—Joven Lu, ya está todo listo.
El aludido giro la vista de su libro y esbozó una amplia sonrisa.
—Gracias Min. Ve a ver a Jongdae, no lo hagas esperar.
El mayordomo esbozó una sonrisa tímida y sus mejillas se pintaron de un color carmesí. Asintió levemente y tras una reverencia abandonó la habitación.
. . . .
Ah, ¿qué es…?
Sehun fue despertando, y sentía algo pesado sobre su estómago. Y en su intento de abrir los ojos pudo sentir el peso también en sus parpados. Pero finalmente los abrió con algo de esfuerzo. Todo era borroso.
Poco a poco la imagen se fue esclareciendo. Se encontraba echado en una cama, el cuarto estaba a oscuras y el peso en su estómago era causado por una figura humana. Sehun frunció el ceño. La imagen terminó de esclarecerse y vio que era un chico.
¿Quién…?
Aquel muchacho lo miraba fijamente y Sehun no podía explicarse en qué situación se encontraba. Entonces intentó mover sus brazos, pero estos se encontraban atados, al igual que sus piernas. Entonces entró en pánico. Se movía cual lombriz, intentado zafarse, pero las ataduras eran fuertes, y el desconocido encima de él tampoco ayudaba.
—Mierda…
—Shhh. —Musitó el joven acercándose lentamente, y luego soltó una risita.
Se puso de pie y Sehun oyó sus pisadas y como murmuraba la palabra “tijeras” por toda la habitación. Alzó un poco su cabeza y el cuarto era grande. Muy grande para lo que es el suyo.
¿Dónde estoy?
— ¡Oh, aquí están!
Sehun volvió a ver al chico acercarse a él.
—Bien, veamos… Primero… —Iba murmurando mientras examinaba el cuerpo de Sehun.
— ¿Qué es lo que—?
—Shhh. Estoy pensando.
— ¡Pero—!
— ¡Silencio Sehun!
Y Sehun creyó haber oído esa voz antes y haber visto esa figura también. Pero no recordaba de dónde.
El joven se sentó sobre sus muslos y tomó el borde de su camiseta. Giró la tijera en el aire lanzándole a Sehun una mirada picara, y empezó a cortar la prenda.
Terminó de desgarrarla y la tiro al suelo. A gatas retrocedió hasta quedar en los pies de su víctima y empezó a cortar el pantalón desde los tobillos.
Sehun sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo. — ¿Qué estás haciendo? —Casi chilló.
Pero el otro se limitó a reír despacito. Terminó de despojarlo de su pantalón y lo lanzó al suelo para dejarlo olvidado al igual que la prenda anterior. Volvió a gatas, esta vez sentándose sobre el miembro de Sehun.
—Tranquilo, hyung. No creo que sea malo, lo disfrutaras al final. —Decíaa la vez que se acercaba a su rostro.
¡Luhan!
—Luh—
Sehun no pudo terminar pues Luhan lo había empezado a besar.
Se resistió al principio, pero Luhan besaba muy bien, y se odió por eso. Esto debía ser una broma, y tenía que parar ya. Pero prácticamente no tenía ni manos ni pies para hacerlo.
—Lu…han
El menor se detuvo al instante.
—Qué bueno que lo sepas… Quiero oírlo cuando empieces a gemir.
Sehun iba a volver a hablar, pero fue callado por otro beso.
Luhan jugaba con la boca de Sehun como le entraba en gana. Notó que el mayor dejaba de poner resistencia y continuó jugando. Pasó sus manos por el pecho de Sehun y empezó a mover sus caderas, creando una fricción entre su trasero y el miembro del contrario. Empezó a jadear sobre los labios de este, y los volvió a besar. Hasta que una mordida de Sehun los separó.
—Ah, mierda… —murmuró limpiando un poco de la sangre con su pulgar, para luego pasarlo por el cuello del mayor.
— ¿Por qué haces esto?
—Un capricho mío por los hombres. —Y sonrío alzando una de las comisuras de sus labios.
FLASHBACK
Yixing alzó la vista de su celular al percibir un movimiento delante de él.
—Sehun, Sehun, Sehun. —Llamó. —Ah, espera, ¿qué iba a decirte?
El aludido rodó los ojos y continuó guardando sus cosas.
— ¡Ya lo recordé! Luhan te está esperando afuera, dijo algo sobre hablar de las fotos antes de mandarlas a la editorial… —Dijo pausadamente.
