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La noche era silenciosa, el viento arreciaba con suavidad los árboles al lado de la residencia Kwon, mientras una sombra se movía entre las luces de los faroles que apenas iluminan las calles. Aquella sombra se escurrió silenciosamente por los pasillos traseros de la casa, y por fin llegó a la puerta en donde su silueta se hizo más visible...
Lo que parecía ser un hombre con enormes alas negras, se las arregló para abrirse paso sin romper siquiera el vidrio de la entrada; él buscaba algo…
Sus pasos silenciosos y sus plumas negras moviéndose al compás de su cuerpo lo llevaron hasta la habitación de arriba, en donde se encontraba dormido uno de los habitantes de aquella casa: Kwon Ji Yong, quien dormía con la sábana a medio pecho y, sobre éste, justo en el corazón, yacía su mano, la cual estaba sujeta a un colgante con una cruz de plata. Aquella silueta por fin llegó a los pies de la cama, y analizó con sus ojos, los cuales se tornan dorados.
La mano recubierta de negro de aquel ser, se acercó al cuerpo tendido del vocalista. Sus dedos ya estaban a unos centímetros de tocar su piel, cuando de la nada apareció en la habitación el padre del vocalista. Aturdido, trató de ahuyentar a esa cosa. Se movió ágilmente, pero, antes de siquiera decir algo, aquella silueta lo atrapó del cuello, haciendo crujir con brusquedad su tráquea. El sonido de los gemidos agónicos del Señor Kwon hizo despertar a Ji Yong, quien murmuró entre dientes.
-... Eso es molesto.
Ji Yong movió su brazo, y en eso sintió una mano estrangular sus dedos. Por fin se percató de lo que pasaba, y, con susto, se incorporó de la cama. Notó que su padre se estaba ahogando, algo lo está ahorcando, pero él no veía nada.
-¡¿PAPÁ, QUE PASA?!
Gritó desesperado, observando los ojos de su padre, quien veía con pánico hacia el techo de la habitación.
-¡¡¡PAPÁ!!!
Le gritó, intentando sujetar su cuello, pero sus manos ardieron, y no entendió por qué su padre se estaba asfixiando.
-¡PAPÁ! ¡¡¡OH, POR DIOS!!!
Ji Yong observaba, entonces, los ojos de su padre; en ellos pudo notar una figura negra y una luz dorada saliendo de los ojos de aquella figura. Giró su rostro, y no vio nada. En cuanto al Señor Kwon, sujetó el cuello de su hijo pidiendo ayuda, pero en su último intento desesperado logró arrancar la cadena de Ji Yong, quien a ese punto no sabía qué hacer. Pasado aquello, el padre de Ji Yong cae sin vida. Su tráquea había sido despedazada y sólo quedaba la mueca con la boca abierta. Los ojos que antes tenían vida, ahora eran opacos y vacíos, se habían hundido en sus pómulos.
Ji Yong lo zarandeaba.
-¡¡¡PAPÁ, DESPIERTA, PAPÁ!!!
Lo sujetó en sus brazos, pero enseguida sintió que alguien tomó sus hombros con fuerza. Sus ojos se abrieron de golpe, sintió cómo era arrojado a la cama y algo enorme se posaba sobre su cuerpo, haciéndole hundirse en el colchón.
-¡¿Que... está pasando?!
Se preguntó cuando a su lado sólo vio cómo a su padre le arrebatan todos sus miembros despedazándolo. Sangre por todas partes, y la cabeza del señor Kwon rodaba por la habitación. Ji Yong estaba petrificado, no podía moverse por aquella presión, quería gritar pero su garganta no emitía sonido alguno. Cuando de repente sus ojos lograron ver al atacante: sobre él, un enorme hombre con alas negras, cuernos y un sinfín de tatuajes, de ojos dorados, lo observaba con demencia y lujuria.
-¡¿Quién eres, tu maldito?!-
Gritó por fin. Pero ese grito sólo alebresta más la sed asesina de aquel demonio, el cual agachó su rostro, dejando caer sus cabellos negros como las alas de un cuervo, hasta llegar al pecho del vocalista y olfateando con esmero. Oyó la voz más grave y macabra que sus oídos hayan escuchado jamás…
-Ya... Falta poco, príncipe escarlata- Aquellos ojos dorados le observaron con más demencia- Pero ya no puedo esperar más...-
Las sábanas se hicieron cenizas, Ji Yong se estremeció. Enseguida notó cómo la enorme mano huesuda de aquel demonio se empotraba en sus dos únicas prendas: su pantalones para dormir y su bóxer; sintió cómo eran jaloneados con fuerza y rotos en un instante. Ji Yong quedó sólo con harapos, y enseguida se agitó en la cama.
