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Mamá, me gusta la vendedora de cómics por Sthephannia

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Notas del fanfic:

Dije que subiría el fanfic el viernes :c pero tuve que ir al cumple de mi primo a celebrar sus 9 años y yo ahí, rodeada de niñatos robandoles  dulces (le robaba de las bolsitas :c) entonces no pude conectar mi compu y ya saben la tragedia y blah bla excusas.

Gracias a todas por sus rewiews (en serio los amo *O*) subiré el siguiente cap pronto  :3

Los nombres de los superhéroes serán inventados por mi, porque me gusta inventar nombres extraños y demás, cualquier parecido será mera coincidencia .w.

Notas del capitulo:

¡Capítulo 1, el prólogo!

Este es más como empezó todo, segurié subiendo los demás caps lo antes posible, ya que estoy en los finales me chupan todo el tiempo xc

Saludos a todas, gracias siempre por sus comentarios, el animo que me dan, y por supuesto su preocupación, con enfermeras así, cualquier gripe es una bendición *se siente engripadamente feliz*

Cap y fanfic dedicado a la Cata .w. shi asdfghjklñ <3

                        Espero que les guste, abrazos.

Y así, estaba comiendo la desabrida chuleta con arroz que mi madre había preparado para la cena, con palabras como “demasiado sodio hace mal para la salud” y esa clase de estúpidas exageraciones que ella siempre dice, pero no estamos para hablar de la horrenda mano gastronómica de mi madre ¡¡Oh claro que no!! Estaba toda mi fenomenal, de la palabra fenómeno claramente, rara y jodida familia sentada en la mesa; mi padre, un reconocido profesor de matemáticas, sumiso ante su esposa, mi madre, la siútica mujer que pensaba que la vida era perfecta a la manera que ella nos decía como vivir, mi hermano Javier, o javierito como todos lo llaman, el menor, el que nunca hacía nada más que babear y chupetear los aparatos tecnológicos, cabe decir que mi celular tuvo que irse a reparación hace unos días por aquella razón, mi hermano mayor Jeremy, con el cuál me llevaba de lo más horrible, no es que fuera porque nos odiáramos, no, simplemente él era el gordinflón friki y yo era la hermana cruel y molestosa, simple.

Mi familia era la rareza en su máxima expresión, mi padre un pelirrojo, mi madre una pelirroja… por ende todos sus engendros salidos de una noche de pasión erótica tendrían el mal de nacer con estas horribles pecas que me adornan las mejillas y la nariz, y adivinen qué, el pelo tan rojo y naranjo como si estuviéramos haciendo una batalla de zanahoria rayada  ¡¿qué no puede ser peor?! Pero ya, mantengamos la calma, respiremos y sigamos hablando de Jeremy.

Jeremy era el típico chico pasado de peso, casto, tanto así que sudaba agua bendita, fanático de los videojuegos, de rascarse la nariz y ser el hazme reír de toda la escuela, no saben la vergüenza que me da decir que somos familiares, además de esos rizos horribles que tiene sobre esa cabezota.

Ejemplificando las raíces familiares, mi madre es la controladora de esta manga de inadaptados sociales y me incluyo, ya que ella se ha esmerado por sobreprotegernos hasta de nosotros mismos, sólo diré que me cortaba las uñas hasta los 13 años, porque decía que podría cortarme con el filo del cortaúñas y prefería hacerlo ella;  todo lo que no le gustaba a mi mamá estaba mal: salir de noche estaba mal, ver televisión por mucho tiempo estaba mal, correr por la casa estaba mal, ver dragon ball z estaba mal, andar descalzo estaba mal, por suerte no se le ocurre decir que respirar está mal o nos lo prohíbe.

En resumidas, lo que quiero llegar a decir, es que justamente en este momento donde he recordado hasta la última célula de falta de dignidad  que tiene mi familia, debería responder la pregunta que Jeremy me hizo de repente haciendo que el pegajoso y desabrido arroz se me atragante en la garganta, mientras, mi madre está presionándome a responder.

-Naio –dice con su voz de mujer cuica- No seas mala persona, ¿no ves que tu hermano está enfermo? - ¡que se joda! El gordo enfermo, ella cree que es porque su niñito tiene las defensas bajas, pero claramente es porque el gordinflón hijo de gula, se sobre intoxicó con chocolates.

