Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Prima ballerina assoluta por Mimi Shim

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un fanfic especial en este día celebrando a nuestro amado Key. 

 

Espero que les agrade y Feliz día Key!!! <3

Notas del capitulo:

Bien espero no haber olvidado mucho de mi vida como intento de bailarina....Y si alguna personita de aquí practica ballet espero no sean malos tiene como un millón de años que no practico nada.

Durante siete días el mismo sueño lo perseguía. Despertaba recordando palabras que no lograba comprender. Aquellos labios misteriosos repetían una y otra vez un mensaje que era completamente opacado por la voz, esa voz que resonaba fuerte en su cabeza; como si fuese una molesta melodía que no abandona en ningún instante tu cabeza y la llenaba por completo.

La diferencia aquí es que por más que quisiese detestarla quería continuar escuchando aquel sonido tan parecido a los lejanos murmullos de un bosque susurrante. Algo tan inusual que las explicaciones sobraban, se estaba volviendo loco.

Las sábanas revueltas de su cama atrapaban su cuerpo. Soñoliento como siempre maldijo que el piso debajo de sus pues fuera tan frío.

La pereza a esa horas de la mañana no lo dejaba concentrarse en lo que realmente debía hacer…

Apresurarse para otro día que sería exactamente igual al de ayer.

Podría quejarse siempre de ello, sin embargo realmente amaba lo que hacía, pocos podrían darse el lujo de ello. Bailar; presentarse en un enorme escenario cuyo público era el más exigente, el que sabía de arte. Aquellos que lo compararían con grandes figuras como Davit Karapetian, Rudolf Noureef o incluso con  Tetsuya Kumakawa, aquel hombre al que alguna vez vio moverse como pluma bajo el suave viento…

Antes de perderlo todo.

Esos instantes de belleza sublime que compartió como últimos junto a sus padres. Aquellos que marcaron su vida, que la trasformaron por completo.

El ballet para un hombre era no solo no bien visto, era una especie de tabú con el que tenía que enfrentarse día con día, ya no le importaba, de hecho aprendió a reír de las muchas cosas absurdas que la gente murmuraba a sus espaldas.

Y él solo deseaba que desde algún lugar, donde fuera sus padres observaran que podría ser tan perfecto como aquel bailarín que llenó sus caras de alegría, y que le sonrieron cuando al salir de tan esplendida función  grito con júbilo que algún día el bailaría tan bien como aquel hombre y que ellos sentirían mucho orgullo de verle actuar en los grandes escenarios de danza clásica

Por fin en pie cada uno de los 26 huesos que conformaban aquellas preciadas herramientas, sonaron como truenos en tormenta. Lentamente los tarsos, metatarsos y falanges iniciaban el día.

La ducha le liberó del estupor inicial de las mañanas.

El aroma a café recién preparado le sacó una sonrisa; su querida abuela debía estar de pie a esas tempranas horas de la mañana preocupándose por él. La sonrisa que atravesó su rostro le devolvió un brillo repentino a sus ojos.

-No tienes por qué estar levantada tan temprano, yo mismo puedo hacerme el desayuno.-

Aquella mujer de edad solo movió la cabeza soltando un suspiro, lo único que le quedaba era ese hermoso muchacho terco al que solo le importaba una cosa, una que nunca nadie había conseguido jamás...La perfección.

-Es verdad, sin embargo sé perfectamente KiBum que de depender de ti sólo tomarías un simple vaso con agua y si corres con suerte un diminuto trozo de pan, hasta parece que vives en un hospicio donde no hay más que eso.-

-Debo cuidar mi peso, es un requisito que me pide la academia, no es como si disfrutara morir de hambre todo el tiempo, pero es algo necesario.-

Una pequeña mueca llena de arrugas terminó la discusión, su niño jamás entendería su preocupación, pero no podía hacer nada, se veía incapaz de truncar aquellos sueños que tan fervientemente defendía su pequeño. Quizá era la edad, no lo sabía pero a sus 18 años Kim KiBum no sabía cómo relacionarse con la gente, su única motivación era ser el bailarín principal de una importante puesta. Tenía talento, ambición, disciplina… Para muchos perfecto pero ella con todos los años que tenía encima sabía que había un “algo” que ciertamente le faltaba a la luz de sus ojos.