-¿¿¿QUÉ ES LO QUE QUIERES???-
-Eso lo sabrás a su tiempo- Bramó aquel demonio, al tiempo que hundió su boca en los labios rojos del castaño, haciéndole perder el aliento, pues Ji Yong había sentido el sabor a azufre en su boca.
Intentaba apartarse, removía con demencia y gritaba en aquel beso; lo golpeaba y arrojaba gritos desde el fondo de su pecho....
-¡JI YONG, JI YONG, JI YONG DESPIERTA JI YONG!- Eran los gritos de Choi Seung Hyun, quien despertaba a un Ji Yong sudado, asustado hasta el tuétano y atolondrado. -¡Seung Hyun!- Gritó, ladeando su rostro a todos lados y observando que todo estaba relativamente en calma. Se encontraba en la sala de su casa, ya toda la gente se había ido. Y entonces, una vez más, volvió a la realidad.
-Amigo, te quedaste dormido en plena ceremonia- Le habló el rapero mayor de la banda, quien, ataviado con ropas de luto, observaba a su compañero con suma preocupación.
Ji Yong tragó con fuerza, limpió el sudor que se encontraba en su frente, al tiempo que los dedos de sus manos acariciaban todo su rostro y masajeaban su cien.
-Lo siento...- Agachó su rostro- ¿Ya, todos se fueron?
-Si... - Respondió Seung Hyun con tristeza- Aún no me explico qué fue lo que le pasó- Los ojos del rapero admiraban la casa de arriba abajo; era lógico que a ese punto aquel lugar tuviera un aire tétrico y siniestro.
La examinadora vista del rapero mayor se detuvo cuando escucho a Ji Yong decir:
-Según la autopsia, murió de asfixia- habló con lágrimas en sus ojos. Seung Hyun depositó su mano en el hombro de su amigo diciendo:
-Ya está en un lugar mejor. Ahora lo que debes hacer es reponerte y decirme qué estabas soñando-
Ji Yong se desató el nudo de su corbata negra, se retiró el saco negro azulado y con pesar respondió:
-Otra vez soñé con ese demonio… El mismo sueño en el que asesinaba a mi padre-
Ya ese sueño parecía ser muy constante, tanto así que el rapero conocía lo asustado y mal que ponía a Ji Yong.
-Si... Pero esta vez... él menciono algo- Choi afiló su mirada y enseguida cuestionó.
-¿Qué dijo?- -Que ya faltaba poco y que no se podría aguantar...- Seung Hyun demostró una mirada confusa y elevó una ceja.
-Ji... Ese sueño- El aludido ladeó su rostro para ver a su amigo y luego escuchar- ¿Qué más sucede en ese sueño?- Ji Yong observó por un instante el piso, alcanzando a escuchar el tic tac del reloj. Juntó sus manos y aprisionó sus dedos; su piel se erizó de sólo recordar todo. Enseguida respondió.
-Es... como ya te lo había dicho antes... Veo cómo mi papá es desmembrado y asesinado… Luego... se vuelve completamente extraño y tétrico-
-Dime-
Ji Yong tragó un poco de saliva y observó al fondo, donde aparecían las coronas de flores moradas con listones negros. Estaba en el funeral de su padre después de dos semanas de investigaciones de la policía por su asesinato. Apretó sus manos a sus rodillas recubiertas de un pantalón negro azulado, y, cerrando los ojos, respondió con voz grave.
-En el sueño ese demonio... Quiere, violarme…- Seung Hyun agrandó su mirada; estuvo a punto de pronunciar palabra, cuando Seungri entró a la sala hablándole al oído al rapero mayor.
-Ya se llevan el féretro al cementerio-
-Ok... Enseguida vamos.
Ji Yong entreabrió sus ojos, y cuando percibió que Seungri ya no estaba en esa habitación, ladeó su rostro para ver a su amigo.
-No sé que vaya a pasar de aquí en adelante, no sé que voy a hacer hyung - En sus ojos se notaba el miedo y la zozobra además de una confusión tremenda y un pánico que no podía cegar. Aunque su rostro y poses fueran lo más tranquilas, la vida se había tornado muy extraña y totalmente asechada para el vocalista desde que cumplió los 26 años.
-Tranquilo, nos tienes a nosotros y al resto tu familia- TOP depositó una vez más su mano en el hombro del vocal - Llegó la hora, Ji-
-Si…-Se pusieron de pie y con lentitud salieron de aquella casa en dirección al cementerio.
