El día que debía de conocerlo no llovía, tampoco hizo mucho sol y el viento no soplaba, de la misma manera en la que las nubes estaban estáticas manchando mullidas el firmamento, la noche que lo conoció las estrellas se escondían detrás de las nubes gigantescas y tétricas expandiéndose grises por el nocturno cielo, las hojas se mecían arrebatadas y la luna brillaba amarilla y gigante, era una magnifica noche.
Contrarrestando con el silencio necrótico de las calles, dentro del antro había mucho ruido, la música intentaba mezclándose con el alcohol acallar los pensamientos, y la gente se movía en erráticos movimientos, él era muy alto, su cabeza rubia resaltaba por sobre la danzante multitud… desde su asiento lo vio, los labios carnosos, la mirada seria, sus gigantescas manos sujetando las anchas caderas de una exuberante castaña, sus ojos negros se cruzaron con los de él y por primera vez sintió que todas las demás personas alrededor desaparecían, solo lo vio a él, brillante, majestoso en su totalidad y desde ese momento no pudo despegar sus ojos de él.
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Él realmente nunca le había prestado mucha atención de con quien se juntaba, nunca había hablado mucho, por ende no tenía muchos amigos, los justos y necesarios, SeHun, Lay, Suho yy Baekhyun, jamás había pensado que necesitase alguien lo que lo llevo a tener una gran cantidad de relaciones esporádicas, espontaneas y plenamente sexuales. Se sentó en la mesa donde sus abuelos y su madre comían, silencio, su abuelo lo miro por encima de las gafas e hincó su mirada en él
- Deberías dejar de salir tanto – las palabras salieron lentas, carrasposas, con esa manera tan tranquila y profunda que tenía su abuelo al hablar
- -Si abuelo
- -No – el hombre dejo reposar la cuchara tranquilamente en el plato azul con blanco sin salpicar ni siquiera una diminuta gota de la amarilla sopa – No pequeño, tienes que pensar lo que dices, no solo decirnos que si para complacernos, ¿estás intentando llenar algo llegando completamente fuera de ti casi todas las noches? Lo que sea que busques no lo hallaras en una botella de alcohol, solo te perderás más , nunca llegaras a la salida
Un sollozo rompió las palabras de su abuelo, su abuela se cubría la cara dejando el liso cabello de plata recubriendo su cara, su corazón se encogió un poco, como cada vez que tenían una charla como esa, silencio y uno que otro gemido estrangulado y reprimido, el sonido de los cubiertos chocando y la carne siendo engullida, las sillas corriéndose y los pasos huyendo, silencio atronador y hostigante.
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Tenía al hombre entre sus piernas, besándolo y chupándole el cuello, no recordaba a plenitud como había llegado allí, ¿pero que importaba? Tenía al majestuoso rubio acariciándole una pierna y recorriendo con su lengua las formas de su oreja, delineando y mordiendo, sus manos se movían por doquier en completa fogosidad, el hombre soltaba gruñidos cortos que se ocultaban en sus gemidos cada vez que sus miembros se rosaban debajo de sus pantalones, metió sus manos debajo de la camisa del rubio, mientras la iba subiendo delineando con sus dedos los abdominales que decoraban el delgado torso, las manos del hombre sacaron su camiseta de su cuerpo, la tiraron lejos y comenzaron a pellizcar largo y tendido sus pezones, desabotonando con prisa la camiseta del hombre para casi arrancársela al ver todos los botones libres de sus prisiones de tela empujo un poco a su acompañante por los hombres para poderlo apreciar, sublime pensó, era hermoso, lo recostó lentamente en la cama, comenzó a lamer cada centímetro del trabajado vientre del hombre, acomodándose entre sus piernas con las caderas alineadas una frente a otra, con la cabeza justo en frente de los pezones del hombre comenzó a chupar y refregarse.
