

-Yo estoy empezando a entenderme con el dinero, ¿te has fijado lo pequeños que son los billetes?

KangIn le rodeó la cintura.

-Tú siempre siendo el más responsable de los dos, ¿verdad? A veces me siento un inútil que no hace otra cosa que quejarse.

-Es verdad, eres como un enorme bebé molesto-el menor hizo un puchero-pero aprovecha antes de que tengamos un verdadero bebé y deje de consentirte.

-Hyuuuung-dijo con aegyo- Youngwoon quiere que le beses.

-Vete para la cama dongsaeng, que hyung irá a darte una buena dosis de sexo.

-Dios, sí-dijo KangIn casi corriendo hacia la habitación. Desde que llegaron a España apenas si se habían tocado.

El mayor rió con su risa característica, siguiéndole a la habitación mientras se sacaba la camiseta.

 

 

-Siwon, ¿no íbamos a terapia de pareja?-preguntó ZhouMi; el coreano asintió- Entonces, ¿por qué estamos en la iglesia?

El mayor caminó hacia el edificio, seguido de un dubitativo chino.

-Me informé y dan cursillos de pareja de Lunes a Viernes-le informó, recibiendo la disgustada mirada de su pareja.

-Pensé que iríamos a un psicólogo no a un cura.

Siwon suspiró.

-Estas clases nos vendrán bien, nos enseñarán a ser una mejor pareja según los deseos del señor.

-Y, dime, ¿qué vamos a hacernos pasar por amigos? Porque estas clases están orientadas a parejas heterosexuales. Y ni se te ocurra insinuar que yo haré de mujer.

-No seas tan negativo, el padre Lin sabe nuestra situación-el menor lo miró alarmado- Mimi, sabes que vengo a confesarme dos veces por semana.

-No estoy a gusto sabiendo que le cuentas nuestras intimidades.

-Yeobo, todo el mundo sabe nuestras intimidades gracias a ese camarero. Mira, sólo quiero hacer las cosas bien, probemos y si no nos va bien, lo haremos a tu manera.

ZhouMi asintió dejándolo más tranquilo. Abrieron la puerta y varias parejas se giraron de sus asientos y clavaron sus escrutadoras miradas en ellos. La mayoría eran parejas jóvenes, probablemente recién casados. Estaban todos sentados formando un círculo en frente del altar.

-Bienvenidos, os estábamos esperando-les saludó el cura mostrándoles dos asientos vacíos-Bien, ya estamos todos. Aunque ya me conocéis, me presentaré: soy Jun Lin, vuestro párroco. De Lunes a Viernes os daré consejos matrimoniales durante una hora con el fin de que tengáis una grata convivencia y la perfecta unión de vuestras almas con Dios.

-Y ¿qué pintan ellos aquí?-preguntó uno de los esposo, el que parecía ser el hyung de los presentes.- ¿Acaso son desviados? ¿Desde cuándo la iglesia está a favor de los matrimonios anti naturales?

El hombre les miraba con repulsión, dejando petrificado a los presentes.

-Soy su cuñado-habló ZhouMi con expresión seria- Estoy casado con su hermana pero estamos pasando por un momento difícil-las mentiras se les atragantaban, sentía una bola en su seca garganta.

Siwon miraba inquieto a su pareja y al párroco, que les observaba con tristeza.

-Y, ¿por qué no está tu mujer aquí?

-¿Acaso es eso un interrogatorio? ¿Me estás juzgando? Porque, hasta donde yo sé, el único con potestad de juzgarme es él-dijo el chino señalando la escultura de Jesucristo.

-Dejemos las hostilidades afuera, recordad que el señor nos está vigilando-trató de amenizar el asunto el cura.

Las otras parejas agradecieron la intervención ya que el ambiente se había vuelto incómodo. El SiMi se miró con tristeza; aquella no había sido una buena idea.

 

 

Kibum contestó al teléfono.

-Disculpa-se excusó con su interlocutor- Henry, ¿qué pasa?

-“¿Vas a venir hoy temprano? Había pensado en comprar una pizza y ver una película.”