-Bueno no te discutiré más, la batalla la pierdo yo. Solo no olvides que hoy es mi cumpleaños y que compraré ese pastel que tanto nos gusta… Y antes de que puedas replicar, no, no me lo comeré yo sola mientras tú me miras, es mi día y debes complacer a esta anciana que te adora.-

-Tal vez hoy te dé una sorpresa.-

-¿Hay alguna audición de la que no me he enterado cariño?-

-No, no es una audición como tal, solo una demostración a las personas que parecen ser las que aportan dinero a la escuela, ya sabes deben ver que su preciado dinero esté siendo invertido de la mejor forma y que en un futuro rinda frutos.-

-Hablas como todo un experto en negocios, ¿Es que acaso ahora eres algo parecido a un inversionista?-

-No abuela, es sólo lo que nuestra directora nos ha dicho ayer por la tarde antes de terminar con las prácticas. La verdad no es como si fuera algo muy importante, no son compañías que buscan reclutar bailarines solo personas que cuidan el patrimonio familiar, o al menos eso es lo que mencionó la Sra. Lee.-

-En ese caso ¿Cuál es la sorpresa cariño?-

-¿Crees que te la diría? Por ello es sorpresa.-

-Eres malvado al dejarme intrigada, anda dime de que se trata, por lo menos un indicio pequeño…

-No, trabajé mucho por ello y creo que valdrá la pena que esperes por ello. Ahora debo irme o llegaré tarde y sabes que no quiero ser castigado de nuevo.-

-Ve con mucho cuidado, y espero que regreses con un gran apetito, el pastel espera que le devores con ganas esta noche.-

-Está bien, pero solo porque es tu cumpleaños y quien sabe cuántos más pueda pasar a tu lado, planeo que sean tantos, que ese pastel que compras cada año te hartará.-

-Bien, bien, pero ¡Yah largo luego te quejas de que te ponen más trabajo del debido y no pienso sobar tus horribles pies!-

-¡Ah eres mala mis pies no son horribles, los he cuidado bien!-

-Anda ya es hora de que te vayas, dale a esta vieja su beso y un largo abrazo.-

 

Pronto las zapatillas se amoldaban a sus pies, claro eran una extensión de los mismos, solo que estas eran de un inconfundible color rosa que le hacían destacara un más, por lo general las aburridas zapatillas negras con las cuales debía bailar, eran sustituidas por aquellas; de un color si no es que poco usual, reglamentariamente era para las chicas. Cosa que poco le importaba, ya que desde siempre fue su color favorito y esa era una de las cosas que jamás cambiaría aun si fuera una estúpida regla.

 

Roses from the south tocaba sus primeros acordes y sujeto a la barra de madera iniciaba la rutina de calentamiento algunos Battements tendus, Battements frappés, Adagios, y algunos estiramientos más.

-Key ¿Crees que puedas presentar algún numero hoy? Necesitamos preparar algo rápido.-

-Por mí no hay ningún problema, ¿Algo en especial o puedo tomarme pieza libre?-

-Supongo que puedes presentar algo libre, pero por favor cuida la presentación, necesito que sea perfecto.-

 

La sonrisa  maliciosa que atravesó su rostro pasó desapercibida por todos en aquella habitación. Bien sabían que Kim KiBum era una persona con un carácter indomable, algunas veces amable, otras su risa estruendosa era más que contagiosa, sin embargo siempre ha habido “algo” que al momento de ponerse en escena lo hace cambiar por completo. Su mirada de por si intensa, cambiaba a una completamente vacía de sentimiento alguno.

Parecía una bailarina atrapada en una caja de música, la cual solo eres capaz de admirar, la cual siempre estaba dispuesta a ser vista por un rato, cuya voluntad se limitaba a la cuerda que hiciese funcionar aquel mecanismo. Algo muy parecido era Key, porque siempre de la nada aquella aura extraña e rodeaba sin saber en realidad que era o a que se debía.

-No haré algo convencional, the devil´s trill es perfecto.-

-¿Te refieres a la pieza completa?.-

-No, la de Vanessa Mae estaría bien, he estado ensayando algo por mi cuenta y quiero ponerlo a prueba, es la ocasión perfecta.-

 

La estilizada figura vestida de negro comenzó a moverse probando la sala a su disposición, pronto dio inicio a una serie de Cambrés; extendiendo su  columna vertebral hacia atrás sin reparo alguno. El movimiento era lento, dejaba apreciar la esbeltez de su cuerpo torneado por los años de práctica, la delicadeza inconmensurable que alcanzaba al regresar a un creisé derriere, y prseguir con distintos allegros que al ritmo de la música daban la impresión de ser una danza un tanto esquizofrénica, demencial.