-Sí, yo iré mañana –respondí fingiendo indiferencia ¡¡pero qué indiferencia dios bendito!! Si Jeremy no fuese un engendro aborto de Chewbacca le daría un abrazo ¡por tal encomienda que me dio!

Expliquémonos, Jeremy si de algo era fan el niño gordito ese, era de las historietas, comics de superhéroes, de esa clase de historias surrealistas de hombres súper musculosos, chicas pechugonas a más no poder y villanos que siempre fallan como idiotas; ¿A qué viene esto? Hace unos meses, Jeremy adquirió la entrada  de un evento de comics, que en resumidas sería una reunión de bobos dónde presumen cuál de todos tiene menos vida social; mi madre, siempre tan liberal ella, le dijo a Jeremy “Si no vas a ir con un amigo, no irás” pero eso era como pedir un milagro, ¿de dónde sacó la idea que ese feo tendría amigos? En fin, adivinen a quien le pagaron su buena cantidad de dinero para acompañarlo al estúpido evento, ¡ja sí! A mí, entonces ese día, lo acompañé.

Ganas de ir no tenía ¡¿por qué pasaría mi sábado rodeada de gordos inútiles?! No es que odie a los gordos claro que no, pero ya tengo suficiente con el que se hace llamar mi hermano como para querer a muchos más rodeándome, la cosa es, que ese día a parte de comprar una jodida cantidad de comics, Jeremy llevó su cámara canon de casi cien mil megapíxeles, quizás, que usaba para sacarle fotos a sus chocolates, sus figuritas y muñecas raras; en el evento, cuando una persona disfrazada de algún personaje le atraía, corría a pedirle alguna que otra pose para tener una fotografía de él, aunque más que de un él, era de ellas, ¡qué manera de ver pechos! Es decir, una enorme multitud de chicas disfrazadas de superhéroes estaban ahí,  lo peor era ver lo diminuto del traje y las miradas lujuriosas acompañadas de indecorosos comentarios que no eran para nada disimulados.

Y estaba yo ahí, toda aburrida siguiendo al gordo éste, cuando repentinamente, salió corriendo por octava vez en ese trayecto, y lo seguí como si fuera un perro que se escapa de la correa; se detuvo en frente de una chica disfrazada de quizás qué súper héroe, y cómo podría explicar ¡Era jodidamente sexy! Tenía el cabello hasta un poquitín debajo de los hombros de un fuerte color verde limón, lo miré detenidamente y no era una peluca, no señor, lo tenía teñido completamente, su traje constaba de un elaborado negro con verde, una cortita falda que con suerte le tapaba el trasero y mantenía un cinturón lleno de artefactos extraños, unas botas hasta los muslos, una pequeña capa sobre su espalda, un sujetador a juego, y unos lentes de estilo Steampunk sobre la cabeza, acompañando su fino rostro con un femenino antifaz; Jeremy le pidió una fotografía y yo desde atrás miraba hipnotizada a la chica, nunca había visto un cuerpo tan bien formado, no tenía mucha altura, incluso creí que era un poquitín más baja que yo, y yo mido metro sesenta y algún número, la cosa es, que desde ese día la imagen de aquella extraña y llamativa chica, nunca jamás se me fue de la mente. En ese evento desde que la vi, la boca se me hacía agua, e intentaba verla desde lo más recóndito de gordos granudos que no me dejaban ver.

Pensé ese día cuando veníamos de regreso a casa, casi cruzando por toda la ciudad, que jamás volvería a ver a una chica tan espectacular como ella, la sonrisa en su rostro, la hermosura de su cuerpo y lo que extrañamente más me gustaba, su cabello verde limón. Pero a las semanas después mientras por una casualidad de la vida mientras regresábamos a casa después de la escuela, cosa que nunca hacía con él, Jeremy me dijo:

-Naio, espérame… compraré la edición de esta semana del capitán Galax –con esa voz semi gangosa que no podía ser más humillante, echándose a correr por la calle para ir al frente, donde mi vista se posó sobre un enorme letrero que decía “Comikstore”

Y Supuse, evidentemente, que era la tienda donde este engendro alejado de la piedad de dios, compraba sus historietas, me reí por dentro, crucé la calle mirando ambos lados antes de cruzar, tengo un trauma, de pequeña mi madre decía “Naio debes mirar ambos lados antes de cruzar la calle” y cuando no lo hacía delicadamente te lo recordaba diciendo “¡¡¡Mira ambos lados antes de cruzar mierda!!!” y una ahí toda asustada, pero ya qué… me acerqué al vidrio enorme que tenía de vitrina, lo único que veía si alzaba mi vista al lugar, era una cantidad de colores impresionantes, un par de niños de unos 10 años y posters de toda la enorme gama de superhéroes que había.

