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Atrapado en mis pecados... por William Michaelis

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Notas del fanfic:

RECUERDEN RESUBIDO

 

Y BUSCAR CON EL HASHTAG

 

"AkumaSpears"

 

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Notas del capitulo:

BIENVENIDAS

Lugar: Inglaterra, Septiembre.

Un joven de mirada azulina estaba enojado: simplemente el idiota de su padre no le había tomado en cuenta, la familia Phantomhive se iba a aliar con la familia Michaelis solo por dinero ¿de qué manera? comprometiendo y casando a ambos jóvenes de las familias, Sebastian Michaelis un apuesto joven de veinticinco años junto a Ciel Phantomhive de catorce años, era verdad en la aristocracia a nadie le importa la edad o si en verdad hay amor... solo les importa el dinero y poder.

 

 Ciel estaba inconforme más aparte de ser comprometido con el sobrino de la reina de Inglaterra, no se le toma en cuenta, está enamorado de otro chico y si mil veces preferiría besar a un vago que a Michaelis, lastima sus padres no pensaban así

 

 El conde Vincent necesitaba ascender su sueño siempre fue atender el brazo de la reina como fiel perro y que mejor que la familia Michaelis para ello, Ciel y Sebastian ni siquiera se conocían y seria su primer encuentro en tan solo unos minutos. 

 La lujosa limosina estaba sumida en el silencio de los jóvenes, al gusto del chofer le era relajante verlos así ya que siempre estaban con sus perfectos movimientos de un lado al otro, y el verlos tranquilos era algo in-común. La limosina paro frente a una muy modesta y grande mansión y la puerta de los jóvenes Michaelis fue abierta deleitando a los padres de Ciel con las perfectas y varoniles figuras portando un elegante conjunto de militar con condecoraciones en su lado izquierdo, los tres jóvenes hicieron una reverencia ante ellos y se presentaron formalmente

 

-Lamento la espera, Conde, Condesa... pero había que atender unos pequeños asuntos- Sebastian sonrió de manera gentil

  

-No se preocupe, Sr. Michaelis, usted es el que opone la justicia ante el reino_ Era verdad los Michaelis eran la familia con más poder y manejaban a los Scotland Yard, el Real Ejército Británico y una organización secreta a su poder por ello y más eran considerados los perros guardianes de la reina y su legado.

 

 -Sr. Michaelis, por favor pase...

 

Al entrar las tres figuras de poder, Ciel Phantomhive el único presente en la sala, era desagradable y agradable para los tres mayores: Sebastian Michaelis, Claude Faustus y William T. Spears, Sebastian rogaba que su aristócrata marido no fuera el chico de cabellos azulinos, oh en verdad le recalcaría “sutilmente” a su padre que se fuera al diablo con su manera de poder. Claude y William permanecieron en su mismo estado estoico como su hermano.

 

-¿Usted, es el sobrino de la reina…? ¿Sebastian Michaelis?- Interrumpió orgullosamente el silencio, el chico de mirada azulina, mirando a los tres con desprecio.

 

-Usted debe ser el heredero Phantomhive… lo imaginaba más alto- Los dos estoicos hombres hicieron un rostro de burla dejando de lado al ver a su hermano "mayor" totalmente serio, denotando su porte de niños ricos, tocados por Zeus, paridos por Afrodita, tonificados por Hércules y traídos del infierno por Ades, tal vez hasta conocidos por el mismo Hermes, No. Los tdos mostraban una sonrisa sínica ante las palabras de Sebastian, William molesto por ambos solo suspiro.

 

-Oh pero si siento que me comprometí con un vejestorio del siglo XV.- Los dos mayores fruncieron el ceño, no solo ese mocoso impertinente los insultaba por su edad si no que lo decía recalcando la mirada a los dos.

 

-Vemos que ya se conocieron, joven Michaelis…- La madre de los Phantomhive interrumpió la infantil pelea del joven y los adultos.

 

-Oh por favor dígame Sebastian, madame- Como todo un caballero beso la mano de Rachel, la madre de Ciel.

 

-Bueno supongo que su viaje los tiene cansados, por favor disfruten de su estancia en la mansión- La mujer hizo una flexión, llamo a su mayordomo y condujo a los jóvenes a sus habitaciones, el menor fruncio el seño al ver como Michaelis le rozaba la espalda con su mano enguantada.

 

-Enserio, no soportare a ese chiquillo- Claude miraba al suelo recargado en el respaldo de una silla, mientras que Willim yacía sentado en un sofá de fina tela leyendo un libro. Sebastian solo se limito a sentarse en la cama pensando en lo acontecido, era una molesta batalla entre él y Phantomhive.

 

-Admítelo te gusta- Recalco Claude a Sebastian, molestandolo por completo.

 

-Eso no es cierto, como podría yo estar enamorado de un niño, lo admito el chiquillo es hermoso pero no hay... Prueba alguna de que... Me guste ese mocoso

 

-Te has vuelto un pedófilo, Sebastian, unirte en sacro matrimonio con un menor de edad...

 

-Cállate, William, los tres sabemos que solo es para ayudar a mi padre, por capricho de la reina y por ascender al poder… además a Burr ni siquiera sabe lo que le espera cuando ascendamos al poder los tres…_ Los hermanos compartieron una mirada siniestra

 

Los tres hermanos escucharon unos golpeteos en la puerta de la habitación, recobraron su toque de la realeza más el mayordomo llamo a la puerta nuevamente y se abrió paso 

 

-Señores Michaelis, la cena está servida

 

-Gracias, ya nos haremos presentes. _ El mayordomo se retiró en una reverencia y los jóvenes intercambiaron cómplices miradas.

