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EL CONEJO EN LA LUNA (KAITOXLEN) por laritsuki

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Notas del fanfic:

(31/7/2013)

se me ocurrio este y debia escribirlo asi que leanlo y comenten que tan mal estuvo y pondre la conti mañana solo sera de dos partes realmente iba a ser un one-shot pero no me dio tiempo bueno coman frutas y verduras aqui esta

Quetzalcóatl, un dios imponente y bueno viajaba por el mundo en forma de hombre, cansado por andar todo un día, noto que su apetito aumentaba, pero siguió en el camino, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomo.

El dios, decidió sentarse a la orilla de un árbol, donde contemplo a un conejo.

-¿Qué estás comiendo?, - le preguntó.

-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?

-Gracias, pero yo no como zacate.

-¿Qué vas a hacer entonces?

-Morirme tal vez de hambre y de sed.

El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;

-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.

El dios benevolente y sorprendido por la reacción del conejito le dijo:

-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.

Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo:

-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.


Aún recuerdo la última que baje a la tierra ¿Qué abra sido de aquel conejito? Sin duda no puedo olvidarlo pues su hermosa sombra aun esta estampada en la perfección de la luna tal vez baje a la tierra solo para saber algo de él han pasado tantos años mejor dicho miles de años

*en la tierra*

-Vamos Len no puedes atraer clientes si no mueves la colita- decía entre risas una rubia burlándose de su propio reflejo
Era un pequeño niño rubio disfrazado de conejo quien trabaja en una tienda de mascotas debido a que necesitaba conseguir dinero para un nuevo videojuego llegando a tal punto de tener que disfrazarse de conejo y bailar tiernamente afuera de una tienda de un centro comercial

-¡cállate, Rin!, no es gracioso- dijo el rubio sonrojado por la vergüenza

-perdón Len es que te ves tan ¡lindo!- dijo en un tono mayor de burla

-¡Ya lárgate!, de todos modos ¿Qué demonios haces aquí? Pregunto el rubio con cierto tono de enojo

-¡Ahh!, si solo venía a decirte que hoy voy a visitar a mama y no llegare así que te toca preparar tu propia cena… ¡conejito!

Dicho esto comenzaron una pelea que a los presentes les parecía de lo más gracioso.
Aquel Dios bajo a la tierra y solo tenía un propósito que era: encontrar a aquel conejito por lo que se disfrazó de humano, al parecer de los ojos de quienes lo veían era hermoso, un hermoso humano era un chico de cabellos azules su piel era blanca y radiante como la luz de la luna sus ojos eran del mismo color que el de su cabello pero en un tono más bajo, sabía muy bien que eran otros tiempos y no podía decir quién era de todos modos nadie le creería así que decidió optar por ponerse un nombre “humano” al voltear miro un cartel gigante el cual decía “kaito” y decido llamarse así .

-sí, que ha cambiado la tierra- dijo el chico de cabellos azules caminando por una larga avenida transitada

-pero no debo perder mi objetivo encontrar a ese conejito- pensó kaito caminando y caminando se le hizo de noche como la última vez

-¡no!, otra vez no, ya se ha obscurecido y no encuentro a mi pequeño amiguito y tengo hambre ¡humanos! ¿Cómo es posible que tengan que comer?- se cuestionaba el Dios ahora kaito Camino un poco más hasta que vio un centro comercial decidió entrar y en su mente pensaba en el conejito pero claro en forma de conejo al entrar solo vio personas, accesorios para personas y más personas por lo que decidió sentarse en una banca cerca de un local que estaba cerrando.

