Sasuke Uchiha estaba limpiando su apartamento con el altavoz puesto, con una música muy heavy puesta de fondo. Era domingo, y estaba aprovechando para descansar sin hacer gran cosa. Al día siguiente tendría que ir al instituto, pero no estaba enfadado o triste por ello.
Hoy era domingo. Hoy era su gran día. ¿Y porqué, os preguntaréis? Fácil, hoy era su cita 365 con la chica más popular del instituto: Sakura Haruno.
Y estaba decidido: hoy se llevaba a Sakura a la cama sí o sí. Incluso había comprado un cd de música ambiental de los que le gustaban a ella, y, aunque no le gustará admitirlo, a él también le gustaba esa música. Aunque luego escuchara heavy para promover su popularidad.
Escuchó pasos cerca de su casa y se extrañó, pero Sasuke sonrió: era la primera vez que Sakura llegaba tan sumamente puntual. Colocó el CD de música del tal Justin Bieber y abrió la puerta, dejándola entreabierta, dándole paso.
La puerta se entreabrió y Sasuke se escondió en el sofá para asustar a su novia. Puso el CD y en seguida empezaron a sonar los primeros compases de ‘Baby’. De pronto escuchó una carcajada que no era para nada femenina y se sorprendió. No era Sakura. Era un… ¿butanero? Entonces miró bien.
Corrección.
Era su compañero de clase, el tonto del pueblo, el farolillo rojo: Naruto Uzumaki.
-“¿¡QUÉ. ESTÁS. HACIENDO. AQUÍ!?”-Preguntó no de muy buena manera mientras paraba la música de golpe. Vio como su amigo estaba tirado en el suelo riendo sin parar a carcajada limpia.
-“Hay dios mío Sasuke… ¿Cuál va a ser la siguiente canción? ¿’Nunca digas nunca’?”-Comentó riendo mientras limpiaba sus lágrimas de la risa. Entonces Sasuke enfadado cerró la puerta. Estaba claro que si asesinaba al farolillo rojo nadie le echaría de menos.
-“¿Qué haces aquí?”-Volvió a preguntar, dándole una oportunidad de vivir.
-“Trabajo los fines de semana en correos. Y venía a entregarte este paquete”.-Explicó, mientras aún intentaba parar de reírse y le entregaba el pequeño paquete. Sasuke se extrañó: hoy no tenía que llegarle nada. De pronto miró la dirección: era de Sakura.
Naruto se quedó observando a su compañero. De pronto, se había puesto muy tenso, así que decidió esperar a ver que era la carta. Y qué diablos, él quería a Sakura, así que quería saber todas las novedades sobre ella.
‘Hola, Sasuke-kun.
Yo no estoy preparada para hacer lo que tú quieres hacer. Tengo entendido que lo haces con todas las chicas, eres un chico rudo. Así pues, yo he decidido irme con un chico más apuesto, un año más mayor que yo: Sai-kun. Él prefiere esperar, Sasuke-kun.
Podemos seguir siendo amigos :). Con amistad, Sakura.
PD: Estaba dispuesta a hacer el amor contigo. Compré condones, pero… Yo realmente no puedo hacer esto. Te los doy para la nueva novia que quieras echarte’.
Sasuke estaba a cuadros. Sakura le había dejado así. En carta. ¡Era peor que dejarle por mensaje de texto!
Joder, ¡Que había esperado todo un maldito año para tirarse a la chica más popular del instituto! ¡Ni si quiera la amaba! ¡Pero quería tirársela! ¿Qué hacía ahora con su excitación?
-“¿Y bien? ¿Qué pone en la carta?”-Preguntó el chico rubio, que seguía allí. A Sasuke se le había olvidado por completo aquel tío que tenía por compañero de clase.
-“Me ha dejado. No quiere que me la folle”.-Habló, muy bordemente. Naruto se enfadó en ese momento.
-“¡Sasuke! ¡No seas malhablado! ¡No seas rudo!”-Recriminó, mientras le quitaba la carta y la leía. ¡Sakura se iba con Sai! Adiós a su posibilidad de conquistarla… -“A lo mejor te ha dejado por ser un believer”.-Se burló mientras comenzaba a reírse. Sasuke se enfadó: ese rubio se estaba burlando de él en vez de consolarle.
Sasuke alzó una ceja. ¿Desde cuándo necesitaba consuelo? No… Él no quería consuelo. Él quería tema. Ya había follado con todas las populares, solo le quedaba Sakura. Y ese maldito de Sai la iba a conseguir antes que él. Pues nada, ahora empezaría a follarse a los tíos populares. Él era abiertamente bisexual y quería ser popular.
Miró al suelo a su compañero. Él era de todo menos popular. Pero de alguna manera… No le importaba ‘hacerle’ popular. Una sonrisa maliciosa se colocó en su rostro, mientras encendía el equipo de música, ponía la música a tope y colocaba el audio número tres del disco de Justin Bieber. Se acercó al rubio y comenzó a toquetearle mientras sonaba la canción.
-“Naruto… Nunca digas nunca”.
Y, a partir de ahí, Uzumaki entendió que no era una buena idea burlarse de su compañero de clase. Porque se tomaba los títulos de las canciones muy literales. Quizás tendría que enseñarle otras canciones… Menos rudas.