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Lateralmente Destinados (KaiSoo) por EXOticWuFAN

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Notas del fanfic:

¡Hola! ^^

¡Este es el 3er KaiSoo que escribo! Jajaja XDDD Sin embargo, este se inclinará más a la fantasía y el misterio èwe

Espero les agrade ^^ 

Notas del capitulo:

¡1er capítulo! ^o^ <3 Espero les guste :D

¡A leer!

El día estaba reluciente como días anteriores. El sol salía muy temprano y a Jongin no le molestaba. Es más, prefería una y mil veces más al sol que días nublados llenos de lluvia. Aquellos días no le agradaban por el sólo hecho de que le quitaban las ganas de empezar todo con energía. Esa era una de las características que hacían único a Kim Jongin; su cambio de humor gracias al clima.

Eran exactamente las 8:50 de la mañana, por lo que bebió completamente su café, dejó la taza en la esquina de su escritorio y salió de su cubículo con su portafolio en mano hacia el salón asignado la semana pasada. Al entrar, recibió muchos “buenos días” por parte de los alumnos de nuevo ingreso y él les regresó el saludo. Seguido de esto se fue a sentar a su escritorio.

 

— ¡Oh! –dos chicas se pararon en la puerta justo antes de entrar – ¿Llegamos tarde?

— No, yo fui el que llegó temprano. Pasen.

— Gracias.

 

Ambas se dirigieron a sus respectivos asientos murmurando algunas cosas para ellas mismas. A Jongin le gustaba ser impuntual, pero demostrarlo llegando antes de la hora indicada. Precisamente por eso llegó 10 minutos antes de que la clase comenzara. Una vez que el minutero llegara al 12 y marcara las 9:00 en punto, se levantó de su asiento e hizo ademanes para indicarles a sus alumnos que guardaran silencio.

 

— Buenos días, jóvenes, y bienvenidos a esta escuela –sonrió –. Mi nombre es Kim Jongin y yo les voy a impartir la asignatura de Física.

— ¿Es difícil? –preguntó alguien.

— Ustedes mismos son los que se ponen esa barrera de dificultad. La asignatura será tan fácil o tan difícil como ustedes quieran.

 

Jongin se volteó para escribir diversos aspectos que quería que sus alumnos cumplieran así como una lista de los materiales que ocuparía. Otra característica que lo distinguía era que no le gustaba gastar mucho, y no porque fuera tacaño o egoísta, pero no le agradaba la idea de derrochar dinero cuando se podría conseguir algo de la misma calidad (o función) y a menor precio.

 

— Bien, esta es la lista de materiales que usaremos a lo largo del semestre. Apúntenlos, por favor.

Mientras sus alumnos hacían lo anteriormente pedido, Jongin habló nuevamente.

— En lo que anotan, déjenme decirles que soy muy honesto. Para nada regalaré calificación a quien no la merece, pero así como trabajen, así serán tratados. ¿Me explico?

— Sí –respondieron los demás.

— Esto no viene a ser una amenaza, sino un recordatorio. Ustedes están a unos años de tener la mayoría de edad, así que me imagino que ya son lo suficientemente responsables, ¿no?

— Sí.

— Bien. Si tienen alguna duda o pregunta, no se avergüencen y háganla.

— ¿Cuántos años tiene? –alguien preguntó.

— 24.

— ¿Es casado? –esa misma persona preguntó.

— Cuando dije “duda o pregunta” no me refería a que me preguntaran sobre mi vida personal.

— Es sólo una pregunta.

 

Jongin pudo observar que quien le hacía ese cuestionamiento era una de las chicas que habían entrado, por lo que pudo deducir que a ella le importaba más su profesor que la propia materia. Jongin tenía que pensar en una respuesta rápida. Si le respondía con la verdad, probablemente seguiría preguntando. Iba en contra de su ética, pero prefirió mentir.

 

— Sí, estoy casado.

— Lo pensó mucho.

— ¿Ya anotaste lo del pizarrón?

— Ya.

— Bueno, entonces prosigamos.

 

A Jongin le gustaba su trabajo, demasiado, lo único a lo que tenía que enfrentarse recurrentemente era a ese tipo de cortejos. Aun cuando algunas mujeres disimulen no pensar en aspectos indecentes sobre un hombre, lo hacen, hasta incluso más que los hombres. Por eso Jongin las denominaba con un adjetivo: peligroso. Sí, para Jongin las mujeres eran un peligro, y por eso no quería involucrarse con ninguna.

Las horas de clase pasaron muy rápido y llegó el receso, el único tiempo en el que encontraba paz. Bueno, a veces no la conseguía por una sola razón, y esa razón se llamaba Sehun. Sehun era un chico de su misma edad, quien también era profesor en un área completamente opuesta a la de él: Social. Mientras que a Jongin le gustaba centrarse en problemas, Sehun trataba de buscarle un significado a todo. Ambos eran muy distintos, y por eso se caían bien.

 

— ¿Qué tal tu día? –preguntó Sehun.

— Bien. En general, bien.

— ¿A qué te refieres con “general”?

— Que no todo lo fue.

— ¿Por qué?

— ¿Acaso las mujeres son más atrevidas porque se desarrollan más rápido?

— No lo sé. No soy biólogo.

— A mí me gustaría serlo sólo para entender ese hecho…

— ¿Por qué lo dices? ¿Te acaba de pasar algo con alguna?