-Buenas noches, jefe- dijo len a un hombre parado en la puerta

-¡rayos hace mucho frio!, es por eso que odio invierno simplemente debes ir cubierto hasta la cabeza, lo bueno es que Rin me empaco un suéter- dijo el rubio sacando un lindo suéter blanco con gorro, y en el gorro unas lindas y gigantes orejas de conejo igualmente por la parte de atrás tenía una colita esponjada y una bufanda azul

-¡maldita! ¿Por qué me tenía que poner este?- dijo el rubio resignado poniéndose el suéter y enroscándose la bufanda

-en verdad ¡que hace frio!, comprare un chocolate caliente de la máquina- sonrió el rubio dirigiéndose a una de esas máquinas exprés encontrando el ultimo, cuando lo recibió se sentó en una banca a tomarlo y cuando volteo sus ojos miraron a un chico peli azul sentado se veía cansado y con frio a len le dio un poco de pena y se le acerco

-¡Ho…hola! –dijo len

-hola- le respondió kaito casi sin fuerzas

-¿estas, bien?, ¿te pasa algo?-pregunto el kagamine preocupado y nervioso

-la verdad es que no, no me siento nada bien, tengo frio y hambre-le dijo kaito mirando al suelo

-¡No te preocupes! Toma – dijo len dándole el chocolate caliente que tenía en sus manos y quitándose la bufanda ofreciéndosela

-ah… no tú debes tener frio igual, así que mejor quédatelo tu-le dijo kaito

-vamos no te preocupes yo soy más fuerte de lo que parezco además tu pareces necesitarlo, dicho esto len, kaito tomo el chocolate y se colocó la bufanda miro al pequeño y le sonrió

-sé que eres un extraño pero, ¿Por qué no vienes a mi casa a comer algo? Mañana por la mañana te vas- pregunto Len un poco sonrojado

-¿estaría bien? Le pregunto kaito curioso

-¡claro!- dijo len tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia la dirección de su hogar

Cuando llegaron a su casa len corrió a la cocina y comenzó a preparar la comida, Kaito lo observaba a lo lejos mirando su suéter con esas orejitas colgando del gorro y esa colita esponjada después miro sus piernas blancas ya que len tenía un short puesto las admiro hasta que len dio la vuelta rápidamente y puso dos platos en la mesa

-¡listo! A comer- le dijo el rubio llevándose un bocado a la boca

-¡te encontré!- grito Kaito levantándose de la silla

-¿Qué?-respondió len mirándole a la cara

-conejito te encontré todos los días me acuerdo de ti y mira cómo te encontré después de miles de años dijo kaito acercándosele peligrosamente a la cara

-creo que está confundido-susurro el kagamine nervioso

-no eres tú, y eres muy indo dicho esto beso a Len y lo abrazo ¿sabes? len, tengo hambre

-pues come –dijo el rubio muy nervioso y sonrojado

-pero yo no quiero arroz, quiero conejo dicho esto separo a len un poco quedando cara a cara, Len le miro y le dijo

-Si así saciaras tu hambre… cómeme- dijo Len mirándole directo a los ojos

Kaito sonrió y pronuncio

-No hay duda, eres tú una vez sacrificándote para darle de comer a un Dios, la última vez rechace tu oferta por que era otro tipo de hambre pero esta vez…

-Esta vez te tomare la palabra mi lindo conejito tomo a Len de la barbilla y lo aproximo a su boca dándole un beso tierno que poco a poco se tornaba intenso, mojado, la lengua de Kaito entraba y salía acariciaba la lengua de Len ese beso se convirtió en salvaje e interminable hasta que el rubio lo corto y ese hermoso, seductor y excitante sonido salió de aquella pequeña boca entreabierta, que dejaba salir suspiros profundos por la falta de oxígeno debido a aquel beso, ese beso que le estremeció todo el cuerpo

-Realmente debe ser un Dios para que con una cosa como ese beso logre que todo mi cuerpo se vuelva loco- pensó el chico rubio

Kaito tomo a Len y lo cargo como princesa llevándolo a su cuarto, un cuarto de paredes blancas y una amplia ventana sin cortinas que quedaba justamente a un lado de la cama por donde se apreciaba el hermoso cielo estrellado

Kaito acostó a Len boca arriba, el pequeño rubio aún estaba jadeando y sonrojado por lo que acababa de suceder, Kaito se quitó la playera dejando ver su hermosa figura varonil e imponente digna de un Dios. Len se sonrojo cuando sintió una vez más los labios del peli azul sobre los suyos

-Len, pronuncio lascivamente mientras levantaba al pequeño rubio para despojarle de sus ropas dejando a la vista de aquel Dios una imagen perfecta de sacrificio: un chico rubio, jadeando, sonrojado, agitado, excitado, desnudo, tierno e indefenso ante él y todo para el

