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Te quiero, no lo olvides por PJ Brown

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Notas del fanfic:

Esta historia he comenzado a subirla primero en wattpad, pero decidí compartirla también aquí porque lo creí conveniente para todos aquellos fanáticos del yaoi como yo.

 

Está inspirada en la canción How to save a life de The Fray.

       

Notas del capitulo:

Lo que viene al inicio es una especie de pequeña introducción a la historia.


Espero que lo disfruten.


¡A leer!

Tom:

 

Te dedico esta carta a ti porque mientras escribo estas palabras te tengo muy presente en mi mente, de hecho he estado pensando en ti constantemente y no tengo muy claro por qué, por eso te escribo, para tratar de descubrir la razón. Quizás tú puedas decírmelo ¿es posible? Sé que sí, pasamos muchas cosas juntos, y creo que me conoces mejor que nadie.

 

Te necesito, lo digo más allá de resolver este problema: extraño tenerte a mi lado.

 

Cuando te conocí jamás creí que llegaría a apreciarte tanto como lo hago ahora. Prácticamente respiro para ti ¿lo recuerdas? Soy tu herramienta, tu esclavo, tu leal sirviente, la persona que jamás te dejaría solo. Pero tú sí lo hiciste ¿no es así? Aunque... supongo que tienes todo el derecho, después de todo, yo no significo nada para ti, soy sólo un objeto ¿vas a sacarme de mi error, o fingirás que no te importa lo que piense? Optarás por la segunda opción, sin duda.

 

Quiero creer que no me duele; sin embargo, lo hace. Todo lo que digas en contra mía me lástima y ¿sabes por qué? Porque me importas, porque quisiera que pudieras sentir lo que yo siento por ti, pero sé que no lo haces, tus ojos me lo dicen: tú no me quieres de la misma forma.

 

¿Ahora te das cuenta? ¿Sabes entonces lo que siento por ti? ¿Puedes leerlo entre líneas? Espero que lo hagas, yo no te lo diré directamente, porque esto va más allá de un "te quiero" y aún así te lo daré, pues siempre te lo he dado...

 

Te quiero Zanahoria.

 

J.C

 

...

 

-Necesitamos hablar-  dices.

Él te contempla desde el lugar en que se encuentra de pie, sin saber que decir o que responder. Pero camina hacia ti, siguiendo tus pasos como siempre lo ha hecho, a pesar de que en más de una ocasión lo hubiera hecho a tus espaldas.

-Siéntate, sólo es una charla-  dices.

Él te sonríe con cordialidad y tú evades su mirada, concentrándote en la ventana que tienes a tu lado derecho, mientras toma asiento a tu izquierda.

Sientes miedo y culpabilidad. Ni siquiera sabes por qué estás aquí, pero te has convencido de venir porque simplemente querías verlo y escuchar su voz.

-¿Recuerdas cuando nos conocimos?-  preguntas sin esperar una respuesta.

-Sí-  afirma él.

Te sorprendes de que lo confesara porque creías que lo había olvidado, creías que no le importaba, creías que nunca volvería a admitir que te conocía. Y sin embargo, ahí estaba, permitiendo que los recuerdos flotaran en el aire como el refrescante aroma de las flores.

...

Josh era un chico lleno de vida y extremadamente servicial. En cambio, Tom era un muchacho conocido por romper los corazones de las chicas; chico malo y solitario.

Pero sus diferencias no impidieron que un gran lazo se formara entre ellos desde el momento en que se conocieron.

Fue en una fiesta de universidad, la noche era fría; agradable para algunos y detestable para otros.

El muchacho de cabellera pelirroja estaba afuera, fumándose un cigarrillo mientras sus amigos se embriagaban, bailaban muy pegados con la próxima que se llevarían a la cama, y hacían lo posible por quedarse sordos con la música a todo volúmen. Él no. Al menos no esa noche. Quería mantenerse en sus cinco sentidos para estar alerta de cualquier presa fácil que pudiera cruzarse en su camino. Era un mujeriego y el típico chico malo de toda absurda novela romántica, pero esta historia estaba a punto de tomar un rumbo muy distinto al de cualquier otra.

