Capitulo 1 el nacimiento
Una rubia respiraba agitadamente recostada en su cama, su cabello se pegaba en su frente debido al sudor que corría por su rostro, siempre le gusto la idea de que sus hijos naciesen en casa.
- felicidades señora Karura todo ha resultado bien, su bebe ha nacido sano a pesar de ser pequeño y haber nacido un poco antes de tiempo- decía otra mujer de cabellos rubios como el sol y una marca en su frente, Tsunade una prestigiosa medico la cual en ese momento atendía en forma particular el parto de la esposa del general Sabaku.
-y… - esbozando una cálida sonrisa - ¿Qué es? – Interrogó la rubia madre que ya se había enderezado un poco y estaba semi sentada en la cama.
-…- las palabras no lograron salir de su garganta, la rubia medico no encontraba como decirle lo que era su hijo, con el bebe entre sus brazos envuelto en un paño blanco lo miro y con pesar logro articular sus palabras- karura su bebe es un doncel.
-¿Cómo lo sabe? ¿Está segura? – Se apresuro a preguntar – usted sabe bien que para una familia en la posición de la nuestra un hijo doncel seria una vergüenza, sobre todo para mi esposo… - tras la última palabra bajo su mirada.
- lo se karura, pero él tiene las marquitas en el hombro derecho las cuales indican que es un doncel – decía mientras observaba al pequeño entre sus brazos.
Los donceles se diferenciaban de un hombre por ciertas características, cuando eran bebes se reconocían inmediatamente por tener una marquita tras su hombro, tres puntitos, esta marca desaparecía de su cuerpo luego de la primera vez que tuviesen relaciones sexuales, aunque al crecer continuaban siendo diferentes a un hombre debido a sus características físicas, su cuerpo fino y delgado al igual que su rostro y facciones, su promedio de estatura más baja y principalmente por su capacidad de engendrar vida en su interior.
Tsunade recostó al pequeño ser junto a su madre para que esta pudiese ver a su hijo recién nacido
- es tan pequeño, tan… tan frágil, tan hermoso – pronuncio con su voz quebrada mientras contemplaba a un pequeño bebe pelirrojo junto a ella, una lagrima broto de sus ojos tras recordar a lo que los donceles eran condenados a vivir, la esclavitud – no te preocupes bebe yo te cuidare – contemplaba con suma tristeza y amor a su hijo el cual era poseedor de una piel nívea, cabellos rojos como el fuego y tras sus parpados unos hermosos ojos verde aguamarina delineados por fuera con una espesa franja oscura al igual que su progenitor – Tsunade… deseo pedirle un favor o pagarle por el si es necesario- fijó su mirada en la contraria con tal determinación que logro sobresaltar a la medico por un momento
- di… dígame, que es lo que usted desea pedirme señora Karura
- lo he decidido, voy a cuidar y proteger a mi hijo con mi vida si es necesario, pero antes necesito algo de ti
- pero que puede ser… ¿Qué es lo que usted necesita? – interrogo la rubia de cabellos largos
- es simple tu deberás afirmar que mi hijo es niña
-pero señora! – la medico se exalto por lo dicho –si su esposo se diese cuenta
- lo sé- interrumpió – mi esposo sería capaz de cualquier cosa y precisamente por eso diré que es una niña y tu deberás confirmarlo
- pero por qué niña, y no niño- cuestionó
- si mi esposo pensara que es un niño querría criarlo el mismo y notaria rápidamente que no lo es, en cambio al ser niña podría encargarme yo misma , además ya le di el varón que él quería, ya he cumplido mi deber como esposa.
- está bien señora karura, pero espero que este en pleno conocimiento que arriesgo mi posición al hacerlo y usted su propia vida.
- soy consciente de ello…
tras esto le fue dicho a todas las personas de la familia sabaku que el recién nacido en la casa había resultado ser una niña a la cual su madre había decidido llamar Gaara, fue inscrito en el registro como una niña obteniendo así una identificación, lo cual no era permitido para un doncel, estos ni siquiera eran inscritos al momento de nacer ya que eran considerados prácticamente como un mueble.
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~Residencia Uzumaki~
En otra zona del país otra mujer acababa de dar a luz a su primer hijo, lo abrazaba fuertemente mientras lloraba al saber que debía separarse de él.
-NO PADRE!!!, POR TODO LO QUE QUIERAS!! No me quites a mi hijo- lloraba la joven pelirroja mientras continuaba aferrándose al cuerpecito de su rubio bebe.
-Kushina, has deshonrado a nuestra familia al tener un hijo bastardo, si resultaba ser un varón tenía pensado criarlo yo mismo, pero un doncel es una ofensa mayor!! Lo enviaré lejos de aquí, y espero que agradezcas que no acabo con su vida y la tuya- hablaba con severidad el hombre.
-mi bebe- no dejaba de aferrarse al niño- padre no puedo creer tu crueldad.
- no hay nada que discutir, obedece a tu padre
Kushina sabía que no podía hacer nada, la impotencia la inundaba, sentía como una parte de ella se iría con ese bebe.
- padre, al menos permíteme la oportunidad de darle nombre.
-es una cosa, permitiré que elijas un nombre para él, pero a cambio deberás casarte mañana mismo con el esposo que yo elegí para ti.
-está bien padre, pero no rompas tu promesa, el será Naruto, mi hijo se llama Naruto.
Tras esto último el doncel fue arrebatado de los brazos de su madre y luego enviado a un internado para donceles el cual compraban bebes donceles, para criarlos, entrenarlos y luego ser vendidos cuando tuviesen la edad suficiente para servir en una casa.