-Me pillas en mal momento, Ryu, estoy en medio de una entrevista.

-“Lo siento, debí suponer que estabas ocupado.”

-No importa. Oye, te llamo luego, ahora no puedo hablar. Intentaré estar allí con hora.

-“Te quiero.”- pero el coreano ya había cortado la llamada.

Henry se dejó caer abatido en la cama. Estaba harto de pasarse los días encerrado en la habitación del hotel, sólo, viendo la TV. Sabía que Kibum estaba ocupado con el documental pero, cuando regresasen a China, él comenzaría con la gira de su álbum y apenas tendrían tiempo para verse: es por eso que quería aprovechar el máximo el tiempo que les quedaba conviviendo juntos (al menos por un tiempo). Cogió el mando y pulsó los botones con desgana.

La entrevista terminó a las seis. Sabía que lo correcto sería ir al hotel y pasar la tarde con Henry, pero necesitaba estar solo. Desde que se dieron un tiempo y volvieron a los dos días, el canadiense apenas le dejaba respirar. Prometiendo cambiar y ser más atento con el actor, se había convertido en una pareja dependiente, haciéndole sentir en ocasiones, ahogado. No es que no apreciase el cambio que había dado Henry por el bien de la relación, al fin y al cabo era lo que buscaba, pero se sentía demasiado controlado. Él siempre había sido muy independiente en sus relaciones, apenas se comprometía con sus novias, exceptuando el canadiense. Compró un café helado y caminó sin rumbo fijo. Si aquel cambio era lo que quería, ¿por qué de repente se sentía así?

 

 

-Chul, ¿qué haces?

Hangeng miró a su novio con el móvil apuntando al techo buscando cobertura.

-¿Es que no lo ves, chino idiota? Intento llamar a Jungsoo.

-Rella, en España es aún muy temprano.

-Pues que se despierten, deberían de agradecer que el gran Kim Heechul les llame.

El menor puso los ojos en blanco.

-¿Qué tal si tú y yo nos damos un baño relajante, con velas, nos enjabonamos el uno al otro…?-le ronroneó al oído del mayor, que se retorció entre sus brazos.

-Sí, es buena idea que nos relajemos porque vamos a comer con mis padres-lo dijo tan rápido que al chino le costó entenderlo.

-¿Vamos a comer con tus padres?-preguntó Hangeng con cara de terror.

-Sí, ¿algún problema?

-Pues que tu padre me odia.

Heechul lo miró con arrogancia.

-¿No pensarías que vendríamos a vivir a Gangwon y no visitar a mi omma?-le preguntó levantando una ceja. Hangeng hizo un puchero de frustración.

-Yo no quiero tener que soportar los comentarios de tu appa, la situación es muy tensa…

-En la nuestra, como en las mejores familias, hay esos problemas. Es mi appa ¡es natural que te odie! Eres el corrompedor de su hijo-explicó con expresión inocente.

-Que yo sepa el único que ha corrompido a alguien eres tú-se quejó el chino.

-Bueno, te lo diré de otra forma: si no vienes, te quedas sin sexo durante los próximos dos meses. Y estoy siendo benevolente…

-De acuerdo, de acuerdo, iremos a comer con tus padres, PERO sólo a comer, nada de tomarnos un café después con tu omma.

-Tomaremos un café si yo lo digo.

-Sí, Rella.-asintió abatido. Discutir con Heechul era una batalla perdida.

El coreano miró la cara de frustración de Hangeng y sonrió para sí mismo. Es verdad que su appa no soportaba al chino, pero sólo serían un par de horas por cortesía. Se acercó al menor con expresión seductora y le abrazó juntando sus caderas.

-Creo que me debías un baño-le susurró, dándole besos en el cuello.

Hangeng le cogió de la mano y lo arrastró al baño. Desde que llegaron a Gangwon habían recuperado la intimidad que no tenían en el loft, aprovechando que por las mañanas Han Chè iba al colegio.