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El pelinegro sobre él lo chupaba y excitaba de sobremanera, bendito sea el momento en el que acepto ir a esa fiesta con Kai, no podía decir que el hombre-panda era el ser humano más hermoso que había visto dentro de la fiesta, podía decir con total seguridad que habían mínimo 8 personas mucho más “agraciadas” que el ojeroso, pero sin duda era el mejor polvo que pudo haber escogido, ¡ni siquiera había empezado y ya lo tenía completamente excitado! Sintió la delgada mano del hombre deslizarse tranquilamente por debajo de sus pantalones, soltó un fuerte gruñido cuando la mano sujeto completamente el ya muy erguido miembro, casi pudo ver la sonrisa que se formo en los labios del hombre mientras chupaba sus pezones, lo dejo masajear su miembro por debajo de los pantalones, perdido en el placer no sintió cuando el pelinegro le deslizaba los pantalones, su sobresalto fue tremendo al sentir una escurridiza lengua delinear la vena más prominente de su pene, levantó la mirada en el justo momento en el que el ojeroso engullía por completo su longitud, su cuerpo se revolvió en completo éxtasis.
El toque de ese hombre era fuego puro, la boca engullía, la legua recorría, sentía la energía recogerse en su bajo vientre, y exploto, sintió al chico absorber profundamente y mandar, cuando el chico se levanto una pequeña línea de semen se deslizaba lenta y espesa por la comisura de su labio, acercándose lambio el blanquecino camino a sus labios y juntándolos con los suyos propios los besos furiosamente, despojándose de toda la ropa que todavía le quedaba al muchacho comenzó la preparación para poder hundirse completamente en la carne del panda, el muchacho se retorcía en la cama y agarraba las sabanas con fuerza, soltó un alto gemido que rosaba el grito cuando él toco la próstata, disfruto torturándolo con el lento rose de sus dedos con la próstata una y otra vez, comenzó a ir un poco más rápido, cuando sintió que el chico se preparaba para llegar al orgasmo paró y poniéndose el condón se hundió hasta la pelvis en el chico, gruñidos, gemidos, gritos, mordiscos, lametones
- Gime… gime mi ahh nombre – Dijo mientras aceleraba las estocadas, más cerca, cada vez más cerca, vio al chico retorcerse y empujar sus caderas para que él llegara más profundo
- ¿T-tu nombre?
- Kris, gime Kris – Empujo duro, muy duro, su eje tocaba la próstata con salvajismo
- ¡DIOS! Kris – grito el chico mientras se corría
La presión que ejercieron sus paredes sobre su miembro por las estrechas paredes sellaron la noche, con el mayor orgasmo que había tenido en mucho tiempo Kris termino tendido sobre el cuerpo del chico, rodando y cayendo pesadamente en la cama, con sus parpados intentando cerrarse, formuló la última pregunta de la noche
- ¿Cuál… cuál es tu nombre? – dijo sorprendiéndose por los jadeos y el cansancio que mostraba su voz, el chico lo miro con el cabello cubriéndole sus ojos en los que brillaba el sueño
- Tao, me llamo Tao – lo vio cerrar los ojos y quedarse dormido, decidió hacer lo mismo y acomodándose se durmió.
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La luz pegaba desagradable sobre su cara, abrió los ojos encontrándose con una habitación que no era la suya, me van a matar pensó, su corazón volvió a punzar recordando las caras de su familia 2 tardes atrás, volteo para encontrarse frente a frente con el rubio con quien se había acostado la noche pasada ¿Cómo había dicho que se llamaba? ¿Kevin, Karl? Él chico no tenía ninguna expresión facial notoria en ese momento, pero parecía tranquilo, busco su celular en la habitación, encontrándolo sobre la mesa de noche, eran las 11 y tenía unas 20 llamadas perdidas, marco el numero de SeHun, escucho el pitido monótono y completamente estresante del teléfono, la voz de su amigo se oyó al sexto pitido
- ¿Tao? – su voz se oía adormecida y suave atreves del celular - ¿Dónde estás?
