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¡¿Me enamore de la mascota de mi hija?! por Eliann

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Notas del fanfic:

Bueno en realidad este es mi primer fic de esta serie... n.nU llevo leyendo bastante y dije... bueno por que ¿no? ... se me vino la extraña idea a la cabeza... soy un extraño y demente loco .__.U bueno. Realmente deseo que le guste y que no le incomode 

Notas del capitulo:

Bueno... aquí vamos... con el primer cap... me siento como cordero al degolladero y no se por qué XD 

Era un día lluvioso, en la blanca habitación de un hospital rezonaban el llanto de una recíen nacida. Pero aunque debía ser un acotencimiento que llenara del alegría al corazón del padre y la madre de la pequeña significaba la muerte de la mujer que tanto amaba. El corazón del hombe que allí estaba cotemplando la última hermosa sonrisa de su amada... se sentía destrozado pero su expresión no mostraba dolor alguno.

 

-Por favor cuidala muy bien Sesshumaru... por favor cuida bien de mi pequeña Rin-Fueron las últimas palabras de aquella mujer que tanto amaba el peli blanco -

 

-Te lo prometo -Respondió él para apretar por última vez la mano de su amada hasta que su cuerpo se volvió frío ella sabía las consecuencias de aquel embarazo era riesgoso pero deseaba tener el fruto de su amor. No importa si su vida costaba de ello -

 

Los medicos observaban la reacción de aquel hombre no mostraba dolor alguno por la perdida de su amada. Aunque no sabía que por muy dentro de aquella expresión fría se encontraba un corazón que se helaba nuevamente tras no tener el calor que su amada le brindaba para derretirlo. Al ver a través del vidrio a la pequeña. Una osada lágrima se escapo de su ojo derecho. 

 

-"Esta será la última vez que salga una lágrima de mis ojos" -Pensó el ojos ambar para mirar a la pequeña -

 

Había transcurrido siete año ya. Aquel día del nacimiento de su hija también era el día más doloroso para él aunque solo le mostraba una pequeña sonrisa a su niña y ella se la devolvía abrazándolo tiernamente, ella no tenia la culpa de nada después de todo. Como le prometio a quien una vez amo y al pesar de los años no dejaba de amar, protegía a su pequeña con recelo si alguien se atrevía a lastimar a su pequeña niña sería la victima de la ira de su padre. Quien con tiernas mirada cual asesino en serie "lo mandaba a la muerte misma" Venían de visitar la tumba de su difunta esposa donde la pequeña había colocado hermosas rosas blancas para ella.

-Papá... -Dijo observando al hombre imponente sentado cerca de ella -Quisiera tener una mascota 

 

-¿Una mascota? -Dijo sin observa a la pequeña -

 

-¡Si! ¡Una! es para no sentirme sola, ya sabes en la enorme mansión se que tengo a Jaken, y los demás sirvientes pero... quisiera tener un perro -Dijo la niña su padre la observo y un pequeño temblor recorrió su pequeño cuerpo al sentir la penetrante mirada de su padre -

 

-Si eso deseas, entonces esta bien pero recuerda que tendrás que responsabilisarte de ella y no dejarle solo el trabajo a la servidumbre -Dijo de manera fría a la pequeña quien solo sonrió -

 

-Si -Respondió con una sonrisa -Te prometo que le cuidaré bien 

 

A la mañana siguiente la pequeña se dispuso a tener a su mascota pero no importaba cuantas tienda visitaran. Ningún perro era de su agrado. Estando por las calles caminando junto al leal sirviente de su padre Jaken. Escucho unos ruidos.

 

-¿Hola? -Dijo la pequeña acercandose al callejón -

 

-¡Joven Rin no debe entrar allí! ¡Puede haber un ladrón o algo peor! -Dijo Jaken alarmado para que la pequeña se topara con un perro grande estaba un tanto sucio, al ver a sus ojos le recordaron a los de su padre puesto que ambos eran ambar -

 

-¡Que lindo! -Dijo para acaricar al perro, el cual le mostro por un segundo miedo pero se dejo acariciar -

 

-¡Joven Rin! ¡No sabe donde a estado ese perro! -Dijo el sirviente reprochando el comportamiento de la pequeña -

 

-¡Si se donde a estado! ¡En la calle! -Respondió la pequeña para que una gota de sudor recorriera la sien del sirviente -

 

-Eso es obvio... pero -Dijo él viendo la mirada de la pequeña -

 

-¡Quiero a este perro! ¡Lo quiero, lo quiero! -Dijo la pequeña muy feliz -

 

-No creo que a su padre le guste... que usted tenga un perro callejero -Dijo el sirviente -Sabe que puede tener uno de mejor raza que ese simple chucho -Al decir estas palabras el perro le gruño mostrandole los dientes como entendiendo lo que había dicho -

 

-Yo lo quiero es muy lindo vamos Jaken -Dijo la joven peli negra dandole una mirada, tierna y suplicante de cachorrito mojado -

 

-Bien, como usted desee joven Rin -Dijo rendido el sirviente aquel perro fue subido al auto, para ser llevado a la gran mansión, la pequeña junto con su sirviente Miroku baño al perro blanco el cual tenia un collar diciendo Inuyasha -

 

-¿Ese es tú nombre? -Dijo la pequeña -Inuyasha... 

 

-Creo que ya tiene dueño pequeña Rin -Dijo el joven -

 

-Pero... estaba en la calle significa que lo abandono, así que ahora es mío -Dijo ella el joven suspiro, al ser bañado el pelaje blanco del perro era majestuoso, tan blanco como los cabellos de su padre y sonreía feliz -

 

-Ahora es solo mío -Dijo abrazando a su perro, que con una pata colocada en el pequeño hombro de la niña parecia corresponder el abrazo -

 

Al ser avanzada la noche regreso Sesshumaro a su hogar. Encontradose con su hija dormida en el sofá abrazando a un perro blanco, sus sirvientes le explicaron que no importo cuanto le dijeran a la niña esta quería esperarlo suspiro para tomarla entre sus brazos y llevarla a su habitación al hacer esto el perro se despertó ambas miradas ambar se encontraron, una más fría que la otra, se llevo a su hija a la habitación bajo la atenta mirada del perro blanco, la dejo en su cama para arroparla.

 

-Buenas noches Rin -Dijo dejando un beso en su frente un gesto tierno para cualquiera, observo al perro a la entrada de la habitación para decir seriamente en un tanto frío y seco -Tú te quedas afuera -Dichas estas palabras si no fuera por que era un perro vería como una pena estaba posada en su sien por las palabras del mayor, pero solo se echo en la puerta del cuarto de la joven quedandose allí -

 

El perro no le simpatizaba tanto al dueño de aquella mansión. Pero que más daba a su hija le agradaba aquel perro. Aun no sabía que su vida daría un vuelco por aquel animal.

 

Continuara...

Notas finales:

Bueno, espero les halla gustado y por favor comenten n-n 


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