Lee Taemin, un muchacho muy apasionado por el baile, estaba cursando el último año de la Universidad de Seúl en la Facultad de Danzas y Canto. Tenía 18 años; dueño de una cabellera castaña lasia que le llegaba hasta los hombros; ojos radiantes que emitían tranquilidad, ternura y calma; de piel lechosa muy delicada, casi transparente y ¡ESO! su sonrisa era lo más hermoso, esos labios carnosos rosados te transportaban a otro planeta. De cuerpo de rasgos muy delgados pero con el peculiar don de transmitir ternura.
Estaba harto de que algunos de sus compañeros lo trataran como una niña. Por más que sea una Universidad prestigiosa, se decían y se veían cosas que nadie imaginaría. Le decían niña de finas caderas, niña… niña… everywhere, en especial ÉSE. Ése muchacho mayor a él. Aquel moreno que tenía el cabello castaño y las puntas de su cabello rubias. “NIÑA” lo llamaba Jonghyun desde la otra esquina del salón. Ya no soportaba eso, pero lo hacía todo por el baile. Preferiría mil veces que la Universidad sea solo deportes y baile, nada de estudio para no tener que verle la cara al imbécil de Jonghyun, Taemin solo ahogó su rabia y continuo hacia su asiento..
En ese momento el presidente de la clase, llamado Onew (todos le llamaban Hyung ya que era el mayor), se levantó y comenzó hablar. Generalmente Taemin nunca prestaba atención a las cosas que hablaban, pero desde que nominaron a Onew como presidente, ya que era muy amable con todos, se daba cuenta que las cosas que él decía eran razonables e interesantes. Taemin alzó su mirada y cada que Onew hablaba podía ver aquellos ojos que transmitían lealtad, dulzura y más que todo pureza, en conjunto de una sonrisa muy cálida; por eso hacía caso a todo lo que su hyung decía. Más por eso la clase entera decidió nominarlo para presidente.
Onew se paró enfrente y mostró en su mano una hoja que decía SENIOR YEAR PARTY. Taemin amaba las fiestas, más que todo, por el baile ya que podía ser quien en realidad era y el pastel, el BENDITO pastel. Taemin era un amante de los dulces, nunca se iba de una fiesta sin su pastel. Siguiendo las indicaciones de su Hyung, escuchó MUY atento. La fiesta sería ese fin de semana, nunca pensó que estaría a punto de graduarse, pero no sería mala idea irse a divertir con unos cuantos amigos que tenía en la clase del curso de baile que tenía después de la universidad.
Se levantó de su asiento y preguntó la hora de la fiesta, ya que tenía que irse a su práctica de todos los viernes después de clases.
- Claro que sí dongsaeng.
Dijo Onew con una sonrisa deslumbrante que Taemin sólo agacho la cabeza y Onew le dio una de las boletas. De repente Jonghyun comenzó a reírse.
- ¡Pero no se aceptan hombres con cara de niña! – dijo Jonghyun.
Todos comenzaron a reírse, menos Onew ya que solo atinó a calmarlos diciendo “BASTA!”.
Taemin quería llorar, pero nunca había sido de los que llora en público, así que cogió la hoja y salió corriendo al salón de prácticas. Ahí se le pasaría el mal rato que tuvo y se distraería. Así fue. Bailó como nunca; su profesor, un maestro de una edad bastante avanzada lo felicitó aplaudiéndolo desde el centro con sus compañeros. En ese salón Taemin se sentía a salvo, se sentía como en su mundo. La práctica terminó y se fue a su casa.
Él vivía con sus padres y un hermano, pero no cualquier hermano, era Kai, su gemelo. Éste era de piel morena. Le decían Kai, aunque su nombre real era Jongin. Nunca se llevaron bien. El papá de Taemin, tenía mucha preferencia a Taemin pero nunca lo demostraba así, mas, Kai si lo notaba.
Esa tarde en la cena, Taemin decía que tenía la fiesta al día siguiente. Mientras tanto Kai quería ir a como dé lugar. Quería conocer mujeres y hacer.. BUEEH.. ya saben.
- Iré a esa fiesta a como dé lugar. ¡Ya verás! Conoceré mujeres y diversión por una noche Woohoo! -decía Jongin a su lado, pero Taemin solo comía su cena.
Jongin le puso la mano en el muslo, Taemin abrió los ojos como platos al ver que su hermano no tan querido le tocó ahí.
- ¡YAAAH! Suéltame imbécil. -dijo Taemin en voz queda sin que sus padres lo notaran
- Es la única forma de que me prestes atención. –dijo Jongin muerto de risa- Me parece que eres homosexual. Siempre que te hago eso brincas JAJA, hermanito.
Jongin sólo reía mientras que Taemin, sorprendido ante lo escuchado, pidió permiso y se retiró de la mesa después de haber terminado con su comida.
Taemin estaba muy furioso, pero él no sentía lo que su hermano describía.
“¿HOMOSEXUAL?”
¡Ja! Kai estaba LOCO. No, ¿qué loco? Estaba TARADO. Así que se fue hacia la planta alta de su casa.
Kai era la réplica, en versión malvada, de Taemin. Sus padres le otorgaron el permiso, mas, a Kai no, por tener malas calificaciones. Pero Taemin sabía que de cualquier modo Kai iría, ya sea fugándose a media noche pero iría. Eso era lo único que le agradaba de Kai, él era decidido y valiente, aunque al día siguiente le espere LA REGAÑADA DEL SIGLO, igual se salía con la suya. Pero Taemin nunca le decía nada, sólo hablaban para que su papá, no se disgustara.
Esa noche Taemin tomó una ducha y salió del baño a su habitación. No tenía sueño así que decidió asomarse a la ventana y observar detenidamente las estrellas. Amaba como nadie, observar las estrellas. Le daban paz, aunque sus ojos tan brillosos, al estar observando tales luceros, eran más hermosos. JUSTO esa noche vió pasar en el cielo una estrella fugaz. Taemin reconoció tal estrella y pidió un deseo.
-Deseo conocer el amor, y ser correspondido.
Taemin se sonrojó ante sí mismo por semejante deseo. Segundos después su celular sonó. Era un mensaje. Era su Hyung quien en el mensaje decía:
“Dongsaeng, te espero mañana en mi casa por la tarde para ir a la fiesta. Ojalá no haya retorno kkkk.. Annyeong.”
Taemin sonrió y se lanzó a la cama. Pensó en su deseo y sus mejillas se tornaron de un color carmesí e instantáneamente se quedó dormido.