- En una habitación, de algún lugar, al lado del chico rubio de la fiesta – dijo dándose cuenta de lo completamente perdido que se encontraba
- Tu madre cree que estas conmigo – sonrío, aquello era perfecto, sintió todo el peso en su estomago irse de repente dejando un tranquilo frio – Le dije que no contestabas porque estabas dormido y no sabía dónde estaba tu teléfono
- Gracias SeHun – Un bufido cansado se oyó al otro lado de la línea
- Tao regresa a tu casa
- Si señor – Una risa tranquila le hizo sacar una sonrisa
- Mañana tenemos examen, repasa – dijo antes de colgar
Tao escucho la voz de su amigo apagarse y después el pitido final, recorrió con los ojos la habitación buscando una salida, habían dos puertas una, suponía, debía de ser el baño y la otra la salida, salir rápido, llegar a mi casa, tomar un baño, estudiar, el plan del día, comenzó a buscar la ropa dispersa en el piso, sus bóxers, el pantalón, la camisa, los zapatos, ya tenía los dos primeros puestos y estaba preparado para irse, sin embargo una voz profunda lo hizo parar en seco
- ¿Qué haces? – se volteo lentamente rotando sobre su mismo eje
- Hey – dijo levantando su cabeza al rubio que lo observaba recostado tranquilamente en la cama
- Hey – la voz salió tranquila y pausada, como el terciopelo pensó, una pequeña sonrisa se formo en la apolínea cara del rubio, ¿Kris? – y ¿Qué se supone que haces?
- Irme - Alzo una ceja dándole seriedad a su respuesta ¿Por qué le importaba al tipo que carajos hacia? Debería de dejarlo irse, rápido y silencioso, no pedirle explicaciones, pero Kris solo rio, su risa era profunda y se le antojo que si tuviera un sabor seria de chocolate amargo, que tipo más raro
- ¿quieres desayunar? – el chico comenzó a ponerse su bóxers y se levanto en toda su magnificencia siendo cubierto solo por ellos, el hombre era escultural y masculino por donde se lo mirase, la espalda era ancha y bien formada como el resto del cuerpo, la cintura era pequeña y, aunque era delgado, los músculos tonificados se mostraban orgullosos en su brazos
- Son las 11 – Dijo intentando salir de paso
- Entonces almorzar – la sonrisa se borro dando paso a una pequeña mueca en sus labios que noto en su borrosa memoria de la noche anterior solía estar ahí todo el tiempo
- No puedo – dijo confesando la verdad para ver si, al fin, lo dejaba ir – Tengo que irme
- All right – Pronuncio en un perfecto ingles, pareció pensarse algo un momento – ¿cuántos años tienes?
- 20 – ni siquiera pensó al responder, necesitaba irse, rápido, rápido
- ¿Te llamas Tao? ¿Cuál es tu nombre completo?
- Si, Tao, Huan ZiTao – un momento ¿porque ese tipo le preguntaba su nombre completo?
- ¿Estudias o trabajas? – Bueno al menos sabia que el tipo era un estúpido, por lo menos podría intentar digerir mentalmente un frase menos cliché
- Sinceramente no es su problema – Ya estaba ofuscado ¿Qué carajos quería ese tipo? Que no entendía que se tenía que ir, el chico le dirigió una media sonrisa
- Dame tu numero – saco su teléfono y espero a que Tao le dictara el numero, que posteriormente guardo – No importa donde vayas deberías bañarte, es la puerta de la derecha, hay unas cuantas toallas debajo del lavamanos
¡Claro baño! Cómo explicaría a su mamá el olor a sexo y a alcohol si se suponía que estaba donde SeHun que claramente lo dejaría tomar un baño, agradeciendo al rubio entro corriendo al baño, limpiando y alistándose a muy alta velocidad salió corriendo del cuarto, el rubio estaba en la barra de la cocina tomando de una taza de café con un pan con mantequilla, le agradeció a lo cual este sonrió.
Llego a su casa a las 12 y media, abrió la puerta y recibió de golpe el olor de la carne siendo asada, entro en la cocina donde su abuela se movía lentamente alistando el, seguramente, delicioso almuerzo, lo miro y sonrió, su abuela seguía siendo hermosa con su pelo plateado y su cara redonda surcada por contadas elegantes y diminutas arrugas, a pesar del leve dolor de cabeza se sentó a ver su abuela terminar de preparar la comida, la escucho hablar durante un pacifica hora, entonces la puerta se abrió dos veces, los platos y los cubiertos se pusieron en la mesa y ya toda la familia estaba reunida para comer, mientras se metía la segunda cucharada a la boca se le vino a la cabeza la imagen del chico rubio comiendo pan y tomando café, él solo en aquella gigantes casa, Kris pensó, con el corazón levemente punzante, sin saber en realidad porque.