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Every Breath You Take por HowDoILook

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Notas del capitulo:

No tengo mucho que decir, solo que espero que disfruten de leer tanto como lo yo lo hice, al escribir.

 

Ninguno de los personajes son de mi autoridad.

Sin más que decir que:

 

ENJOY <3

 

Miss Lau

Cuando los mundos, solo eran uno. Doce grandes leyendas, cuidaban y alimentaban al núcleo de la vida, una época llena de paz entre razas. O eso se creía, pequeños grupos de rebeldes, estaban en contra en convivir todos como iguales, creyendo en la fiel idea, de que ciertas razas eran mejores que otras.

Uniendo toda la maldad que había en sus corazones, creando a las conocidas sombras. Seres sin rostro, llenos de odio y sin una pizca de compasión, criaturas sin almas, que solo buscaban destruir el núcleo de la vida.

Las doce leyendas al enterarse de tal traición, tomaron fuertes decisiones, separando lo que un día fue su gran orgullo, en diferentes tierras unidas por puentes flotantes, pero no estarían de nuevo juntas como en el pasado.

En un intento de ocultar el núcleo de las sombras, lo separaron en doce piezas, que fueron regadas por los mundos, provocando la inevitable muerte de las leyendas. A pesar de la caída de estas, juraron ante su pueblo en un ultimo aliento de vida, que volverían y derrotarían de una vez la maldad que ha sido creada por los corazones impuros.

Nadie sabe cuando o como volverán, pero el día en que las doce fuerzas se saluden entre si, la puerta a un nuevo mundo será abierta.

 

 

¿Pero qué vamos a hacer? ¡Ya no podemos seguir huyendo! En cualquier momento nos van a encontrar...

 

-¿Qué estás insinuando? ¿Qué nos entreguemos? Peor aún, que les demos a los niños para que hagan con ellos lo que quieren.

 

-No, no digo eso. Pero algo se nos debe ocurrir, ellos corren un enorme peligro en este mundo.

 

-Entonces, ¿qué hacemos?

 

-No lo sé, pero debemos pensar en algo y rápido, antes que las sombras, nos encuentren”

 

 

 

 

—Los tenemos a todos, ¿no es así, hyung? —cuestiono el joven apuesto, teniendo la vista en el mismo punto que su mayor.

 

—Supongo que sí, SiWon, pero apenas son... ¿Niños?

 

Y el mayor de los adolescentes no podía tener más razón observando a los pequeños niños y bebés que habían en la sala, tres bebés y nueve niños para ser exactos, los que según contaba la leyenda, serían las llaves para abrir la puerta que escondía un poder mucho más grande que cualquier otro. Quien fuera portador de tal poder, seria invencible. A ellos se les había encargado la misión de cuidarlos durante unas horas, mientras se realizaba la reunión del Consejo. En un principio, se imaginaron encontrarse con cualquier tipo de personas o razas, pero no con infantes que apenas, si podían defenderse solos.

 

Durante la siguiente media hora, HeeChul ya estaba más que harto, ¿quiénes se creían los del consejo para mandarlos a cuidar un puñado de niños? Que sí, que eran piezas esenciales para ir en busca de la paz entre mundos. Pero nadie que tuviera cuatro dedos de frente, se metería a uno de los lugares con más seguridad en el planeta al menos que quisiera morir, claro. Por lo tanto, su presencia en ese lugar, no era necesaria.

 

A demás que él no era poseedor de una gran paciencia como SiWon, que se encargaba de jugar con los pequeños más grandes, ni siquiera le gustaban los niños y ahora estaba encerrado en una sala con ellos, hasta quién sabe cuántas horas. Suspirando agotado, ignoró los gritos de ayuda del pobre caballo que en cuatro patas, tenía a los nueve niños en la espalda, para ir hacia la cuna donde estaban los tres más pequeños. Dos estaban despiertos, jugando, pero era tanto el ruido de los demás, que el tercero no tardo en despertarse. Por un momento, HeeChul se había quedado hipnotizado por la belleza del crío, piel acaramelada, labios gruesos y ojos tan oscuros como la noche, seguro de grande sería un hombre atractivo.

 

Curioso de lo que se sentiría, se inclinó más hacia la cuna estirando los brazos para tomar al pequeño en brazos y acunarlo hasta que cayera de nuevo dormido. Pero antes que pudiera hacer un movimiento más o siquiera tocar el niño, todo se volvió oscuridad, escuchando los gritos de SiWon a los lejos, mezclado con la voces de otras personas.

 

Al día siguiente, despertó en la cama de la enfermería de la base principal del Consejo. Cubierto casi por completo de vendas, sintiendo el repentino ardor de cada una de las heridas, seguro ya se había pasado el efecto de los medicamentos. Pero más que calmarse, intento levantarse al recuerdo de su compañero y de aquellos niños que estaban bajo su cuidado, pero fue detenido por unas manos cubiertas de vendajes, elevando el rostro, se encontró con el de su fiel amigo, algo golpeado pero con una ligera sonrisa, característica en él, en los labios.

 

— ¿SiWon?... ¿Qué ha pasado? ¿Y los niños? —no se contuvo de preguntar angustiado, tomando las muñecas del menor el cual solo bajo la cabeza, presionando más el agarre en sus hombros.

 

—Ellos están bien... Bueno, casi todos, algunos han... Han desaparecido HeeChul —expuso casi con dolor el más alto, abrazando el cuerpo más pequeño de su hyung al verlo en aquel estado de shock, con las incontrolables lágrimas cayendo de su rostro.

 

Desde ese día, Kim HeeChul, se culpaba de aquella perdida, sobre todo, al enterarse de que el pequeño que había captado su atención era uno de los desaparecidos.

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer mi pequeño, gran prólogo. Espero les haya gustado, espero algún comentario, claro esta, si solo es constructivo o con algún consejo, estoy abierta a cualquiera de esas cosas, deseo mejorar.

Que tengan una hermosa noche.

Miss Lau.


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