 

Pronto el salón de pruebas se encontraba ocupado por algunas personas ataviadas de corbatas y posturas formales, las presentaciones de cada uno de ellos le tenía sin cuidado, si bien ellos pagaban su beca, con sus habilidades podría conseguir otra, ahora solo quería dejarse llevar.

 

Sin embargo una estruendosa carcajada le estremeció…Sonaba casi igual que las amorfas voces que entre sueños encontraba, y en medio de un fouetté sintió una mirada asfixiarle, perdió por completo el spoting y cayó al suelo, mareado, con una enorme presión en el pecho aunando a un enorme dolor en el pie.

El dolor momentáneo creció junto a la vergüenza de haber sido visto caer. De inmediato tanto instructores como alumnos corrieron en su ayuda. Segado por la ira, alejó a todos, gritó y envió miradas colmadas de odio.

Aun con esfuerzo se puso en pie, hizo una reverencia y se retiró del salón con todo el orgullo posible. Subió corriendo las escaleras, no sabía que ocurría, todo era tan extraño, tan confuso, que sin mirar cómo se encontraba en la azotea. Rogando por que el aire llegara a sus pulmones boqueando como un pez. Aquella sensación de ser observado le provoco vértigo, tambaleándose se dejó caer en el frío piso.

Dolía, dolía todo.  Aventó la zapatilla lejos, con odio,  sintiendo su pie fragmentarse. 

Pronto la inconciencia nubló cerró sus parpados, escuchando a lo lejos como esa “voz” susurraba su nombre, arrastrando cada silaba de él. Gimió con dolor abrió sus ojos, la suavidad de algo desconocido recibió su espalda, sábanas de seda quizá le cobijaban.

¿Qué era aquello? ¿Dónde estaba? Y ¿Cómo había llegado a ese lugar?

-Hola KiBum, llevo mucho tiempo esperando el momento de conocerte.-

-¿Quién eres? ¿Por qué estoy en este lugar? Y ¿Qué lugar es?

-Siempre tu curiosidad ha podido más que la paciencia, he estado esperando un error tuyo hace mucho, eres tan perfecto que pensé este día no llegaría jamás. Eres perfecto para estar aquí. Un pequeño muñeco de porcelana que baila al ritmo de una cuerda que yo manipularé.

-¿A qué se refiere? No soy ningún muñeco… Recuerdo … Yo solo bailaba y …

-¿Sabes? Hay una leyenda que cuenta sobre un bailarín perfecto, que no cometía error alguno. Sus pasos impecables marcaban cada detalle en su destino. Era más hermoso que cualquier otra persona, sus cabellos rubios como espigas de trigo, y esos ojos la mirada fiera, el vacío profundo del anhelo de la ambición y el dolor.  Y ese… Ese eres tú. Sufriste la perdida de los únicos seres que te han amado; tus padres, y aquella anciana que cuidó de ti.

-¡NO! ¡Mi abuela no ha muerto, yo no puedo ser de quien habla, usted está loco, debe ser un maniaco, un secuestrador! Hoy…Hoy es su cumpleaños no puedo llegar tarde ella me espera para comer pastel… Eso… Eso no puede ser.

-Has permanecido dormido por años Key, has dormido tanto que ahora estás listo. Te voy a explicar lo que sucede.

-No… No déjeme salir quiero irme déjeme.

Sus manos temblaban, cada parte de su cuerpo vibraba, los temblores sacudían su cuerpo, las lágrimas corrían por las pulcras mejillas blancas, no sabía dónde se encontraba, una persona extraña murmuraba cosas que no alcanzaba a entender. Para el aún era el día del cumpleaños de su abuela, aquella amable y amorosa abuela que le esperaba con una sonrisa y una enorme rebanada del pastel que tenía prohibido dado su estricta dieta.

Podía recordar estar presentándose frente a los asociados de su escuela, la música inundaba cada uno de sus sentidos, y él solo se movía libremente como su cuerpo le mandaba, cuando todo se borró, perdió le ritmo y cayó. También recordaba haber huido con un pie lastimado, con un dolor insoportable en su orgullo, aun peor que el de su cuerpo.

-Eres tan perfecto que no  he podido dejarte ir, este lugar no es un lugar dentro del espacio tiempo que recuerdas. No es el cielo ni el infierno, no es nada de eso. Simplemente es una caja de música. Tú deseabas la perfección, querías ser visto y adorado, bailar por siempre, ¿No es verdad? Te estoy dando lo que siempre has querido, la oportunidad de ser contemplado, de ser amado, de ser un regalo.

 

Notas finales:

Algún comentario para esta autora habrienta de opiniones?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).