Sehun se extrañó un poco, pero salió a encontrarse con el joven modelo. Fuera del set se encontraba la fabulosa camioneta negra de Luhan, y ahí estaba él, apoyado en una de las puertas.
—Sehun, ven. —Lo invitó a subir en el lujoso auto.
Obedeció y subió, saludando al chofer. Giró a ver a Luhan y este le tapó parte de la boca y la nariz con un pañuelo. Después de eso, no recordó nada más.
FIN DEL FLASHBACK
Luhan continuó desnudándose frente a Sehun, siendo lo más provocativo que pudo. Se mordía los labios y de ratos toqueteaba a Sehun, lamiendo y besándole el pecho y cuello. Dejando su rastro húmedo hasta el vientre.
—Joder Luhan, detente.
—No quiero. —Dijo y se quitó los pantalones. —Wau, Sehun, tu erección es enorme. —Expresó.
—No puedo creer que seas un perver-¡HEY!
— ¿Pasa algo? —Preguntó con fingida inocencia. —Tranquilo, te va a gustar sentir mi lengua.
Luhan terminó de cortar y desgarrar el bóxer de Sehun y lo lanzó lejos. Tocó el miembro del mayor con sus dedos fríos. Rozó la punta con el índice y lo masturbó lentamente.
Sehun trataba casi inútilmente de no gemir. Sus jadeos eran constantes, y uno que otro gemido se le escapaba. Y eso contentaba a Luhan.
El menor continuó masajeándolo. Era como un niño con un juguete nuevo. Dio unos cuantos lametones antes de empezar a chupar.
—Luhan, detente. —Gimoteó Sehun.
—No lo haré. —Se interrumpió. —Así que puedes disfrutarlo.
Sehun volvió a moverse como lombriz, pero seguía siendo inútil.
—Deja de moverte. —Regañó, sonriente. —Es gracioso.
—Luhan… Para de una vez. —Suplicó con la voz entre cortada.
Luhan soltó una bocanada de aire a la vez que se volvía a sentar en el abdomen de Sehun.
—Escucha —susurró inclinándose hacia adelante—, no me voy a detener. Te tengo en mi cama y a mi merced. Me gustaste desde la primera sesión, ¿Cuánto tiempo crees que he aguantado? Sí, dos meses.
Sehun tragó saliva y se quedó en completo silencio.
—Ahora continuemos, no aguanto mi propia erección.
Y Sehun podía jurar que los brillantes ojos de Luhan estaban llenos de lujuria.
Luhan se quitó los boxers y, a gatas, se acomodó de tal forma que dejó su miembro en el rostro de Sehun, como exigiendo una mamada. Y obedientemente el mayor lo hizo, se la chupó con tal de acabar con esto de una puta vez.
—Oh~ Por la mierda, Sehun. —Gimió Luhan. —S-Se siente tan bien…
Luhan dio unos lametones al miembro del mayor y dijo:
—Te has puesto más duro, Hun.
Y este no pudo evitar sonrojarse. Para ser alguien joven, Luhan era muy pervertido. Claro está, nunca lo hubiera imaginado de esa forma.
Luhan se retiró, se puso de pie y buscó el lubricante en los cajones de su mesa de noche.
—Llegó la hora, Hunnie.
Sehun ahogó un grito y Luhan volvió a la cama, tomó el pene del mayor y lo humedeció con el lubricante. Luego, direccionándolo a su entrada lo fue introduciendo con cuidado, hundiéndose lentamente. Empezó a moverse pausadamente, pero a medida que pasaba el tiempo le urgió la necesidad de hacerlo más rápido. Sentía las gotas de sudor correr por sus sienes, y apoyó una de sus manos en el pecho del mayor mientras con la otra empezaba a tocarse a sí mismo.
Sehun trataba de imaginarse que estaba teniendo sexo con alguien que no fuera un menor de edad o una mujer, si fuera el caso, pero le era casi imposible, pues la mirada de Luhan inundaba sus pensamientos, y los chasquidos de piel contra piel lo seguían excitando, obligándolo a sentir únicamente el placer del momento. Así, su parte baja avisó que estaba a punto de correrse.
—S-Sehun… Ah~
Los dos se corrieron casi juntos. Sehun dentro de Luhan y Luhan sobre su abdomen.
—Eres increíble… —Terminó de decir con voz agitada.
Sin embargo, Sehun seguía sin creerse todo esto.