Estaba acalorado. El calor le ponía de mal humor. Suspira enormemente, puesto que él, de carácter amable e hiperactivo por naturaleza siguió abanicándose mientras maldecía. La luz se había ido y mando a Itachi para que comprar hielo, el pobre le hacía caso en todo, lo complacía en lo más mínimo, le encantaba la manera en como lo miraba, Naruto decía a e Itachi corría improvisando para complacer al pequeño. Se llevaban seis años, Itachi era del promedio de estatura.
Ya llegué amor – anunció Itachi cargando la bol
Estaba acalorado. El calor le ponía de mal humor. Suspira enormemente, puesto que él, de carácter amable e hiperactivo por naturaleza siguió abanicándose mientras maldecía. La luz se había ido y mando a Itachi para que comprar hielo, el pobre le hacía caso en todo, lo complacía en lo más mínimo, le encantaba la manera en como lo miraba, Naruto decía a e Itachi corría improvisando para complacer al pequeño. Se llevaban seis años, Itachi era del promedio de estatura.
Ya llegué amor – anunció Itachi cargando la bolsa con hielo. Naruto lo miró de reojo, pronunció unos cuantos insultos a lo que el pelinegro le ignoró, pensaba en decirle lo cansado que estaba, pero en cuanto pronunciaba palabra ¡Bam! El rubio se quejaba por el intenso calor, lo amaba pero algunas veces necesitaba calmar sus deseos sexuales y cuando Naruto se ponía insoportable se echaba agua fría para calmarse.
Le costaba mantenerse, volteo a ver al rubio y sirviendo un vaso con agua se lo llevó al rubio quien estaba pegado a la ventana, quejándose de la escasez de brisa, culpando al gobierno de una condición natural, lo tomó y miró fastidiado a quien tenía al lado, Itachi solo suspiró y se sentó resignado. Apoyando la mano derecha en la pierna y en esta la cabeza, lo miraba de reojo, vestido con unos pantalones cortos y una camiseta le provocaba, él se merecía su premio de recompensa, aunque si bien, el título no le gustó ya que hacía de referencia un perro, se irritó más y reviró los ojos para tumbarse en el sofá en el cual estaba sentado.
Itachi veía el techo, ahí estaba Naruto otra vez hablando, para divertirse, se levantó y poniéndose en la misma postura que el rubio empezó a imitarlo en silencio, pasando desapercibido y que, para molestia del rubio que se sentía ignorado volteó encontrándose con la escena bastante graciosa, alzó las cejas incrédulo por la visión, empezó a pensar que el calor y la abstinencia lo estaban volviendo loco.
El mayor le lanzó un beso, Naruto aprovechó la oportunidad para desatar su hiperactividad, cosa que, no le molestaba a Itachi, pero en verano pasaba siempre por lo mismo, prefería cortarse las orejas y enterrarlas hasta el fondo del subsuelo antes de oír las quejas de su querido tormento. Lo amaba, lo amaba verlo quejarse, pero no oírlo, gritaba muy fuerte, vociferando groserías, no hallaba como calmarlo, si sabía pero eso desataría un castigo grande.
Un mes sin sexo
Naruto tenía las riendas, era fuerte, pasible y le encantaba lo que producía en el Uchiha, indudablemente le encantaban los hombres mayores y es que el rubio era bastante coqueto y no se dejaba dominar por nadie. Ni siquiera por Itachi. Era él quien lo dominaba. Caminó despacio hacia el Uchiha, quería provocarlo, con el calor podía desencadenar muchas cosas, que Itachi se convirtiera en un toro salvaje, o que se diera una ducha de agua fría. Naruto también necesitaba que lo trataran pasional, aprovechándose de las condiciones en las que estaban, trataría de sacar ese lado salvaje de Itachi. Le provocaba morbosidad. Mucha. Itachi siempre lo trataba bien, de eso no se quejaba, en el sexo era calmado y apasionado, pero quería mas y sabía perfectamente que Itachi se contenía, lo que hacía que el se contuviera se molestara se fuera la luz hubiese calor y eso, incrementaba su mal humor.
Itachi – llamó mientras rodeaba con sus manos la cintura de su novio.
Dime – lo tomó delicadamente besándole en los labios suavemente
¡Coño! – lo empujó para la sorpresa de Itachi, el moreno tenía una gran virtud que contrastaba con Naruto, la paciencia. Miró detalladamente, la frene, se arrugaba, lo comparó mentalmente con un buldog, causándole gracia al instante, desquiciando al rubio – Quiero que estés a tu máximo, quiero que seas muy salvaje Itachi, mucho mucho… - Itachi no lo podía creer, siempre conteniéndose para no lastimar al rubio y ahora le pedía semejante cosa. Amó más que nunca que fuese verano.