Los ojos jade del muchacho brillaron en el instante en que visualizó a aquella presa que tanto había estado esperando. Supo que era ella con tan sólo verla ahí, tan solitaria y rodeada de un aire de inocencia. No obstante, jamás imaginó que él, el chico más cotizado de todos, se sentiría atraído por aquel tipo de persona. Pero eso no impidió que se armara de valor y se atreviera a ingresar en su vida, por muy extraña que ésta resultase.

Y cuando la presa alzó la vista hacia el joven que tenía delante, se preguntó por sexta vez en la noche qué demonios hacía en esa fiesta. Le habían llevado en contra de su voluntad, de eso no tenía duda alguna, pero bueno, ahora que se detenía a pensarlo, estaba al tanto de que nunca decía "no" a casi nada. Era demasiado noble y masoquista.

Su vida consistía en estudios y servicio a los demás. Siempre ponía lo mejor de sí para no defraudar a nadie y hacía cualquier cosa para asegurar la felicidad de sus amigos. Por eso estaba ahí, porque, como de costumbre, había cedido a las insistencias de Duncan.

Pero en ese momento, al ver la siniestra sonrisa que le brindaba aquel muchacho, tuvo la certeza de que había cometido un error al haber asistido a esa fiesta.

-Hola. Soy Tomas Monroe ¿Cuál es tu nombre?-  preguntó aquel pelirrojo de pose altanera y arrogante.

-Josh Campbell-  respondió el muchacho de cabellera rubia.

Tom le brindó una de sus sonrisas torcidas, de esas con las que hacía que las chicas cayeran rendidas a sus pies. La única reacción que obtuvo por parte de Josh fue una ceja alzada.

-¿Se te ofrece algo?-  le interrogó Josh con confusión.

-¿Sabes? Creo que podemos ser grandes amigos-  dijo Tom, ignorando el comentario del chico. A continuación, le dio una calada a su cigarrillo; Josh arrugó la nariz-, o enemigos en todo caso.

-¿Y qué te hace creer eso?-  preguntó Josh.

Tom se acercó lentamente al rubio, hasta acorralarlo contra la pared. Josh era capaz de apreciar el aroma del tabaco mezclado con el alcohol, en el aliento de Tom "estará ebrio" se preguntó él.

-Sólo míranos. Tú eres el típico chico tímido que se la pasa arrinconado en el salón de clases y va a esconderse a la biblioteca en cada oportunidad que tiene...

-Yo no me escondo-  repuso Josh un tanto enfadado.

-Y yo soy el atractivo. El déspota, mujeriego y rebelde, que siempre está buscando problemas y se sale con la suya-  continuó el pelirrojo, nuevamente ignorando al rubio-. Eres digno para ser mi rival, pero a la vez nos complementamos ¿no lo crees?

A Josh le daba vueltas la cabeza. El olor del tabaco era demasiado intenso para su delicada nariz y el humo hacía que sus ojos le ardieran con un molesto picor.

-Sé exactamente quién eres. No me involucraría con alguien como tú-  dijo Josh.

No, jamás se relacionaría con un chico como él. Sabía que era una mala influencia y el tipo de persona que solía detestar.

Tom, al escucharlo, frunció el ceño. De alguna manera lo estaban rechazando, pero lo peor de todo es que no sabía si sentirse aliviado o humillado. No. Las dos cosas eran igual de terribles; no podía dejar que alguien lo rechazara.

-Entonces quieres la guerra eh-  dijo él tirando su cigarrillo, para luego pisotearlo con fiereza-. De acuerdo.

La sonrisa que le dedicó a continuación era terrible, era una sonrisa que dictaba peligro; sin embargo, Josh aceptaba el reto. Lo que no sabía era que el cazador no se rendía tan fácilmente, cuando se obsesionaba con algo nadie podía llevarle la contraria: se aseguraría de que tarde o temprano, cayera ante sus encantos.

 

 

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado. No olviden dejar sus comentarios, los comentarios de los lectores son muy importantes para el autor y sirven como un impulso para continuar escribiendo (se aceptan críticas constructivas).


¡Muchas gracias!


 


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