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Fall In Love With Me [Historia 1] por YoungMi

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen. Pertenecen a SM Entertaiment. 

 

Espero que la historia sea totalmente de su agrado. 

Esta primera parte se enfoca totalmente en el JONGKEY, aunque contendrá algunos spoilers de la historia número 2 ;) 

Las historias consecutivas se enfocarán en otras parejas :) 

Notas del capitulo:

Hola! 

Les traigo mi nuevo fan fic! Espero que puedan disfrutarlo tanto como yo disfrute escribiendolo. 

 

A leer~ n.n 

PRÓLOGO

 

-¡Papá! –El pequeño corrió a los brazos de su padre.

 

-¡Hey! Pero si es mi pequeño alfa, KiBum. –El gran y malo alfa -ese que hacía que cualquiera que se atreviera a ver a alguien de su manada de mala manera terminaba con la garganta desgarrada- cargo a su pequeño hijo, su único heredero y el futuro alfa de la manda Golden.

 

-Querido, deja de presionar al pequeño con eso de ser alfa. –La querida esposa del alfa le dio un suave manotazo en el hombro a su esposo.

 

-No querida, KiBum tiene que saber que es un alfa desde ahora para que cuando llegue el momento sepa qué hacer con las responsabilidades. Mi hijo será un gran macho alfa del que estaré muy orgulloso. –El alfa decía eso a pesar de ya estar orgulloso de su hijo, sabía que el pequeño era muy inteligente, a sus cortos 6 años era capaz de pensar como un niño mayor, actuaba de manera muy responsable. Era un tanto caprichoso, pero esas eran las consecuencias de ser hijo único.

 

El alfa estaba tan orgulloso de su hijo que no se atrevía a aceptar que tal vez su pequeño KiBum no había nacido alfa, no se permitía a si mismo aceptar que tal vez, solo tal vez en algún momento tendría que buscar un alfa para que se acoplara con su hijo. Pero esas eran cosas que iba a tratar en su momento, ahora era tiempo de disfrutar a su cachorro y a su pareja.

 

La puerta principal de la mansión del alfa crujió con fuerza. El alfa que no toleraba tonterías de nadie frunció el ceño, entrego su hijo a su pareja y sin ningún tipo de precaución extra abrió la puerta.

 

Un disparo se escucho por todo el territorio de la manda Golden, un aullido lleno de tanto dolor que pudo haber roto corazones con solo escucharlo y después un último disparo.

 

El beta de la manda, que en ese momento acababa de cruzar la frontera entre el territorio del aquelarre del Norte con la manada Golden vio volar asustados a una parvada de aves.

 

Se extraño, sin embargo no pensó mal. Siguió su camino, su alfa debía estar enfurecido para el momento, debía hacer llegado ayer por la noche sin embargo tuvo que ayudar a la princesa del aquelarre a tener a su bebe, puesto que nadie se encontraba con ella.

 

Continuo su camino ahora con un extraño presentimiento, había sido beta por los suficientes años como para no hacer caso a esa sensación en la boca del estomago que le decía que algo no andaba del todo bien.

 

Entro al centro del pueblo de la manada y lo que encontró solo fortaleció su presentimiento. Inmediatamente como si los perros del infierno lo persiguieran cambio a su forma de lobo y fue directo a la mansión del alfa.

 

Lo que encontró lo dejó helado.

 

La pareja alfa estaba tirada sobre la alfombra, el alfa sosteniendo su mano fría, sobre un charco de su propia sangre. El olor a plata lastimaba la nariz del beta.

 

Estaba un cazador tirado en la entrada de la mansión con una flecha en el pecho, justo atravesando el corazón.

 

No lo había notado, el alfa estaba sangrando de la pierna izquierda. Era obvio que no pudo defender a su querida esposa.

 

Lo que simplemente no podían creer sus ojos era el hecho de que el pequeño cachorro del alfa tenía el arco que el mismo beta había tallado y regalado en su cumpleaños cinco. Él le había dado lecciones sobre cómo manejar el arco y tirar… nunca pensó que el niño hubiera utilizado sus conocimientos para matar al cazador que mato a su madre.

 

Era obvio que el pequeño estaba en total shock, su madre estaba muerta, su padre desconsolado -perder a una pareja significaba que la mitad de tu alma se perdía también, si alguien llegaba a sobrevivir sin su pareja nunca volvería a ser la misma persona, solo sería un cuerpo, sin alama, sin sentimientos, solo viviendo por vivir- y acababa de matar a un ser humano.

