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Especial de Shikanaru


Descabellado


Ladeaba su cabeza en sinónimo de fastidio, respiraba lentamente mientras veía el techo y escuchaba la hiperactividad de Naruto, su pareja. Decía cosas sin sentido, pegado al regalo que le hizo Sasuke Uchiha, su hermano y compañero de la infancia y cómo no, era una Xbox 360, suspiró otra vez. Naruto tenía muchos bríos, era fuente inagotable de energía, por eso la palabra favorita de Shikaramaru aburrido no compaginaba con él, shikamaru se divertía, pero su carácter lo dominaba, o más bien, se dejaba dominar.


Naruto idolatraba su regalo, pero volteó confundido a shikamaru, ya había pasado un mes de novios, siempre era lo mismo, le molestaba que estuviese todo el tiempo pensando, a él le gustaba la acción, salir, divertirse, eran lo contrario. Naruto hiperactivo, derrochando energía, Shikamaru dormido, pero ya hace minutos dejó de ver su regalo, algo se le formaba, era una idea bastante “genial” , se le empezaba a gestar la semilla de la curiosidad, siempre hallaba la manera de hacer molestar a su pareja, sin lograrlo, pero esto no fallaría.


Caminó discretamente afianzándose en su descubrimiento, su sonrisa aumentaba, para ser una persona bastante floja, no podía explicar el hecho de que la cola de caballo estuviese intacta, casi perfecta y es que nunca le había visto con el cabello suelto, dormía así, se bañaba así, hasta copulaban así, era el colmo. Aprovechando el descuido de su pareja se montó encima de él, shikamaru se sorprendió un poco y lo encaró.


¿Qué haces Naruto? – preguntó sin cambiar la mueca de fastidio.


Nada – sonrió mucho mas, mostrando la dentadura, shikamaru alzó la ceja, aunque era inteligente y podía predecir un poco a Naruto esta vez no podía pensar en nada. Naruto tomó el cabello de shikamaru y trató de arrancarle la goma que se lo sujetaba


¿Qué crees que haces? – se levantó fúricamente, nada le perturbaba, ni siquiera le daba celos, Sasuke deseaba a Naruto y el no se preocupaba ante eso, pero le dio donde le dolía, su cabello. Arrugó la frente como nunca lo había hecho, sus ojos transmitían enojo y la palabra aburrido ya no se contemplaba en el vocabulario de este.


Naruto, quien yacía en el suelo por la acción pasada, celebraba fuertemente lo que ocurría, al fin descubrió el punto débil de su pareja, y con una sonrisa coqueta le preguntó – Hey, ¿cómo haces para que no se despeine? El viento pasa y tu cabello no se mueve.


Eso no te interesa Naruto – vociferó lleno de ira para luego calmarse rápidamente, sosteniendo con su mano el tabique de la nariz, se sentó y volvió a su postura inicial.


¡Soy tu pareja! ¡Dime! – gritó fuertemente, tenía pulmones de acero y shikamaru oídos de algodón, sus ladridos, como él le decía, no le perturbaban.


Hasta ahora.


Naruto no te voy a decir – masajeó sus sienes, era increíble, no iba a soportar por mucho tiempo, Naruto era bastante terco, inmanejable, se desquiciaba poco a poco. Naruto no pensaba quedarse así, quería quitarle la cola que lo sujetaba, quería saber, poco a poco se imaginaba una escena erótica, a cada penetración el cabello largo de shikamaru se movía, sacudió la cabeza, cuando tenían sexo, Naruto siempre iba arriba y tenía que penetrarse el mismo, ya que su pareja, yacía en el consumo de su carácter, sin embargo, primera vez que lo veía así, todo molesto, le encantaba, celebraba que hubiese acción.


Shikamaru – se levantó quedando a la misma altura – no me voy a rendir, la perseverancia vence a la inteligencia, ya verás – caminó dos pasos, se detuvo en seco, sabía que no iba a funcionar, pero como se encontraba alterado podía surtir efecto – invitaré a Sasuke teme para que juegue conmigo, ya que a ti te da flojera. Ante esto shikamaru solo gruñó, Naruto celebró en grande saliendo del departamento y yendo al de Sasuke, shikamaru se sorprendió, pensó que era un juego, que solo lo fastidiaba, lo maldijo mentalmente. Ahora tendría que armar una estrategia de ataque y defensa contra su pareja. La curvatura de su labio se expandió, le encantaba que fuese así, lo ponía a pensar y eso, más que todo le llenaba de fuerzas.


