— Escucha, hemos tenido bastantes problemas conductuales en estos últimos años contigo en esta escuela. Queremos darte una “advertencia” amigable. Si llegase a oír sobre alguna otra riña o problema que te involucre, me veré obligada tomar medidas drásticas, ya sabes a qué me refiero.
— Sí… — dijo el muchacho, desanimado.
— Muy bien, Miller. Puedes retirarte — le dijo sin mirarle la cara y mientras se ponía a arreglar unos papeles.
— Con permiso, señorita… — “ah…creo que este año va en serio...” pensó preocupado.
El chico, Blake Miller, de cabello negro y desordenado, con ojos azules hielo, salió de la oficina cabizbajo debido a la advertencia recibida el primer día de escuela. “Mis notas no están tan mal, son promedio...así que, este año sólo tendré que mantenerme alejado de las peleas con Zeke. Seguro y él recibió la misma advertencia…” pensó mientras caminaba por los pasillos de la escuela, atestados con gente nueva y ansiosa por aquel dichoso día.
En ese momento escuchó unos pasos acercándose rápidamente, seguido de esto sintió su propio cuerpo cayendo al suelo entre medio de risas y saludos. Eran sus amigos.
— ¡Hey! Blake, hermano, ¿dónde estabas? — preguntó alegremente Travis, un chico de cabello negro, igual que él, solamente que éste tenía unas cuantas mechas teñidas de un bonito color azul.
— No me digas, ¿estabas de nuevo con esa bruja? ¡Es sólo el primer día! — se quejó Jasper, quien tenía el cabello rubio, mientras se paraba con la ayuda de Travis.
— Sí, sólo fue una “charla”… — respondió Blake con tono desanimado, evadiendo un poco las miradas divertidas de sus amigos mientras se paraba. No quería hablar de eso. De verdad, recibir una advertencia así el primer día de escuela no era su idea de “empezar bien el año”.
— Le dices bruja pero aún así darías lo que fuera por estar en el lugar de Blake, ¿eh, Jasper? — bromeó Travis, sin prestarle mucha atención al tono de su amigo.
— ¡Claro que no! — Respondió sonrojado el chico —, pero qué cosas dices, Travis…
— Como digas. Hey, Blake, nos dirigíamos a la cafetería. Alex nos está guardando una mesa, y ya que nos demoramos tanto en ir por estar buscándote, va a estar enojada. Deberíamos apresurarnos — sugirió Travis mientras empezaba a caminar en dirección a la cafetería.
Al llegar se encontraron con una mesa casi vacía ocupada únicamente por una chica de pelo negro hasta los hombros, con ojos cafés, quien les hacía señas a los chicos para que se acercasen, — ¿Qué tal, señoritos? — saludó la chica con una sonrisa, pero con voz irritada —. Los he esperado lo suficiente como para estar muriendo de hambre.
— Oh…bueno, ¿qué tal si nosotros invitamos la comida? — dijo Jasper tratando de quitar la tensión del aire.
Blake simplemente estaba parado ahí, mirando hacia la nada, con una expresión afligida, ganándose unas miradas preocupadas por parte de sus amigos.
— ¿Estás bien, Blake? — preguntó Alex con obvia preocupación en su voz.
Usualmente el primer día de clases, Blake se la pasaría haciendo bromas y contándole a sus amigos lo que hizo durante el verano, pero la conversación con la Directora de verdad lo dejó preocupado y desanimado. Aunque pareciese un chico rebelde que busca pelea con el primer chico que lo mira feo por el pasillo, este no era completamente el caso, ya que no pelea con todos, sólo con una persona, y solamente por razones muy específicas.
— ¿Eh? Ah. Sí, sí, estoy bien. Sólo estoy un poco cansado, ya saben, volver a la escuela y todo eso — respondió agitado al ser sacado de sus pensamientos tan de repente. Rió un poco rascándose el cuello nerviosamente. “Dios, Blake. Tranquilízate. Es sólo el primero día, tengo todo el año para arreglar todo este lío” pensó calmándose para no preocupar a sus amigos ahora. Después de todo siempre les podía contar más tarde. Siempre lo escuchaban y le prestaban atención, pero no quería preocuparlos tan temprano —. Iré a buscar las bebidas, vuelvo enseguida — dijo con una sonrisa más relajada mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar.