La manteca gigante de Jeremy salió corriendo del lugar y me miró atentamente afuera mientras la campañilla de la puerta seguía sonando.

-Necesito un par de monedas ¡¿me prestas?! –gritaba la puta como si el mundo se fuera acabar.

-bueno –dije con indiferencia, le iba a preguntar cuanto necesitaba pero cuando miré, el gordo ya no estaba a mi lado.

Alcé una ceja con molestia, miré dentro del Comikstore y estaba en frente del mostrador dónde se supone que esta la caja y demás, instintivamente recordé al tipo de los simpsons.

Me digné a entrar a la tienda, aunque era lo último que desearía, mientras me acercaba escuchaba la voz de Jeremy:

-¡Me lo llevo! –Decía la cosa esa- mi hermana me prestará lo que falta.

Me acerqué lo suficiente para estar a su lado, cuando sentí que una alineación cósmica conspiró a mi favor, al ver lo más hermoso del planeta.

-Aquí tienes –dijo con una hermosa sonrisa- vuelve pronto –le pasó la estúpida revista de dibujos.

Miré atentamente ese cabello hermosamente verde, los dos piercings que adornaban ambos extremos de sus labios inferiores, unos ojos verdes penetrantes, y una voz de mil maravillas ¡¡era ella!! ¡La chica de la convención estaba vendiéndole un comic al gordo feo! Ni idea que trabajaba aquí, con razón Jeremy parecía haberla reconocido tan fácilmente en la convención ¡sí qué ese cabello era precioso! Raro, inusualmente atrayente.

Ella ahí detrás del mostrador con una camiseta negra y el logo de watchmen, y yo ahí mirándola como si no hubiera cosa más hermosa en el universo.

-Hola –me saludó con su mano y una amigable sonrisa, y en ese momento supe que había sido amor a primera vista, es decir ¡estaba viendo a la persona real! Bueno, no digo que ella fuera el superhéroe real de la convención, pero si disfrazada tan provocativamente era hermosa, déjenme decir que natural, era totalmente fantástica, natural en un sentido ambiguo, ese cabello verde no se lo creía nadie obviamente, pero entonaba con belleza sobre sus facciones tan finas.

-hola –le respondí hipnotizada con voz de enferma mental luego de caer por un cerro incendiado, qué melodramática, pero mi voz fue más humillante que el rostro de Jeremy.

Y luego de eso mi hermano el joputo me agarró del brazo y nos fuimos de la tienda. Con el pretexto de que tenía que leerla lo más rápido posible en su “Jerecueva” ¡¡¿pero será un gordo idiota?!! Alejándome de esa belleza tan extraña que no se me había salido de la mente.

Y bueno… eso pasó como hace dos semanas, ¡pero no puedo llegar y fingir que amo los comics! Ni siquiera sabría que comprar para tan sólo mirarla o hablarle, de todas formas siempre la miro desde afuera; y hoy, esta noche, más bien hace un par de minutos, Jeremy me preguntó:

-Hermana –inserte voz de enfermizo huevón- con esta fiebre no podré ir al colegio mañana.

-Lo sé –le dije cortante sin siquiera mirarlo, revolviendo el desabrido arroz.

-¿Podrías comprarme una historieta mañana? –¡y Zas! La pregunta que estaba esperando ¡¡tenía un pretexto para encontrarme con la chica esa tan sexy!!

-¿Y qué gano yo? –Joder soy tan orgullosa.

-Naio –dice con su voz de mujer cuica- No seas mala persona, ¿no ves que tu hermano está enfermo? – fue lo que mi madre dijo.

Y ya saben la respuesta, así que mañana ¡oh deós! Será mi primer intento para acercarme a ella ¡¡¡gordinflón te amo!!! Espera…nah, no lo amo.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado *O* (me reí tanto escribiendolo xDD) *ríe como hiena enferma*

                                              Las quiere, Sthephannia.


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