 

-Es una gran noche... Justo como la deseábamos_ Sebastian sonrió cual gato cheshire...¡Oh! como disfrutaría molestando al mocoso de mirada azulina. 

Pasaron los días la familia se llevaba bien con los tres jóvenes, mas las infantiles batallas de Sebastian y Ciel no habían cesado, habían conocido al "Infierno Rojo" en otros términos: el joven Sutcliff, gemelo "contrario" del azulino, en todos aspectos, la boda estaba más que cerca y tanto invitados de la realeza como de los Phantomhive; fueron invitados por los nobles. Pronto culminaría el reinado del "León  Burr" y pasaría a ser "Los Baskerville's de Michaelis" (!)

 

Los sonidos producidos por un violín se hicieron presentes al escuchar las puertas de la capilla abrirse y los invitados se levantaron de sus asientos y giraron en torno a la puerta.

Yacía la figura más hermosa-a ojos de Sebastian- en un traje de gala blanquecino que contrarrestaba su grisáceo cabello y azulina mirada, a su lado su respetado padre Vincent, cual novia que es llevada al altar cumpliendo esa tradición.

Vincent dejo a su resplandeciente Ciel en manos de Sebastian y este lo miro con demasiado..."amor" al igual que Ciel. No lo podía evitar el joven Phantomhive lo había besado unos días atrás. Cosa que culmino sus batallas con una sesión de lujuria y pasión.

La dicha del pelinegro termno con su declaración de bodas, al parecer a los presentes no les molestaba el "amor" entre dos hombres es más se enternecieron con el beso de ambos, la suerte a veces es mala y buena pero pareceria que aunque estos dos en un principio se odiaran se terminaron amando.-Mas claro una relación amor_odio_amor-

La fiesta de bodas dio inicio en el palacio de la reina con una gran fiesta, exceptuando a un rubio de orbes azulinos molesto. Algo había mal en su pequeña cabeza

-Hola Ciel- Saludo de lo más alegre a su mejor amigo y ex-amante

 

-Hola, Alois que gusto verte, sineto que terminara de esta for...- intercambiaron un abrazo en el cual se notaba la pequeña lujuria que el rubio contenía.

  

-A mí no me da el gusto, verte vestido así, es más te hubiera preferido verte vestido a tu manera en nuestra boda.- Le intercambio en un susurro el rubio exaltando al peli azul.

 

- Lastima Alois, de lo que te perdiste, si me disculpas...- Ciel se retiró de su lugar y camino hasta donde Sebastian, el rubio quedo satisfecho, el había quitado la virginidad de Ciel hace solo una semana y eso lo contentaba en alguna manera... lástima no volvería a ser lo mismo para ambos o tal vez si… Solo el tiempo lo diría.

La boda transcurria como cualquier otra, palabras de los invitados a la pareja, el brindis etc...

Los novios re-afirmaban su cariño a ratos, un pequeño vals culmino la declaracion de ambos comprometidos, tenían que asemejar ser una pareja "normal" al menos.

La noche paso y la pareja se retiro hacia su hacienda, por deseo de Sebastian-y miles de reclamos de Ciel- no se hizo nada en su pasible noche de bodas, solo durmieron juntos, lastima de Sebastian al descubrir horrorosamente a Ciel vomitando en el baño, se le hizo un poco normal ya que el menor habia ingerido un poco de licor la pasada noche, a petición del mayor únicamente para degustar...

El mayor abrazo al menor que yacia frente al espejo del baño observando su faceta "zombie"

 

-Buenos días, Ciel- Saludo cortesmente el mayor y pego sus labios contra los del menor, que aún se hallase con pasta dental en la boca propia.

 

-Sebastian...

 

-Lamento decirte que tengo que arreglar unos asuntos con mi familia y que no estare todo el día, puedes tener tu libre albedrio en la casa- Sonrio amablemente y robo otro beso mas al menor, este solo asintio con la cabeza y salio del cuarto de baño.

Un rato mas tarde despues de que ambos estuviesen bañados y arreglados galantemente, desayunaron y se despidieron, Ciel necesitaba de Grell en esos momentos, siempre aunque el chico rojizo fuese molesto, simpre habian conllevado y ayudado al otro en lo que fuera, tal pareciera que su rojizo hermano tenia toda la razón; no se hace mas de una semana que Ciel dejo que Alois entrara a hurtadillas en su habitacion y tuvieran su mejor noche. No le gustaba del todo Sebastian, ni tener que acudir a Grell pero a veces, necesitaba un solo consejo y el decidiría por si mismo.

Cuando ambos chiquillos nacieron a los padres se les dijo que ellos dos eran un caso unico; ambos tenian un caso bastante visto "Ellos eran donceles", se les fue explicado y argumentado, como familia noble eso jamas salio a relucir. Tal pareciera que el destino habia jugado mal con Ciel, habia entregado su virginidad a Alois  y este engendraba al hijo de los dos, pobresillo.

 

-No entiendo... Yo tomare mis decisiones propias...

 

-Solo habla con Sebastian, dile que saldras por negocios y ve con Alois dile que estas esperando un hijo suyo y listo- había dicho con una sonrisa maliciosa el hermano pelirrojo

 

-Tsk, como si fuera tan facil- Grell siempre deseaba lo que su hermano tenia y este deseaba con todo su ser a Sebastian Michaelis, esta era su unica oportunidad -Aun asi lo intentare... me importa muy poco lo que piense Sebastian.- orgullosas palabras lastima de lo que pasaria en su futuro...


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