 

 

Sungmin estaba tirado boca abajo en la cama de matrimonio de su habitación. No le apetecía levantarse, ni preparar el programa de por la noche, sólo quería hibernar en aquellas calentitas sábanas que le abrazaban. Se sentía cansado, apenas si tenía ganas de comer. Lo único que le apetecía era dejar correr las horas esperando que el día se acabase.

Kyuhyun estudiaba en el salón el guión del programa de esa noche. Llevaba horas despierto, pero Sungmin no quería levantarse. Sabía que en verdad no estaba durmiendo, probablemente, estaría dándole vueltas a la cabeza en aquel colchón sin hacerle partícipe de sus frustraciones. Odiaba ver como el mayor se hacía el fuerte y negaba tener un problema cuando la verdad era que llevaba dos semanas igual. Se levantó del sillón y caminó hasta su cuarto, prendiendo las luces y quitándole con fuerza las mantas que rodeaban el cuerpo de su novio.

-¿Qué coño haces?- Sungmin se había incorporado de la cama y le taladraba con la mirada. Kyuhyun le ignoró olímpicamente; no caería en el juego de su hyung, si quería matarle con la mirada era problema suyo.

-Despertándote, son las doce y aún estás en la cama.

-Soy mayorcito como para que me tengan que despertar, por si no te habías dado cuenta.

-Si fueses tan responsable como dices estarías repasando el guión conmigo. Así que, levántate.-dijo mientras abría la ventana de la habitación para que se ventilase. Sungmin no se había movido ni un ápice, además seguía intentando atravesar a su novio con la mirada.- ¿Vas a hacer esto más difícil? Estoy cansado tener que montar el mismo numerito todos los días.

-Pues deja de tratarme con un crío, si quiero pasarme el día en la cama, lo haré. Nadie te ha pedido que adoptes el rol de mi omma.

Kyuhyun lo miró con tristeza.

-Minnie, ¿hasta cuándo vamos a estar así? ¿Cuándo vas a dejarme ayudarte?

-Estoy bien, gracias-respondió con acritud.

-No puedes negar eternamente que tienes un problema…

-¿Sábes? Te estás poniendo muy pesado con el tema y me estás empezando a cabrear. Sólo quiero dormir, ¿vale?

-Podías quedar con Wookie y hablar de vuestras cosas, si no me las quieres contar a mí.

El menor se sentó abatido en la cama. Sungmin lo miró con tristeza y le abrazó, dejando que apoyase la cabeza en su pecho.

-Sé que te preocupas por mí, pero sólo estoy cansado. Quizás lo mejor sea retirarme por un tiempo de los medios, como hizo Heechul cuando sintió que le superaba la situación.

-Lo que hizo Heechul fue encerrarse en su loft equipado con todo un almacén de alcohol y acostarse con cualquiera que se le presentara. Heechul estaba así porque Hangeng le dejó, no porque la fama le presionase.

Sungmin lo miró. Sabía que se sentía algo alicaído pero sólo sería una racha.

-Kyu-el menor alzó la vista-¿tú me quieres?

El maknae no supo cómo reaccionar a esa pregunta.

-Claro que te quiero, ¿acaso no te lo recuerdo a todas horas?-respondió mientras dejaba que su hyung le acariciase el pelo.- ¿Estás así porque no confías en mí? Ya sabes que lo de Yesung fue sólo un mal entendido…

-No es por eso, Kyu, sólo necesitaba escucharlo una vez más.

-Sungmin, por favor, ve al psicólogo. Esto ya no es normal, y lo sabes. Puede que el problema no sea tan grave como parece pero, si no le pones solución, se formará una bola que será muy difícil de deshacer.

El mayor se quedó en silencio. No era la primera vez que Kyuhyun le decía aquello, incluso Ryeowook le había insinuado que aquella apatía era algo más que mero cansancio. Pero él no era de los que pagaban a cualquiera para que apuntase en una libreta sus problemas y le cobrase una suma desorbitada de dinero sólo por escucharle. No era bueno expresando sus sentimientos pero tampoco necesitaba decirlos en voz alta. Sabía que se convertían en problemas justo cuando se lo contabas a alguien. La mirada del menor era de tristeza: se le notaban las ojeras por no haber descansado bien.

