Rap Monster
"RapJin: Discusiones"
—Es la quinta vez que te repito… sal de la habitación.
—Y te vuelvo a decir. No quiero irme —el peli-negro se cruzó de brazos.
—Hyung, te he dicho que estoy ocupado…
—Y yo te he dicho que eso no es importante.
—¿Perdón?
—Lo que oíste, NamJoon… No es importante.
—¡Sabes que esta es mi vida! —el otro descruzó los brazos.
—¡Una vida sin rumbo! Te la pasas encerrado todo el día… ¡si no fuera porque a veces vengo, capaz y ni probaras alimento!
El rubio se puso de pie y caminó hasta la entrada del estudio. Tomó la perilla de la puerta y la giró, abriendo paso para que saliera.
—Ahora te pido que dejes de hacerlo si tanta molestia te provoca.
—¿A qué te refieres?
—Como escuchas, hyung. Si tan molesto es para ti venir a mi estudio, será mejor que ya no regreses. —El mayor caminó hasta la puerta y se paró frente al otro.
—¿Qué acaso estás mal de la cabeza de tanto café que has tomado? —preguntó irónicamente.
—No es eso, es simplemente que ya me cansó tu cinismo con respecto a mi trabajo.
—No es cinismo, Joonie —se calmó un poco, al observar que su menor bajó la mirada, rehuía de él—. Es sólo que me preocupas… y sé que lo sabes muy bien.
—De todas formas… —se alejó de la puerta, sentándose en el sillón que muchas veces tomaba el papel de cama—, es que sigo sin creerme que no puedas aceptar el que haga lo que me gusta.
—Ese no es el problema —intentó aclarar—, lo malo es que ya no vas a tu departamento, ya casi no sales con tus amigos… desde hace un mes que no salimos juntos… —cerró la puerta con delicadeza, acercándose donde estaba el rubio.
Se sentó al lado de él, NamJoon rehuía la mirada de SeokJin… no quería observar aquellos ojos almendrados que le harían sentirse más culpable.
—Lo siento Jin.
—No tienes por qué —suspiró—. Entiendo por lo que estás pasando, después de todo es tu trabajo, pero… No debes dejar que esto te absorba del todo… ¿Ok?
El otro asintió, pero seguía sin regresar la cara. Jin se estaba desesperando por eso así que lo tomó de la barbilla e hizo que le mirara.
—No te quedes callado. Sabes que odio que hagas eso, sobre todo si estamos en medio de- —calló a su mayor acercándose a besarle en la mejilla.
—Hyung, entiendo lo que me dices. No tienes que seguir con tu sermón.
—¿Así que sermón, eh? —el menor rodó los ojos.
—Como sea. Lo siento, Jin. No pensé que te sintieras de esa manera.
—Debí de decírtelo antes —ahora él bajó la cabeza.
—No te culpes ahora… sólo vayamos a comer algo, ¿quieres?
—No creo que a las 11:00 pm esté abierto algún lugar decente para comer.
—¡Once de la noche! —preguntó, sorprendido.
—Claro… Si llegué como a las 5, tardaste una hora en comer y después como unas 4 en hacerme caso —se cruzó de brazos nuevamente, pero esta vez dando una imagen más vulnerable.
—L-Lo siento… —el menor se acercó y le abrazó—, te juro que no volveré a hacerlo… —el peli-negro correspondió rodeando el cuello del otro con sus brazos.
—Espero que así sea… sino no volverás a verme nunca jamás.
—Lo siento, pero sabes que no es cierto, Jinnie —rio por lo bajo.
—¿A qué te refieres?
—A que no podrías vivir sin mí, hyung…
—Espera —se separó bruscamente, dirigiéndole una mirada acusadora mientras alzaba una ceja—, ¿estás diciendo que soy dependiente?
—No. Sólo que me amas demasiado como para seguir sin mí —sonrió altaneramente.
—Conque así piensas… Veremos después si puedes hacer canciones entonces.
—Ok, ok, ok. Tú ganas… necesito más de ti que tú de mí.
—No lo diría de esa manera…
—Pero, después de todo, tú eres mi única inspiración para escribir.
—Oww… Mejor deja de decir estupideces y vayamos al departamento… ya preparo algo para comer.
—Como quieras, hyung.
Salieron del estudio y empezaron a caminar rumbo a su departamento después de todo estaba como a 10 cuadras de donde estaban.
—Por cierto —empezó a decir Jin cuando faltaba poco para que llegasen—… ¡Feliz cumpleaños!
—¿Qué?
—No me digas que lo olvidaste, despistado…
—Oye, ni si quera sabía la hora que era… creo que mucho menos me acordaría de la fecha.
—Siempre me lo imaginé… por eso no me tomé la molestia de conseguirte un regalo.
—¡O-Oye! ¡Eso es crueldad!
—Si ni tú mismo te acordaste, ¿por qué debería de hacer algo? —subieron las escaleras del edificio y cuando estuvieron frente a la puerta, el mayor abrió con su llave.
—Pero, de todas formas… hubiera sido lindo que me preparas algo, ¿no crees?
—¿Cómo tú lo hiciste el año pasado para mí?
—E-Eso no cuenta… te la pasaste con tus amigos ese día así que no pude darte nada. Técnicamente fue tu culpa por no querer venir conmigo.
—Esa misma escusa uso entonces. Si no hubiera ido a por ti, ni en cuenta de qué día es.
—Pero, no importa… —tonó a Jin de la cintura y lo atrajo hacía sí—. Tú eres el mejor regalo que puedo tener—selló sus palabras con un beso sobre los labios de su mayor.