Está bien, pero no habrá súplicas después, si te arrepientes, te jodiste – pronunció cambiando rápidamente de posición, ahora era él quien dominaba, como le gustaba. Naruto se sorprendió de las palabras, hasta se había asustado, pero le gustó, se sintió deseado.
Lo tomó de las muñecas, provocando una expresión de susto en Naruto, lamió su cuello sudado, el calor era buen componente, empezó a besarlo fuertemente, dejando marcas rojas, haciendo gemir a Naruto, con las dos manos lo alzó por la cintura restregándolo bruscamente contra su miembro medio despierto, besó su boca rápidamente, con una mano le empujó en la nuca hacia adelante, ahogando a Naruto quien sádicamente, disfrutaba del monstruo que liberó.
Oh si Itachi, muéstrame el poder de tu sharingan – llámese sharingan al nombre del miembro del Uchiha.
Itachi rió por lo bajo, quitó rápidamente la camiseta, dirigiendo su boca a los pezones de su amante, moviendo rápidamente la lengua, expulsando gemidos, acto seguido lo levantó y se desbotonó el pantalón dejando ver a sharingan en el principio de su apogeo.
Chúpamela – ordenó, el brillo de lujuria que emitía el portador del sharingan – y mas te vale hacerlo bien – sonrió lascivamente, acto que excitó a Naruto, tomando el miembro entre sus manos e introduciéndoselo en la boca, empezó sin vacilar con movimientos rápidos, mientras estimulaba los testículos, Naruto disfrutaba, como le prendía estar así. Itachi posó la mano en la cabeza de su amante marcando el ritmo, mas bruto, más salvaje, quería que se lo metiera todo, sonó un poco ahogado, pero eso no le impidió seguir, le excitaba, tenía tiempo que no le hacían sexo oral, se sacó su miembro de la boca y chupó la punta, la lamió y el líquido pre seminal se veía, Naruto masturbó un poco con su mano antes de volver a metérselo en la boca, más rápido que antes, más salvaje.
Muy bien Naruto – lo felicitó pausando el hecho, lo besó apasionadamente, sus lenguas se cruzaban, peleaban, la pasión aumentaba así como el calor, era verano, sus cuerpos estaban resbalosos por la capa de sudor que brotaba.
Lo condujo hasta el sofá donde le quitó el pantalón bruscamente, dejando escapar un quejido de los labios del menor – ahora abre bien esas piernas, que no hay preparación – apunto su miembro a la entrada – sharingan estará feliz – y de una estocada lo metió, Naruto gimió abiertamente de la excitación, no le dolió porque aun en su locura Itachi se cercioró de no lastimarlo.
Adentro afuera, lento y rápido, movimientos pélvicos perfectos por parte de Itachi que siempre le gustaba estar arriba, cada vez intensificaba la velocidad y la profundidad, dándole en el punto a Naruto, se retorcía del placer, gemía como siempre, pero el placer era diferente, tenía los ojos cerrados, así sentía más las penetraciones de Itachi, parecía un toro, una maquina de penetraciones, un hombre lleno de testosterona, no era tan delicado con él era más bien rustico y eso le excitaba más, antes de que se corrieran Itachi se puso de pie.
¿Qué pasa? – preguntó medio molesto, Itachi se masturbó delante de su cara
Chúpamela, que quede satisfecho – ordenó indicando, Naruto no lo pensó dos veces, se lo metió en la boca gustoso de hacerlo, lo lamió, lo chupo, Itachi marcaba el ritmo fuertemente, aprovechaba y tocaba los glúteos de su pareja, un gemido de Itachi advirtió que estaba a punto de eyacular y así mismo fue, sacó su miembro de la boca de Naruto para correrse en su cara.
¡Eso fue genial! – Exclamó Naruto limpiándose – que salvaje – exclamó el rubio con su toque de hiperactividad – ¡vaya que si!
Itachi lo miró de reojo, hacía bastante calor, tomó un vaso con agua y lo bebió entero, le sirvió agua a su amante quien le agradeció, Naruto miró el termómetro de la casa y se dio cuenta de que la temperatura bajó dos grados y que ya no había tanto calor, nunca el verano lo puso de tan buen humor y ahí estaba, hablando de cuan excelente fue la experiencia vivida, Itachi suspiró, el rubio se encerraba en sus fantasías, pero sin duda lo amaba.
Desde ahora sabía de que manera quitarle el mar humor al rubio en días de verano.