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Prohibido Tocar por Megane Michiru-chan

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Notas del fanfic:

OK heme aqui estoy armándome de todo mi valor para hacer esto, es la primera vez que hago algo para dejar que los demás lo lean puesto que siempre escribo pero solo para mi misma por lo que estoy de nerviosa hasta la medula lo que le sigue bueno los dejare leer a gusto

Por cierto Kuroko no Basket y sus personajes pertenecen a Tadatoshi Fujimaki yo solo los visualice en otro papel

 

En cuanto a advertencias: Infidelidad y algo de Angst creo que no mucho despues de que lo lean me diran tal vez ni si quiera es tanto o yo soy muy insensible

Notas del capitulo:

Este fic tambien esta publicado en fanfiction.net y wattpad con el mismo usuario/seudonimo

Era otro día normal en la vida de Kuroko Tetsuya o eso era lo que pensaba el joven de 22 años de piel blanca con ojos y cabello azul cielo.

Se levantó como cada mañana, alimento a su perro Nigou que era su fiel compañero desde preparatoria y se dispuso a arreglarse.

Hace poco había empezado a trabajar en un jardín de niños, aunque por el momento solo estaba como asistente, a veces, cuando alguno de los maestros tenía algún inconveniente que le impidiera presentarse, Kuroko se encargaba de suplirlo. Le encantaba estar a cargo de un grupo, independientemente de las edades de los niños aunque su adoración era trabajar con los más pequeños.

Toda su vida había pasado desapercibido puesto que su presencia era prácticamente nula. A pesar de ser muy inteligente y físicamente atractivo al ser serio e introvertido no se le tomaba mucho en cuenta.

Fue un milagro haber encontrado este trabajo tan pronto como se graduó. Un milagro que él estaba seguro llevaba por nombre Akashi. Sabía que su amigo pelirrojo había tenido que ver en el asunto de su contratación pero no le importaba, le dejaría creer que no se había dado cuenta. Amaba su trabajo y si le dejaban de planta seria por sus méritos.

Salió con tiempo de sobra y se fue con calma. Le encantaba estar ahí para recibir a los niños, era gracioso por que los pequeños si se daban cuenta del profesor siempre conscientes de su presencia. Parecía como en los cuentos en que sólo los niños podían ver a las criaturas mágicas, aunque nuestro querido profesor tuviera la belleza de un ángel o un hada no era tal cosa pero le gustaba que los niños lo vieran así.

El día en el trabajo fue de lo más tranquilo el profesor de los niños de 5 años se ausento porque tenía que realizar algunos trámites así que se le asignó el grupo por el día lo que le alegro en sobremanera.

Llegada la hora de la salida se encargó de entregar a todos los niños y después paso a retirarse de la escuela sin notar que a la distancia dentro de una de las oficinas con vista a la reja principal un par de ojos rojos que no pertenecían a un niño, lo habían visto con un interés que ni esa misma persona pretendía.

Kuroko no sabía cocinar realmente nada, así que se mantenía a base de comida comprada o chatarra de las tiendas de conveniencia y este día no sería la excepción así que como lo marcaba su rutina diaria, se dirigió al Maji Burguer cercano por una malteada de vainilla y de ahí al convini por algo congelado.

— Mmm creo que me quede sin cambio cuando compre la malteada — se dijo a sí mismo — bueno aún tengo algo de mi último deposito en la tarjeta simplemente pagare con ella — Seguía hablando consigo mismo mientras llegaba a la tienda. Se dirigió a tomar la primera charola de comida congelada que encontró y luego a la caja para pagarla. No contaba con la astucia de la cajera que después de un momento por fin se daba cuenta de que estaba ahí.

— Lo siento, el sistema para recibir pagos con tarjeta no está funcionando

— Oh. No hay problema. Podrías cancelarlo por favor.

— Dejarlo así — dijo un chico de cabello rojo que estaba esperando su turno detrás de Kuroko mientras le daba a la cajera otras 10 charolas de comida congelada junto con un montón de comida chatarra suficiente como para una reunión de unas 10 personas.

