Como te extraño Itachi… - murmuraba inconscientemente un rubio de piel canela tirando en una cama, en una habitación de piso frío y techo sin ánimo… la lluvia le retorcía en el corazón más la lluvia interior que salía a flote en sus lágrimas se dejaba caer en el nombre de su amado… Itachi, como lo amaba, como lo quería, pero él un ser tan noble, que sacrificó sus ojos en ese accidente solo para que el rubio pudiera ver de nuevo, visión que se le había debilitado por no poseer córneas sanas. Se preguntaba mil veces, ¿Por qué se mató en ese accidente? Él le debía explicaciones, palabras que no se escuchaban porque el viento se las llevaba y las mezclaba con la lluvia que ahora mismo caía.
¿Por qué eres tan cruel? – Su sonrisa se desvanecía en el recuerdo… Nunca lo vio, tan feliz que estaba por ver de nuevo que no se dio cuenta que su amor le dio esa gran oportunidad. Maldijo a la vida, maldijo a Itachi se maldijo a él mismo… ¿Qué iba a hacer ahora? Era Naruto Uzumaki, el novio de Itachi Uchiha, estaban tan enamorados, planificando viajes, hijos, una familia que ambos no tuvieron… Viviendo siempre en el orfanato, viéndose ambos crecer, pero esto era el colmo, ¿Por qué era tan triste? ¿Qué acaso no se merecía ser feliz? ¿De que le servía tener visión si aduras penas la usaba? ¿Si no podía verlo? Lo veía en fotos, se sorprendió de la belleza de él y de la suya, eran tan diferentes, tan opuestos y tan compenetrados.
No, Itachi, te amo, pero ya ha pasado un mes de tu muerte… de nada me sirve que estés muerto… - murmuraba despacio, imaginaba otra cosa, imaginaba estar en el pecho de su amado, besándose, acariciándose, haciendo el amor, con cada juego, con cada gemido, tomados de la mano destacando el mejor momento…se le escapó una sonrisa…que rápidamente se transformó en una lágrima, los ojos de Itachi eran suyos, el vería a través de él, en este mundo hay cosas lindas, cosas bellas y cosas espantosas… como la lápida con el nombre
Itachi Uchiha…
Odiaba todo, odiaba la vida, odiaba a Dios, le tenía miedo, le tenía terror odiar tanto.
Pasaron días en los cuales no hacía nada. Se paraba de la cama lo necesario para vivir, para subsistir, un zombie tenía mejor cara que él, no se perdonaba si quiera el hecho de que no podía soñar con Itachi, el creía que la gente se aparecía en los sueños para tranquilizar a sus seres queridos, imaginó por un segundo que estuviera vivo, pero no fue así. Dudas lo atormentaban, sus amigos preocupados por él, desistieron de manera contundente, todos le dieron la espalda, pero el único que no lo hubiese hecho hubiese sido él…
Suspiró, se sentó en la cama y miró la lluvia – te encantaba tanto amor, disfrutaba cuando te bañabas en la lluvia porque te escuchaba reír como un niño – sonrió melancólicamente a la ventana, se levantó y se apoyo de ella, buscando refugio en alguien que ya no estaba…
Itachi, dame una señal… me muero en vida – decía Naruto suplicando, no podía más, no podía resistir mas… sintió algo extraño, un mareo, fue al baño donde vomitó, le desagradaba en exceso que le pasar eso, sin pensar se llevó las manos al estómago, sintiendo una palma en su hombro…
¿Itachi? – Su corazón se aceleró como cuando Itachi lo tocaba – Amor, amor, ¿que hago?- preguntó – te siento dentro de mí - se abrazó… por primera vez en un mes sintió que Itachi le cuidaba…