Se fue a la habitación de ambos, revisó cuidadosamente la almohada y junto sus manos, apoyando la punta de los dedos de la mano derecha con la izquierda, formando un círculo, cerró los ojos y trataría de predecir los movimientos de Naruto, pensó, pensó, hallando meticulosamente un error, se afianzaría en ello para sacarle provecho a la situación, ellos siempre apostaban, por quien ganase, siempre, en todas, perdía Naruto.


Estiró los brazos, bostezó, ya lo tenía todo planeado, se recostó de la almohada y sacó un pequeño radiecito con música, lo prendió y se durmió.


Naruto cruzaba al pasillo, la familia Uchiha eran vecinos de ellos, tocó la puerta, pensaba la manera de cómo contrarrestar, a estas altura shikamaru debió estar dormido, no sin antes “predecir matemáticamente” sus movimientos, shikamaru era muy estadístico, por eso quizás perdía en la apuestas, hoy él le demostraría con sus propias palabras que el 1% de las estadísticas también sucede y que los porcentajes d ganancia pueden ser invertidos.


Cuando de demostrarle algo a su novio, la inteligencia del fondo de su cerebro salía a flote y ese día era hoy.


¡Sasuke teme! – estrechó su mano con la de su hermano del alma, pasó adelante, saludó a Itachi, a quien respetaba como un padre, se sentaron en el sillón. Itachi le ofreció algo de tomar a Naruto quien aceptó gustoso, se sentó entre los dos menores, conocía las mañas de su hermano, y Naruto que siempre andaba en las nubes no se daba cuenta de las miradas.


Naruto, ¿te gustó el regalo? – preguntó Itachi, Naruto asintió feliz y Sasuke se descubrió, enviándole una mirada de rabia a su hermano.


¡Sasuke! ¡Vamos a jugar a mi casa! ¡Vamos! – lo tomó de la mano y se lo llevó rápidamente de su departamento.


Iba por el camino hablando pistoladas acerca de su nuevo juguete, Sasuke por otro lado se imaginaba las mil posturas que podía enseñarle al rubio y de la cara de placer de que pondría, pero primero lo primero, verificar si shikamaru estaba en el departamento. Era increíble que lo rechazara por un flojo, tenía muchas conjeturas, no podía decirlas.


Entraron al departamento y prendieron el aparato, Naruto se emocionó mucho y empezaron a jugar, Naruto gritó más de la cuenta quería hacer despertar a shikamaru, el rubio se hacía el “pendejo” obviamente se daba cuenta que Sasuke lo deseaba, aprovecharía ese error para poder ejecutar su plan.


Se despertó cansado, vio al espejo y notó que su cabello estaba normal, perfecto, la cola alta permanecía así. Se asomó en la sala y vio a esos dos jugar, muy cerca, Naruto rodeado por las piernas de Sasuke, shikamaru no sonrió, se molestó de sobremanera,  Naruto era muy inocente y distraído, seguro que el Uchiha se aprovechaba de eso para poder saciar en él su sed.


Pero no se le olvidaba la idea de Naruto, de quitarle la cola, tosió un poco y Naruto se dio cuenta, volteó y saludó dulcemente a shikamaru, éste se le acercó y Sasuke le robó un beso al rubio, ¡eso si que no se lo perdonaría! Rápidamente tomó a Sasuke del cuello y Naruto, velozmente se colgó en la espalda de shikamaru arrancando de tajo la cola.


¡¡¡Te lo dije!!! – gritó fuertemente, chillando a los oídos de los otros dos.


Naruto apoyó las manos de los hombros de shikamaru, palpó su cabello, tieso como un alambre, no se movía, no nada.


¡No se mueve! – Pronunció decepcionado - ¡En tu cara! ¡El 1% de las estadísticas se cumple también! ¡Te arranqué la cola!  - Naruto murió de risa al observar la cara de su amado, con el cabello en puntas, parecía un sol de petróleo, un puercoespín, con el cabello vuelto un desastre y además tieso, echó a patadas a Sasuke del departamento.


Miró a Naruto.


¿Y tú que crees? ¿Qué solo tengo esa cola? – Preguntó triunfal – tengo muchas de esas, mira – señaló encima de la nevera una bolsa llena de colitas, además, antes de dormir shikamaru se puso de pulsera una cola, que con ella se amarró el cabello al frente de Naruto.


¿Cómo no me di cuenta de que estaban encima de la nevera? – interrogó asombrado.


Es fácil Naruto, como siempre te la pasas comiendo y mirando de lleno las partes en donde el refrigerador poseía comida, supuse que no tenías el más mínimo interés de mirar arriba – y como siempre le dio una patada mental.


Se conformó con demostrar el 1%, shikamaru siempre tenía la razón.


Pero al menos cumplió su afán, shikamaru es tan flojo que consume un envase de gelatina mediano para compensar el simple acto de peinarse.

Notas finales:

Disfrutenlo!!!!


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