Kuroko estaba sorprendido por la cantidad de comida pero más aún por lo atractivo del joven que la llevaba, lo primero que vio es que era alto, bastante alto con un llamativo cabello rojo con negro y unos ojos rojos, su atractivo era tal que parecía estar viendo una obra de arte en una galería. No se dio cuenta del tiempo que estuvo ahí embelesado mirando al chico que se veía más o menos de su edad o no mucho mayor que él. No fue hasta que este le tendió una bolsa con lo que había intentado comprar que el chico de ojos celestes reacciono mirando la bolsa pero sin tomarla.

— No seas tan desconfiado, trabajaremos juntos a partir de mañana después de todo — le dijo el chico pelirrojo.

— ¿Cómo dices? — fue lo que pudo articular.

— Bueno solo te vi en el preescolar un momento cuando ibas de salida. Yo estaba en la oficina de la directora firmando mi contrato.

Kuroko quedo mudo, este chico lo había visto a la primera como si nada sin que él tuviera que hacer algo para hacerse notar. Eso era algo que nunca le había pasado.

— Si te hace sentir más cómodo puedes pagarme mañana, o si quieres hablamos mejor afuera — le dijo mirando hacia atrás donde había ya una larga fila de personas esperando pagar y que aparte miraba al pelirrojo como si estuviera hablando solo.

Si Kuroko pudiera demostrar sus emociones abiertamente en ese momento se habría sonrojado hasta parecer un semáforo, afortunadamente eso no le pesaba a él por lo que solo tomo la bolsa saliendo de la tienda con el pelirrojo detrás de él.

Una vez fuera de la tienda Kuroko se disponía a caminar, se sentía avergonzado y solo quería salir de ahí hasta que reparo en un minúsculo detalle, no tenía ni idea del nombre del apuesto joven que lo había estado ayudando.

— Este... ¿Cómo te llamas? — pregunto avergonzándose aún más, lo peor es que esta vez sí se notaba un leve, casi imperceptible sonrojo un su rostro pues había llegado a la siguiente escala de la vergüenza.

— Kagami Taiga, mucho gusto — dijo con una sonrisa y extendiendo su mano para estrechar la del chico de ojos celestes

— Kuroko Tetsuya — Respondió tomando la mano que se le ofrecía

Se estremeció un poco al tocar la mano del chico. Fue como una corriente eléctrica que le recorrió desde la mano hasta cada rincón de su cuerpo, soltó la mano agradeciendo de nuevo su inexpresividad.

— Bueno yo voy hacia este lado — dijo Kuroko

— ¿En serio? Yo también — dijo Kagami mientras comenzaba a caminar en la misma dirección.

Caminaron lado a lado alrededor de 3 calles en un cómodo silencio mientras Kuroko observaba a su acompañante. Estando así de cerca vio que era por lo menos 20 cm más alto que el con la piel bronceada como si viniera de la playa y se le hizo aún más apuesto. Comenzaba a divagar en sus pensamientos preguntándose por las preferencias del joven, sus gustos, e incluso ideando algún plan para ligarle aprovechando que le había prestado atención, cuando se tuvo que separar de él.

— Bueno yo doy vuelta en esta esquina — dijo el peliceleste

— Ok, yo sigo todavía un par de calles más adelante. Me dio gusto conocerte.

— A mí también Kagami-kun

Kagami hizo un gesto con la mano a modo de despedida y fue cuando cualquier esperanza con el chico guapo se desvaneció puesto que ahí descansando en su dedo anular brillando, como diciendo en letras invisibles FUERA DE TU ALCANCE, se encontraba un anillo de oro.

Si, Kagami Taiga era casado. Y al ver ese anillo lo único que venía a su mente un enorme letrero de "Prohibido tocar"

Notas finales:

Bueno hasta aquí llego el asunto ojala alguien me diga que le parece, sé que hay muchas personas a las que la pareja les gusta, otras a quienes se les hará trillado ojala alguien me deje saber lo que piensa.


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