El último adiós se daba al señor Kwon, Ji Yong lloraba silenciosamente su muerte al lado de su madre, y los demás allegados a la familia. La que hacía falta en ese lugar era Dami, la hermana de Ji Yong, la cual observaba muy a distancia el evento. El cielo se tornó negro; una espesa nube se formó y el viento arreció luego donde el cuerpo del Señor Kwon fuera enterrado. La gente se dividía en grupos: Seungri, Daesung, Taeyang y el manager dieron el último pésame. Finalmente sólo quedaron Ji Yong y Seung Hyun al lado de la lápida. El primero se puso de pie, sintiendo las gotas de agua caer por fin y siendo remojado precipitosamente. En el acto se limpió las lágrimas mezcladas con agua de lluvia, se dio la vuelta y con el rostro gacho le habló:
-Gracias por acompañarme, Seung Hyun...- Suspiró con la nariz y dejó salir un largo suspiro aguado- Voy a quedarme en la casa con mi mamá. -Está bien- Ji Yong dio unos pasos y se extrañó de que Seung Hyun no caminara con él. Con lentitud se giró.
-¿Tú no vienes?-
-Adelántate. Yo necesito estar un rato más aquí-
-De acuerdo. Llevó sus manos a los bolsillos de su abrigo y se perdió en dirección de los coches que ya le esperaban. Mientras tanto, el rapero, quien observaba con ímpetu la tumba del Señor Kwon, sintió la brisa gélida chocar contra su cuerpo empapado de agua. Cuando, de pronto, el viento trajo a sus oídos un llamado susurrante y aguda.
-Seung Hyun...- El aludido elevó el rostro, y muy a lo lejos pudo notar a una mujer con abrigos negros que le observaba con dedicación y que movía sus labios; él claramente lo escuchaba- Tenemos que hablar ven-
Ya se encontraban frente a frente, Seung Hyun y la otra persona; se miraban directo a los ojos. Un trueno cortó el clima, y entonces el primero en hablar fue Seung Hyun.
-Vaya lugar y cuerpo que elegiste para hablar conmigo-
-No encontré otro más habilitado que este, el de la Kwon- Agregó aquella mujer que removió sus abrigos, y mostró un rostro pálido y descompuesto. A pesar de ser el cuerpo de la hermana de Ji Yong, de sus ojos se expedía un color rojo fuego.
-Entiendo- Siseó Choi, analizando de pies a cabeza a Dami- Tendrás que cambiar un poco el color de tu piel si quieres pasar desapercibido.
-Descuida, sólo me presentaré lo necesario- Seung Hyun retiró sus gafas y, agudizando su mirada, enseguida habló serio.
-Ahora, explícame qué está pasando. -Se están moviendo, “TOP”. A partir de hoy, me relevaron de mi cargo y quieren que esté lo más cerca posible de la familia Kwon- Seung Hyun arrugó las cejas.
-Entonces, ¿creo que ya es hora de liberar mi sello?- No hubo vacilación. Si era cierto lo que aquel ser dentro del cuerpo de Dami decía, tenía que ser claro y conciso en sus palabras.
-Sí. Solan y Arim están ya entre los vivos, preparando todo para la llegada de su padre y para...- Seung Hyun habló-
-¡Y listos para atrapar a Ji Yong!
-Sí, la muerte de su padre solo fue el primer paso, una advertencia- Choi ladeó su rostro a otro lugar.
-De acuerdo. He estado esperando por esto desde hace mucho- En su rostro se mostró rencor- La muerte del padre de Ji Yong no quedará impune.
-No debes confiarte. Y no debes relacionarte sentimentalmente- Regañó aquella voz.
-Logré encontrar a Ji Yong desde hace mucho tiempo, yo lo voy a proteger... Voy a evitar, como en siglos anteriores, el nacimiento del anticristo- Los ojos de Seung Hyun relucieron en un color rojo fuego por unos momentos- Pero, para poder evitarlo, necesito que me quites el sello... Vitaly.
El silencio se hizo presente por unos instantes, se permitió escuchar el sonido de la lluvia chocar contra el césped y las lapidas del cementerio. Por fin, Dami, quien estaba poseída por Vitaly habló
-Mañana, a esta hora en el antiguo museo de cera...
-¡¡¡Estaré listo!!!