 

Por la puerta comenzaron a entrar los miembros de la manada y cada uno quedo más que sorprendido cuando sumaron dos más dos y se dieron cuenta de lo que había pasado, después de la sorpresa inicial todos comenzaron a admirar al pequeño cachorro del alfa, cuchicheando que definitivamente algún día sería un gran alfa. Si tan solo supieran…

 

 

.-.-.-.-.-.-.-.

 

 

Todos los miembros de la manada vestían de negro, incluso el cachorro del alfa, el cual después de que el beta interviniera fue puesto al cuidado de una de las hembras de la manada que tenía un hijo de la edad de KiBum. La señora Choi había aceptado orgullosamente cuidar al cachorro del alfa mientras éste pasaba por su pena.

 

Ahora, habiendo terminado el funeral de la pareja del alfa, el beta se preguntaba si algún día el alfa se recuperaría. Habían pasado horas antes de que pudieran extraer la bala de plata de la pierna del alfa debido a que este no quería separarse de su muy amada esposa.

 

El alfa ni siquiera tenía cabeza para el mismo, solo quería reunirse con sus esposa.

 

KiBum solo veía a su padre, aun no lograba entender claramente lo que había ocurrido. La mamá de Minho había dicho que su mamá ahora estaba en el cielo. El era pequeño, no tonto, el sabia que se refería a que su mamá había muerto y algo dentro del pecho de KiBum dolió cuando se dio cuenta de que su mamá nunca más estaría con él, su mamá ya no volvería a vestirlo, peinarlo, abrazarlo, besarlo o cargarlo. Ahora su mamá nunca mas volvería y eso hizo lo hizo sentir tan miserable que quería ir con ella, sin embargo recordó a su padre.

 

Su  mamá le había explicado lo que era una pareja destinada, ella decía que había un vínculo irrompible entre una pareja, sus padres eran pareja, eso solo querría decir que su padre estaba sufriendo tal vez mas que él. No podía permitirse dejar a su padre, tenía que ayudarlo, tenía que hacer algo para que su padre no sufriera.

 

KiBum se vistió solo, se peino solo, preparo su desayuno, todo sin molestar a la mamá de Minho. Ella lo quería mucho, sin embargo él quería que su padre se diera cuenta de que KiBum podría cuidar de él mismo, que su padre no tendría una preocupación más con él. Kibum seria de ayuda, KiBum no iba a ser un estorbo.

 

Sabía que debía vestir de negro, no quería despedirse de su amada madre, pero tenía que ser fuerte por su papá. Su mamá le había dicho que debía cuidar a papá, que debía entender que pasara poco tiempo con ellos, pues era un alfa y su responsabilidad era la manada entera, no solo su familia.

 

KiBum entendía, de verdad entendía. Incluso entendería si su padre se dedicaba ahora más tiempo a su manada para intentar superar el hecho de que su pareja ahora no estaba.

 

 

 

El funeral había terminado. La señora Choi decidió dejar a KiBum ir con su padre, el cual tomo de la mano a su cachorro y camino hacia la mansión alfa.

Al llegar a casa entro dejando al pequeño en el sofá caminando a la cocina por algo de beber para su hijo, sabía que tenía ahora que cuidar el solo de su cachorro, solo que no tenía la valentía de mirarlo a los ojos y decirle que no pudo proteger a su madre, que lamentaba que tuviera que haber pasado por ese momento tan horrible que ningún niño debería de si quiera escuchar. Se sentía muerto en vida, no quería seguir viviendo pero tenía una obligación con la manda.

 

Esperaría pacientemente a que su pequeño llegara a la madurez para entonces dejar la manda a su cuidado y él poder alcanzar a su esposa.

 

Regreso con un vaso de leche mientras vio a su hijo limpiando la sala, acomodando las cosas. KiBum no era muy alto, tenía solo seis años, pero en ese momento se dio cuenta de que su hijo no podría estar con él más. Su cachorro era demasiado parecido a su difunta esposa, el estar cerca de él solo lo haría recordarla y entonces no podría sobrevivir. No quería dejar a la manada y a su cachorro desprotegidos antes de tiempo, tenía que enviar a Kibum lejos de él.

 

 

-KiBum –El alfa lo llamo.