-De acuerdo, me lo pensaré-Kyuhyun lo abrazó con fuerza.

-Gracias, Minnie, de verdad que estoy preocupado por ti.

Sungmin suspiró, dejándose abrazar. Aquello le parecía sacado de quicio, pero no tenía fuerzas para discutir con el maknae.

 

 

-Toc toc, ¿se puede?- preguntó Eunhyuk asomando la cabeza por la puerta. Donghae asintió sonriendo-Te he traído algo de comer-le dijo, dejando en el escritorio una bandeja con un té y pastas.

-Gracias, Hyukie-dijo, besando a su chico.

-¿Cómo lo llevas?-preguntó señalando la pila de partituras con tachones que había alrededor del piano del menor.

-Estoy avanzando con una canción, es para un dorama.

-Deberías descansar un poco, no creo que sea sano estar todo el día pegado a un pentagrama, siendo alumbrado por una lámpara artificial. ¿Por qué no vamos a correr? Así redescubrirás la luz solar.

-Ja já, muy gracioso-ironizó el fishy-No tengo tiempo, debo de dejar acabada la canción para el Lunes.

-Donghae, la tienes muy avanzada, porque te concedas un par de horas no vas a cometer un delito. Además, me siento solito sin tu compañía-fingió que lloraba.

-Dame unos veinte minutos. Quiero tocar lo que he compuesto hoy y ver cómo suena.

-De acuerdo, veinte minutos. Pero si en veinte minutos no estás en la puerta esperándome, te sacaré a rastras, no importa cuánto patalees.

Donghae sonrió. Lo que hubiese dado por tener a Hyukjae los dos últimos años donde el trabajo era su vida, llegando a consumirlo. Ahora tenía a Eunhyuk que le cuidaba, le recordaba que tenía que comer y le obligaba a salir y respirar un poco de aire fresco.

-¿Sabes? Esto puede esperar. Me apetece salir-el mayor le dedicó una sonrisa de encías que tanto enloquecía al de Mokpo. Se estirazó como si fuese un gato recién despertado, se cambió de ropa y ordenó un poco el caos de su habitación. Y es que Donghae se había reservado una habitación para componer tranquilamente, sin molestar al mayor.

-¿A dónde vamos?

-Me apetece helado. Quiero uno con doble de chocolate.-dijo animado, cogiendo la mano de Eunhyuk , balanceándola como si fuesen dos niños pequeños.

-Prométeme que no dejarás que el trabajo te quite todo el tiempo.

Donghae asintió, mientras le ponía las correas a sus mascotas para sacarlas de paseo.

-Seré bueno; últimamente os tengo muy abandonados, soy un mal appa-decía con aegyo mirando a los perros.

-¿Y qué pasa conmigo? A mí también me tienes abandonado.-se quejó con un puchero.

-Es verdad, soy un mal novio y peor appa.-dijo, besando en los labios al mayor.

-Debería castigarte, pero de eso ya me encargaré esta noche…

Donghae se mordió el labio reprimiendo un gemido. Su olvidada entrepierna había reaccionado a las insinuaciones del bailarín.

-Creo que se me ha quitado las ganas de helado, ¿Qué tal si me castigas ahora?-preguntó con inocencia, provocando las carcajadas de Eunhyuk.

-Vamos, pececito, que ya habrá tiempo para eso.

 

Aquella era una vida sencilla comparada con la época de Super Junior: tenías 38 años, vivía en su ciudad natal, con Hyukjae y sus dos pequeños, con un trabajo que le encantaba… pero no tenía derecho a quejarse porque es lo que siempre quiso, vivir tranquilamente con el amor de su vida y sus hijos (aunque sus hijos fuesen perros y el amor de su vida su mejor amigo)

Notas finales:

Espero que os haya gustado, TLMS! vuelve con más drama que nunca (le tiran tomates por hacer sufrir a sus oppas)

Este mes de descanso me ha servido para asentar las ideas de esta 2ª Temporada ya que, en un principio, no tenía intención de escribir.

Muchas gracias por leer y por vuestro apoyo en mi nuevo fic. Os quiero.


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