— Algo así.

— ¡Cuéntame!

— Me preguntó si estaba casado.

— Y dijiste que sí.

— Sí.

— Muy bien, Jongin, muy bien.

— Te estás burlando, ¿verdad?

— No. A mí también me hacen ese tipo de preguntas.

— Pero tú con una mirada puedes matar a un oso, yo no.

— Sé más serio, Jongin.

— No puedo. Tiendo a relajarme mucho.

— Entonces no le des importancia. Si esa chica quiere llegar más lejos, tienes que ponerle un alto.

— ¿Qué hacer para ponérselo desde un principio?

— Eso ya lo tendrás que decidir tú. Nos vemos, mi clase comienza en pocos minutos.

 

Jongin suspiró cuando Sehun salió del salón. Regresó a sus labores y le dio un mordisco grande a su manzana. Le quedaban aproximadamente 5 minutos para comer, pero una sola manzana era lo que llevaba, así que no se preocupó. Además, la chica preguntona ya no iba a regresar por el resto del día. Daba gracias que él se tenía que quedar en el salón y eran los alumnos quienes entraban.

El resto del día pasó demasiado normal para el gusto de Jongin. Los grupos posteriores al descanso fueron mejores que los antecesores, y eso le quitó el mal humor que tenía. Terminando de firmar la hora en la que terminó su turno, se despidió de sus demás compañeros y fue a una cafetería muy conocida por él.

El horario de Sehun constaba de un poco más de tiempo porque entraba más tarde, así que se dedicaba a esperarlo en aquella cafetería, realizando algunas actividades para el resto de la semana, acomodando horarios o haciendo actividades que lo entretuvieran durante todo ese tiempo. Sin embargo, por alguna razón ese tiempo estaba pasando más lento de lo normal. ¿Por qué?

 

— Hola, Jongin –Sehun había llegado.

— Hola…

— ¿Qué te pasa?

— Nada. Juro que la última vez que vi el reloj eran todavía las 3:00 de la tarde.

— El tiempo pasa rápido, Jongin. ¿Ya ordenaste algo?

— No. Ordena tú.

 

Jongin se sentía confundido y no sabía el por qué. De un momento a otro comenzó a sentirse mareado y no escuchaba lo que Sehun le decía. Tal vez comió algo y le afectó o algo parecido, pero realmente no estaba poniendo atención a las cosas de su alrededor. Cuando pudo enfocarse a las palabras de Sehun, éste tenía el ceño fruncido.

 

— ¿Qué te ocurre? –preguntó Jongin.

— Eso es exactamente lo que te vengo preguntando desde hace décadas.

— No exageres.

— ¿Entonces qué te ocurre? Desde hace rato no me estás poniendo atención.

— Lo siento, Sehun. De repente me sentí cansado.

— ¿Dormiste bien ayer?

— Sí. Me aseguré de eso.

— Entonces comamos, tal vez te falta energía.

— Tienes razón.

 

Sehun se encargó de mantener despierto a Jongin por lo que restó del tiempo. Ahora sí estaba teniendo un flujo normal. Sehun siempre salía con alguna ocurrencia que hacía que Jongin estallara en risas. Jongin todavía no comprendía el por qué el tiempo pasaba más rápido cuando los momentos eran gratos. Su amada especialidad todavía no encontraba una respuesta, y era de eso en lo que estaba trabajando su tesis.

 

— Bueno, me tengo que ir –dijo Sehun –. Nos vemos mañana.

— Nos vemos.

 

Ambos se despidieron y se dirigieron a sus respectivas casas. Hace no más de un mes, Jongin había comprado su casa. No era grande ni pequeña, era lo necesaria para las cosas que podría tener un soltero. Sí, para sorpresa de muchos, Jongin no estaba envuelto en ninguna relación. Y esto no era porque no quisiera, sino que aún no encontraba a aquella persona con la que le gustaría pasar el resto de sus días. Sehun le estaba pegando lo poético…

Jongin entró a su casa y todas las luces estaban correctamente apagadas, pero hubo algo que le causó sorpresa. Una luz brillante salía por uno de los pasillos, ¿pero por qué? él recordaba haber apagado todas y cada una de las luces. ¿Entonces por qué el pasillo estaba iluminado?

Se acercó con cautela y se asomó lentamente y pudo ver que algo al fondo del pasillo era lo que despedía aquella luz, pero estaba cubierto. Según sus conocimientos, ahí se encontraba un espejo, pero era absolutamente imposible que un espejo reflejara alguna especie de luz por sí mismo. Lo cual alarmó en gran medida a Jongin.

Tragó saliva y se fue acercando a aquél objeto. Posicionó sus manos sobre la tela y la quitó rápidamente, pero una luz completamente blanca lo cegó, dejándolo inconsciente. Al abrir los ojos se encontraba en el piso, en su casa, pero era de un color muy distinto. El espejo ya no estaba y todo se encontraba en silencio. ¿Qué estaba ocurriendo?

Notas finales:

¡Muajajajajaja! X) ¿Qué estará pasando? O__O Averígüenlo en el siguiente capítulo jejeje XD

Por otra parte, ¿quién no quisiera que el SeKai fuera sus maestros? *-----* <3

NO HAY SEKAI XDDD Antes de que me pregunten jajaja. Esta historia es 100% KaiSoo -w- Y tal vez algo más èwe

¡XOXO! Espero sus reviews ^^


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