 

-Dime, padre. –El era tan maduro para su edad.

 

-Tú… irás de viaje. –Se sentía como una basura al alejar a su hijo. Era un mal padre y seguramente su pareja estaría muy decepcionada, sin embargo le era imposible mantener a su cachorro con él. Era lo mejor para los dos.

 

-¿De viaje? –Los ojos del cachorro comenzaron a aguarse pero se negó a dejar escapar las lágrimas. –Si es lo que deseas, alfa. –suspiro profundo.

 

-Empaca tus maletas. Tú y el cachorro menor de la familia Choi irán a estudiar al extranjero.

 

-Como ordenes.

 

-Antes de irse tienes que saber que no podrás cambiar mientras estés lejos de casa. Tendrás que reprimir a tu lobo, pero confió en que lo lograras. –El alfa no tenía el menor sentimiento en su voz, parecía una máquina hablando.

 

-Si, alfa. Entiendo eso perfectamente. No debes preocuparte. –KiBum trago el nudo que estaba en su garganta.

 

-Tu madre ya no está y yo no puedo hacerme cargo de ti y de la manada. Es lo mejor para los dos. –Su padre explico.

 

-No tienes que dar explicaciones. Se perfectamente que eres mi alfa y acepto lo que tu mandes. Iré a hacer las maletas. –KiBum comenzó a subir las escaleras hacia su habitación.

 

-KiBum –su padre lo llamo. El pequeño solo volteo su cara evitando los ojos de su padre. Estaba seguro de que los veía le suplicaría quedarse. Y si marcharse era lo que su padre creía que era lo mejor el obedecería sumisamente. –Estoy muy orgulloso de ti. Sé que algún día te convertirás en un gran alfa.

 

El aire quedo atrapado en los pulmones de KiBum. –Gracias, padre.

 

Kibum se apresuro a subir las escaleras, su madre lo sabía, le había dicho claramente que tenía que ocultarlo hasta que fuera mayor. La tenia la marca, la marca con la que nacía una pareja alfa. El no estaba destinado a ser un alfa a pesar de ser hijo de uno. El destino lo había convertido en la pareja de un alfa, su madre le había explicado que cuando llegara a la madurez su pareja lo encontraría por su olor. La pareja alfa solo tenía olor para su compañero, su compañero sabría cuando llagase el momento que tendría que buscarlo y cuando lo encontrara tendría que demostrar a su padre que este era valioso, se acoplarían y llevarían la manada con orgullo.

 

Ahora, todo eso había cambiado. Su padre creía que él era un alfa y no se atrevía a decirle la verdad, tal vez después. Mucho después. Tal vez cuando llegase a la madures.

 

Procuró no dejar nada que le recordara a su madre, todo lo llevo con él. El suéter que le había tejido en navidad, la foto familiar y la foto que tenía solo con ella. Todo tenía un grandísimo valor sentimental y no quería dejar nada. El no quería olvidar a su madre, quería ver su foto a diario, así no olvidaría su rostro nunca, así no se sentiría solo, estaría con ella.

 

 

A la mañana siguiente la señora Choi llego con su hijo. Ella no quería separarse de su hijo, pero pensaba que si era para que su hijo tuviera una buena educación y ayudaría a su alfa valdría la pena el sacrificio.

 

Minho estaba emocionado, le habían dicho que iría a convivir con humanos eso era como ver ovnis para él. No sabía a ciencia cierta cómo eran los humanos. Su madre le había dicho que eran como ellos, solo que no podían cambiar a lobo.

 

Era una pena, cambiar a lobo era de lo más divertido, sobre todo cuando salía a jugar con KiBum, aun que era muy caprichoso y no le gustaba ensuciarse siempre era divertido hacerlo rabiar.

 

-¿Listo Kibum? ¿Minho? –Preguntó el beta, el los llevaría al internado en Londres. En Londres estaba la manada de la madre de KiBum que se encargaría de vigilar a los cachorros mientras estuvieran estudiando.

 

-¡Listo! –dijo emocionado Minho.

 

-Sí. –contesto solamente KiBum.

 

 

Notas finales:

¿Les gusto? 

¿Ya quieren el primer capítulo? 

Recuerden dejar mucho amor en un rw! Así uno se inspira a seguir escribiendo :3 

 

Gracias por leer! 

Besos :* 

 

-YM


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