-Bienvenidos a la grieta del invocador.
La voz de la torreta de la base hizo que Diana abriera los ojos de golpe. Paseó la mirada por su alrededor para ver a sus compañeros; a su derecha, un Volibear furioso se crujía los dedos de las patas delanteras; a su izquierda, Ashe tensaba la cuerda de su arco; al lado de esta, Pantheon afilaba su lanza con el borde del escudo. Entonces la peliblanca se fijó, justo en frente de ella, Leona cortaba el aire con su espada. Durante unos segundos sus ojos se posaron sobre los de ella y rápidamente la castaña evitó su mirada, dirigiéndola hacia Volibear, que ya había echado a correr a cuatro patas hacia la jungla. Diana apretó con fuerza el mango de su hoja creciente y corrió dirección a la calle central del campo de batalla, uniéndose a una horda de minions que se dirigían a la misma calle. Cuando llegó a la torreta más cercana a la enemiga, esperó hasta que divisó los primeros minions enemigos y los suyos se lanzaron a la batalla. A lo lejos advirtió una armadura plateada, conforme se iba acercando alcanzó a ver el pelo rubio y la varita en la mano.
-Lux... -susurró.
Planeó todo en su cabeza, se dedicaría a matar minions hasta que ella atacara, no se iba a arriesgar. Se acercó lo suficiente como para alcanzar a los minions enemigos y comenzó a golpear mientras con cuidado, vigilaba cada movimiento de Lux que la miraba de reojo mientras lanzaba haces de luz desde su varita. En un momento, la rubia lanzó una anomalía de luz entrelazada al centro de sus minions y al estallar, acabó con todos, dejando a Diana completamente sola. Echó a correr para volver bajo la protección de la torreta pero Lux lanzó una esfera de luz que al golpearle hizo que no pudiera moverse y aprovechó para atacarle. La peliblanca golpeó el aire para liberar un rayo de energía lunar que impactó en su brazo, haciendo que soltara la barita. Entonces pasó el efecto de la inmovilización y consiguió volver a su torreta donde vio que sus minions ya habían llegado y volvían a la batalla.
En la calle de abajo, Ashe acertó una flecha en la pierna de Ezreal, que corría a duras penas mientras Caitlyn intentaba protegerle. Una segunda flecha congelada acertó en su espalda, haciendo que cayera al suelo y desapareciera.
-Genial Ashe -dijo Leona mientras con su escudo, desviaba las balas de Caitlyn.
-Podemos atacar a Caitlyn mientras Ezreal revive.
-De acuerdo.
Se lanzaron contra Caitlyn, a lo que esta echó a correr hacia el río. La seguían de cerca cuando de entre unas hierbas apareció Vi lanzando un puñetazo hacia Ashe. Leona reaccionó proyectando una imagen solar de su espada y lanzándose hacia la pelirrosa que intentaba golpear a la ágil arquera. Mientras, Caitlyn consiguió colocarse detrás de Vi, disparando a Ashe. Leona estaba tan concentrada en acabar con Vi que no se dio cuenta del certero disparo de la sheriff que acertó en la cabeza de su compañera, haciendo que de inmediato cayera al suelo. La castaña golpeó con su espada a Vi, consiguiendo así eliminarla, pero estaba débil y con un solo disparo, Caitlyn consiguió derivarla.
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La batalla se estaba alargando bastante, las tres lineas iban bastante empatadas y parecía que ningún equipo estaba dispuesto a rendirse. Entonces el equipo morado decidió reunirse.
-Podemos atacar por la calle central, sólo quedan dos torretas para entrar a su base, mientras, Volibear puede quedarse por jungla por si los otros deciden atacar por las otras líneas -dijo Leona.
-Perfecto -asintió Phanteon recogiendo su lanza.
Todos echaron a correr hacia el centro, mientras que Volibear se adentró en la selva. Cuando llegaron a la torreta enemiga la destruyeron sin ningún problema, Lux les observaba nerviosa desde la otra torreta de entrada a la base. Por detrás de esta, aparecieron Jayce y Ezreal, dispuestos a defender. Ashe disparó siete flechas en cono, las cuales alcanzaron a los tres, ralentizándolos, a lo que Diana y Phanteon se lanzaron a atacar cuando los minions se metieron en la área de la torreta. No había forma de saber quien luchaba contra quien, aquello era una feroz guerra de todos contra todos. Entre muertes de ambos equipos y la incorporación de los dos junglers, el equipo morado consiguió destruir la torreta y se centraron en el inhibidor para crear súper súbditos y asegurarse la victoria.
Jayce consiguió deshacerse de Phanteon y corrió en auxilió de Caitlyn que estaba en las últimas. Mientras, Volibear mató a Ezreal pero quedó lo suficientemente débil como para morir con un solo golpe de Vi, que lo dejó inconsciente y lo envió a base; por otro lado, Leona consiguió, con la ayuda de Ashe, asesinar a Jayce y a Vi pero no se dieron cuenta cuando Caitlyn se preparó para el tiro perfecto que dio en su blanco, la arquera, la cual murió al instante. Diana se lanzó contra la sheriff por la espalda, sin darle tiempo a actuar y matándola al momento.