Se posiciono sobre el besándolo de pies a cabeza

-Eres delicioso mi conejito quiero probarte un poco mas
Su lengua se posiciono en su cuello degustando su suave sabor vainilla mordiendo lentamente a lo largo y ancho Len sentía el placer recorriendo todo su cuerpo de pies a cabeza como una corriente de choques eléctricos sintiendo una necesidad…
Tomo de los cabellos al peli azul pero los soltó rápidamente pues él era un dios después de todo pero Kaito dijo:

-Tómame de los cabellos hazme lo que quieras que yo seré un Dios, pero hoy yo soy tu esclavo
Len lo miro sonrojado y Kaito volvió a poner su boca en su cuello esta vez mordiéndolo un poco más fuerte y Len lo tomo por los cabellos mientras soltaba un sonoro gemido

Kaito se levantó y le dio un beso fugaz para bajar a aquellas blancas piernas primero acariciando su suave textura para abrirlas delicadamente y dar pequeños besos en los muslos del rubio muy cerca de sus ingles

Len no podía creer que estuviera sintiendo tanto placer estaba encorvado observando a Kaito este tomo su miembro y lo introdujo en su boca

-No, por…favor no… gritaba Len
Pero Kaito ni siquiera se movió y continuo con lo suyo, su lengua acariciaba la punta mientras sus dientes mordían lenta y suavemente el resto Len se tapó la boca hasta que soltó un sonoro gemido acompañado del salir de su esencia en la boca de Kaito él se retiró y noto como el miembro de Len aun excitado escurría y lo limpio con su lengua de la base a la punta

-se quitó el resto de la ropa y cargo a Len y lo sentó sobre el penetrándolo lentamente sintiendo un placer incomparable que hacia dudar a Kaito que realmente fuera un Dios pues en este momento era Len quien lo llevaba al paraíso. Comenzó a moverse lentamente para que se acostumbrara y poco a poco se tornaron rápidos y exactos en un rápido movimiento Len quedo acostado y Kaito sobre el aun penetrándole
Len echo la cabeza hacia atrás mirando arriba donde estaba la ventana él podía observar la Luna tan brillante y con cada embestida de Kaito, la veía más cerca y más cerca y fue cuando Kaito se corrió en el que sintió que podía tocarla…

<<<una vez más el Dios subió a la luna a el conejito>>>

Soltó un gemido muy fuerte y cerro sus ojos por un momento cuando los abrió Kaito estaba dándole un tierno beso en los labios
Lo vio levantarse y acercarse a la ventana abierta

-Gracias conejito por saciar mi hambre

-¿Kaito, a dónde vas? –pregunto Len a punto de llorar

-debo volver pequeño pero tú y yo siempre estaremos juntos créemelo

-¡no!, no te vallas, por favor- le suplico el pequeño
Kaito le dedico una sonrisa hermosa y pudo ver como se le escapaba una lagrima a él un poderoso pero benevolente Dios por culpa de…

<<< Un simple conejito>>>

Len cerró los ojos y al abrirlos estaba solo y ya había amanecido, el rubio se sentó en su cama y traía puesto un pijama su cuarto estaba intacto y la ventana cerrada en la mano encontró un pequeño libro de una leyenda popular “el conejo en la luna” y el pequeño se pregunto

-¿un sueño? ¿Fue un sueño?

Se levantó, se bañó, se fue a vestir y se dispuso a irse a su trabajo mientras bailaba tiernamente se quedó estático al ver a un peli azul como el de su “sueño” caminando por la plaza del centro comercial el chico camino hacia donde estaba Len probablemente por lo curioso que se veía

-¿Cómo te llamas? –pregunto el chico de azul

-Len kagamine

-yo me llamo ka… pero antes de terminar la oración fue interrumpido por el pequeño diciendo

-Kaito

El peli azul miro a Len sorprendo pero seguro y pregunto
-¿nos conocemos?
A lo que Len… solo sonrió

<<< Un sueño, si, solo un sueño…>>>

Notas finales:

Gracias 


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