-Estamos juntos en esto, juntos lo resguardaremos. Mientras tanto, tenemos que seguir como si nada, tú con tu música y yo con mi familia- El rostro de Dami sonrió de medio lado-
-Que así sea... Bien, entonces nos veremos mañana- Seung Hyun se giró dándole la espalda a Dami, quien igualmente se giraba y caminaba hacia los autos que aún estaban en espera de ambos. Mientras caminaban, Dami habló:
-Será una tarea difícil. El demonio tiene muchos aliados. Sólo espero que podamos con esto.
-¡Dami!- Se escuchó la voz de la madre de los hermanos Kwon.
Aquella mujer hizo señales para que su hija se apresurara, pues la lluvia era recia y no tenía intenciones de parar por ningún instante. Pronto Dami cerró los ojos y su doble voz rezó:
-Así como el viento remueve a los árboles, así como el agua de los ríos regresa al mar, así regresarás tu razón y actuarás como si nada hubiese pasado. Pero tu mente sabrá ya lo que ha pasado...
En cuestión de segundos, el rostro de Kwon Dami tomó color, sus ojos regresaron a aquellos orbes cafés oscuras, llevando su mano a su cien. -Dios... Papá...- Sin percatarse de lo que le había ocurrido, tomó carrera para ir al auto y resguardarse de la lluvia.
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Esa noche en que el cuerpo fue enterrado, la lluvia pasó, y en el cementerio se vivía un silencio sepulcral. Sólo el sonido de un gato maullar cortó aquella siniestra tranquilidad y de unos pasos perseverantes pisando los charcos y las ramas, además de lanzar a punta pie varios floreros que adornaban algunas tumbas.
-Flores para un muerto... Eso sí que es ESTÚPIDO- Vociferó una voz femenina, lanzando a la vez una carcajada abierta que hizo eco en todo el lugar. Aquella mujer se detuvo por fin, frente a la tumba más nueva de todas. La observó con sus ojos dorados, ladeó su rostro de costado y, esbozando una sonrisa, habló con voz tétrica y algo grave al tiempo que sacaba un pañuelo de su vestido color negro, y, con mano enguantada, lo llevó al rabillo de su ojo derecho, el cual dejó caer una lágrima negra al tiempo que decía- ¡QUÉ TRISTEZA, TODOS LLORAMOS SU MUERTE!- Hizo una pose dolida, y cuando por fin suspiraba hondamente, una voz masculina y grave le habló desde atrás.
-Esa pose no te luce para nada, Arim-
La aludida se giró, pasó aquel pañuelo negro por su rostro, el cual estaba bañado de lágrimas negras, y enseguida sonrió macabramente para lanzarse al frente de la lápida y acomodarse en aquel trozo de piedra, al tiempo que elevaba elegantemente una pierna y la cruzaba con sensualidad mostrando sus finas piernas, en las cuales se lucían una medias que llegaban hasta el muslo, sus botas negras con suela roja y su esbelta figura. Enseguida aquella mujer reprochó:
-Awww, Solan, eres tan aburrido y antisocial. Además de no tener sentimientos y una pizca de sensibilidad.
-Y tú no entiendes que no estamos aquí para jugar. Deberías dejar de poseer cuerpos tan...
-¿SEXYS?- Cuestionó, lanzándose a su lado y tomando una mano de aquel sujeto llamado Solan, y posándola en uno de sus pechos- ¿Se te antoja, hermanito?
-Eso es asqueroso- Siseó con gravedad, apartando su mano y yendo al frente para observar la lápida en la que antes estaba sentada su hermana Arim. Aquel hombre de cabellos negros ataviado con un enorme abrigo oscuro, arrugó las cejas con fuerza sentía furia en su interior.
-Lo envidias, ¿cierto?
-Estas equivocada. Soy el encargado de cuidar al próximo compañero de nuestro padre, lo olvidas- Arim chasqueó sus dedos.
-¡¡Oh, sí!! Porque ya tenemos más de 10 siglos sin poder tener un nuevo hermanito- Sonrió la mujer de manera cariñosa.
-No es fácil embarazar a un hombre. Ya nuestro padre nos ha dicho que... -Sí, sí, sí. Tiene que nacer cierta fecha, ser de una familia resurgente de sacerdotes y bla, bla...
-Sí, y lo principal: tenemos que deshacernos de su guardián- El rostro de aquel hombre se tornaba siniestro- Y lo que me enfada más, es no saber quién y en dónde demonios está ese Guardián de KWON JI YONG- La rabia lo rodeó por completo, tanto así que sus ojos ágiles dieron una mirada rápida a la lápida del padre de Ji Yong, y con prisa ésta se quebró por la mitad. Arim sonreía de medio lado.
La cacería estaba por comenzar, y sólo sería el inicio de una agradable y espeluznante travesía...