A los muertos les quedaba bastante para resucitar, por lo que sólo quedaban Leona, Diana y Lux.
-Leona, encárgate de ayudar a los minions a destruir las torretas que quedan -dijo Diana blandiendo su hoja creciente con seguridad.
La castaña, no muy convencida, obedeció, dirigiéndose a la torreta. Cuando consiguió destruir la primera, dirigió la mirada a la batalla de las chicas, a lo que se observó de que ambas estaban a un solo golpe de morir. Entonces se dio cuenta de que Lux, con sus últimas fuerzas comenzó a girar la barita en el aire, reuniendo energía para lanzar su mejor ataque. La peliblanca se sostenía apoyándose en su hoja, respirando con dificultad, entonces Leona corrió hacia ella y en el justo momento en que la rubia disparó el rayo de luz hacia su compañera, se interpuso entre las dos, bloqueando el rayo con su escudo e inmediatamente, elevó su espada al cielo invocando un rayo de energía solar, derribando a Lux.
Phanteon apareció justo a tiempo para bloquear una bala de Caitlyn que iba directa a Leona.
-Llevala a base -gritó Ashe, que disparaba flechas para ralentizar a Ezreal.
Todos habían resucitado a tiempo y volvían a la batalla, Leona ayudó a Diana a entrar en la jungla para poder allí teletransportarse a base sin problemas. Al llegar, mientras la vida de ambas se regenerada, una luz azul en vertical se dirigió al cielo, indicando la victoria del equipo morado.
-Hemos ganado -sonrió Leona.
Diana, que ya se había recuperado, se alejó del contacto de la castaña, mirando al cielo, dirección hacia donde el rayo de luz iluminaba el cielo.
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Leona volvió al Monte Targon, donde la gente de su pueblo la felicitó por las últimas batallas ganadas en la liga de campeones. Entró en su casa, dejó su armadura y armas sobre una mesa y se tumbó en la cama. En su mente se repitió la última batalla, en especial cuando salvó a Diana. Entonces se preguntó ¿por qué la había salvado? Aquella mujer había causado demasiados problemas. Diana ignoró el poder del sol y al ser rechazada por sus ideales se encargó de matar a los ancianos Solaris de su pueblo. Ellos estaban muertos de verdad, si la hubiera dejado morir en la batalla no habría ocurrido nada, era la norma de aquella liga, habría resucitado pasado un tiempo, aún así la había salvado sin pensar. Sacudió la cabeza para olvidar aquello y miró por la ventana, empezaba a oscurecer. Decidió salir a dar un paseo por la noche.
Paseaba por un bosque cercano a su pueblo cuando observó a lo lejos a alguien sentado sobre una roca que sobresalía por un acantilado. Su pelo blanco recogido hacia atrás en aquella diadema metálica la hizo inconfundible. Decidió seguir caminando e ignorarla.
-Leona.
La voz de la peliblanca le sorprendió e inmediatamente se detuvo y se giró hacia ella.
-¿Qué?
-Gracias -dijo mientras se levantaba y se le encaraba.
-¿Por qué?
-Por haberme protegido del ataque de Lux.
-No es nada, eramos compañeras. Ha sido una buena batalla.
-Es cierto. ¿Qué haces despierta a estas horas?
-Quería salir a pasear de noche.
-Pensaba que a los guerreros Rakkor no os gustaba la luz de la luna.
-La soportamos -sonrió.
-Me ha gustado pelear a tu lado -admitió sin venir a cuento.
-A mi también, eres una gran guerrera, haces referencia a lo que cuentan de ti.
-¿Que asesiné a los ancianos Solaris?
-Exacto.
-No estoy muy orgullosa de ello. Aún nadie ha conseguido perdonarme que adore a la luna.
-Y con razón.
-Puede, pero se negaron al poder de la luna -dirigió la mirada al satélite blanco que iluminaba el cielo.
Leona evitó mirar a la luna, ella tenía otro tipo de creencias. Relajó los hombros y cuando volvió a alzar la mirada se encontró con los ojos de la peliblanca, que le miraba fijamente.
-¿Ocurre algo? -preguntó la castaña.
-Nada -evitó su mirada y se volvió a sentar al borde de la roca.
-Yo me voy ya. Si alguna vez volvemos a coincidir en la liga... será un placer volver a luchar a tu lado.
-Lo mismo digo.
Leona esperó unos segundo y luego volvió a casa, dejando a la peliblanca con los ojos fijos en la luna que tanto adoraba.
-¿Por qué el corazón me late tan rápido? -susurró.
Diana observaba la luna con la mano en el pecho, sintiendo en la palma de su mano como el corazón le latía más rápido que nunca. Al igual que le había pasado cuando Leona le había salvado y llevado a la base para curarla. En su mente apareció la imagen de Leona salvándole del ataque de Lux. Se levantó de golpe cuando el corazón volvió a latirle aún más fuerte al vislumbrar la imagen de la guerrera e ignorando todo pensamiento hacia ella, se adentró en el bosque, de vuelta a casa.