Sus amigos le quedaron viendo la espalda por unos segundos balanceándose entre la preocupación y la curiosidad.
Cuando Blake ya estaba fuera de vista, Alex volvió a hablar, — ¿De verdad está bien? Anda muy raro, ¿no vieron su cara? — dijo extrañada.
Travis y Jasper se miraron y suspiraron. — La verdad no lo sé — respondió Travis —. Dijo que tuvo una charla con la Directora, así que supongo que ella lo regañó, pero estoy seguro de que nos contará los detalles más tarde. Por ahora distraigámoslo un poco del tema, ¿okay? Parece que ya se animó un poco, intentemos mantenerlo así.
A ninguno de ellos les gustaba ver a Blake triste o desanimado, hacía sentir la atmósfera pesada. Sabían que cuando estaba así era por algo serio y preocupante para él.
— Bueno, supongo que sólo debemos esperar, ¿no? Apresúrense y vayan por la comida. Dijeron que ustedes invitan, y lo digo de nuevo, estoy muriendo de hambre — dijo Alex después de suspirar y despreocuparse un poco. Los chicos dieron la vuelta y se dirigieron a la fila que había para comenzar a escoger sus cosas.
Al lado de la fila había un chico de cabello ondulado color miel y con ojos del mismo color. Se veía bastante nervioso y sólo estaba parado ahí viendo a los demás estudiantes ordenando sus cosas, obviamente era un alumno nuevo. Travis y Jasper intercambiaron miradas y sonrieron maliciosamente.
Se dirigieron en dirección del chico y, lo suficientemente fuerte para que este escuchara, Jasper dijo, — ¡Mira, Travis, carne fresca! — el chico dio un pequeño saltito en su lugar y con los ojos bien abiertos miró en la dirección de ellos.
Jasper se acercó a él con la intención de posar su brazo sobre su hombro, pero el pobre chico muerto de nerviosismo cerró los ojos por miedo. — Oye, oye, tranquilo. No te vamos a golpear ni nada — dijo rápidamente Travis al ver la reacción del chico.
— ¿Nuevo, eh?, eso apesta, viejo. Sobre todo cuando no conoces a nadie. Un consejo; al menos el primer día, trata de mostrar actitud — le dijo Jasper y le pasó una bandeja amablemente tratando de que aquel joven se tranquilizara un poco —. En un par de días te acostumbrarás al ambiente.
El chico dudó un poco, pero luego tomó con seguridad la bandeja y se dispuso a servirse un platillo, ya que si estaba con chicos que ya conocían este sistema, podían guiarlo en qué hacer luego, pero de pronto fue interrumpido por el pelinegro. — ¡Eh! Yo no tomaría el guisado si fuese tú, sabe a--
— ¡Deberías probar el pudín de caramelo! — interrumpió Jasper diciendo esto alegremente. El chico parecía haberse tranquilizado para ahora ya que les estaba sonriendo de vuelta —. ¿Y cómo te llamas? — preguntó mientras avanzaban por la fila escogiendo sus platillos. El chico ya estaba más confiado con todo esto y respondió rápidamente.
— ¡Aidan! — respondió sonriendo tiernamente.
El pequeño también les preguntó sus nombres. Les explicó que en su antigua escuela no tenían una cafetería así, por eso estaba tan perdido.
La verdad es que Aidan sí tenía amigos en la escuela, pero ellos se habían atrasado y no estaban cuando él entró a la cafetería (aunque le dijeron que sí iban a estar) pero no lo consideró importante así que lo omitió.
Al terminar de elegir sus cosas y luego de pagar, Jasper y Travis estaban a punto de invitar a Aidan a sentarse con ellos cuando un grupo se acercó a él y comenzaban a saludarlo con abrazos y a acariciarle el cabello desordenándolo un poco.
El peli-miel, aunque estaba un poco preocupado por el que botaran su comida, sonreía alegremente y reía ante las acciones de los otros. “Ah, entonces sí tenía amigos en la escuela, después de todo” pensaron Jasper y Travis. Aidan les dio las gracias nuevamente y luego se marchó con su grupo.
Para cuando los dos chicos volvieron a su mesa, Blake ya estaba allí con las bebidas y estaba conversando alegremente con Alex entre carcajadas.