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El color del Cielo por Bluesky

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Notas del fanfic:

El universo representado no me pertencese, solo es eso: una representación construida desde mi propia subjetividad y desde la de los personajes. 

 

Notas del capitulo:

El universo representado no me pertenece, solo responde a la representación construida desde mi propia subjetividad y la de los personajes.

Cap.  1: La Gran Guerra:


 


                Hace mucho tiempo, poco más de 100 años, la tranquilidad y armonía que envolvía a la humanidad fue devastada.  El rey de los demonios, Lucifer, que una vez fue desterrado del reino de Dios, se revelaba contra la Creación Divina y buscaba aniquilarla de la forma más cruel, dolorosa y despiadada.


                Dios, misericordioso y buen padre de sus hijos, no permitiría tal aberración, por lo que envió a sus ángeles para poder combatir la maldad de su enemigo. Las criaturas aladas pretendían proteger a costa de su existencia la vida humana, pero no contaban con que la desesperanza y el caos provocado por la invasión y la destrucción mermaran la fe de sus protegidos, dejándolos desamparados ante las posesiones demoniacas que conseguían darles un vehículo físico a las atrocidades del mal.


                Ángeles guerreros se vieron en peligro, matar a un humano poseído no era una opción, por lo que las ansias de destrucción de las fuerzas del mal no se hacían esperar para acabar con aquellas criaturas que poco podían hacer en tal escenario. El panorama era desolador, había muerte en cada rincón libre de escombros, sangre en cada superficie. La esperanza que aun mantenían los humanos amenazaba con desaparecer, escaza y débil, solo requería de un milagro para mantenerse en pie. 


                Y contra todo pronóstico ese milagro llegó, no desde el mismo Dios, sino de parte de todas las criaturas sobrenaturales y poseedoras de magia que existían en la tierra, y que a pesar de la distancia que el tiempo había originado entre ellos y los humanos, habían decidido pelear por ellos y por el lugar que sentían como su hogar.


                En ese paisaje dos ángeles fueron enviados a la tierra a cumplir labores de cuidado y ayuda, era su primera vez desde el origen de las cosas, y tal espectáculo conmovió sus almas ¿cómo era posible tanta devastación?


                Habían sido asignados a un poblado en medio de Europa, en él solo un puñado de personas se mantenía sano, no había más que un par de decenas de humanos con vida. La guerra aun no acababa, tan solo había transcurrido un par de meses desde su inicio, por lo que la sorpresa de los hombres y mujeres al verles estuvo llena de miedo y de rechazo. Mas los niños, seres inocentes y curiosos pronto de acercaron a estos dos extraños, en especial atraídos por las grandes alas blancas a sus espaldas.


        ¡¿Por qué están aquí?! ¡¿Qué quieren?! – Exclamó un hombre alterado que fue en busca del niño que se había adelantado más que los demás.


        Dios no se ha olvidado de ustedes, hemos venido a ayudarles – Respondió tranquilo uno de los ángeles que parecía ligeramente más femenino que el otro. Porque cabe destacar que aquello dos seres celestiales que aparentaban unos 20 años de edad, era casi idénticos, ambos altos, delgados y con presencias cálidas, con el cabello ligeramente largo y oscuro, ojos grandes y profundos que sonreían al igual que sus labios. Eran seres de luz cubiertos de lo que parecía lino.


                Sus alas fueron ocultadas para no incomodar a las pocas personas que con el paso de los días seguían viéndolos con recelo, y para poder moverse con mayor libertad entre sus tareas. Se les había encomendado esa misión precisamente porque sus habilidades no eran aptas para la batalla, no poseían gran fuerza, ni eran excesivamente diestros en el manejo de armas, sus habilidades eran de otro tipo. Ambos hermanos disfrutaban de cuidar a los demás, de amar a todo ser vivo en el planeta, lograban que la vida proliferara, especialmente que árboles y todo tipo de flores y vegetales crecieran a su gusto. Poseían el don de la curación, eran capaces de salvar vidas, humanas y animales, mas no tenían el don de revivir a quien ya había viajado al Reino de los Cielos o había sido atrapado en el Infierno. Eran capaces de crear y entregar luz, iluminar lugares en penumbras y aclarar los pensamientos caóticos de quien lo necesitase. Los niños pequeños eran los que más los rodeaban, debido a que él caos circundante, el miedo y nerviosismo constante parecía disiparse cuando alguno de ellos estaba cerca, tenían la extraña habilidad de dar tranquilidad y consuelo.


                YoungMin y KwangMin pasaron a ser dos integrantes más del poblado, incluso cuando la Gran Guerra hubo acabado con la derrota de Lucifer, ellos no eran como otros seres no humanos forasteros, ellos aprendían de todo lo que vivían y seguían apoyando a  quienes estaban bajo su cuidado. El tiempo ayudó a la convivencia entre todas las razas y pronto dejó de ser extraño que no solo humanos comenzaran a vivir en aquel lugar próspero y tranquilo, por lo que en un año la población había aumentado significativamente  y los desastres de la guerra solo eran un mal recuerdo.


Llegó el momento de irnos… - Susurró KwangMin a su hermano mientras se acercaba a él y le ponía una mano en el hombro deteniendo sus acciones en el jardín en donde jugaba con algunos pequeños.- Hermano, solo fuimos enviados por la emergencia, pero todo eso ya pasó.


El rostro del trigueño no parecía convencido. En realidad el portador del mensaje tampoco lo estaba, no quería abandonar a tales criaturas tan frágiles y llenas de miedos ¿Cómo podrían observarlos solo desde el Cielo? Dios les había enseñado a amarlos, a amar cada objeto y ser en este mundo, él mejor que nadie comprendería que el lugar que les correspondía era con ellos. 

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado de una placentera lectura. 

 


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